—Amor, ¿cuándo llegará Hyun Bin? —preguntó Jungkook, dándole un mordizco a su algodón de azúcar color azul.

La pareja se encontraba en un parque al cual muchas personas iban -mayormente parejas- a pasar un bonito rato. Ambos estaban sentados en una de las tantas banquitas que allí había, pues ya habían estado caminando un buen rato y se encontraban agotados.

—Mmm, mi mami dijo que dentro de otro mes. Ya sabe hyung, mi padre es feliz mientras no me vea, por eso siempre se va tanto tiempo de viaje —dijo, agachando su cabecita mientras con sus deditos arrancaba un poco de su algodón de azúcar color rosa, y se lo llevaba a su boquita.

Jungkook solo se acercó lo más posible a su bebé y lo abrazo cuidando de no mancharlo con el algodón. Escucho un sollozo provenir de los labios de su castañito, suspiró.

—Chiquito, ya te he dicho que cuando te sientas mal vengas conmigo y me platiques, no esperes a que yo te pregunte. Recuerda que aparte de ser tu novio también soy tu psiquiatra y tú amigo, debes tenerme confianza bebé —habló, dejando un beso en los cabellos de su niño, mientras este sollozaba despacito, importandole poco que la gente que pasaba lo viera.

—L-lo sé hyung, s-solo no quiero hartarlo con mis c-cosas —Jungkook se separó del cuerpito de su novio, y tomo su rostro entre sus manos, otra vez teniendo cuidado que el algodón en sus manos no manchara el bonito rostro de Taehyung. Acercó su rostro y dejo un besito de piquito en los gorditos labios del castaño.

—Amor, jamás me cansaría de ti. Te pido por favor confíes en mi y que creas que es verdad cuando digo que quiero estar contigo para toda la vida. No importa los obstáculos que tengamos que pasar. Para mi eres la persona más especial de todo el mundo y no importa si la gente te hace creer lo contario —dejo otro beso en los labios contrarios—. Tenme confianza, platicame tus problemas y como te sientes. Piensa en mi de la manera que más te sea cómoda, ya sea que me quieras contar a mi siendo tu psiquiatra, a mi siendo tú amigo, o a mi siendo tu novio. No importa la manera, solo permíteme ayudarte y ser tu fuerza bebé.

Taehyung sollozo más fuerte y se lanzó a los brazos del pelinegro, abrazandolo con todas sus fuerzas. No sabía que había hecho para que la vida lo premiará con Jeon Jungkook.

—Gracias por todo Kookie hyung, lo amo mucho, de aquí hasta el cielo —señaló con su dedito hacia arriba—. No sé que haría sin usted —dijo, separándose del cuerpo de su novio, limpiando con su mano libre sus lágrimas.

—Salir adelante cariño, eso harías —habló Jungkook, acercando sus narices para frotarlas, creando un beso esquimal—. ¿Me tendrás confianza de ahora en adelante? —preguntó, mirandolo a los ojos.

Taehyung asintió y muy tímido dejo un beso en los labios de su novio.
Jungkook lo correspondió para luego sentarse correctamente y entrelazar su mano izquierda con la del menor y ambos seguir degustando su algodón de azúcar.

—Hyung yo quería hacerle una preguntita  —habló Taehyung, y el mayor solo hizo un sonido en señal de que tenía toda su atención—. Bueno... ¿A usted no le molesta nuestra diferencia de edad? Es decir, nos llevamos 7 años, mientras usted ya es un hombre completamente maduro, con su casa y su trabajo, yo aún soy un niño que no puede controlar sus problemas emocionales... yo no sé si usted me pueda soportar por mucho tiempo —Jungkook analizó las palabras de su pequeño novio, y solo levanto sus manos entrelazadas y dejo un besito en el dorso de la de su niño.

—¿Por qué me molestaría amor? Es decir, me encanta que seas tan chiquito y todo de ti, por que eso me da la dicha de poder consentirte y mimarte en todo lo que me pidas. Sobre la diferancia de edad... pues no esta tan mal, digo, ya eres mayor de edad y puedes decidir si estar conmigo o no, además son solo 7 años, no es mucho... —dijo Jungkook, riendo por lo último y haciendo que Taehyung también riera—. Al contrario, me hace sentir viejo, imagínate, cuando yo tenga cuarenta, tu vas estar en tus maravillosos treinta y tres años —hizo una mueca de falsa tristeza, que hizo reír aún más al pequeño.

—Hyung, pero si usted a los cuarenta seguro se va a ver muy guapo~ —canturreo el menor, dando otro mordizco a su algodón de azúcar.

—Seguro que si, pero tú lo estarás más, bebé —respondió Jeon, terminando su algodón.

Ambos siguieron platicando de cosas triviales y yendo de aquí para allá. Olvidándose del mundo y encerrándose en su burbuja de amor.

—¿Cómo te fue con Jungkook, bebé? —preguntó Sun Hee, recibiendo a su hijo con un abrazo, quien iba entrando a la gran casa.

—¡Muy bien mami! Él es tan lindo conmigo. Me trata muy bonito y se preocupa mucho por mi —contó, caminado junto a su madre al gran sofá que había en la espaciosa sala, y ambos tomando asinto en él.

—Me alegra mucho mi vida, Jeon se ve que es un buen hombre —acarició los castaños cabellos de su hijo—. Aunque sigo un poco resentida con él, es decir yo le pagué para que fuera tu doctor y terminó siendo tú novio —dijo, frunciendo el ceño en falso enojo.

Taehyung rió y abrazó a su madre, acorrucandose contra ella.

—Bebé, ¿qué te parece si cocinamos unas ricas galletas y nos ponemos a ver películas? —propuso Sun Hee después de unos minutos en completo silencio.

Él pequeño Taehyung se separó y asintió entusiasmado.

Ambos se dirigieron a la cocina y se pusieron sus manteles para poner manos a la obra.

La vida por fin le sonreía al pequeño ser inocente de nombre Taehyung.

-Nana.️☁️

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