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—Jeongin... Chan, Hyunjin, Changbin, Felix, Jisung y Seungmin. Chicos, Jeongin.— presentó rápidamente sin interés alguno mientras señalaba a cada uno luego de que el menor se presentara de manera inaudible.
—Hola Jeongin.— le saludó Felix primero. El resto de los chicos decían un leve hola o saludaban con sus manos.
Yang saludó con su mano también. Los chicos siguieron con sus cosas ignorando la situación, se dispusieron a molestarse y poner música.
Jeongin miraba al chico rubio que le abrió la puerta, un chico lindo de pecas y otro chico pelinegro, un poco más bajo que él, sin camisas. Los demás chicos traían musculosas muy sueltas dejando ver sus brazos tonificados y parte de sus abdomenes descubiertos. Luego de verles, miró su camisa que tenía rayas blancas y azules con mangas cortas y botones hasta el cuello.
—Se ve que no pertenezco aquí.—murmuró y rodó sus ojos mientras se abrazaba a si mismo.
Mientras todos se fueron al cesped a jugar a la pelota, un chico de lindas mejillas le pasó una silla y le palmeó el asiento a su lado.
—Te ves nervioso.— rió viendo como el menor se sentía inferior.
Yang se sentó lentamente y tardó un poco en responder.
—No creo poder congeniar con ustedes.— mencionó inseguro. Su mayor chasqueó la lengua y pasó su brazo por los hombros del menor.
—¿Sabes? También hemos pasado por esto.— sonrió intentando reconfortarlo.
—¿Es enserio?— preguntó un poco curioso. El mayor asintió y sonrió de costado.
—Yo también fui el tímido chico que vestía como niño. Luego de unirme al grupo empecé a ser como ellos.— explicó con un tono amable. Yang asintió lentamente escuchando atento.— ¿Ves a Felix? Él también era así.— señalaba a los chicos jugando a la pelota mientras le explicaba para que no se sintiera incómodo.— Y Seungmin era el más ridículo de todos, él usaba sueters sin mangas y a cuadros. Parecía mi abuelo antes de fallecer.— burló al recordar los inicios de la amistad con Kim por su vestimenta.
Jeongin rió aunque no conocía a ninguno y no podía imaginarlos.
—¿Solo cambian su estilo para encajar en un grupo?—preguntó inconscientemente en voz alta. Despertó de su trance y se dio cuenta que el mayor lo escuchó cuando empezó a responderle.
—Yo diría que cambiamos porque entramos en confianza con nosotros mismos.— le explicó pacífico mientras fijaba su vista en el delicado perfil del menor.
Yang miró el suelo y luego a los demás chicos. Se quedó pensando un poco en aquellas palabras que le había dicho su mayor.
Tal vez tenía razón. Si Jeongin tuviera confianza en si mismo y con los demás, no vestiría como un niño torpe y aplicado, sino que se atrevería a probar otro estilo hasta dar con alguno.
Ahora mismo tenía aquella camiseta puesta, un pantalón de jean y sus zapatillas converse color verde. Veía al grupo de su primo y estaban con esas ropas sueltas mostrando partes se su cuerpo sin que nadie se sintiera incómodo o que se burlaran uno del otro. Esto porque entre ellos si se tenían confianza y encajaban con aquel estilo.
—Así que, Jeongin...— dijo el mayor mientras se estiraba en su asiento. El menor se asustó un poco debido a que estaba distraído.
—Ah, si.—murmuró nervioso. Mordió su labio sintiéndose torpe.
—Te presentaré a los chicos.— le dijo al menor sin pensar en sus palabras.— El rubio de las pecas que es arquero es Felix, es australiano.— le explicó. Yang hizo una O con su boca mientras miraba sorprendido al chico por su nacionalidad.—Al igual que Chan, él es el dueño de la casa. Al inicio no parece agradable y no suele saludar, pero es el mejor de todos, te lo aseguro.— le dijo para que no se sintiera nervioso ante él.— Aquel enano de músculos es Changbin, es de pocas palabras pero simpático.— ambos rieron por el apodo que el chico le dio.— Ese que pateó la pelota y está enojado es Seungmin, pierde rápido la paciencia. Y el que se está atando el cabello y está detrás de Minho es Hyunjin. Él es... es...especial.
Yang miró a los chicos tratando de recordar sus nombres. Por alguna razón, la curiosidad por el chico alto de cabello largo le llamó la atención y quería saber un poco sobre él.
—¿A qué te refieres con especial?— preguntó directamente al no entenderle. El otro chico rió apenas ante su ternura.
—Ya lo verás.— le dijo mientras guiñaba un ojo. Yang lo miró con una expresión fría y volvió su vista al mayor que había terminado de jugar y caminaban por el césped.
De la nada, a Yang se le ocurrió una pregunta tonta pero necesaria.
—Disculpa...— llamó su atención. El chico sacó dos coca cola de la conservadora y le miró fijo.—¿Cómo te llamas tu?—preguntó un tanto tímido.
El mayor rió avergonzado notando que nunca le dijo su nombre.
—Soy Jisung.—rió y le extendió una coca cola. La abrió y empezó a tomar. Jeongin miraba inseguro la lata dudando de si debía tomar o no. —Toma tranquilo, lo pagamos entre todos y suelen sobrar varias.—le tranquilizó Han para que tomara una.
Jeongin le hizo caso un tanto inseguro y bebió la lata de coca cola que su hyung le brindó. Al dar el primer sorbo, miró rápidamente si los demás estaban viéndolo o si vendría el rubio y le tiraría la pelota en la cara por tomar una lata sin permiso.
Podría parecer exagerado, pero temía una mala reacción por ser un intruso en la casa.
—Minho nos dijo ayer que tu vendrías. Chan no tiene problemas con que otras personas vengan a su casa.— le sonrió viendo como el menor se hacía cada vez más pequeño en su asiento.
—Lo siento.— dijo, pasando su mano por su boca para secar las gotas de gaseosa.— Es que me siento inseguro y raro.
—Como todos al inicio.— dio un suspiro corto y leve.— Escucha, ahora te sientes así pero somos muy sociales e incluímos a todos en el grupo, solo espera a que vengan a jugar o comer algo y te sentirás como de la familia.
Yang sentía más miedo con eso. No es porque no confiara en Han, sino por miedo a fallar y terminar fracasando nuevamente en la amistad.
Jeongin siempre fue alguien muy introvertido. Toda su vida vivió solo con su madre y la única persona con la que socializaba. Todo el tiempo viajaban de un lugar a otro por el trabajo y nunca llegaba a socializar. Su círculo de personas cercanas era diminuto, solo eran él y ella. Luego a lo lejos estaba su muy gran distanciada relación con Minho y su tía. Ahí mismo cesaba el vínculo social de Jeongin.
El no era alguien sociable.
Una vez los chicos dejaron la partida de futbol de lado, empezaron a preparar sandwiches y unas papas fritas. A la noche harían carne asada y una fiesta entre ellos como la de la noche anterior.
Chan y Minho preparaban los sandwiches mientras Felix y Seungmin hacían las papas fritas. Changbin traía hielo y Hyunjin fue por unos vasos.
—Jeongin.— le llamó el rubio entre risas.— ¿Cómo te gustan a ti?— preguntó, señalando el sandwich.
—Oh, simple. Sin nada.— terminó por decir en un murmuro. En realidad a Jeongin le encantaban los sandwiches con doble feta de jamón, pero no se animaba a pedirlo aunque había demasiado jamón allí.
—Aquí tienes.— lo envolvió en una servilleta y se lo entregó al menor.
—Gracias hyung.— sonrió mientras le agradecía al mayor.
—Han, ¿Cómo lo quieres?— le preguntó el rubio.
—Ya sabes, doble fetas.— le guiñó el ojo. Bang rió y le preparó el sandwich.
Jeongin miraba a su hyung con la boca abierta mientras tenía el sandwich a punto de comerlo. Entonces... si podía tener doble feta de jamón.
Unos quince minutos luego, los sandwiches y las papas ya estaban hechas, los vasos distribuidos y la gaseosa en el centro de la mesa. Los chicos comían como animales haciendo un desastre en la mesa y hablaban tranquilamente, si podía decirse así, entre ellos.
—Entonces, ¿Qué te gusta hacer a ti?— preguntó el pelinegro más bajo a Jeongin.
—Oh... pues me gusta ver anime.— contestó. Sintió que era algo muy simple y aburrido pero no tenía otra cosa que decir puesto que no había nada que le gustara o que hiciera de interesante.
—¿Haces algún deporte? ¿Sales de noche? ¿Algo?— preguntó Bang dándole un mordisco a su sandwich.
—No.— respondió tímido, sintiéndose alguien muy aburrido. Los demás chicos se centraron en comer hasta que volvió a hablar.— Es que... nunca tuve amigos y... suelo viajar demasiado con mi mamá. No hago muchas cosas interesantes.— concluyó. Los chicos asintieron con la comida en la boca mientras escuchaban al menor.
—Si quieres puedes unirte a nosotros.—dijo Bang. Minho le hizo muecas a su mayor en modo de negación.— ¿Qué edad tienes?
—Diecisiete.
—Un año menor que Seungmin, Felix y Han.— mencionó con cariño.— Únete, te cuidaremos.— le guiñó el ojo.
Jeongin se puso tímido y se sonrojó. Era la primera vez que alguien le decía que se uniera a un grupo de amigos y esta vez fue mejor para él al ser mayores.
A partir de ese momento, Yang se sintió más cómodo. Se animó a pedir un sandwich con doble fetas, le hablaba a sus hyungs de manera divertida y se puso a jugar con ellos a la pelota.
Todo estaba siendo diferente, él ya estaba cómodo y sintió que por una vez en su vida tenía amigos.
Aunque había algo que Yang no entendía y era la causa de por que el chico de cabello largo le miraba fijamente sin expresión alguna.
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