Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

33

Hyunjin tuvo un par de días felices luego de las fiestas con Jeongin, disfrutando de una familia y una celebración normal.
Esos días claramente acabarían y el infierno volvería.

Hwang estaba en la sala de estar mirando algo en la computadora, sentado hecho un bollito y su cabeza cubierta por la capucha de su buzo negro. Sus ojos estaban cristalinos, su puño cubría apenas su boca y su nariz goteaba levemente.

Jeon Jeongseok es liberado de prisión luego de trece años y cinco meses. El dueño de un prostíbulo fue declarado culpable de ejercer la prostitución a mujeres y jóvenes menores de edad, drogándolas y abusándolas o vendiéndolas y obligándolas a actuar frente a una multitud. El resto de los culpables ya fueron liberados por un cargo menor. Jeon se reincorporará a la sociedad coreana este jueves 5 de enero...

Hwang apenas sabía el nombre de su padre. Leer esa noticia en la computadora fue como un balde de agua fría cayendo sobre el.

Ahora entendía parte de la historia. Todas las veces que el volvía tan loco, por que los abusaba o por que su madre volvía tan demacrada. El sabía que ella antes trabajaba en un prostíbulo pero luego se volvió una acompañante de casa, alejándose temporalmente de los clubes nocturnos. Entendió el por que la vida que le tocó era así, su mamá drogadicta y vendiéndose a si misma para tener un poco de dinero y criar al chico.

Su padre era el dueño del prostíbulo donde su madre quedó atrapada y nunca pudo salir.

Hwang miró una vez más esa computadora y escuchó a su madre entrando a la casa. Ella entró sonriendo y dejó una bolsa sobre la mesa, borró su sonrisa al ver al menor clavando su mirada sobre ella.

—Jinnie, te traje las galletitas que tanto amas, cariño... ¿Qué tienes, bebé?— preguntó con dulce tono.

—Dime que no es cierto.— mencionó luego de unos cuantos segundos.

—¿Qué no es cierto?

—Dime que mi papá no es quien te prostituyó. Dime que no.— alzó la voz demandante. Miyoung se quedó muda y mirándolo fijamente.— ¡¿Qué mierda es esto?!— volteó con fuerza la computadora. Su madre volteó a ver lo que estaba ahí escrito. Cerró con fuerza la computadora

—¿Por qué lees estas cosas?

—¡¿Qué mierda te hizo ese hijo de puta?! ¡Habla!— le gritó con un fuerte llanto de por medio.

—¡¿Qué quieres que te diga?! Tu sabes que tu padre es un hijo de puta, lo viste ir preso cuando tenías cinco años. No me digas que recién te das cuenta de eso.— exclamó furiosa.

—¡¿El fue quien te prostituyó y te drogó?! ¡¿Te dejó que naciera en esta mierda en la que te metió?!— sollozó, casi desgarrando su garganta.

Ambos empezaron una acalorada discusión. Miyoung estaba roja de la furia gritándole cosas sin sentido a su hijo mientras el estaba recostado sobre la mesita ratona llorando. Hwang se levantó del suelo y se acercó a ella.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué dejaste que pasara?! Estabas en el hospital, vieron que estabas drogada, te pudieron ayudar, podríamos vivir algo distinto, ¡No pelear todos los días y tu matándote por nada!— exclamó.

—¡¿Y crees que no pensé todo?! ¡¿Piensas que soy tonta, que las neuronas las tengo consumidas?! Tu padre tiene gente por todos lados, el es capaz de hacer hasta lo imposible con tal de joderme la existencia...

—¡Denúncialo!

—¡Ya lo hice, Hyunjin! ¡¿Nunca supiste la historia?!— le gritó nuevamente.— Lo denuncié, fui millones de veces a la policía incluso golpeada. Una vez me prestaron atención y el pudo salir limpio de la situación, ¡Yo no! Si pudiera denunciarlo ¿Crees que viviríamos así?

Hwang se tomó el cabello y secó sus lágrimas. Miyoung suspiró fuertemente y tomó los hombros de su hijo.

—Créeme Jinnie, se lo que hago. No estoy mal. Te daré un consejo como mamá, es mejor hacerse el idiota en estas ocasiones para que las cosas no empeoren. Juro que no quiero ser así, pero no tengo opción. Tu padre ganó, el me arruinó.— sonrió débilmente.

Hwang sollozó y soltó su agarre. Se dio media vuelta, sujetando su cabello con ambas manos. Miyoung miró al suelo por un segundo y su hijo se descontroló.

—Hyunjin... ¿Qué vas...? ¡Hyunjin, suelta eso!

Empezó a gritar su nombre cuando vio a su hijo agarrar una cuchilla de la cocina. El joven estaba tan incendiado por dentro que no le importaba nada. Su madre se interpuso entre el y la puerta.

—¡¿A donde vas con eso?! ¡Suelta!— chilló histérica.

—¡Lo voy a matar!— gruñó fuertemente. Empujó a su madre y logró salir de la casa.

—¡Hyunjin! ¡No cometas una locura que te arruine la vida! ¡Hyunjiiiiiin!— lloró fuertemente.

Mientras Hwang salió de la casa corriendo, en el camino apareció Jeongin. El se quedó tan sorprendido de la reacción de Hwang que se quedó viendo a la madre de el con una expresión de terror.

—¡Detenlo! ¡Detén a mi hijo, por favor!— chilló histérica. Cerró la puerta y Yang se quedó afuera sin saber que hacer. Por impulso solo se dejó guiar por la mujer y salió en busca de Hyunjin.

Hwang ya estaba en la otra esquina corriendo. Yang lo persiguió y creyó perderlo, hasta que lo encontró en una calle esperando a que pasaran todos los autos que pasaban a gran velocidad y en multitud.

—¡Hyung!— gritó fuertemente. Hwang no le prestó atención.

El mayor corría como si estuviera en una maratón. Yang estaba agotado, pero sin importarle eso siguió persiguiendo a Hwang. Corrieron alredor de cuarenta calles, el impulso de Hyunjin al estar enojado no dejaba que se cansara, en cambio, Jeongin no daba más y se quedó en una tienda tomando aire y llamando a su primo.

En minutos, Minho y Chan se encontraban en el mismo lugar que Jeongin. El menor subió al auto y dijo hacia donde estaba corriendo Hwang. Ambos mayores ya sabían lo que pasaba y a donde se dirigía, por lo que Bang condujo con velocidad hasta el lugar y se encontraron con el pelinegro.

Minho bajó del auto con rapidez y logró alcanzar a Hwang, tomándolo del brazo. El menor casi lo golpea, pero no logró hacerlo. Bang estacionó y bajó junto a Jeongin, quien no sabría el por que pero se encontraba llamando al resto de los chicos para que se acercaran al lugar.

Eran las 19:45, veinte minutos antes, Hwang había salido de su casa. Todos estaban en el callejón previo al prostíbulo. Hwang en medio de los siete jóvenes rodeándolo contra una pared de ladrillos.

—Hyunjin... no te arruines la vida así. Baja ese cuchillo ahora.— pidió con cierta paciencia el mayor de todos los presentes, levantando inconscientemente sus manos.

—Jeongin... ¿Por qué... ?— le miró con furia. Yang solo agachó la mirada y apretó sus labios.— A ustedes ni les importa lo que yo hago. Siempre fueron falsos conmigo, me toman de estúpido y me tratan con pena. ¡Yo no quiero esa pena!— exclamó furioso.

—Nadie quiere tratarte así, Hyunjin. No queremos que te arruines más la vida de lo que ya...— explicó Minho.

—¡Cállate!— le gritó enojado.— ¡Ustedes no debían meterse en esto! Gracias a ustedes tengo más problemas que antes.

—¡¿Gracias a nosotros?!

—Minho...— murmuró Bang.

—Cállate...— le secundó Lee.— Gracias a nosotros tu pudiste tener en quien confiar, terminar la escuela y seguir vivo. Si nunca hubieras estado con nosotros tu estarías muerto o con tu bendita asistente social, en la cárcel o en un reformatorio. ¿De que problemas estás hablando?— le empujó. Hwang le devolvió el empuje.

—¿Por qué me detuvieron? ¿No ven que yo quiero acabar conmigo de una puta vez?— volvió a empujarlo. Minho no pudo con su impulso y lo golpeó.

Ambos empezaron una pelea allí. Hwang lanzaba puñetazos a todos lados mientras que Lee intentaba defenderse. Bang tomó a Minho de la cintura y lo intentó separar de Hyunjin, quien Changbin y Seungmin lo estaban separando e intentaban no ser golpeados por el.

—¡Chicos! ¡Paren!— gritó furioso Felix, con una voz sumamente grave y mostrando molestia.— ¡¿Por qué mierda están peleando?! ¡Vinimos a ayudar, no a pelear!

—¡Que mierda me importa la ayuda...!— Hwang se abalanzó con fuerza hacia Lee e intentó dar un puñetazo en su cara.

Lastimosamente el golpe cayó sobre el brazo izquierdo de Han, quien estaba en medio de ambos con los brazos abiertos. El sonido de su hueso partiéndose fue tan claro que todos se asombraron al oirlo. Han se tiró al suelo, agarrando su brazo y retorciéndose del dolor.
Minho nuevamente se enfureció y se tiró contra Hyunjin.

—¡¿Qué mierda le hiciste?!— le dio un puño en la cara. Ambos empezaron a pelear y repartirse puños. Minho tenía su ojo morado, en cambio, el labio de Hwang estaba abierto junto a su pómulo colorado. Nuevamente los separaron. Seo lo apartó y lo empujó hacia el otro lado.

—¡¿Quieres ir a pelear o matar a alguien?! ¡Hazlo! Cágate la vida como lo acabas de hacer. A partir de ahora estás solo.— le gritó Bang, levantando a Minho del suelo. Felix y Seungmin se encontraban ayudando a Jisung. Los seis chicos se dirigían al auto de Bang para ir al hospital, Hwang siguió su camino destrozando algunos botes de basura. El único que no se movía era Jeongin.

—Jeongin, vamos. El no está bien.— le ordenó Minho. Jeongin miraba con pena al mayor.— ¡Jeongin!

