Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

46

"Las ganas de lastimar aumentan desesperadamente en este lugar."

Efímero.

Era algo que siempre nos caracterizó, en todas las ocasiones que estuvimos juntos. Nos odiamos, nos amamos, nos quisimos matar y más tarde anhelábamos sentir la piel del otro.

Nunca tuvimos algo duradero, un sentimiento o momento, por más que quisiéramos mentirnos.

Y de esa manera, fue efímera nuestra tranquilidad.

Porque los asesinos no merecen ser felices.

Nos quedamos bailando hasta las 2 de la mañana, cuando decidimos que era suficiente. Los fantasmas fueron desapareciendo hasta que quedamos solo los dos, a la penumbra de un gran baile.

—Todavía tengo algunas preguntas— susurré.

—Y las responderé todas— dijo suavemente, dándome un corto beso —, todas tus dudas serán resueltas.

—Pareciera que nunca terminaré de conocerte— solté una risa aireada, él sonrió de lado.

—Tenemos unos cientos de años para que puedas conocerme en su totalidad— remojó sus labios rápidamente —Todo a su tiempo, mi hermosa Leia.

Nos despedimos con un último beso, porque él tenía que salir y yo no tenía ganas de acompañarlo.

Él se fue cambiado, indicando que guarden su traje con sumo cuidado, igual que el mío cuando me lo quite.

Y yo salí del salón, dándole un vistazo más, con una sonrisa grande en mi cara. El personal ya se estaba yendo a acostar, recogiendo todas las bandejas con bocadillos, aunque fueran solo para presumir, porque no comimos ninguno.

Pensé que podría pretender que estaba durmiendo, así sería más rápido que Jaehyun llegue.

Recorrí el camino para llegar al dormitorio, y mientras subía otras gradas, mi visión periférica captó algo.

Al principio no le hice caso, porque no era de mi interés, pero una pequeña sensación de curiosidad me atacó, así que volteé y miré al final de otro pasillo.

El cuarto que Jaehyun utilizaba como oficina se encontraba con la puerta entreabierta. Era normal que a veces lo deje así para que el persona pueda pasar a limpiar, pero no a esta hora, porque el o la encargada de limpiar, solía cerrarlo.

Alguien se olvidó de cerrar la puerta.

Y yo entré. La oficina estaba a oscuras, pero mi visión me permitía ver a la perfección. Todo siempre se mantenía ordenado, y había un suave olor a lavanda. No sabía ni por qué estaba aquí, ya que no había nada fuera de lugar.

Pero aún así, me dediqué a dar cortos pasos alrededor del cuarto, paseando.

Tropecé un poco con la esquina de la alfombra guinda que cubría el piso encerado de madera, y con un pequeño mohín, lo intenté arreglar con la punta de mi pie.

—Ush— susurré al ver que no quedaba igual que antes. Me agaché a acomodarlo, levantándolo un poco y estirando, la alfombra era dura, así que no fue tan sencillo.

Y otra cosa que llamó mi atención, fue una madera un poco salida de su lugar.

Eso sí era extraño, porque como dije anteriormente, a Jaehyun le gustaba la limpieza y perfección, él puede enloquecer si ve una madera en este estado.

Levanté más la alfombra, dejando a la vista la madera, que parecía un poco carcomida. Entrecerré mis ojos para ver, parecían haber marcas de uñas a los bordes.

Y me agaché más, rozando con mis dedos las marcas.

Saqué la madera.

Había un hueco en el piso, y las demás maderas igual estaban sueltas. Por lo que terminé sacando unas diez, que dejaron a la vista un pequeño lugar desconocido.

Solo había una bolsa negra adentro. La saqué y la abrí, encontrando una llave que nunca había visto.

Uhm, era raro. Me levanté con la llave en mis manos, buscando alguna cerradura sin abrir. Yo ya había abierto todas las puertas de esta casa, pero nunca con una llave así.

Busqué alrededor de la oficina de Jaehyun, a lo mejor era de un cajón. Sin embargo, no entraba en ninguno de sus muebles.

Y queriendo saber más, salí de su oficina, yendo al siguiente cuarto.

