Capítulo 1.
"Lo siento, señorita. No tenemos más copias de ese álbum".
"¡Pero en su página de Facebook decía que era stock ilimitado!" refunfuñó "Es una estafa, ¡todos ustedes lo son!".
"Le pido que se calme por favor, pronto tendremos más..."
"¿Jimin? ¿Pasa algo?" una voz ronca y lenta lo distrajo.
"Todo bien por aquí, Taehyung-ah".
La chica explotó.
"¡¿Todo bien?! ¡El último álbum de Exo y no lo tengo!" ella gritaba con la mirada en el cielo, como si estuviera en otro lugar.
Jimin pudo sentir a Taehyung tensarse desde lugar, el característico sonido de un gruñido llegó hasta sus oídos.
"Cálmese, por favor" pidió amablemente.
"¿No te avergüenza trabajar aquí?" preguntó mirando a Jimin, señalándolo inquisitivamente "Si yo fuera tú, nunca saldría de mi casa" hizo una mueca de asco al ver los pliegues que se formaban en su pancita, notándose bajo el suéter que vestía.
Taehyung reaccionó al instante.
"Suficiente, le pido que se retire de mi tienda" se contuvo al hablar "Ha insultado a mi personal ¿sabe que podría levantar una demanda por eso?"
Mentira, no lo haría y sabe Dios si podría. Pero la cara de susto en la fémina le dio la razón, había dado en el clavo.
"¡Agh! ¡Son todos unos...!"
"Idiotas, sí" completó Jimin, viendo a la chica desaparecer por la puerta de ingreso con las líneas de expresión marcadas "Hasta luego, tenga un buen día".
Una vez sin la chica dentro, Jimin sintió una mano posarse sobre su hombro.
"¿Seguro que todo está bien?" preguntó, dando suaves palmaditas en esa zona "Siento mucho eso, Chim. Creí que ese tipo de personas se habían extinguido".
"Nunca dejarán de existir, Taehyung" habló sereno "Siempre habrán personas así en el mundo, no depende de mí ni de ti" suspiró, arreglándose el cabello con una mano "¿Pero sabes qué? Comentarios así no me afectan, sé que no son ciertos".
"Quisiera tener al menos la mitad de tu autoestima" murmuró algo apenado el pelinegro. Jimin lo rodeó por los hombros y despeinó sus hebras con cariño.
"¿Y si mejor me acompañas a comer? Mi turno ha terminado y tengo algo de dinero sobrante, ¿por favor?" ofreció con una sonrisa.
"Me encantaría, pero creo que esta vez tendrás que ir solo. Debo ver algo en el almacén".
Jimin hizo un puchero.
"¡Algún día te llevaré a comer conmigo, Kim Taehyung!"
"Seguro, pero no hoy" rio , acompañando al castaño hasta la salida "¿Piensas ir con el gorro de la tienda?" preguntó señalando el gorrito azul sobre su cabeza.
Jimin se encogió de hombros.
"¿Por qué no?" habló divertido "Combina con mis ojos".
Eso era tan cierto.
Taehyung no iba a contradecirlo. Jimin tenía unos ojos preciosos, el azul del cielo podría tenerle envidia al magnífico color que portaba el castaño. Un color que te transmitía calidez y paz, que te hacía sonreír sin pensarlo siquiera. Jimin hacía eso y mucho más.
"Te lo dejo, Tae" señaló el castaño, quitándose el gorro y tendiéndoselo en la mano "Cuídalo con tu vida".
"Lo haré" aseguró el pelinegro "Saluda a Jihyun de mi parte".
Jimin asintió y se despidió una vez más con sus manos antes de salir definitivamente.
El cielo estaba nublado. Raras veces Jimin veía el cielo triste, pero parecía que hoy lo estaba. Nubarrones grises posados sobre él, agregándole el frío viento que se colaba en sus huesos lo hicieron apretar con más fuerza el suéter de lana que llevaba puesto.
Se detuvo a observar los escaparates de las tiendas, los clientes que salían con rostros llenos de satisfacción luego de su compra.
Esa era una de las razones por las que amaba trabajar en el centro, ver las sonrisas de las personas cuando terminaban de ser atendidos hacía palpitar su corazón con fuerza.
A él le gustaba apreciar los pequeños detalles, los que la mayoría de personas dejaban de lado; significaban un mundo para él.
Es por eso que cuando está a punto de llamar a su madre y observa a un chico sentado solo en el banco al lado de la fuente y con la mirada decaída, solo piensa una cosa.
Y no duda en apresurar su paso para llegar hacia él.
Una vez cerca, sabe que el chico puede sentir su cercanía debido a su respiración agitada, sabe que probablemente está mal entablar conversaciones con extraños.
Pero no le importa cuando ve que el chico sujeta un bastón con fuerza, como si quisiera romperlo.
"Sé que estás ahí" habló el chico, una voz apagada "No vuelvo a perdonarte si me dejas nuevamente" y elevó la mirada.
El corazón del príncipe del cuento se encogió y contuvo con éxito unas ganas irrefrenables de abrazar al adverso.
