27
Era viernes. Minho había pedido permiso a su tía de que Jeongin se quedara en su casa por ese fin de semana para poder irse de fiesta. Aunque estaba algo claro que tuvo que disfrazar la verdad con que no era una fiesta sino que una reunión de amigos.
Fue difícil convencer a Taeyeon, pero mucho no podía hacer, si ella no lo dejaba, Jeongin se escaparía.
Ahora mismo estaban ellos dos junto a Jisung en la habitación del mayor, arreglándose un poco. Se pusieron una camisa cualquiera junto a unos jeans y sus zapatillas cómodas para bailar y luego dar unas vueltas. Jeongin estaba vestido con una camisa un poco más formal, el cuello abotonado y unos jeans negros impecables, con unos zapatos de vestir.
—Es una discoteca, no un quince.— burló Lee, mirándolo de arriba abajo.
—No se como vestirme para eso.— frunció el ceño, intentando no irritarse ante su crisis de vestimenta.
—Desabotónate esto...— dijo Han mientras quitaba algunos botones hasta su pecho.— Minho, ¿tienes otro par de zapatillas?
Lee abrió su cajón de zapatos y sacó un par de converse negras llenas de tierra, otras zapatillas deportivas blancas y su par de sandalias de goma.
—¡¿Cómo vas a tener solo tres pares de zapatos?!— chilló Jisung, un tanto escandaloso, al ver la escasez de zapatos de su amigo.
—¡Con uno solo me conformo!— le tiró con una almohada.
—Ajam...— se cruzó de brazos, Yang, llamando su atención.
—Usa estas, no se van a ver.— le tendió las converse sucias.
Jeongin se puso las zapatillas a la fuerza. Caminó un poco y las sintió algo apretadas.
Desde afuera se escuchó la bocina del taxi que pidieron. Hyoyeon llamó a Minho para que bajaran y se fueran. Jisung y Minho solo llevaban sus teléfonos, por otro lado, Jeongin llevaba un pequeño bolso donde guardaría sus zapatos para cambiarse allá, junto a otras cosas que consideraba necesarias.
—Cuídate mi cielo, te amo.— pasó una mano por el rostro de su hijo.— Tengan cuidado, no embaracen a nadie por ahí.— exclamó a medida que los chicos salían por la puerta.
—Si mamá, adiós.— ignoró sus palabras y siguió de largo.
Los tres se metieron al taxi y se fueron tranquilamente hasta la fiesta. El conductor manejaba con precaución mientras detrás de el los jóvenes eran un par de loros que no cerraban la boca.
—Felix iba a ir solo. Otra vez peleó con Seungmin y no quería faltar. Chan iba a ir en su auto al igual que Changbin.— explicó Han con rapidez, sin dejar de ver su celular.
—¿Y Hyunjin hyung?— preguntó con curiosidad, en un murmuro, el menor.
—Chan iba a pasar por el.— aclaró Han. Yang asintió lentamente. Lee lo miró de reojo con una sonrisa cómplice.
—¿Qué?— preguntó al sentir su intensa mirada.
—No dije nada...— rió apenas, Minho.
—Pero me estás mirando...
Minho ahogó la carcajada y suspiró.
—Últimamente te preocupas solo por el. ¿Qué tienes? ¿Te gusta?— burló con un tono coqueto mientras hacía bailar sus cejas.
—¡Ni siquiera lo conozco bien!— soltó con molestia.
—No hace falta conocerlo. Los corazones se conectan solos...— le siguió Jisung, sonriendo grandemente.
Jeongin giró su cabeza hacia la ventana y miró hacia afuera, provocando que sus amigos rieran otro poco más.
Llegaron a la discoteca unos cuantos minutos luego y se quedaron en la entrada parados junto a un árbol mientras esperaban al resto de los chicos.
—Oigan, no estoy seguro de esto. Soy menor, puedo causar problemas aquí...— murmuró nervioso.
—Descuida, Chan tiene un amigo que nos hará pasar ilegalmente.— le guiñó el ojo, Han.
A unos ocho minutos llegaron el resto. Changbin al final había ido con Bang, Lee australiano y Hwang. Los cuatro bajaron del auto y se unieron al grupo.
—Bien, déjenme hacer lo mío.— mencionó Bang, frotando sus manos rápidamente.
Subió los escalones y esperó a encontrar a su amigo allí. El chico desde adentro les hizo gestos de pasarse para el lado de atrás así les abría la otra puerta.
Dieron toda la vuelta y entraron a un pequeño y estrecho pasillo, con algunos contenedores de basura y rejas, donde al final estaba la puerta trasera del local. El chico les abrió y los dejó entrar. Primero entró Bang seguido de Minho. Han y Felix fueron luego, Changbin pasó y al final entró Hwang, él tomando la muñeca de Jeongin.
—Escuchen, son libres de circular por donde quieran pero no vuelvan aquí ni a la puerta de entrada, ¿entendieron?— miró con seriedad al grupo.
—Si. Te debo una Juyeon.— le apretó el hombro, Bang.
—Vayan... diviértanse.— golpeó su trasero con confianza, soltando algunas cuantas risotadas.
Todos salieron disparados a la pista mientras empezaban a bailar al compás de la música. Se metieron en el montón de gente bailando y riendo entre las luces molestas y la música que retumbaba en sus oídos, haciendo vibrar los huesos.
Jeongin, sin darse cuenta, llevó sus manos a sus oídos y frunció el ceño. Intentó acostumbrarse otro poco a la intensidad del lugar pero le fue difícil, casi imposible. Pensaba que por dentro iba a explotar en cualquier segundo.
Bailaron un par de canciones, quince para ser exactos. Ya estaban muy sudorosos y pasó más de una hora desde que habían llegado. Ahora estaban en una mesita libre con unas copas de vodka y ron brindando por el cumpleaños de Han y casi llegando al de Felix.
—¡Por los cumpleañeros!— gritaron y brindaron juntos mientras tomaban hasta llegar al fondo. El único que no tomaba rápido era Yang, el solo movía su copa mientras miraba el líquido formar un pequeño remolino dentro. Tomaba sorbos y fruncía el ceño por lo fuerte que era.
—Bien, ¿Quien quiere bailar?— preguntó feliz Felix.
—No está Seungmin y quieres aprovechar todo lo que puedes...— gritó con una carcajada de por medio, Jisung.
—¡Vamos!— gritó el pecoso, tirando de su brazo.
Nuevamente se fueron a bailar. Por el momento solo se encontraban sentados Seo y Lee coreano junto a Hwang y Yang. Ellos dos miraban al resto mientras intentaban recuperarse de tanto movimiento y alcohol.
Jeongin no se atrevía a hablar con Hyunjin. Lo vio de reojo y lo analizó, transpirado, su cabello goteando y pegado a su frente mojada, su semblante serio que parecía querer quitar tu alma con una mirada. Llevó su vista más abajo, su pecho descubierto con un lindo collar que tenía un dije con una flor de lis colgando. Sus ojos siguieron su mano con sus venas marcadas y cicatrices llevando otra copa de bebida a su boca.
—¿Cómo has estado?— preguntó inocente, Yang. Hwang le miró de reojo con una ceja enarcada, llegando al fondo con su bebida.
—Creo que como todos los días.— respondió simple.— ¿Y tu?
—Bien...
—¿Y química?— preguntó burlón. Jeongin mordió su labio y rió apenas.
—Hice bien unas actividades.— respondió suavemente. El mayor asintió con la cabeza.
Jeongin miró hacia la pista. Jisung y Felix estaban bailando y cantando con toda la felicidad del mundo. Chan aun seguía bebiendo y pedía otras bebidas en la barra. Rió apenas y miró a Hyunjin con una sonrisa. Se levantó y estiró su brazo frente a el.
—Vamos.— sonrió grandemente.
—No me gusta bailar...— se quejó totalmente ebrio, tirando su cabeza hacia atrás, haciendo un berrinche.
—Vinimos a divertirnos. Nunca bailaste conmigo, intentémoslo.— insistió.
—No quiero.— se quejó como un niño pequeño.
Jeongin se puso firme y tomó a su mayor desde sus axilas. Lo levantó y lo arrastró hasta la pista donde estaban el resto. Aunque el mayor luchara para liberarse, Yang nunca lo soltó.
—Ni siquiera se bailar...
—¿Y crees que el resto aquí sabe? Solo muévete como sea.— carcajeó.
Ambos empezaron a moverse lentamente. Yang le miraba a los ojos mientras que Hwang miraba al suelo avergonzado, apenas separando sus pies del suelo.
—Mírame a mi...— apoyó sus manos en sus mejillas.— Bailemos juntos.
Ambos empezaron a moverse un poco más rápido. El menor solo se reía divertidamente nervioso. Hwang empezó a reirse y bailar un poco mejor.
Jeongin tomó sus manos, entrelazándolas y empezando a moverse con más fluidez. Hyunjin solo lo veía bailar mientras sonreía tímidamente.
Hwang tomó valor y empezó a bailar más fluido. Se acercaban, se alejaban, el mayor le hacía girar y lo entrelazaba en su cuerpo. Bang le había pasado una bebida de fruta con un poco de alcohol y ambos jóvenes empezaron a tomar del mismo vaso.
Cantaron, bailaron, rieron, se mojaron con la bebida. Fue una noche única para ellos, una donde, aunque estuvieran borrachos y haciendo algo que no les solía gustar, la pasaron de maravilla y sin temor alguno de tener ese contacto físico que anhelaban ciegamente.
•••♡•••
A las cinco de la mañana ya se estaban yendo a sus casas. Minho tenía que llevarse a Jeongin y, por cosas del destino, también se llevó a Hyunjin.
Pidieron un taxi a esas horas de la madrugada, tardando un buen tiempo en encontrarlo. Podríamos decir que el más lúcido de los tres era Jeongin, pero no, el ni siquiera recordó la existencia de su bolso y casi lo olvidaba en el recinto. Minho estaba semidormido y Hyunjin por una muy extraña razón estaba muy feliz, caso contrario a cuando no se emborrachaba.
Llegaron a duras penas, por poco el taxista los dejaba tirados en la calle. Lograron llegar a la casa de Lee, haciendo monadas para pagar y bajarse del móvil. El dueño abrió como pudo la casa y entraron, tirándose al suelo hasta tener fuerzas de subir.
Hyoyeon llegaría en una hora del trabajo. Los tres estaban tirados en el suelo, Minho ya durmiéndose con un fuerte malhumor y los otros dos en una escena totalmente ridícula y divertida...
Jeongin sentado en el suelo con su cuerpo reposado en el sillón y con Hwang acostado encima de el en posición fetal.
—Nunca fui tan feliz...— confesó con una risa de por medio. Yang rió débilmente.— Jeongin...
—¿Si?
—Prométeme algo...— susurró apenas modulando sus palabras, mirándolo perdidamente a los ojos.
—Dime...— murmuró suavemente acariciando su cabello.
—Prómeteme que seguirás siendo tu mismo y no vas a vestirte otra vez así... Se el lindo tímido que me gusta...— soltó una leve risa. Yang carcajeó apenas y asintió.
—Lo prometo...— asintió, acariciando su cabello y haciéndole unos mimos en la espalda.
Se quedaron en esa misma posición en pleno silencio hasta dormirse. El menor tiró su cabeza hacia atrás y Hwang cerró sus ojos aun con su sonrisa formada, sintiendo ese tacto que le gustaba sentir y que le hacía sentirse en paz.
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a
si estaban los novios acostados en el piso. vivan los novios. hyunin novios
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