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Capítulo VI

— Ahora que sabemos que el líder de los Black Dragons es Hanagaki Takemichi, debería ser más fácil dar con su paradero.

— No exactamente, Haruchiyo... El hecho de que sea el líder de los Black Dragons solo nos complica mucho más las cosas. Seguramente lleva un ejército pegado a sus talones todo el tiempo, siendo el personaje que es no espero menos de sus hombres —Comentó Kokonoi exasperado mientras apoya su cabeza sobre su mano.

Bonten se encontraba en una reunión de último momento, todo gracias a que Sano Manjiro dió la orden de juntar a todos después de obtener información de parte de Sanzu.

Información valiosa.

— Takemichi no es el tipo de hombre que llevaría guardaespaldas a todas partes —Comentó Sano mirando al techo.

El peliblanco estaba perdido en sus pensamientos desde que supo de Takemichi, siempre creyó que el ojiazul llevaría una vida totalmente tranquila y lejana a temas de pandillas o mafias. Resultó todo lo contrario a lo que pensaba, pues ahora sabía que el rubio llorón al que recordaba era el líder de su pandilla rival, cosa que lo emocionaba y perturbaba al mismo tiempo.

¿Peleará con Takemichi por territorio y poder?

De la nada se sentía con muchas ganas de saber que sabe el Héroe Llorón sobre técnicas de combate o si se especializó en defensa si el combate directo no era lo suyo. También estaba la opción de que no sepa pelear y utilicé armas de fuego.

¿Habrá crecido o su físico habrá cambiado?

Sano se encontró imaginando diferentes versiones de Hanagaki, más alto y acuerpado, más delgado o más delicado.

Busco entre sus recuerdos imágenes del rubio que había conocido hace mucho, eran borrosas pero en todas estaba con una sonrisa brillante o con ojos cristalinos, estaba seguro.

Recordó su cuerpo esbelto, delicado y con extrañas curvas no muy comunes en varones, definitivamente no como el de un hombre fuerte y musculoso pero imaginarse a un Takemicchi musculoso casi lo hace esbozar una diminuta sonrisa, casi.

Pensó en lo mucho que su mirada caía en el cuerpo del rubio de ojos azules, era como si un imán lo atrajera una y otra vez a admirar el físico de su compañero, aún si era raro. No iba a negar la belleza natural de Hanagaki, él mismo reconoce el haber quedado prendado de su personalidad y de su atractivo.

Su voz llamando su nombre una y otra vez, "Mikey-kun" esto "Mikey-kun" lo otro, le encantaba estar en el centro de atención del rubio a todo momento, en ese tiempo lo llenaba de satisfacción el hecho de que Takemichi lo cuidará y se preocupara por él más que por otros.

Antes todo se sentía tan bien, tan correcto. Se lamenta por extrañar aquella era que lo llenaba de buenas experiencias y amigos leales.

Ya no le queda nada, se siente vacío y lo único que logró llenarlo un poco fue saber de la existencia del nuevo líder de Black Dragons. Su única meta ahora mismo era encontrarse frente a frente con Takemichi, después de eso no había más que hacer con su vida.

Ya no puede controlar sus impulsos, no sabe si mataría a Hanagaki Takemichi si se deja llevar por estos pero quiere averiguarlo.

¿Takemichi lograría despertarlo y dar un poco de luz a su oscuridad?

Por una vez antes de caer al abismo Manjiro quiere sentirse vivo, sabe que conseguirá eso con Takemichi, un leve pero necesario y anhelado sentimiento.

Algo, lo que sea, quiere sentir algo por una vez en mucho tiempo antes de morir ya que ese era su destino.

Y él no lo iba a evitar, saltaría a los brazos fríos de la muerte y se dejaría abrazar por ella hasta que su cuerpo fuera llevado al infierno, un infierno diferente al que vive día a día mientras está con vida.

Quiere morir pero no sin antes ver a Takemichi por última vez.

— ... Entonces, en ese momento los emboscaremos y le sacaremos información a aquel que quede con vida, la gente de sus tropas suelen ser muy leales así que procuremos tomar a un novato o si es posible a aquel que se note más nervioso y asustado. Hay que parar a Black Dragons antes de que tomen más territorio, están envueltos también en drogas y asesinatos cómo nosotros, así que no lidiamos con una pandilla del todo legal, puede que jueguen sucio si es necesario y nosotros también lo haremos —Dijo Kokonoi mientras miraba a todos los miembros presentes hasta caer en su lider- ¿Está de acuerdo con el plan, jefe?

Manjiro asintió y finalmente salió de su pensamientos.

"Takemicchi, espero que estés listo para lo que se viene, no seré delicado contigo" Pensó mientras observaba cómo los demás dejaban la sala de reuniones dejándolo solo.

— El abismo grita por mí pero tendra que esperar un poco más por mi llegada. Haz que valga la pena la espera, Takemicchi.

Una lastima que Sano Manjiro no sepa que Hanagaki Takemichi se siente igual o más vacío que él, pero que por desgracia él no tenía un abismo esperando por él. Su única meta ahora era hacer que el Invencible Mikey muriera y de esa forma volvería a sentir algo dentro de él además de odio.

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