"¿Yoongi?" volvió a preguntar "No quiero jugar ahora, di algo".
Por primera vez en su vida, Jimin se queda sin palabras. Es raro porque nunca le había pasado, ni siquiera en la primaria cuando lo molestaban por su peso o cuando se burlaban de sus ropas gastadas.
"¿Yoon...?"
"Soy Jimin" el castaño rascó su nuca nervioso "No sé quién sea Yoongi, pero vine porque creí que..."
"¿Porque estoy ciego y solo?"
"¡No!" Jimin respondió rápido y se arrodilló frente al otro, revisando sus facciones "Es solo que...de lejos parecías un niño perdido".
El chico rio secamente.
"Estoy perdido, pero no soy un niño".
"Sí, lo he notado".
"Bueno, Peter. Ya verificaste que estoy bien ¿por qué no vuelves con Wendy y van en busca de más niños perdidos?".
Jimin quiso, en serio quiso, pero no pudo evitar soltar una risa ante el sarcástico comentario.
"¡Jungkook!" alguien irrumpió su carcajada "Demonios, ya había empezado a inventar excusas por si tu mamá preguntaba por...¿y tú quién eres?"
No había que ser adivino para saber que la última pregunta le era dirigida a él. Jimin limpió sus rodillas antes de ponerse de pie y encarar a la nueva voz.
Cuando lo vio, sus muros cayeron.
Resquebrajándose por pedazos, la armadura que había construido durante años para enfrentarse a las duras batallas que tendría que pelear a lo largo de su vida fue destruida con fuerza ante la presencia del chico.
Sin palabras. Por segunda vez en el día.
"Te hablo a ti, gordito".
La sonrisa se esfumó de su rostro al oírlo.
"¿Tú eres Yoongi?"
"¿Cómo sabes eso?" el de cabellos grisáceos pareció brincar ante la pregunta, mostrándose a la defensiva.
"Yo se lo dije, genio" el tal Jungkook interrumpió, sonando aburrido "Y él es Jimin, me lo ha dicho hace unos segundos".
Yoongi tenía el ceño fruncido, mirando fijamente al ojizarco. El azul de sus orbes parecía llamarlo a gritos.
"¿Y eso debe importarme porque...?"
"Me hizo compañía mientras no estabas" Jungkook contraatacó, haciendo sonar su bastón al querer pararse. Jimin fue rápido y lo ayudó a ponerse de pie "Gracias".
"No hay de..."
"Por favor, dejen el coqueteo para después. Jungkook, nos vamos" el sonido hostil del mayor hizo temblar a Jimin.
"Oye, no es necesario que lo trates así".
Yoongi chasqueó la lengua.
"Está bien" miró a Jimin con una sonrisa macabra y se dirigió al pelinegro "Su excelencia, ¿sería mucha molestia si...?"
"Déjalo, Yoongi" bufó el pelinegro. Giró su cabeza hacia donde creía que estaba Jimin y sonrió "Fue un gusto, Jimin".
"El gusto es mío" Jimin hizo una reverencia con inclinación de 45° que no fue vista por el pelinegro, pero que Yoongi sí notó.
"No hagas eso, él es menor que tú".
"¿Menor?" preguntó confundido.
"Tiene 16".
Jimin casi se cae.
'Pero es más alto que tú y yo...'
"Oh...y yo que pensaba decirle hyung".
Yoongi mordió su labio inferior al escucharlo, inhalando con fuerza. Jungkook soltó una risa bajita, sobresaltando a los dos. Ambos parecían haberse olvidado de su presencia.
"Todo menos oppa, por favor".
Jimin se sonrojó ante el comentario y cubrió su boca con su mano derecha al reír.
"¿Terminaron?" Yoongi soltó fastidiado. Ver al chico de mofletes hinchados le daba diabetes, lo ponía de mal humor.
Jimin vio que Jungkook estaba por asentir cuando una gran idea vino a su mente.
"¡Esperen! ¿Conocen Magic Shop?" dijo con una sonrisa de orgullo y señaló con la tienda. Yoongi enarcó la ceja.
"Yo trabajo allí, ¿quizá puedan venir mañana? No lo sé, ¿les gusta la música?Hoy llegan los últimos pedidos de discos que hicimos".
"No".
"Estaremos encantados" dijo al mismo tiempo Jungkook, recibiendo un ligero golpe en el hombro por parte del mayor.
Jimin sonrió tanto que el gris del cielo pareció devolverle la sonrisa por unos segundos.
"¿Eso es un sí?"
"Cuenta con ello" Jungkook mantenía su expresión tranquila, Yoongi en cambio ni se esforzaba en ocultar su enojo.
"Estaré esperándolos" terminó diciendo.
"Sí, sí" Yoongi tomó a Jungkook del brazo y miró una última vez al castaño "Adiós, Jaime".
Y se fue.
Jimin pudo oír la risa de Jungkook mientras se alejaban y solo negó con la cabeza antes de gritar.
"¡Me llamo Jimin!".
Sin duda había sido un día extraño.
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