nine. is this what love is?
OO9 | IS THIS WHAT LOVE IS?
Una tranquila mañana había comenzado en casa de los Wagner. Vanessa yacía recostada en el sofá, aún envuelta en la comodidad de su sueño, aferrándose a la sudadera que llevaba puesta como si fuera un amuleto de protección contra el frío matutino. Su cabello caía en cascada sobre el cojín, y su rostro tranquilo reflejaba la paz del descanso.
Alfred, el fiel mayordomo de la familia, se movía en silencio por la cocina, preparando el desayuno con meticulosidad mientras el suave tintineo de los cubiertos llenaba la casa con una melodía hogareña.
Theodore había decidido levantarse temprano para ir a casa de Ruby, ya que esta estaba de cumpleaños. Por otro lado, Thomas se encontraba en un viaje de negocios del cual volvería durante la mañana del domingo.
El tranquilo ambiente del lugar se vio interrumpido por el sonido del timbre de la puerta, anunciando la llegada de un visitante inesperado. Alfred se dirigió hacia la entrada, mientras Vanessa, aún medio adormilada, se incorporaba lentamente en el sofá, preguntándose quién podría ser a esa hora de la mañana.
Al abrir la puerta, reveló la figura de James. Con una sonrisa encantadora, James saludó a Alfred.
—Buenos días, Alfred.
—Buenos días, joven James. ¿A qué debo el honor de esta visita tempranera? —preguntó Alfred, su tono cortés pero ligeramente sorprendido por la presencia de James.
—Solo pasaba por aquí y pensé que podría darle una visita a Nessa —respondió James con una sonrisa. El hombre asintió, mientras le indicaba que entrara. El chico lo hizo, con su mirada brillando con una chispa traviesa mientras se dirigía hacia la sala de estar.
Vanessa, ahora completamente despierta, observaba la escena con curiosidad mientras James se instalaba en el sofá cercano. Sin embargo, su asombro se convirtió en sorpresa cuando James señaló la sudadera que ella llevaba puesta.
—¿Estás usando mi sudadera? —preguntó James con una ceja alzada, una sonrisa burlona curvando sus labios.
Vanessa se sonrojó ligeramente ante la observación de James, sintiéndose un poco avergonzada por haber sido atrapada usando la prenda del rubio.
—Uh, sí, ¿qué pasa? ¿No te gusta cómo me queda? —respondió Vanessa con una sonrisa juguetona, tratando de desviar la atención de la situación.
James soltó una risa suave, mientras observaba a la chica intentando defenderse.
—No, no es eso, es solo que no te veo como el tipo de chica que usaría una sudadera de su amigo para dormir —respondió James, su tono amistoso, pero con un toque de picardía.
Vanessa rodó los ojos con una sonrisa, fingiendo estar ofendida.
—¿Qué puedo decir? Tal vez solo necesitaba algo cómodo para dormir —bromeó ella, encogiéndose de hombros con fingida indiferencia.
James le lanzó una mirada burlona a la rubia, sus ojos centelleando con complicidad mientras observaba su rostro ligeramente ruborizado.
—Bueno, supongo que tienes buen gusto en cuanto a sudaderas se trata.
—Claro, siempre he sido una experta en elegir las prendas adecuadas para dormir —respondió, lanzando un guiño cómplice que hizo que James se riera suavemente.
Alfred interrumpió su intercambio con la presentación del desayuno, colocando los platos frente a ellos y llenando la habitación con el aroma tentador de la comida recién preparada.
James y Vanessa comenzaron a desayunar, intercambiando conversaciones ligeras y risas mientras compartían anécdotas sobre sus semanas y planes para el fin de semana.
A medida que el sol continuaba ascendiendo en el cielo y el aroma del desayuno llenaba la habitación, Vanessa se sintió agradecida por la presencia de James.
🍷🏛🥀
Vanessa y James se dirigieron al jardín trasero de la casa de los Wagner, buscando un poco de privacidad. El sol de la tarde se filtraba entre las hojas de los árboles, creando un ambiente cálido y acogedor.
Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos de la casa, se detuvieron junto a una antigua fuente de piedra cubierta de enredaderas. Vanessa se sentó en el borde de la fuente, mientras James se acomodaba a su lado.
Por un largo tiempo, no hubo necesidad de decir nada. El silencio que había entre ellos era cómodo.
—¿Puedo contarte un secreto, Nessa? —James preguntó, rompiendo el silencio.
—Puedes contarme lo que quieras —susurró.
—No quiero hacerme cargo de la empresa —confesó—. Si tengo que ser sincero, tampoco quiero ir a Oxford.
—¿Qué es lo que quieres entonces? —la rubia cuestionó con suavidad.
—Es la primera vez en mucho tiempo que alguien me hace esta pregunta.
—Pues es una pregunta importante.
—Y no sé qué debo contestar —murmuró—. Mi futuro ha estado planeado desde siempre, ¿sabes? No importa si a Lydia le gustaría mucho más hacerse cargo de Beaufort y, además, lo haría mucho mejor que yo. Vive para nuestra empresa y, a pesar de ello, voy a ser yo a quien mi padre introduzca en la dirección de la compañía el año que viene.
Una mueca se apoderó del rostro de Vanessa mientras lo escuchaba.
—Lo he sabido toda la vida, y también lo he aceptado. Pero no es lo que quiero —James explicó, tomando una breve pausa antes de continuar—. Lamentablemente, nunca tendré la posibilidad de averiguar qué es. Yo no planifico mi propia vida, ya hace tiempo que está planificada: Maxton Hall, Oxford y la empresa. Para mí no hay más opciones.
—Mi madre solía decir que el mundo está a mi disposición. Que es igual de dónde venga o adónde vaya —dijo la chica—. Mi madre y Alfred siempre me ha dicho que puedo hacer y dejar de hacer lo que desee y que no hay propósito que sea demasiado grande. Yo creo que todas las personas merecen un mundo lleno de posibilidades.
—Algunos días... —James empieza a decir, y se interrumpe. Pero luego sigue hablando, reúne el valor para continuar sincerándose—: Algunos días tengo la sensación de no poder respirar bien porque todo me abruma.
—James...
Vanessa sintió como el corazón le dolía al escucharlo hablar tan afectado. Nunca habría pensado que sufriese tal presión y que las obligaciones con su familia fuesen una carga tan pesada.
—Este año... Es el último en el que todavía no tendrás que asumir ninguna responsabilidad —musito.
—Es mi última oportunidad de ser libre —contesta en voz baja.
Vanessa deseaba encontrar una solución a su problema, pero sencillamente no la hay. Cuando se tiene que asumir un legado de este tipo no basta con sentarse a la mesa con tus padres y discutir sobre el tema. Y ella sabía eso más que nadie.
La chica se acercó a James, rodeando los hombros del chico en un abrazo. Al principio se sorprendió de su acción, pero luego rodeo la cintura de la rubia con sus brazos. Era la primera vez en mucho tiempo que recibía un abrazo.
—Encontraremos una solución —murmuró. El contrario asintió, aunque no estaba seguro de que hubiese una. Después de todo, él ya lo había intentado.
James decidió romper el momento serio con un gesto juguetón. Sin previo aviso, con un movimiento rápido, empujó suavemente a Vanessa, quien cayó con un chapoteo en la fresca agua de la fuente. Un grito de sorpresa escapó de los labios de Vanessa cuando sintió como los pantalones que estaba usando se empapaban.
James la miró, su risa resonando en el tranquilo jardín, mientras se unía a ella en la travesura.
—¡Eso no fue justo! —exclamó Vanessa, mientras intentaba salpicar a James con agua, su risa contagiosa llenando el aire.
El chico esquivó sus intentos de venganza con gracia, jugando a lo largo de la fuente mientras se reían como niños en un día de verano. El agua salpicaba a su alrededor mientras se sumergían en una guerra de risas y juegos, olvidándose del mundo por un precioso instante.
Después de un rato, se detuvieron, dejando escapar unos cuantos suspiros de cansancio, con los hombros agitados por la risa y los corazones llenos de alegría. Se sentaron juntos en el borde de la fuente, el agua tranquila reflejando la calidez del atardecer.
Mientras todo esto pasaba, el jardín parecía estar impregnado de una magia especial.
🍷🏛🥀
La mirada de acero del director Lexington perforara el rostro de Vanessa mientras esta intentaba no moverse con nerviosismo sobre la silla.
—¿La he entendido bien, señorita Wagner? —pregunta el hombre, apoyando sus codos contra su escritorio—. ¿Pretende usted que levante el castigo al señor Beaufort?
—Sí, señor —respondió sin dudar—. Y también de mi hermano.
—¿Por qué debería hacerlo, en su opinión? Todavía no ha concluido el plazo.
—Ambos han mostrado un gran compromiso, señor —dijo con confianza—. No me lo esperaba de James, pero ha aportado ideas geniales y gracias a él las actividades de Maxton Hall para la gala han alcanzado otro nivel.
Lexington se recuesta hacia atrás y exhala el aire sonoramente. La idea parece gustarle.
— Creo que James puede ser más valioso para la escuela en el equipo de lacrosse —Vanessa aseguró, cruzando sus manos—. El equipo lo necesita.
—Y ¿no lo dice sólo porque quiere librarse de él? —insiste, incrédulo.
La chica sonrió con complicidad. No pudo evitar preguntarse qué diría Lexington si supiera que es justamente lo contrario. No quería librarme de James. Si por ella fuera, pasaría cada minuto de su tiempo con él.
Sin embargo, desde que se dio cuenta del significado que tiene para él este último curso, no ha podido evitarlo. Tenía que hablar con el director Lexington. Es la única opción que se le había ocurrido para ayudar a James y aliviar al menos una pequeña porción de la carga que lleva sobre sus espaldas; aunque sea por un breve tiempo.
—¿Señorita Wagner?
La voz del director Lexington la saca de sus pensamientos.
—En absoluto, señor. Pienso realmente en el bien de la escuela —Vanessa continuó—. No podemos permitirnos una derrota si no queremos perder nuestra reputación.
Al decir esto, la chica supo de inmediato que dio en el blanco. Los ojos de Lexington relampaguean y de golpe se le tensa la espalda.
—Entiendo —asiente lentamente—. Bien. El señor Beaufort y el señor Wagner pueden concluir con sus tareas en el comité de actos antes de la fecha y volver a jugar a lacrosse.
Tan rápido como aquellas palabras salieron de los labios del hombre, la rubia sonrió con agradecimiento.
—Pero será a partir de la semana que viene, cuando se haya celebrado la fiesta. No voy a correr el riesgo de que se le ocurra cualquier cosa para poner a nuestra escuela en evidencia.
—Por supuesto, señor.
—Y por ahora guárdese todo esto para usted.
—Claro —Vanessa asintió, colocándose de pie—. Le aseguro que la gala va a salir perfecta.
—Eso espero, señorita Wagner. Eso espero.
JES'S NOTE !
ÚLTIMO CAPÍTULO ANTES DE QUE TODO SE VAYA A LA MIERDA 😭 después del próximo capítulo mis niños van a sufrir
que conste que yo les avise con anticipación :)
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