Jungkook ya lo había decidido, se declararía al niño bonito que se había robado su corazón.

Aveces se reprendia así mismo por que ¡parecía un adolescente enamorado! Y no, el ya era un hombre de 26 años, hecho y derecho.

No tenía nada planeado realmente, no sabía si llegar de la nada y confesarle todo lo que sentía o prepararle una sorpresa y hacerle algo romántico. Estaba muy nerviso, ¡él no sabía sobre como enamorar! Su vida se baso en sus estudios y trabajo, y aveces para eliminar la tensión de su cuerpo iba a bares donde se acostaba con la primer persona que se ofreciera, claro, todo con sus debidos cuidados.

Y ahora, jamás pensó que ese paciente que llegó con muchísimos problemas ahora fuese la causa de que se jalase sus cabellos al no saber como confesarle su amor.

En este momento se encontraba en su recámara pensando en su pequeño, pero el tono de llamada de su celular lo saco de sus pensamientos. Revisó la pantalla y una sonrisa se dibujo en su rostro al ver el nombre de su chiquillo, así que con toda la felicidad del mundo, contesto.

—¿Bueno? —habló con una sonrisa.

—¡Kookie! Buenas noches hyung, ¿cómo está? —preguntó entre pequeñas risitas, a lo que él mayor supo que el castañito estaba feliz.

—Bien ahora que escuche tu voz, lindo —respondió suspirando—. ¿Cómo estás tú Tae? ¿No está el brujo por ahí?

—¡Jungkookie! Yo estoy muy bien, y nop, el brujo no esta por aquí —dijo, soltando unas carcajadas demasiado tiernas, que Jungkook se sintió derretir de amor cuando las escuchó.

—TaeTae, ¿quisieras venir mañana a mi casa? —preguntó de repente y sin siquiera pensarlo, a lo que escuchó un jadeo de sorpresa por parte de su bebé.

—Hy-Hyung, no se si mi mamá me deje, de chiquito ella me decía que nunca aceptará ir a la casa de mis amigos por que dejaría de ser un bebé, y yo aún soy un bebé —respondió firme, y Jeon desde el otro lado de la línea llevo su mano a su pecho y agarro su camisa, como si estuviese tomando su corazón, haciendo una mueca en su rostro de total ternura—. ¡Pero deje le pregunto hyung! Seguro que si querra, usted a ella le cae bien —habló el castañito y Jeon escuchó el ruido de una puerta, a lo que supuso que el pequeño estaba saliendo de su habitación.

—Si no llega a aceptar no te preocupes lindo, salimos a comer —le dijo, escuchando un sonidito salir de la boquita de Tae como afirmación.

Posteriormente se escuchó otra puerta abriéndose.

—Mami, Jungkook Hyung dice que si mañana puedo ir a su casa —escuchó desde el otro lado de la línea.

—¿Estás hablando con él ahora, bebé? —dijo Sun Hee.

—Sip, está en la línea.

—Mira Tae, pasamelo para hablar con él y ve a agarrar unas galletas de la cocina y de paso me traes unas a mi —pidió Sun Hee, y Jungkook estalló en nervios. Escuchó un movimiento y luego una puerta siendo cerrada—. Así que Jungkook, ¿Qué te traes con mi pequeño, eh?

—Suegrita~ —saludó nervioso entre risas, alargando la última letra.

—No me digas suegrita, habla, ¿Qué quieres de mi pequeño? —regañó mientras internamente quería reírse, quería espantar un poco a el futuro novio de su hijo.

—Nada señora, s-solo quería que conociera mi casa —genial, había tartamudeado—. Pero si no quiere esta bien, salimos a comer o algo así —se apresuró a decir y escuchó como Sun Hee soltó unas carcajadas.

—Estoy bromenado Jungkook, yo sé que mi bebé esta en buenas manos contigo, así que cuenta con mi apoyo para su relación, por que no creas que no he visto como miras a mi hijo eh, se que estas enamorado de él —tranquilizó al psiquiatra. En eso se escuchó como el pequeño Tae entraba a la habitación—. Bebé, si puedes ir a la casa de Jungkook, pequeño —dijo la mayor entregando el celular a su hijo. Y Jungkook sonrío a más no poder cuando escuchó el chillido de emoción que solto Taehyung.

—¡Kookie hyung! ¿Escucho eso? ¡Si puedo ir a su casa! —habló él menor emocionado al otro lado de la línea.

—Si lindo, mañana paso por ti. Ya iré a dormir pequeño, descansa y buenas noches —dijo con una sonrisa.

—Buenas noches hyung, lo quiero mucho —y antes de que si quiera Jungkook pudiera procesar las últimas palabras, el castañito ya había colgado la llamada.

Él corazón del pelinegro empezó a latir rápidamente, ahora más que nunca estaba seguro de que quería que el pequeño Tae fuera su pareja.

-Nana.☁️

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