Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

seventeen. falling in love

O17 | FALLING IN LOVE

Vanessa salió apresuradamente de la sala de espera, con lágrimas comenzando a nublar su visión. Apenas podía pensar con claridad, su mente era un torbellino de emociones contradictorias.

Sin pensarlo demasiado se dirigió hacia el edificio en el que se estaba quedando y subió las escaleras hacia su habitación a toda velocidad, deseando escapar de todo y de todos, especialmente de James. Sin embargo, cuando estaba a mitad de camino, escucho unos pasos veloces detrás de ella.

—¡Nessa! —James exclamó.

La aludida se dio la vuelta, sintiendo como su corazón latía con rapidez.

—Me ignoraste las últimas semanas. ¿Podemos simplemente volver a eso?

—No es cierto —dice sin aliento.

James tiene las mejillas enrojecidas y el cabello revuelto. Sus ojos estaban cristalizados a causa de las lágrimas que amenazaban con salir.

—¿Qué es lo que no es cierto? —Vanessa preguntó lentamente. El dolor que expresa su mirada la había cogido totalmente desprevenida.

—Que no seas suficientemente buena para mí.

—Menuda estupidez —musito.

—Nessa...

—¡No! —grita, interrumpiéndolo.

—¿Y si digo que tienes razón? —preguntó, subiendo un par de escalones hasta quedar a la altura de la rubia. Esta lo miró con una mueca—. Dejo que decidan por mí, hago cosas imperdonables, miento, escondo lo que siento. Pero no me juzgues, porque lo hago por ti.

—¿A qué te refieres? —cuestionó, confundida.

—Olvídalo —murmuró, dándose la vuelta. Sin embargo, antes de que pudiera llegar demasiado lejos, Vanessa dijo:

—¡Deja de decirme acertijos estúpidos! ¡Me enloqueces! —exclamó, sintiendo como lágrimas de frustración caían de sus ojos.

—¡Tú me enloqueces! ¿Sabes lo que me estás haciendo ahora? —resistió, moviendo sus manos con desesperación—. ¿Crees que es fácil para mi verte y escuchar tu voz?

—No puedes hacer esto —Vanessa se apresuró a negar. Estaba enfadada, y se podía notar en su tono de voz—. No puedes terminar conmigo y humillarme delante de todos tus amigos sólo para después cogerme de la muñeca, acariciarme y desearme en un susurro que tenga mucha suerte.

Ante sus palabras, James guardó silencio. Se sentía impotente y culpable.

—No puedo, Nessa —finalmente dijo—. Lo siento, ¿está bien?

Por un momento, Vanessa sintió que su corazón se suavizaba un poco ante sus palabras. El chico se veía tan demacrado y afectado por toda la situación que no podía evitar sentirse mal. Respiró hondo, intentando calmarse.

—Entonces ¿por qué estás aquí? ¿Por qué estás hablando conmigo?

—Porque yo...

Frunce el ceño como si él mismo no supiera la respuesta. Luego abre la boca, aunque rápidamente vuelve a cerrarla. Parece como si se negase a decir las palabras que en realidad tiene en la punta de la lengua.

—No lo sabes, James —negó la rubia, levantando sus brazos al aire—. No sabes lo que quieres.

Decidida a terminar la conversación, Vanessa subió los últimos escalones que le quedaban para luego dirigirse con rapidez hacia la puerta de su habitación. Una vez que estuvo frente a ella, abrió su bolso, buscando las llaves con desesperación.

—Se exactamente lo que quiero —la voz determinada de James sonó a sus espaldas, lo que hizo que se diera la vuelta.

—¿Y por qué no luchas?

—Porque lo que yo quiero nunca ha tenido importancia.

—¡Para mí sí! ¡Para mí lo que tú quieres siempre ha sido importante! —espetó, acercándose a él para encararlo.

Al ver que James no tenía intenciones de responder, Vanessa se dio la vuelta, dispuesta a irse. Sin embargo, antes de que pudiera alejarse, el chico la tomó suavemente por la muñeca y la giró hacia él con fuerza.

La rubia no tuvo tiempo de reaccionar porque, de repente, los labios de James se encontraban sobre los suyos. Inesperados, ardientes y posesivos.

Vanessa sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo. Al principio, intentó resistirse, pero pronto se rindió al beso, sintiendo cómo toda su ira y dolor se desvanecían momentáneamente.

La lengua de James arremetió contra la de Vanessa de forma pasional, sin darle la oportunidad de respirar y sintiendo el embriagador aliento del otro en sus bocas. La chica llevó sus manos hasta el cabello del rubio, tirando de sus mechones con necesidad.

Acto seguido, James la cogió por la nuca, aumentando la intensidad del beso. La chica percibió en sus dedos temblorosos que hacía tiempo que quería hacer esto y lo mucho que le ha costado negárselo a sí mismo. La besaba como si buscara sumergirse en ella, es una mezcla de deseo, desesperación, odio y todos los sentimientos que hay entre ellos,

James agarra por la cintura a Vanessa, la levanta y avanza tambaleándose con ella en brazos por el pasillo. La espalda de la chica choca contra la puerta de su habitación, haciendo que respirara profundamente. A modo de jugueteo, la Wagner decide morder el labio del rubio, haciendo que jadeara en su boca y se apretara contra ella.

Vanessa rebusco entre sus bolsillos las llaves de su habitación. Cuando las encontró, no perdió el tiempo y se las entregó a James sin mucho problema. A continuación, el chico aumenta la fuerza en su agarre y abre la puerta.

Estaban tan consumidos por el beso que ni siquiera se dieron cuenta cuando ya se encontraban junto a la cama. James se deja caer en ella, pero colocó su brazo bajo la espalda de la rubia para amortiguar el impacto.

Su boca recorre tiernamente cada milímetro del rostro de Vanessa. Besa sus mejillas y las comisuras de su boca. La punta de su nariz. Sus labios se deslizan por su barbilla.

Sin embargo, cuando James comenzó a besar el cuello de la contraria, esta se vio obligada a sujetarse con fuerza de sus hombros. Era su parte débil.

—Vanessa... —susurró.

En ese momento, la chica recordó aquella noche en la que se habían besado en la escalera de la escuela. El recuerdo la había tomado desprevenida, por lo que rápidamente sintió la desesperación y el dolor.

No puedo contener que las lágrimas se acumularan en sus ojos, ni que estas cayeran por su rostro con violencia.

Al notar que algo no estaba bien, James se detiene. Se separa levemente de la rubia y la observa con cuidado. Luego, le acaricia la cara con ternura y vuelve a repetir su nombre.

Vanessa se apresuró a cubrir su rostro con un brazo, para que así él no pueda verla llorar, pero James le toma la mano y la levanta con cuidado. Entrecruza sus dedos y los coloca junto a su cabeza en la cama. Con su mano restante le aparta un mechón de cabello que se cubría su rostro.

—Lo siento —murmuró, dejando un tierno beso sobre la frente de Vanessa.

La chica se levantó lentamente, haciendo que el rubio quedara sentado frente a ella. Permanecieron en silencio por unos segundos, y Vanessa acarició suavemente la piel roja del contrario, haciendo que James cerrara los ojos.

—¿Por qué? —preguntó en un susurro—. ¿Qué fue lo que sucedió?

—Mis padres vieron lo mucho que cambie por ti. Para mi padre, amenazas sus planes. Y tiene razón —comenzó, evitando la mirada de la rubia—. Juro que destruiría tu vida, y yo no puedo protegerte de él. Mereces a alguien que te proteja, y una familia que te acepte, y yo no puedo darte eso. Solo puedo ofrecerte problemas que ni yo puedo enfrentar.

—Entiendo el porqué lo hiciste, pero no puedes decidir que es lo que puedo enfrentar.

—No quiero que te lastime —James dijo finalmente, sintiendo como las lágrimas que había estado acumulando cayeran por sus mejillas.

Vanessa bajó la mirada, sintiendo un nudo en el estómago al pensar en lo que Thomas, su propio padre, era capaz de hacer. No le tenía miedo a Mortimer, pero si al hombre que le había dado la vida.

—No le tengo miedo.

—¿Cómo lo haces? —suspiró el rubio, pasando sus manos por su cabello con frustración—. No sabes de lo que es capaz. No quiero... No puedo...

Vanessa se acercó a él, tomando su rostro entre sus manos, obligándolo a que la mirara.

—No más secretos —murmuró, mirándolo fijamente a los ojos—. Ni mentiras.

James asintió. Su expresión era seria y determinada.

—Lo prometo.

La chica sonrió, por lo que el contrario imito su acción. Cuando notó que el ambiente se había calmado, comenzó a dejar un camino de besos por el brazo de Vanessa, haciéndola reír.

Ambos unieron sus labios en un beso, tratando de demostrar todo lo que sentía por el otro. Vanessa se subió con cuidado sobre el regazo de James, haciendo que este la sujetara por la cintura. La chica juguetea con su lengua y con ella acaricia su labio inferior. Acto seguido deja de besarlo para comenzar a desabrochar su camisa.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó con voz ronca.

—Desvestirte.

Se limitó a responder, quitándole importancia al asunto para así poder continuar con su tarea. Cuando finalmente logró desabrochar el último botón, dejando a la vista el torso desnudo de James, mordisqueo su labio inferior, acariciando lentamente su vientre.

Cuando Vanessa se inclina hacia delante y deja un rastro de besos en su vientre, el chico inspiró con fuerza.

—¿No es esto lo que hacen las parejas cuando se reconcilian?

—¿Parejas?

—Bueno, no eres mi juguete sexual.

—¿Cómo puede alguien con un cociente de inteligencia tan alto como el tuyo emplear con toda seriedad una expresión como «juguete sexual»? —murmuró divertido, haciendo que Vanessa riera.

—¿Te parece buen momento para ser gracioso? —preguntó, dándole un leve golpe en el estómago al rubio.

—Me gustaba más cuando utilizabas la lengua.

James tenía la impresión de que el pecho le iba a estallar de un momento a otro por la velocidad en la que le latía el corazón. Vanessa está sentada sobre él, con las piernas abiertas, su torso contra el suyo. Estaba tan excitado que no pudo evitar soltar un jadeo cuando la chica empieza a mover las caderas.

La deseaba.

La deseaba más de lo que jamás en la vida ha deseado a alguien.

—Soy todo lo que tú quieras —dijo con voz ronca—. Novio, juguete sexual, todo.

—¿De verdad, todo? —susurra.

—Todo —repitió, subiendo las manos por sus muslos.

La chica se ríe levemente, rodeando las caderas del contrario con sus piernas.

James se inclina un poco hacia atrás, mirando fijamente a los ojos de Vanessa mientras le sacaba la blusa. Cuando estuvo completamente desnuda, se acercó más a ella y repartió una hilera de besos en su escote. Cogió sus pechos y los acarició, lo que le provoca un jadeo sorprendido.

Era su primera vez juntos, por lo que querían tomarse el tiempo de hacerlo bien. Querían que dentro de unos años más recordaran este momento como algo bonito.

James siguió hacia abajo, deslizó los dientes por todo su abdomen. Cuando llegó a la cinturilla del pantalón, Vanessa entierra los dedos en su cabello. El rubio levantó la vista, inquisitivo. Es ella quien lo estaba guiando, ella era quien determinaba lo que iba a suceder a continuación.

—Sigue —dijo en un susurro apenas audible.

Aquellas palabras fueron suficientes para que James le ayudara a desabrocharse los pantalones, para así sacárselos rápidamente. Luego se quedó en ropa interior ante él, haciéndolo retener la respiración. No sabía cómo es que se había ganado eso. No tenía ni idea.

Decidido, el chico trazó una línea de besos en sus piernas hacia arriba. Deslizó las dos manos hasta su cintura, en donde dejo suaves caricias.

Cuando sus ojos conectaron, atrapó la ropa interior de Vanessa y tiró de ellas hacia abajo. Ahora estaba completamente desnuda frente a él y ya no puede pensar claramente.

James decidió no seguir perdiendo el tiempo, así que comenzó a trazar un rastro pícaro de besos que descendía por su ingle. Cuando su boca llega a su sexo, Vanessa maldice en voz alta.

Vanessa llevó sus manos hasta su cabello, incentivándolo a mover la boca y besar su centro con pasión. Cuando finalmente mueve la lengua, la chica se retuerce, haciendo que James coloque una mano en su vientre para sujetarla. Él disfrutaba sentir sus dedos arañándole el cuero cabelludo y mostrándole a donde ir y con qué intensidad.

Cuando se acelera su respiración y tensa las piernas, James desliza un dedo en su interior húmedo. Vanessa no tardó mucho en gritar su nombre y en arquearse debajo de él.

El chico sigue lamiéndola y besándola hasta que disminuyen los temblores que recorren su cuerpo. Pudo notar que estaba sin aliento cuando se separó de ella para tenderse sobre la cama y así poder observarla con comodidad. Tenía el pelo alborotado y las mejillas enrojecidas.

Se veía hermosa.

—¿Es éste el James Beaufort que destroza camas de agua practicando el sexo?

El chico dejo una leve mordida en su cuello, sacándole una carcajada.

—Ya te he dicho que no hubo cama de agua.


































🍷🏛🥀




































Vanessa y James se encontraban recostados sobre la cama. La chica le había rodeado la espalda con los brazos, agarrándose fuertemente a él. Noto los latidos de su corazón tan rápidos e irregulares como los suyos.

—Eres bastante cómodo, James —murmuró.

Las comisuras de los labios del aludido se mueven mínimamente hacia arriba, dibujando una sonrisa.

—¿Qué es lo que te hace sonreír?

—Hacía un montón de tiempo que no pronunciabas mi nombre. Me gusta que lo hagas.

Vanessa carcajeo levemente, para luego tomar su rostro entre sus manos, inclinándose hacia delante, besándolo con cuidado. La mano de James avanza de su rostro hasta su cuello y su hombro. Un cálido cosquilleo recorre la columna vertebral de la rubia cuando le rodea la cintura.

—En el campo... Te dije que no se puede perder aquello que no se posee.

Vanessa se retuerce ante el recuerdo. Odiaba pensar en eso. Quería apartar la vista de James, pero sus ojos demostraban tantos sentimientos que se le hizo imposible.

—Era mentira. Soy tuyo desde que me golpeaste en aquel parque de diversiones, Vanessa Wagner.

Los ojos de la aludida se abrieron con sorpresa, sintiendo como su rostro se sonrojaba debido a sus palabras.

James se dedicó a observar a la chica. Tenía el cabello revuelto y las mejillas y los labios rojos. Es tan bonita que se vio obligado que apartar la mirada.

—Ya te he contado que después de terminar los estudios trabajaré en la empresa familiar. Y... Mis padres consideran importante que entonces tenga a una esposa a mi lado. Es lo que toca. Si por ellos fuera, ya me habría prometido con alguien para que nada salga mal.

Vanessa dejó salir un suspiro de desaprobación, arrugando la nariz con desagrado. Odiaba la idea de pensar en James con alguien más.

—Desde el principio has sido especial. He cambiado. Yo no lo he notado, pero mis amigos y mi familia sí —explicó, sintiéndose repentinamente avergonzado—. Durante semanas tuve que someterme a sus preguntas sobre qué me sucedía, por qué estaba tan inmerso en mis pensamientos y cosas por el estilo. Cuando mi padre nos vio en la sastrería sospechó algo. Y cuando nos descubrió en la gala... Confirmó sus sospechas.

—¿Por eso tenías la herida en el labio? ¿Te golpeo? —preguntó con preocupación, colocando con cuidado el dedo en mi labio.

—Sí —responde en voz baja.

Nunca había hablado con nadie sobre su padre. Ni siquiera con Lydia. Sus amigos sospechaban lo que sucedía en aquella casa, pero él nunca ha hablado con ellos al respecto.

—¿Te golpea con frecuencia, James? —susurró la rubia.

Al chico se le hizo imposible responder, sobre todo si lo miraba con tanta compasión. Sin embargo, todo lo que quería es explicarle la causa de por qué se ha portado tan mal con ella.

—Eso no importa —respondió tras unos segundos, carraspeando levemente su garganta—. En cualquier caso, mis padres han visto en ti un peligro. Se han dado cuenta de lo importante que eres para mí. Mucho más importante que la maldita empresa.

En ese momento, algo cambio en los ojos de Vanessa. Su mirada era tan profunda y penetrante que James sentía que podía ver a través de su alma. Sintió una conexión genuina y sin barreras entre ellos. La chica sonrió, una sonrisa que iluminó su rostro y dejó al descubierto la felicidad que sentía.

Por otro lado, James sabía que sus padres estaban en lo cierto al preocuparse. Vanessa es peligrosa para ellos y para todo lo que han planeado que sea su futuro.

Está perdidamente enamorado de Vanessa Nicole Wagner Zanoli.

Lo que siente por ella es universal y grandioso, y no desaparecerá por mucho que intente ignorarlo, y eso le quedo claro estas últimas semanas. Vanessa se había instalado en su vida, lo ha arrojado todo por la borda y se ha ganado un lugar en el caos que ha provocado.

A este punto, ya le da igual a quién tenga que enfrentarse y le da igual que su padre se enfade con él.

—No me quiero ir nunca —James dijo, sonriendo abiertamente. Estaba demasiado feliz—. Ni hoy, ni mañana, ni nunca.

—Creí que no querías venir a Oxford —Vanessa habló entre risas.

—No dije que saldría de este cuarto —respondió, recostándose contra el pecho de la chica—. Nos quedaremos aquí.

La rubia sonrió, dejando suaves caricias sobre su cabello. No quería que aquel momento se acabara. Adoraba más que nada estar con James. Él le daba una tranquilidad que nadie más era capaz de darle.

—Mañana el mundo seguirá girando...

James hizo una mueca, dándose la vuelta hasta quedar recostado sobre su espalda, observando el techo de la habitación.

—Tienes tantas oportunidades como los demás. Sólo tienes que aprovecharlas, James.

James la rodeó con sus brazos, estrechándola contra su pecho, para luego murmurar sin aliento contra sus labios:

—Gracias.

—No es nada...

—Lo digo en serio —el rubio la interrumpió—. Gracias por todo.


































🍷🏛🥀




































Las horas habían pasado y ahora Vanessa y James caminaban de la mano sobre un puente, disfrutando del aire fresco y la compañía mutua. El sol brillaba suavemente sobre ellos, y los cisnes nadaban con tranquilidad en el agua, añadiendo un toque de serenidad al ambiente.

—Hoy por la mañana parecías muy triste —James dijo de repente, haciendo que la chica se voltee a verlo.

—No me ha ido muy bien en la entrevista —mascullo.

El rubio hizo una mueca, dando un suave apretón sobre el agarre de sus manos.

—Los dos profesores eran unos idiotas. Creo que utilizan el truco de hacer que los aspirantes se sientan inseguros. Pero estoy convencido de que lo hiciste genial —aseguró. Vanessa sonrió al notar la confianza que él tenía en ella.

—La verdad es que no. Di una respuesta totalmente equivocada a una de sus preguntas. Estoy cien por ciento segura de que no aprobaban lo que había dicho.

—¿Hasta qué punto?

Con un suspiro, la chica le contó lo que había sucedido durante la mañana.

—No le des tantas vueltas. Si tú no consigues entrar en Oxford, no lo consigue nadie —musito, dejando un delicado beso sobre la coronilla de Vanessa.

—Gracias por decirlo —habló, sintiéndose repentinamente avergonzada—. ¿Cómo te fue a ti?

James dejó salir un bufido de molestia, mientras que su rostro adquiere esa expresión que siempre aparece cuando se habla de Beaufort, Oxford o su futuro. Parece abatido.

—Háblame —susurró.

—Sé que Oxford es lo más importante para ti, por eso me resulta difícil hablar precisamente contigo de esto, pero... Yo encuentro que este circo no tiene sentido.

Vanessa asintió, escuchándolo con atención. Sabía que no todos tenían los mismos sueños ni las mismas metas.

—Durante la entrevista, todo pasaba junto a mí. Como en una película en blanco y negro que alguien rebobina y en la que yo soy el único que no se mueve de su sitio —James confiesa.

—Si no quieres estudiar aquí ni tampoco trabajar en la empresa de tu padre... ¿Qué es lo que te gustaría hacer?

—Por favor, no me preguntes eso.

—¿Por qué no? —cuestionó con suavidad, acariciando su mejilla. El rubio se recargo en su tacto.

—No pienso en todo lo que podría hacer porque, si me permito soñar, luego me deprimiré más.

—Los sueños son importantes, James —murmuró.

—Entonces, tú eres mi sueño.

Vanessa lo conocía a la perfección, así que sabía que aquello sólo era un ridículo intento e su parte para no tener que responder a lo que le ha preguntado.

—Por desgracia, esto no funciona así.

—Sería demasiado fácil —dijo en voz baja, dirigiendo su vista hacia el lago, observando como los cisnes se movían de un lado a otro.

—¿Qué te gusta? ¿Qué es lo que te fascina?

Ante su pregunta, el cuerpo de James se tensa de forma involuntaria. Vanessa le sonrió, haciéndole saber que eso está bien y que debe tomarse su tiempo.

—Me gusta el deporte —contesta vacilante al final—. Y la literatura. El arte. La buena música. Oh, y la comida picante. La comida asiática picante para ser más exacto. Me gustaría viajar a Bangkok y probar todo lo que se vende en los mercadillos callejeros.

—¿Algo así como saltamontes fritos? —la rubia preguntó con una mueca asqueada.

—Eso mismo.

—Suena fácil de conseguir.

—Son cosas que uno hace cuando está de vacaciones, no que puedan considerarse como un objetivo vital —dijo él, negando.

—Es un comienzo —murmuró, tratando de transmitirle positividad—. Puedes hacer todo esto cuando dejes de ponerte obstáculos a ti mismo.

En ese momento, a Vanessa se le ocurrió una idea, por lo que rápidamente se soltó de la mano de James y comenzó a rebuscar algo en su bolso.

—¿Qué haces? —cuestionó James, observándola con confusión.

Justo cuando aquellas palabras salieron de sus labios, la chica había sacado una pequeña libreta de color rosa que tenía su inicial.

—Vamos a hacer una lista —respondió.

James parecía dudoso y confundido, por lo que Vanessa dijo:

—Siempre que hay algo que se me está dificultando, hago listas. Cuando era niña esto me ayudaba a estar motivada y conservar la mente clara —explicó.

—¿Quieres hacer una lista de ésas para mí?

—A lo mejor a ti también te motiva —
contestó con inocencia. James sonrió.

—De acuerdo.

La chica cogió el bolígrafo entre sus dedos, para luego escribir el viaje a Bangkok como primera meta.

—¿Qué más? —preguntó, haciendo que el rubio se rascara pensativo la barbilla—. Puede ser cualquier cosa.

—Quisiera seguir jugando al lacrosse —dice a media voz.

—Está bien —musito, anotando el segundo punto—. Y ¿qué viene después?

—Quiero leer más —continua James—. Y no sólo el género que leo habitualmente.

—¿Qué es lo que sueles leer?

—La lectura especializada que me da mi padre. Biografías de empresarios que han triunfado —explicó, frunciendo el ceño.

—Eso suena como una tortura —bromeó Vanessa, haciéndolo reír levente.

—Lo es.

Vanessa sonrió, escribiendo con tranquilidad el tercer punto de su lista. James la observaba, expectante, prestándole atención a cada uno de sus movimientos.

—Todavía falta un punto —exclamó el chico, tomando la libreta. Rápidamente le arrebata el bolígrafo de la mano y anota algo—. Listo —musita sosteniendo la libreta frente a Vanessa.

Una sonrisa cariñosa se formó en sus labios cuando leyó lo que había escrito como cuarta meta.

4. Nessa.

—Cuando estás a mi lado tengo la sensación de que soy capaz de conseguirlo todo —confesó—. Por eso formas parte, pase lo que pase, de la lista que está confeccionada para hacerme feliz.

Vanessa sintió un calor reconfortante en su corazón al escuchar sus palabras. Aun se le hacía increíble como todo había cambiado en tan solo un día. Hace tan solo un par de horas, no eran capaces de intercambiar una sola palabra, pero ahora estaban frente a un lago tomados de la mano, viendo como el sol se escondía, iluminando el cielo en tonos amarillos y anaranjados.

—No puedo creer que este diciendo esto, pero eres increíble, Beaufort.

—Lo sé —respondió, sonriendo con aires de superioridad—. No es fácil ser tan increíble, pero alguien tiene que hacerlo.

Vanessa rió y le dio un suave empujón en el brazo. James la atrajo hacia él, envolviéndola en un abrazo.

Se quedaron allí un rato, abrazados, dejando que la paz del momento los envolviera. Los cisnes seguían nadando tranquilamente, ajenos a los problemas humanos, y en ese instante, Vanessa sintió que podía dejar ir un poco de su miedo y confiar en que, con James a su lado, nada podría salir mal.

































































































































JES'S NOTE !

FINALMENTE EL CAPÍTULO QUE TODOS ESTABAMOS ESPERANDO 😭 espero que me estén amando en estos momentos

no hay nadie que esté más feliz que yo por la reconciliación de mis niños, de verdad los adoro con mi vida 💘

desde ahora se vienen muchas escenas tiernas y romanticas entre vanessa y james :) porque la verdad, yo me los imagino siendo bastante cariñosos y demostrativos, especialmente a james (ustedes que opinan?)

PD: al principio tenía pensado que la escena smut fuera un poco más fuerte y detallada, pero me dio vergüenza iqbdkqjid 🙈 así que aprecien lo que les di okei

gracias por leerme <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro