9. Mysterium tremendum aimer.
Así que trato de averiguar el misterio tremendo del amor, pequeño trozo de cielo, ¿qué le hiciste a mi querer?
Estoy celebrando tu partida, ¿a quién demonios le importa con quién dormiste la noche anterior?, no pienso salvarte esta vez.
Sé que llamaste la semana pasada, querías un poco de dinero y... lo lamento mi amor, creí que ya no existía para ti; a pesar de que no puedo alejarme de esta separación que me detiene, el pensamiento me carcome y siento como tu amor está desintegrando mis huesos, ¿no te basta con eso?
Y creo que no.
Creo que no has terminado.
A ti no te importa.
"El tequila se está acabando", le dije a Carlos, él sólo me pasó una botella desconocida y me la tomé rápidamente. Me estoy destruyendo por dentro con la esperanza de sentir mi corazón palpitar de nuevo, hundiendome en lagunas que no tienen barcas de auxilio porque están muertas, y cuando siento que por fin lo he hecho es porque en cierto momento del día el alcohol ha logrado distraer a mí dañina mente de tu recuerdo. El tiempo ha pasado y me siento más herido que antes, ya ni si quiera noto la sensación de estos cigarrillos que prácticamente ayudan a creer que me lastimaste como si hubiese sido la última persona que en verdad amaste.
Un poco después sentí como tambaleaba saliendo del bar, el suelo se movía de manera extraña y las ganas de vomitar aumentaban. Caí en el suelo derrotado, como el hombre más desafortunado y miserable del mundo; mi nariz sangraba por el golpe de mi rostro contra el suelo, pero esa canción seguía sonando y yo seguía llorando, como un niño indefenso lejos de su madre, esa mujer que nunca me lo había podido fallar. Pero las mujeres me habían derrotado tantas veces, tantas, que soñaba con algún día no sentir nada... Nada en realidad.
Y dicen que el amor es algo que tenemos que guardar, porque a pesar de los momentos malos es algo que atesorarás. Y no lo creo, no creo que la gente se coma ese cuento.
El momento en que dijiste "juntos por siempre" fue tan duradero como pintura fresca bajo la lluvia, nunca había pensado en algo tan verdadero y falso al mismo tiempo.
Verdadero porque la lluvia se lo llevaría y falso porque no duramos ni el tiempo que predije...
Con mi vista atravesé un cielo entero y llegué a tu sonrisa, la única que iluminaba la noche y me pregunte como es posible la transformación de un ángel a demonio, recordé que tú eras atea y te daba igual, ¿me pregunto si el alcohol me trae recuerdos de aquello que ni si quiera debería recordar?
Cómo las rosas que te gustaban.
Como tu dulce favorito.
O tú serie de Netflix preferida.
Por cierto, creo que odio toda es basura que me obligabas a ver.
Ahora estoy acostado en el pavimento durante la noche, como nunca espere haber estado, mi "pequeña" obsesión por ti se me hizo un problema, un circulo vicioso de nunca acabar que me hace sentir desdichado y una bolsa entera de sentimientos que no sirven para nada. Porque te lo llevaste todo, absolutamente todo.
Créeme que puedo ver nuestro árbol favorito.
La biblioteca que visitamos.
El café al que siempre íbamos.
La colina donde nos besamos.
Sólo los idiotas se acuerdan de estas cosas, como si fueran las más tristes del mundo, como los más cursis del mundo. Y el idiota de éste lugar sólo pide una explicación de tu oartida, una que cure y sane mis heridas, que me diga cuán mal lo hice ésta vez, cuán mal lo he hecho hasta ahora.
Amo a la chica que nunca me amo, pensé.
Abrazabas a ese chico, lo besabas, tomabas su mano y en tu mente sabías que todo estaría mejor junto a él ¿quién dijo que sería fácil? cuidado, que puedo enterarme e intentar en vano un suicidio compadecido donde el trato es que te quedes conmigo, que manía la mía de ser obsesivo, pero estoy ebrio y lo único que puedo decir son excusas para que te quedes conmigo, traté de convencerte con poemas y estrellas, pero él es una clase de Fred Aister que podría llevarte a recorrer el mundo si se lo pudieses.
Recuerdo el momento en que denigraste a mi banda favorita, en el que me maldeciste el momento de haberme conocido, eras un maldito demonio disfrazado, el maldito lucifer reencarnado. Trata de engañarnos cariño, nadie sabe de tu plan.
Estoy tumbado aquí en el suelo, sin la mas mínima intención de moverme; con un gran deseo de escuchar chasing cars, aunque tu no dudarías ni un segundo en irte de mi lado corriendo hasta sus brazos.
Quiero brindarle mi amor a otra persona, pero siento que lo he gastado todo en ti, estoy tan cansado que mis labios están pálidos y no quieren vover a besar, mis manos conocen bien tu figura y no quieren tocar la de alguien más, me siento tan mal por no poder brindar amor a alguien que se lo merece, quizás.
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