JungKook tenía un secreto: estaba obsesionado con el cabello de TaeHyung. Los mechones castaños le recordaban a la seda más fina, cada hebra como puntadas individuales formando una alfombra aterciopelada. Estaba obsesionado con el cabello castaño, encontrando placer en acariciarlo.

La razón principal por la que amaba el cabello de TaeHyung era por su olor. No tenia idea de qué tipo de shampoo usaba y realmente no le importaba. Todo lo que sabía era que el cabello de su novio olia a lavanda, o tal vez eran lilas, no estaba muy seguro,

Pero el sabía una cosa: era adicto a ese maravilloso aroma.

El olor era casi como el opia. Si no inhalaba ese fascinante aroma antes de que comenzara su día, todo parecia estar mal. También lo ponía caliente. Estaba seguro de que TaeHyung estaba desconcertado de por qué siempre quería follarlo sin sentido cuando terminaba de lavarle el pelo.

JungKook hundió la nariz en el cabello recién secado de TaeHyung, inhaló y retrocedió al instante,

— ¿Qué diablos, TaeHyung?

El más bajo guardó el secador del pelo, vestido solo con una toalla.

— ¿Qué?

— ¿Qué le hiciste a tu cabello? Huele diferente.

— Oh, cambie mi shampoo.

— ¿Por qué? — JungKook se sintió traicionado por ese cambio inesperado.

TaeHyung ladeó la cabeza, con el ceño fruncido.

—Porque yo quería... ¿hacerlo? Es mango, ¿no te gusta?

JungKook se encogió de hombros, tratando de ocultar su petulancia. Se maldijo mentalmente por parecer un niño de seis años. TaeHyung tenia derecho a cambiar su shampoo, incluso si olia horrible. Alcanzó su crema de afeitar, intentando de no mirar el espejo que ocupaba todo el fregadero.

Escuchó a TaeHyung reírse entre dientes, un brillo astuto en sus ojos color azul antes de que le diera una palmada en la espalda y saliera del baño. JungKook arqueó una ceja en cuestión antes de proceder a untar la crema de afeitar sobre su cara.

Después, se sentó en la cama, con el portátil abierto. Sus ojos recorrieron la pantalla estudiando las imágenes esparcidas por ella. Una sonrisa tiró de la comisura de su boca cuando TaeHyung se dejó caer en su regazo. Un olor familiar llegó a sus fosas nasales y bebió el aroma con avidez, dando un suspiro de satisfacción

TaeHyung chasqueó la lengua, mirandolo peculiarmente.

— ¿Qué?— preguntó JungKook, cuando esa mirada permaneció sobre él

— Así que es por eso.— sacudió la cabeza. — Eres un hombre complicado, Jeon JungKook.

— Aún así me amas — contestó, con una sonrisa encantadora.

TaeHyung lo miró con cara inexpresiva antes de ceder a esa sonrisa desarmante que derretia a JungKook, quien acarició el cabello de TaeHyung distraidamente, besando su frente.

Todo estaba bien con el mundo, de nuevo

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