Me hubiera ido a dormir, pero, ¿Por qué tendría una llave dentro de una bolsa negra debajo del piso? Eso era lo suficientemente sospechoso como para seguir investigando.

Ya no había nadie despierto, así que estuve caminando con libertad, porque lo bueno de ser un vampiro era que había aprendido a ser silenciosa, mis pasos no se escuchaban.

La casa tenía muchos cuartos, algunos desocupados, y otros los habitaba el personal. Me valió muy poco su espacio personal y también entré a esas habitaciones, buscando alguna cerradura. Estaban muy dormidos, por lo que no me notaron.

Fui descartando una y otra habitación al no encontrar nada, incluso me puse a ver debajo de las alfombras o detrás de los muebles. Nada me aseguraba que no hubiera otro escondite.

Busqué en el dormitorio, aunque sabía que no habría nada ahí. Jaehyun no era tonto, sería el último lugar donde escondería algo. Busqué también en mi primera habitación, a la que me trajeron cuando recién llegué.

La curiosidad se convirtió en frustración, porque no encontraba nada, pero sabía que había algo, algo que Jaehyun decidió esconder de mí.

Y empecé a mover los muebles. Al principio lo hice con cuidado, para no despertar a nadie. Lo levantaba y poco a poco lo alejaba de la pared, tocando para escuchar si no había algún hueco.

Luego de una hora, me importó poco hacer ruido. Aunque no fuera un alboroto los muebles sonaban, pero era poco probable que vengan.

Y me paré en frente de la última puerta que me faltaba. Esa que ahora siempre se mantenía cerrada, inhabitada, desde que apuñalé a su último huésped.

En ese momento no tenía la llave, así que solo utilicé mi fuerza sobrenatural, rompiendo el picaporte.

Le diría a Jaehyun que estaba jugando, en todo caso.

La habitación estaba a oscuras y en descuidada, como siempre.

Ya no se encontraba ni el colchón, ni el poste al que me mantuvieron encadenada, igual que a JaYoon.

Me fijé en las paredes, pero todo estaba bien, ningún ruido sordo que indicara algo inusual. Entonces avancé al piso.

Me pasé media hora, buscando tabla por tabla si alguna estaba suelta, fue un arduo trabajo, contando que bailé sin parar por horas.

—Debería dejar de ser una insegura y solo irme a dormir y esperar a-... Oh— estaba murmurando conmigo misma, intentando hacerme entrar en razón para hacer algo coherente.

Una tabla se movió ligeramente, tan poco, que, de no ser por mis sentidos súper desarrollados, no me habría dado cuenta.

Y la saqué. Encontrando más tablas sueltas que le siguieron, sólo que a diferencia del anterior escondite, aquí no había huecos. Terminé sacando casi 100 tablas, hasta que encontré una cerradura en el piso.

Y seguí sacando las tablas, hasta encontrar una puerta.

¿Por qué había una puerta en el piso en primer lugar? El descubrimiento me dio un mal sabor en la boca, y mis alarmas se prendieron. Pero aún así ya había hecho un desastre aquí y en la oficina, aparte de todos los muebles fuera de lugar y el picaporte roto.

No había manera de que me eche para atrás sin haber conseguido algo.

Inserté la llave en la cerradura, y aparte de entrar a la perfección, giró con facilidad, quitando una cerradura.

Abrí la puerta, encontrando unas escaleras que guiaban a un piso secreto.

Le di una última mirada a la puerta rota, y el pasillo oscuro. Y empecé a bajar por las escaleras.

Sin darme cuenta que el hermoso vestido blanco que llevaba se estaba ensuciando.

Todo estaba en oscuridad, como la mayor parte de la casa a estas horas. Encontré el botón de la luz a un costado del final de las gradas, y cuando lo prendí el mal sabor en mi boca incrementó.

Una de las cosas que caracterizaba a Jaehyun era su organización, por más que tuviera una buena memoria, él tenía que anotar sus cosas para saber que tenía todo en orden.

Le gustaba estar al tanto de absolutamente todo, escribiendo y respaldando lo importante. De esa manera, sentía que estaba teniendo el control de su vida.

Y fue una de sus mejores características, lo que lo llevó a su perdición.

"Finalmente perdiste."

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro