Tú, acostumbrada a tener una vida buena junto a las personas que querías, tu familia, tus amigos.
Yo, acostumbrado a pasar las noches fuera de casa sólo para evitar el hecho de volver a ella, no quería escucharlos llorar, el hecho de drogarme no era nada innecesario... Realmente, lo hacía para poder tener un poco de paz por primera vez en mi vida.

Decidí alejarme de ti, pues encontraste a alguien mejor... O al menos sabías que sus problemas eran menores que los míos. Creeme, he vivido la mierda suficiente como para aguantar más dolor; tomé un avión y salí de la ciudad que tantos recuerdos me traía.
Mi camiseta llena de sangre, probablemente está vez no me perdonarías, pero tu chico debió haber esperado un golpe después de haberte besado frente a mí.
Es verdad, había bebido de más, pero tú siempre lograbas calmarme, habíamos discutido semanas atrás... Y me arrepentía de todo.
Recuerdo haber tambaleado hasta tu casa y haber golpeado repetidas veces la puerta, fue entonces cuando tu hermano abrió y no se veía nada contento con lo que tenía en frente, un chico drogado y terriblemente ebrio.

-¿Está tu hermana? -pregunté pero el sólo mantuvo su mirada de odio sobre mí.

-Te advertí que te alejarás de ella... Vete ahora mismo.

-Sólo quiero hablar con ella un momento -traté de pasar y él me empujó haciendo que cayese al suelo.

-¡No entres! -gritó furioso y yo me levanté rápidamente. Toqué el hombro de Ryan para que volteara y lo golpeé muy fuerte en la nariz haciendo que sangrara.

Tu mamá salió rápidamente y me insultó como era de esperarse, siempre fui un vago que le quería quitar a su hija.
Y fue entonces que saliste de casa... Con tu cabello ondulado de esa manera que tanto me gustaba, tus labios invitándome a probarlos una vez más... Tus ojos recordándome cuanto te amé.
Detrás de ti un chico tomó tu brazo y dirigió su mirada a mí, sonrió irónicamente y besó tus labios... No aguanté.
Grité furioso y me abalancé sobre él para golpearlo, dejando su rostro completamente adolorido, sentí una de tus manos tomar mi brazo para alejarme.
Rápidamente di vuelta y traté de besarte pero tú simplemente volteaste evitando nuestro contacto.

-Te amo... -solté y acariciaste mi mejilla.

-Yo... Ya no te amo Matty. Te pido por favor que te vayas de mi casa o llamaré a la policía -me advertiste y te arrodillaste dispuesta a ayudar a tu nuevo novio.
No sabía lo que exactamente tenía en mente cuando empecé a caminar y recordé que meses atrás no te importó siquiera cuando peleé con tu hermano, o te metí en miles de mis problemas con la ley haciendo que tu madre viva un infierno.

No estoy exagerando lo que tú y yo tuvimos.

Le hice daño a tu cuerpo, la droga nunca debió haber estado en tu sangre, pero no te importó.

Debí haber esperado el día en el que yo, te dijera: "Te amo" y no te importara.
Pero ya no tenía miedo a que lo peor sucediera... Ya había pasado.