El menor se dio media vuelta y fue hacia donde iba Hwang.

—Lo siento Minho...— fue lo único que dijo. El mayor hizo un gesto y se fue, ignorando lo que hicieran los demás.

Jeongin caminó hacia Hwang lentamente, viéndolo parado al final del callejón, observando atentamente hacia la puerta grande del club. Se escondió detrás de un contenedor de basura y de la puerta apareció un hombre con una sonrisa cínica, observando a Hwang atentamente.

—Creí que jamás te volvería a ver...— esa asquerosa voz, la volvió a recordar apenas la escuchó. Su estómago se revolvió.

—Pues aquí estoy.— dijo intentando sonar firme.— No estarás libre tanto tiempo.

El hombre se rió sarcásticamente.

—¿Y que harás?— preguntó desafiante. Hwang sacó el cuchillo y sintió su sangre hervir al escuchar a su "padre" reir.  Por impulso, se abalanzó a el y fue detenido por dos tipos que lo golpearon.— Tan idiota como tu madre. ¿Creen que pueden contra mi? Tu mamá ya no puede ser libre en ningún país. Todos los videos de ella recorren las redes sociales al igual que su nombre. Hwang Miyoung, Tifanny, o como me gustaba decirle a mi, Tifanny Young, y el imbécil del hijo que quiso tener, Hwang Hyunjin. ¿Por qué no le dejó mi apellido a su engendro? Que vergüenza tener un heredero de este lugar con un padre tan asqueroso, ¿No, Jeon Hyunjin?

—¡Cállate! ¡Hijo de puta! Tu mereces morir.— intentó safarse del agarre de los tipos. Jeon reía sarcásticamente.

—¿Verdad que si?

—¡Suéltalo!— sonó una voz femenina. El tipo sonrió grandemente al ver a Miyoung allí parada.— El no tiene la culpa de la cagada que cometimos nosotros.

—Tifanny... Tifanny, Tifanny, Tifanny. Estás más guapa que antes.— mordió sus labios.

—Ya suéltalo, Jeongseok. Déjalo a el, atácame a mi...

—El vino a amenazarme antes.— se encogió de hombros.

—Déjalo libre. Prometo volver a trabajar aquí y si quieres tener sexo conmigo te dejaré hacerlo, pero por favor, no le hagas nada a Hyunjin.— levantó sus manos suplicando que no toquen a su hijo.

—¡Mamá! ¡Vete!— gritó Hwang tirado en el suelo.

—Que buena oferta...— se lo pensó unos segundos.— Ya oyeron señores, sueltenlo.

Los muchachos soltaron al menor, quien lentamente caminaba hacia atrás. Jeon tomó del cuello a la mujer, quien intentaba quitar sus pesadas manos de su delicado cuello y tomar aire.

—¿Crees que los dejaré como ni nada? Tu maldito cuerpo no me llama la atención, tengo demasiadas bellezas ahí dentro.— le murmuró cerca de su cara.— Tu no mereces vivir, debí asesinarlos esa misma noche. Sufrirás lo que yo sufrí en esa cárcel, y peor, tu y tu maldito hijo lo harán.

Miyoung se estaba tornando pálida. Hwang tomó una madera del suelo y le dio en la cabeza a los hombres allí. Luego fue por su padre, le dio con una botella de cerveza y logró hacer que soltara a su madre. Jeongseok le ordenó a sus matones que se encargaran de ambos.

Anteriormente, cuando esos hombres habían agarrado a Hwang, Jeongin ya había llamado a la policía. Tal vez haya cometido un error, pero no dejaría que los matones mataran al joven y a su madre.
Minutos luego, empezó una pelea allí y ambos Hwang estaban siendo violentados.

En menos de diez minutos llegó la policía, llevándose a Jeongseok, a los matones y allanando el club nocturno, sacando a decenas de jóvenes prostituidas y varios hombres disfrutando el show.

Yang se acercó al cuerpo de Hwang, estaba inconsciente y muy golpeado, a diferencia de su madre que estaba despierta y gritando para que su hijo despertara, aunque perdiera mucha sangre.

Yang llamó a emergencias. En minutos llegó una ambulancia llevando a madre e hijo al hospital. Miyoung gritó donde estarían, por lo que Yang intentó llamar a alguno de sus hyungs, quienes ignoraron su llamada. Pidió auxilio en la calle, siendo ignorado también. Miró a un costado suyo y mordió su labio.

—Lamento lo que haré.— pidió perdón de antemano.

Yang agarró la bicicleta de un repartidor y se fue rápidamente hasta el hospital donde estaría Hwang. Anduvo buen tiempo pedaleando hasta que llegó y dejó la bicicleta estacionada.

Yang miró la entrada del hospital. Fue hasta la guardia y no sabía a donde habían llevado a Hwang. Por suerte, Miyoung estaba caminando cerca para ver a su hijo. El menor la llamó, su rostro estaba machucado, sostenía un paño en su cabeza, casi se tornaba totalmente rojo y tenía varios puntos en su cuerpo.

—Sígueme.— le dijo. Jeongin la siguió para ir a ver a Hyunjin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro