Otro día más donde estaba encerrada en la casa, mirando despreocupadamente por la ventana cómo un grupo de gente arreglaba el jardín, cortando el césped y plantando más flores.

Mis ojos vagaban despreocupadamente por los movimientos que hacían, ya estaba anocheciendo, por lo que esa gente estaba acabando.

—Le traje esto— Cecilia apareció con unas tostadas, le sonreí suavemente.

—Muchas gracias— desvié la mirada del jardín y me acomodé, olía bien.

—La cena se retrasó un poco, pero ya estará. Por suerte el amo Jung está ocupado y vendrá más tarde— asentí dando una mordida al pan tostado.

A Jaehyun le gustaba la puntualidad, el orden y la limpieza, todo eso lo caracterizaba. Por eso las comidas tenían que estar siempre a la hora, aunque había excepciones. Cuando Jaehyun se retrasaba, por ejemplo.

Me fijé en sus manos, algo quemadas y con algunas heridas por la cocina.

—¿Hace cuánto estás aquí? —  le pregunté inconscientemente. Apretó sus labios —lo siento, no tienes que resp-...

—Estuve toda mi vida aquí— respondió, le miré sorprendida.

—¿Qué?

—Todos los de aquí— señaló nuestros alrededores —El amo Jung nos vio crecer, y también a nuestros padres.

—¿Cómo es posible eso?— quitó un pelo de su ropa y me miró fijamente, debatiendo algo con ella misma, se acercó más para hablarme en complicidad.

—¿Quiere que le cuente?

—Me gustaría mucho, por favor.

—De acuerdo... hace muchísimo tiempo, cientos de años atrás…

“Las hojas se mecían suavemente por el viento, un clima frío y tenebroso rodeaba el lugar.

El hombre caminaba con músculos temblorosos, un candelabro en sus manos, y ojos cautos. El candelabro alumbraba lo justo, más no lo necesario, la oscuridad consumía las paredes deshechas.

—Entonces viniste.

Su voz hizo eco, rebotó y llegó con fuerza a los oídos del hombre. Apretó con más fuerza el candelabro, y la luz parpadeó por el movimiento. Miró a ambos lados, hasta enfocarse en algo que resaltaba entre el espacio negro. Se acercó con los cabellos crispados, y el pulso aumentando.

Y ahí se encontraba él, un hombre de cabello castaño, piel pálida y brillantes ojos rojos. Sentado en un sillón polvoriento, con una expresión divertida en su cara.

—Entonces, hablemos de negocios— puso su codo en el sillón y apoyó su barbilla en su mano, mirándolo interesadamente —Ya que usted y su pueblo está sufriendo unos ataques, vengo a ofrecerte un trato.

—Tú estás causando los ataques— escupió con ansiedad el hombre en frente.

—Y por eso vengo a ofrecerte un trato— repitió descaradamente. —Verás, sé que ya saben lo que soy, y sé quiénes están buscando formas de asesinarme— los ojos del hombre tembloroso se abrieron en grande —Y aprecio el esfuerzo, de verdad. Es halagador que piensen en mí todo el tiempo— sonrió de lado —Pero dejando eso de lado, hay cosas de las que fácilmente me podría ocupar yo, solo no quiero hacerlo— pausó viendo la expresión del hombre —necesito ojos y oídos en diferentes lugares, por cuestiones personales— hizo un ademán restándole importancia. —Y me di cuenta, que tú y tu familia son lo que podría utilizar bien. Tienes dos hijas preciosas.

—No te atrevas a acercarte a ellas, demonio— respondió apretando los dientes, Jaehyun ladeó la cabeza.

—La decisión está en tus manos, buen hombre. —miró su uña con ojos entrecerrados —Acepta esto que te estoy dando, y a cambio no lastimaré a tu familia, los protegeré. Pero si decides que no, cosa que puedes hacer— se encogió de hombros —para el momento que salgas de aquí y llegues a tu casa, ni tu esposa, hermanos o hijas estarán vivos.

—Asqueroso demon-

—Demonio chupasangre. Sí, sí, ya me sé eso— rodó sus ojos —¿qué dices?

El hombre lo miró con rabia, sus manos temblando y sus ojos oscureciéndose.

—B-bien— susurró.

Amaba a sus hijas más que a nada, no podía permitir que una bestia les quite los muchos años que tenían por delante.

—¡Bien!— exclamó Jaehyun levantándose, sobresaltando al hombre. Jaehyun era más alto e imponente que él, le tendió la mano con una sonrisa media. El hombre la agarró. —A partir de ahora, tú, tu familia y todas las generaciones que vengan por delante me pertenecen y estarán para servirme, si intentan hacer algo en mi contra o escapar, los mataré dolorosamente. Pero a cambio les doy mi protección.

—¡E-espera! ¡No acordamos eso!

—Así que no intentes escapar ni hacer nada malo, porque yo siempre me entero de todo— le soltó su mano —Volveré a verte en un tiempo, mientras tanto espérame y mantente callado— en un parpadeo el candelabro se apagó y Jaehyun desapareció”

—Espera— tenía la incredulidad plasmada en mi cara —Jaehyun lo engañó, se aprovechó de él.

—Y a cambio nos ofreció protección.

—¿Lo cumplió?

—Podría decirse que sí— torció su boca —Luego de eso, mató a todo el pueblo, excepto a mi familia.

—¿Por qué-…?

—Porque quería, y porque debía mantener la leyenda del vampiro solo como eso, una leyenda— miré el último trozo de pan tostado que me quedaba —Llevó a mis antepasados con él.

—Como una maldición…

—Pero después de todo, no puedo decir que no nos cuidó, el amo Jung nos trata bien si obedecemos y nos mantenemos callados. Nos cuidó de los diferentes peligros que se presentaron, y nunca nos faltó nada.

Me quedé con la vista en las migajas de pan que había en el plato.

—¿Qué pasa si desobedecen?

Tragó saliva.

—Tal como él dijo, si intentamos hacer algo en su contra, nos mata— sus ojos tenían pesar —Intentaron escapar diferentes personas a lo largo del tiempo, pero nunca lo lograron. Nadie lo logró.

—Le tienen miedo— las palabras salieron sin permiso, abrió la boca un poco.

—Sí— afirmó luego de unos segundos —hay algunos que le tienen respeto, pero el miedo es lo que destaca. Su… —se trabó al hablar —su anterior muñeca le duró poco, menos de lo que esperábamos. Se veía muy encantado con ella cuando la trajo, así como con usted— pausó —Pero de un momento a otro estaba muerta. Y eso lo pone de mal humor, se vuelve errático cuando se enoja, deja de pensar y solo actúa por naturaleza. Por eso está mayormente tranquilo e intentamos mantenerlo de esa manera— me miró —le digo todo esto para que pueda saber dónde pisar, señorita Leia, yo sé que usted es inteligente. Pero tampoco la culparé si se rinde, el amo Jung es una… alguien difícil con quien tratar.

Con sus suaves advertencias me dejó en la sala. Llevándose el plato.

Sí, ellos no eran cómplices, eran víctimas igual que yo. No podían ayudarme a mí ni a las demás chicas que pasaron antes por aquí, porque estaba amenazados también. Los habían atado de manos, para ser espectadores de estos crueles actos.

No podía imaginarme a Cecilia desde bebé aquí, viendo a su amo seguir con el mismo rostro y ningún signo de envejecimiento, mientras ella crecía.

Actualmente Cecilia se veía mayor que Jaehyun, pero todo eso estaba muy alejado de la realidad.

Si mató a todo un pueblo, eso significaba que mató a niños también.

Niños inocentes, bebés, mujeres frágiles.

¿Hasta dónde podía llegar la crueldad de Jung Jaehyun?

N/A

holaaaaaa, otro hermoso capítulo donde el tóxico no hace acto de presencia.

Bueno, de alguna manera jsjs.

Gracias por los votos y comentarios, lxs amo<3