❝Embriagados por el olor de la noche
No tienes que parar
Quédate
Sumérgete a mí profundamente
Hasta que no pueda moverme más
Quédate conmigo❞

—Oye. —Llamó Todoroki a la hora del almuerzo—.

—Dime. —Le miró—.

—¿Podrías ayudarme a entrenar estos días? —Metió fideos a su boca—. No me gusta practicar acompañado, pero eres la más cercana a un profesional.

—Mmmh, claro. —Ella sonrió y tomó de su jugo—. ¿Cuándo?

—Te mandó la información después, ¿si? —Asintió—. Ah, para eso necesito tu número.

—Jumh... —Lo apuntó en una servilleta y se lo entregó—. Ahí está.

El medio albino lo miró y sonrió un poco.

Excelente estrategia.

Guardó el papelito en su mochila y siguieron comiendo en silencio.
La tarde pasó con tranquilidad hasta la hora de la salida, donde los estudiantes de la Clase 1-A abrieron las puertas, dejando ver a un tumulto exagerado de personas.

—¿Qué...? ¿¡Qué está sucediendo!? —Gritó Ochako asustada y se tiró a los brazos de Akimaya buscando protección—.

—¿Qué asuntos tienen con la Clase A? —Preguntó Iida—.

—¡No podemos salir! —Mineta alzó la voz—. ¿¡Para qué vinieron!?

—Investigar al enemigo, basura. —Le contestó Katsuki caminando a la puerta—. Nosotros fuimos quienes sobrevivieron al ataque de los villanos. —Miró a los desconocidos—. No hay punto en hacer algo así. ¡Fuera de mi camino, extras!

—¡Deja de llamar a las personas "extras" solo porque no las conoces! —Regañó el peli-azul—.

—Vine a ver cómo era la famosa Clase A, pero tú pareces muy arrogante. —Un tipo de pelo lavanda salió de la multitud—. ¿Todos los estudiantes del curso de héroes son así?

Los de la clase mencionada negaron con fuerza.

—Bakugo es el delincuente de la clase, no le hagas caso. —Intentó convencer, Akimaya—.

—¡Perra estúpida!

—Ver algo así me desilusiona. —Continuó, el mismo—. Aquí hay algunas personas quienes se enrolaron en estudios generales o otros cursos porque no entraron al de héroes. ¿sabías eso? La escuela nos dio otra oportunidad. Dependiendo de los resultados del Festival Deportivo, ellos considerarán transferirnos al curso de héroes. Parece que también reclutarán a personas de fuera. —Miró a Katsuki—. ¿Investigar al enemigo? Yo, al menos, venía a decir que aunque estés en el curso de héroes, si te dejas llevar demasiado, barreré el piso contigo. Vine con una declaración de guerra.

—¡OIGAN! —Gritó un muchacho de pelo gris y dientes afilados—. ¡Escuché que lucharon contra villanos, así que vine a hablar! ¡No se dejen llevar! ¡Si se dejan llevar demasiado, eso los avergonzará durante la batalla real! —El chico explosivo empezó a caminar—. ¿¡Me ignoras, bastardo!?

—¡Oye, Bakugo! —Llamó Kirishima—. ¿Qué harás? Estos tipos de cosas nos odian por tu culpa.

—No importa.

—¿¡Eh!?

—No importa mientras te hagas con la cima. —Se abrió paso entre las personas y salió—.

—Da igual. —La peli-rosada caminó hacía la salida, pasando de todos los estudiantes—.

De forma tranquila, llegó a las afueras del colegio.

—¡Alto, Ryoka! —Buscó con la mirada de quien la había llamado, encontrándose con el bicolor y una ligera capa de sudor—. Caminas muy rápido.

—Así camino. —Levantó sus hombros sin tomarle importancia—.

—¿Crees que nos podamos ver en la noche? —Ella levantó una ceja, dudosa—. En el parque, para entrenar.

—Bien, ¿media noche o miedo? —Burló, a lo que él la miró mal—. Ya, ya. —Rió—. ¿A las siete te parece bien?

—Sí.

—De nuevo caes, Todoroki-kun. —La femenina negó con un suspiro—.

