Nueve
Dean cerró el portaequipajes del Impala. Giró y maldijo por lo bajo.
-¡Cas, no vuelvas a hacer eso!- Dean dijo mientras alejaba sus ojos del ángel. Odiaba cuando aparecía de la nada.
Castiel parpadeó y murmuró unas disculpas.
-¿qué querías de todas formas?- Dean murmuró alejándose del Impala, el ángel lo seguía.
-quería saber si estabas bien, se que el caso no estuvo fácil... si quieres puedo curar tus heridas-
Dean sacudió su cabeza.
-nah, está bien, estoy acostumbrado, esto son solo rasguños para lo habitual-
Y Cas lo sabía, pero no era capaz de ver al cazador sangrando, demasiadas memorias malas de cuando Naomi intentó que Castiel asesinara a Dean.
Cas sonrió de lado y acompañó al rubio mientras este se preparaba un sándwich, tomaba una cerveza del refrigerador y iba hacia su cuarto.
Cas murmuró una despedida y entró a su propio cuarto.
Toda la noche su concentración estuvo en Dean, vigilando que no tuviera pesadillas. Había escuchado como Dean murmuraba lo que Cas creía era un recuerdo.
-Los ángeles te cuidan, Dean- una y otra vez en sus sueños.
Si Dean creía que los ángeles lo protegían, él se haría cargo de que fuera cierto.
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