Jeanette Dubois

Salimos por fin del avión y solo pude suspirar aliviada de que estuviéramos sanas y salvas. Hacía un buen día para ser el clima de Londres, pero sí es verdad que me extrañaba, pero me alegraba porque no estaba para aguantar el clima de Londres, al menos no todavía. Me gustaban los días lluviosos, pero no en estos momentos.

Así que me alegraba, al igual que a mi mejor amiga, Olivia.

—Por fin estamos en Londres, me alegro de que hayamos logrado pisar tierra firme, porque ya pensaba que no llegaríamos nunca —reí bajito.

—Pero si llevas casi todo el vuelo durmiendo, maldita. Ni siquiera yo dormí tanto como tú —ella me miró ofendida.

—Perdona, pero necesito mis horas de sueño, ¿acaso tú crees que esta belleza se mantiene sola? —la miré divertida y fuimos a buscar muestras maletas para poder pedir un Uber. Porque debíamos ir a nuestra residencia de la Universidad. Lo bueno es que no estaba tan lejos del aeropuerto, bueno prácticamente sí, pero quería no pensar tanto en ello.

—Bueno, ahora nos queda ir por las maletas y unas horas para llegar a la residencia. Así que tenemos que ser fuertes —le dije divertida, y ella se quejó.

—No me lo recuerdes. Seguro que en el Uber seguiré durmiendo un rato —negué riendo y agarramos nuestras maletas para salir del aeropuerto. A lo lejos vimos nuestro Uber y el chico salió con una pequeña sonrisa para ayudarnos con las maletas.

—Bienvenidas a Londres, soy Liam —ambas sonreímos.

—Yo soy Jeanette y ella es Olivia —ella saludó con la mano y se sentó en la parte de atrás. Reí bajito, terminando de meter todo en el maletero.

—Si quieres sentarte en el asiento del copiloto puedes hacerlo...

—¡Qué lo haga! —bufé al escuchar a Olivia, seguro iba a dormirse, no entendía cómo era posible que tuviera esa capacidad, yo ni siquiera podía hacerlo.

Liam rio y yo me senté en el asiento del copiloto y él en el conductor.

—¿Y de dónde sois? —Olivia no contestó, y giré un poco la mirada para verla, y la vi durmiendo, acostada en los asientos.

Reí bajito.

Y volví la mirada a Liam.

—Venimos de Francia, tenemos ambas una beca para estudiar aquí, y no queríamos desperdiciar esta oportunidad.

—Eso es increíble, espero que disfrutéis mucho el estar aquí, hay muchas cosas geniales que visitar, así que disfrutar mucho —asentí con una pequeña sonrisa.

Tenía muchas ganas de visitar todo, incluso había apuntado todos los lugares que quería visitar. Aunque eso ya lo iríamos viendo sobre la marcha. Porque también debían convencer a Olivia.

Y también ahora que lo recuerdo, debíamos alquilar un coche, o algo para poder desplazarnos, otra cosa de la que tendría que hablar con Olivia, aunque es verdad que acabábamos de llegar, así que tendríamos tiempo para poder organizar todo con calma y con cabeza.

—Tú eres de aquí, ¿verdad? —quería tener una conversación con él porque me estaba muriendo del aburrimiento, y no estaba en mis planes dormir, hasta que no llegáramos a la Universidad.

—Nací en América, pero tengo bastante familia por aquí y desde pequeño me gustó Londres, así que decidí mudarme aquí. Estudié fotografía y aquí me tienes trabajando en este sector, porque no hay un trabajo que me encante tanto... Soy un poco exquisito —reí bajito.

—En teoría haces bien, no puedes estar en un trabajo si eres infeliz. Es mejor buscar algo que te encante y que sepas que es para ti —lo vi asentir.

—En eso estoy de acuerdo contigo, no es buen plan estar en un lugar donde vas a estar infeliz.

—¿Y te gusta este trabajo? —le escuché suspirar.

—Sinceramente, no mucho, pero no puedo pensar en otra cosa —asentí.

—Entiendo, solo espero que pronto puedas hacer lo que dé verdad amas —noté cómo se le formaba una sonrisa sin despegar la vista de enfrente.

—Muchas gracias, te deseo lo mismo de verdad —sonreí y él puso la radio para que escucháramos un poco de música en lo que llegábamos a nuestro destino.

Unas horas después, por fin, pude ver la enorme Universidad y la residencia, lo cual me ponía muy feliz, porque eso significaba que pronto podría tirarme a la cama y dormir bastante. Pero creo que eso no sería posible porque tenía muchas cosas que organizar y muchas cosas que hacer.

Al llegar, él paró cerca de la residencia, justo en el mismo tiempo Olivia se despertó de su pequeña siesta, nótese el sarcasmo.

—¿Hemos llegado? —la miré divertida y pude ver su expresión somnolienta y su pelo un poco desordenado, haciéndome reír.

—Sí, pareces una osa perezosa, no paras de dormir —ella me miró mal, y Liam nos miró divertido para salir del coche y ayudarnos con las maletas.

Nosotras salimos poco después y le ayudamos.

—Muchas gracias Liam por traernos y por lograr que el tiempo se pasara más rápido —solté con una pequeña sonrisa, después de bajar todo lo que teníamos.

Él sonrió.

—No es nada, cualquier cosa que necesitéis aquí estoy para ayudaros —me entregó una pequeña nota y estaba su número—. Solo si queréis que os lleve algún sitio o bueno, para cualquier cosa.

Ambas asentimos con una sonrisa.

—Eres muy amable Liam, muchas gracias —le habló Olivia y él asintió sonriente y volvió a subirse a su coche para irse poco después.

Olivia me miró divertida.

—¿Qué ocurre? —le pregunté confundida por esa reacción. ¿Qué es lo que estaba tramando?

—Me apuesto lo que quieras, que se refería a ti en todo momento —bufé negando y agarré mis maletas para comenzar a caminar hacia la residencia. Ya quería ver nuestra nueva habitación durante nuestros años de Universidad.

Al llegar fuimos a recepción para buscar muestras llaves, y una vez que completamos todo. Fuimos al ascensor para ir a nuestro piso correspondiente. La señora de recepción quiso hacernos un pequeño recorrido por las instalaciones, pero la verdad es que no tenía muchas ganas, así que ya lo haríamos por nosotras mismas mañana. Ahora teníamos bastantes cosas que hacer.

Cuando por fin llegamos a nuestra planta, tuvimos que buscar la puerta catorce y al encontrarla, abrí con las llaves que me habían dado y no podía creer lo grande que era. Por Dios, era bastante grande, y por lo que veía tenía casi todo. Incluso una pequeña cocina, la cual me sorprendía porque pensaba que no tendríamos.

—Wow, es enorme, bueno, es más grande de lo que pensaba la supuesta habitación —ambas entramos y Olivia cerró la puerta.

—No me esperaba para nada algo así.

—Yo tampoco, pero menos mal que tenemos todo aquí porque me niego a convivir más de lo normal, ya bastante lo tendré que hacer en clases —reí.

—No seas así mujer, seguro que conoceremos a gente increíble —ella me miró elevando la ceja.

—No empieces siendo tan positiva —bufé y negué divertida caminando hacia mi cama y me tiré en ella.

Menuda bendición, es como si estuviera en el maldito paraíso.

Escuché la risa de Olivia, pero no era algo que me importara. Estaba muerta de sueño por todo lo que había pasado estos días, así que me merecía un descanso.

—Al menos ponte el pijama —negué cerrando los ojos. Me estaba muriendo de sueño y mi cuerpo no había reaccionado hasta ahora.

Poco después dejé de escuchar a Olivia y caí en un sueño profundo.

NOTA DE LA AUTORA

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