—Te dije que no soy tan bueno cuerpo a cuerpo. —Bufó y tiró su cabeza para atrás—.

Cualquier loco que pasase por ahí a esas horas diría que están en una situación comprometedora.
Akimaya se encontraba sobre el abdomen del chico, quien tenía una de sus manos en uno de los muslos de la muchacha mientras la otra descansaba en su frente intentando regular su respiración.
Además de que, la ropa de la femenina no ayudaba.

Al tener un Quirk que rompe su ropa fácilmente, no le queda otra que usar unos short-licra junto con un top. La noche era bochornosa, por lo cuál no le importaba el frío.
A Todoroki tampoco el incomodaba, después de todo, respeta a las mujeres luego de pasar todo lo que pasó su madre.

La menor soltó un suspiro con sueño y posó sus palmas en el pecho de su amigo, quien había acomodado sus brazos bajo su cabeza, descansando un poco.

—Eres lento. Mentira, eres rápido. Pero poco... ¿pensativo? No se, tu caso es difícil de explicar... Tal vez dependas mucho del momento y las emociones... ¡Si tan solo fueras más abierto y menos frívolo!

—No es mi culpa. —Bostezó—. Tengo sueño.

—Yo igual... ¿terminamos por hoy?

—Es lo mejor. —La peli-rosa se levantó y le tendió la mano, la cuál no rechazó—. ¿Mañana a la misma hora?

—Sí. —Se puso su sudadera y comenzaron a caminar—. Podrías ir a mi casa, Mirko seguramente no estará y ahí nos pondríamos más cómodos.

—Me parece bien. —Asintió—. ¿Iras a la academia? ¿Puedo ir directamente apenas salgamos?

—Mmh... —Pensó bien su respuesta—. Supongo que Rumi no dirá nada... ¡Está bien!

—Oye... ¿No que tu hermana no estaría? —Preguntó Shoto en cuanto oyó risas adentro de la casa—.

—Y eso se supone. —Frunció el ceño y abrió la puerta—.

Lo primero que hizo, fue ver la sala, topándose con Mirko, Kamui Woods, Mt. Lady, Edgeshot, Ryukyu y Hawks.
Hizo una cara de incomodidad cuando los héroes miraron a su dirección y volvió a sacar su cabeza.

—Pues... ¿Qué te puedo decir? —Rió nerviosa y rascó su nuca—. Solo saluda y caminas conmigo al gimnasio, ¿si? Okey.

Lo agarró de la mano y abrió por completo la puerta, entrando con él detrás de ella. —Hola, sí, buenas tardes, adiós.

Lo arrastró, literalmente, pero una mano morena paró su caminar.

—¿El no es el hijo de Endeavor? —Preguntó Usagiyama observándolo de arriba para abajo—. ¿Qué hace aquí?

—¿Por fin tienes novio, Ryo-chan? —Bromeó Yū, alzando sus cejas—.

—Ja-ja, muy graciosa. —Akimaya la miró mal y luego dirigió su vista a la mitad conejo—. Sí, es su hijo, vino a entrenar para el Festival Estudiantil.

—¿Contigo? —Woods recostó su mentón en su palma—.

—Esos son privilegios. —Finalizó Dragoon Hero con una sonrisa—.

—Eso, o le gusta. —Burló Hawks—.

—¡No me molestes, aludo! —La peli-rosa se acercó y con una almohada comenzó a golpearlo—. ¡Solo Shinya-sama me respeta!

—Entonces, ¿sí son novios? —Cuestionó el mencionado, con confusión—.

—¡Estaré en el gimnasia! —Avisó con enfado y se llevó a su compañero con ella—.

Cerró la puerta de la habitación y suspiró con fastidio. —El baño es la puerta blanca, puedes ir a cambiarte ahí mientras yo hago lo mismo en mi cuarto. Ah, y lamento lo de antes.

—Esquiva. —El masculino hizo lo dicho—. Ataca. Baja. Salta. Ataca. Ataca. Esquiva.

—Ya no puedo. —Apoyó sus manos en sus rodillas—. ¿Por qué tenías que ser tan buena en esto?

