La veo todo el tiempo, no me importa si eso me toma todo el día. Mi sonrisa depende de ella últimamente y supongo que es normal cuando uno se está enamorado.

¿Cuándo podré besarte?, me pregunto mientras mueves tu cuerpo rítmicamente bajo el agua. Creo saber que necesito tus labios cada segundo que estás lejos de mí, pues mi cuerpo empieza a sentir frío y mis labios quieren saborear los tuyos una vez más. Cambias el clima...

-¿En qué piensas? -preguntaste acercándote a una de las esquinas de la piscina.

-Nada... -respondí dirigiendo mi mirada al techo del lugar, tratando de encontrar algo razonable que decirte. Sabía que seguirías presionando tan sólo por saber que era lo que me ocurría.

-Vamos... Puedes contarme.

-Creo que he dejado de quererte -aseguré firme, mirando como tus pupilas se dilataban y tus ojos enrojecían, estabas a punto de llorar y yo sólo te observaba a lo lejos.

-Puedes irte a la mierda Tyler. De todos modos lo nuestro no iba a llegar tan lejos desde el día en que nos conocimos -te alejaste nadando hasta la otra esquina.

-¿Por qué dices eso? -cuestioné.

-Tú eres muy frío conmigo, esperaría siquiera un abrazo los viernes por la noche cuando vemos películas. Pero no...

-Tú sabes que no soy de esa clase de chicos.

-Lo sé, y me gusta que no lo seas. Pero a veces necesito que pongas mis sentimientos antes que los tuyos, porque al parecer sólo piensas en ti y nunca en el daño que puedes causarme. Desearían tanto que...

-Ya no te quiero -interrumpí y tú rompiste en llanto, de una manera en la que sólo tú sabes, una manera en la que te ves hermosa.
Mi rostro ladeó una sonrisa a causa de la ternura que causabas en ese instante, tan vulnerable.
Me quité la chaqueta que traía y me saqué los zapatos lo más rápido que pude, arrojándome al agua segundos después para nadar rápido en tu dirección.

-No llores... -pedí y tu negaste aumentando más la intensidad de tu dolor.

Te abracé.

-No temas Delilah. He dejado de quererte por una sola razón...

-Deja de lastimarme Tyler, yo sí tengo sentimientos.

-Sólo escucha lo que tengo que decir -dirigí tu mirada a mí tomando tu rostro en mi mano-. Te he dejado de querer. Es cierto Delilah, pero... Es porque últimamente he empezado a sentir algo mucho más fuerte por ti. Ya no te quiero simplemente, ahora te amo, entiende.
Amo cuando tu voz es espantosamente adorable, y tus labios los deseo con más frecuencia, eres increíblemente sexy pero al mismo tiempo tierna, creo que tengo fiebre ahora mismo pero sólo quiero que... -uniste nuestros labios rodeando tus brazos al rededor de mi cuello, haciendo que me callase.

-Yo también te amo... -sonreíste sin separarte de mí, sentía como mi mundo entero se detenía para observar que, por fin, estaba amando a alguien. Limpié tus lágrimas con mi mano, amo ver tus lágrimas porque podría compararlas con las de un ángel, pero te amo más cuando sonríes... En especial, cuando yo soy la causa.