—No, nada. —Barrió sus pies—. No le des la ventaja al enemigo. —Gateó hasta el, analizando la cantidad de sudor que emitía—. Deja de sudar.

—No controlo mi cuerpo. —Rodó sus ojos con obviedad—.

—Usa tu lado derecho, baja la temperatura.

Él la miró por unos segundos, para luego llenar su brazo de escarcha.
El calor bajó con rapidez y ambos adolescentes se acostaron en el tatami, descansando un poco antes de seguir.

—¿A cuántos profesionales conoces? —Preguntó de repente, volteando su mirar a la chica—.

—Desde el top 200 para abajo, y algunos otros.

—¿Con quienes te llevas mejor?

—EraserHead, Sr. Director, Wild Wild Pussycats, Midnight, Best Jeanist, FatGum, Ms. Joke, Recovery Girl, Sirius, Trece, Uwabami, Bubble Girl y los idiotas de afuera.

—... ¿Cómo es el viejo? —Apretó los labios, nervioso de su respuesta—.

—Él... Pues... Era diferente. Más estricto y tenía que conseguir sí o sí lo que él quería. Pero... Aún así, no tengo palabras para agradecerle todo lo que hizo por mí. Gracias a él, logré muchas cosas que nunca pensé llegar a lograr. —Suspiró con melancolía—.

—... ¿Nunca te...? —Alguien abrió la puerta de golpe, interrumpiendo su hablar—.

—¿No que estaban entrenando? —Hawks los miró con una ceja levantada—. Dice Mirko que vayan a comer. —Continuamente, salió de ahí—.

Ambos se levantaron y el albirrojo caminó detrás de su compañera, observando con detenimiento los movimientos de cadera que proporcionaba el cuerpo de la menor.
¿Por qué siempre que caminaban juntos le gustaba ver a su amiga? ni idea.

Quiso mirar un poco más abajo, no lo hizo, por respeto. Pero sus ojos actuaron solos y chocaron contra el trasero de la peli-rosada.

«¡Aparta la mirada, mierda! Alto, ¿desde cuando el trasero de una mujer es tan lindo...? Estoy loco. Piensa en la biblia, piensa en la biblia, piensa en la biblia... ¡Eres gay! ¡No te muerdas los labios, idiota! ¡Te gusta Bakugo...! ¿Qué? ¿Por qué eres así, cuerpo?»

—¿Todoroki-kun?

«Ese short le queda corto... ¡Y no me importa, ella se puede vestir como quiera! ¿Cómo decía? Versículo 1:4...»

—¿Todoroki-kun?

«No te gustan los traseros, no te gustan las mujeres, no te gusta Akimaya, no te gusta su... Hermoso cuerpo... ¿Por qué no me siento mal? Digo, debería sentirme mal, literalmente la estoy acosado y... Tampoco es como si me arrepintiera. Bueno, ahora soy Mineta. Mierda.»

—¡Todoroki Shoto!

—¿Ah? —Parpadeó—. ¿Qué pasa?

—No se, estás caminando con los ojos cerrados y casi te caes en las gradas. —Puso su mano en la frente del contrario—. No pareces tener fiebre, ¿te sientes mal?

—No, no. —Negó con fuerza—. Tranquila.

—Si tu lo dices, sigamos. —Agarró su mano y abrió la puerta corrediza del comedor—. ¿Hoy se quedaran a dormir? —Preguntó a sus mayores, quienes asintieron—. Okay, ¿te ayudo en algo, Rumi?

—Solo siéntate, demonia. —Hizo lo mandado, al lado de Shoto—. Todoroki-san, ¿tu te quedas?

—No, solo vine a entrenar.

—¿Seguro? —Tomó asiento—. Podrías dormir en la habitación de Ryoka.

—Oye. —Regañó su hermana—.

—Me refiero a que tu duermas en el sofá, estúpida. —La menor abrió la boca, indignada—. Era broma. —Rodó los ojos sin borrar su sonrisa—. Entonces, ¿te quedas o no? Ya es tarde.

—De verdad, mi hermana me espera. Además de que mañana tenemos que ir a la academia.

—Jmmh. —Entrecerró los ojos—. ¿Segura que no es tu novio, Ryo?

—¡Qué no!