05 ₊⊹ La conexión
El sol brillaba con fuerza aquella mañana, pero el peso de la noche anterior seguía rondando la mente de Chaehyun. Cada paso que daba hacia el aula parecía más pesado que el anterior, como si una sombra invisible la siguiera, susurrándole al oído. Al entrar al salón, el murmullo constante de los estudiantes se detuvo brevemente, solo para reiniciarse con mayor intensidad cuando alguien mencionó la masacre en el bar.
—Dicen que fue un animal salvaje, pero... ¿cómo entra un animal así a un lugar cerrado? —comentó una chica en voz baja.
—No fue un animal, estoy seguro. Las heridas son demasiado... precisas —añadió otro, con una expresión de disgusto.
Chaehyun se sentó en su lugar habitual, tratando de ignorar las conversaciones, pero cada palabra parecía adherirse a su mente, resonando una y otra vez. Sus compañeros compartían teorías descabelladas: un culto violento, un asesino en serie, incluso criaturas fantásticas. Aunque sabía que todas eran conjeturas, algo en ella no podía descartar la posibilidad de que hubiera algo más detrás de todo esto.
Sentía como si tuviera una conexión extraña con lo ocurrido, una intuición inexplicable que le decía que había algo más en las sombras de esa tragedia. La sensación era abrumadora, como si los ojos de todos en el aula se clavaran en ella, exigiendo respuestas que no tenía. Su respiración se volvió irregular, y el aula comenzó a girar lentamente a su alrededor.
—¿Chaehyun? ¿Estás bien? —preguntó una voz cercana, pero no pudo distinguir quién era.
Antes de que pudiera responder, todo se oscureció.
Despertó en la enfermería, con un ligero dolor de cabeza y la sensación de que había estado dormida durante horas. La enfermera, una mujer amable de mediana edad, le sonrió mientras le ofrecía un vaso de agua.
—No te preocupes, querida. Solo fue estrés. Necesitas descansar más y dejar de pensar tanto en cosas que no puedes controlar.
Chaehyun asintió mecánicamente, pero las palabras no la consolaron. El mundo afuera seguía igual de caótico, lleno de rumores y especulaciones, y ella no podía simplemente ignorarlo. Cuando le dieron permiso para irse, decidió volver al apartamento, anhelando el refugio de su habitación para tratar de procesar todo.
El camino de regreso era tranquilo, las calles casi desiertas. El viento frío acariciaba su rostro mientras caminaba con las manos en los bolsillos, perdida en sus pensamientos. ¿Por qué sentía que esto la afectaba tanto? ¿Por qué esa conexión inexplicable?
De repente, chocó contra alguien.
—¡Lo siento! —dijo rápidamente, dando un paso atrás.
Era un hombre alto, con una figura imponente y una expresión extrañamente tranquila. Su cabello oscuro caía desordenadamente sobre su frente, y sus ojos parecían analizarla con una intensidad que la incomodó.
—No pasa nada —respondió el hombre con una sonrisa suave, pero algo en su tono la hizo sentir una inquietud que no podía explicar.
Sin esperar más, Chaehyun siguió su camino, acelerando el paso mientras trataba de ignorar el escalofrío que recorría su espalda. Sentía que los ojos del extraño seguían fijos en ella, incluso cuando ya estaba a varios metros de distancia.
El hombre, que seguía en el mismo lugar, observó cómo Chaehyun desaparecía al doblar una esquina. Sus labios se curvaron en una sonrisa llena de satisfacción mientras murmuraba para sí mismo:
—Así que este es el tesoro de HueningKai.
Se dio media vuelta y se perdió entre las sombras de un callejón, dejando en el aire una sensación de peligro que parecía extenderse hacia donde Chaehyun caminaba.
Cuando Chaehyun finalmente llegó a su apartamento, cerró la puerta con seguro y se dejó caer en el sofá. Su corazón aún latía con fuerza, y no sabía si era por el extraño encuentro o por todo lo que había ocurrido en los últimos días. Miró su teléfono, pensando en llamar a Beomgyu, pero decidió no hacerlo. No quería preocuparlo más de lo necesario.
Se llevó las manos al rostro, tratando de calmarse. Pero una parte de ella sabía que esto no era solo estrés. Algo más estaba sucediendo, algo que no podía ignorar por más tiempo.
˖ ࣪ ִֶָ ャ
La mansión de Akilla estaba en silencio, salvo por el suave murmullo de las voces de sus integrantes, que aún discutían sobre el ataque en el bar y las teorías que giraban en torno al asesino. HueningKai estaba en la sala con ellos, sentado en el sofá, pero su mente parecía estar muy lejos de la conversación. Mientras sus compañeros hablaban sobre la masacre, su cuerpo comenzaba a sentir algo extraño, algo que no podía identificar.
A pesar de la aparente calma en su rostro, el malestar interno que sentía se intensificaba. Un dolor sordo comenzó a formarse en su cabeza, como si algo estuviera presionando contra sus sienes. La tristeza, un peso inesperado, se apoderó de él sin razón aparente. Los momentos felices, las risas con sus amigos, parecían desvanecerse de golpe. Era como si todo su mundo interior se desmoronara lentamente.
Él pensó que era el estrés acumulado de los últimos días, tal vez el cansancio después del concierto y el asalto. Pero a medida que pasaban las horas, ese dolor se volvía más agudo, y la sensación de incomodidad en su pecho se intensificaba. Algo estaba mal, y Kai lo sabía. No podía explicarlo, pero sentía que algo, o más bien alguien, lo estaba llamando, arrastrando su mente y su cuerpo hacia algo que no podía entender.
Los murmullos de sus amigos se desvanecieron de fondo, como si el sonido se deslizara a través de una niebla. Algo en su pecho latía descontroladamente. Sentía una necesidad urgente, una necesidad de estar cerca de Chaehyun. No podía dejar de pensar en ella, su rostro, su aroma, su voz. Las imágenes de esa noche en la que se cruzaron, las que había decidido ignorar por su propia seguridad, regresaron con fuerza. Y entonces se dio cuenta de algo que ya había temido: la conexión, esa extraña e inexplicable conexión que sentía por ella.
Pero tenía que resistir. No podía ir tras ella. No podía ceder a esa necesidad sin cuestionarlo. Yeonjun, quien siempre estaba atento a cualquier cambio en su comportamiento, lo miró de reojo. La tensión era palpable en la habitación. Los otros chicos, Soobin y Taehyun, también lo notaron. Algo no estaba bien con Kai. Estaba sudando, su respiración era irregular, y su mirada estaba perdida en algún punto en el espacio, como si estuviera luchando contra algo que solo él podía ver.
—Amigo, ¿estás bien? —preguntó Soobin, preocupado.
Kai no respondió. Su mente estaba demasiado centrada en ese llamado, en la necesidad de ir a buscar a Chaehyun. Pero sabía lo que implicaba. Sabía lo que Yeonjun había dicho, lo que habían acordado. No podía romper las reglas.
—Kai... —dijo Taehyun, acercándose a él—. Estás actuando raro. ¿Qué te pasa?
HueningKai no podía articular palabra. Su cuerpo parecía estar en un estado de lucha interna, y su rostro reflejaba una angustia que no podía ocultar. Se aferró a su cabeza, como si intentara suprimir ese dolor que solo crecía, y en un instante, un fuerte mareo lo hizo tambalear. Los chicos intentaron sujetarlo, pero él se desmoronó hacia atrás, cayendo en el sofá.
Unos segundos después, sus ojos se abrieron lentamente, pero ya no estaba el HueningKai tranquilo y sereno de antes. Ahora, estaba en un estado de desorientación, como si hubiera estado bajo el agua y recién hubiera emergido. Su respiración era entrecortada, y su mente seguía dando vueltas.
—¿Qué... qué ha pasado...? —preguntó Kai en voz baja, mirando a sus amigos, pero su mirada parecía perdida, como si estuviera mirando a través de ellos.
De repente, sus labios murmuraron una palabra con una suavidad que se sentía como un suspiro.
—Chaehyun...
Los chicos se miraron entre ellos, confundidos y preocupados. La tensión creció en el aire, ya que, aunque conocían a HueningKai y su temperamento, nunca lo habían visto en un estado tan vulnerable. Yeonjun, que observaba todo desde un rincón, se acercó rápidamente a él.
—¿Qué está pasando, Kai? —preguntó con voz firme, pero con una sombra de preocupación.
HueningKai no contestó inmediatamente. Estaba demasiado abrumado por lo que sentía, por la creciente necesidad de estar con ella, de ir a buscarla. Su mente parecía estar en conflicto, como si la conexión con Chaehyun lo estuviera llevando hacia algo oscuro, algo que él no entendía completamente.
—No puedo... —dijo con dificultad—. No puedo... resistirme...
Los otros chicos intercambiaron miradas, y Yeonjun, con una expresión tensa, se acercó aún más.
—No vayas. Tienes que quedarte. No te arriesgues —le ordenó, pero su tono no era de reproche, sino de preocupación genuina.
HueningKai cerró los ojos, sintiendo como si el peso de sus emociones y la fuerza de la conexión lo estuvieran aplastando. Se sentó lentamente, respirando hondo, pero algo en su interior estaba quebrándose, una parte de él rogaba por salir a buscarla, pero la otra parte sabía que no podía ceder a esa necesidad.
A pesar de la lucha interna, su cuerpo parecía relajarse un poco, y sus compañeros lo miraron sin saber qué hacer. Kai sabía que las cosas no volvían a ser como antes. Esa conexión, ese lazo extraño con Chaehyun, lo estaba cambiando, y aunque aún no comprendía su naturaleza, sentía que había algo mucho más grande en juego. Y si bien su mente le decía que no debía ceder a esa tentación, su corazón y su alma no podían dejar de llamarla.
De repente, la sensación que había invadido el cuerpo de HueningKai desapareció tan abruptamente como había llegado. El dolor en su cabeza se desvaneció, la angustia en su pecho desapareció, y el sudor que cubría su frente se secó al instante. Su respiración, que antes había sido errática y pesada, ahora se volvía mucho más estable. Los latidos de su corazón regresaron a su ritmo normal. De alguna manera, el peso que sentía sobre sus hombros, como si un manto invisible lo aplastara, se evaporó por completo.
Kai abrió los ojos, sin comprender del todo lo que acababa de suceder. Todo estaba en calma nuevamente, como si nunca hubiera sido poseído por esa corriente de emociones desbordadas. Miró a sus amigos, que aún lo observaban con una mezcla de sorpresa y preocupación. Parecían aliviados, pero había algo en sus miradas que le decía que no estaban completamente tranquilos.
—¿Qué... qué pasó? —preguntó Kai, su voz temblorosa pero confusa, como si no pudiera recordar claramente lo que había sucedido momentos antes. Su mente seguía dando vueltas, intentando reconstruir los fragmentos de lo que acababa de experimentar.
Soobin fue el primero en hablar, pero sus palabras fueron entrecortadas, como si aún no comprendiera lo que había ocurrido.
—Kai, te... te desmayaste. Estabas sudando mucho, y no sabíamos qué hacer. Tu cuerpo estaba... reaccionando de manera extraña —dijo Soobin, pero su mirada seguía fija en él, preocupado.
—Sí, estuviste como... fuera de ti mismo —añadió Taehyun, sin dejar de mirarlo con una mezcla de incomodidad y desconcierto.
Kai se frotó la cara, todavía confundido. No entendía lo que había pasado, por qué su cuerpo había reaccionado de esa manera. Sabía que algo no estaba bien, pero no sabía qué había sido. Fue entonces cuando la puerta de la sala se abrió de golpe, y Sungwoo, el mánager de la banda, entró rápidamente. Su presencia siempre imponía respeto, y en ese momento, su rostro estaba más serio de lo habitual, reflejando una preocupación evidente.
—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó Sungwoo, mirando rápidamente a cada uno de los miembros de la banda antes de fijar su mirada en Kai, como si ya supiera lo que había sucedido.
Los chicos, aún algo alterados, comenzaron a explicar lo que habían visto, pero antes de que pudieran decir más, Sungwoo levantó la mano, pidiendo silencio. Sus ojos se fijaron en HueningKai con una seriedad profunda que hizo que el ambiente en la habitación se volviera tenso.
—Esto no fue por tu conexión con Chaehyun —dijo Sungwoo, su voz grave y calmada, pero con un peso de conocimiento detrás de ella que hizo que Kai lo mirara intensamente, buscando respuestas.
—¿Qué... qué quieres decir? —preguntó Kai, su mente aún algo nublada por lo ocurrido. No entendía, no lograba enlazar lo que había sentido con algo tangible, y la afirmación de Sungwoo solo lo confundió más.
Sungwoo se acercó a él, tomando un asiento cercano, mientras sus compañeros observaban en silencio.
—Alguien ha intentado perturbar tu vínculo, pero no a través de la conexión en sí —continuó, con una calma que parecía anticipar algo mucho más siniestro—. Este no es un problema relacionado con tu relación con Chaehyun, aunque eso lo complica aún más. Lo que sucedió no fue un simple malestar emocional, como tú crees. Alguien ha utilizado la brujería para interferir en tu conexión.
El silencio que siguió a esas palabras fue abrumador. HueningKai, Soobin, Taehyun y Yeonjun miraron a Sungwoo, tratando de procesar lo que acababan de escuchar.
—¿Brujería? —repitió Kai, la incredulidad llenando su voz. Aunque sabía que existían muchos aspectos oscuros en el mundo de los vampiros, la idea de que alguien estuviera usando magia para atacarlo de esa manera le resultaba incomprensible.
Sungwoo asintió lentamente, su rostro sombrío.
—Sí, brujería. Hay pocos que son capaces de hacer algo así, pero algunos seres oscuros tienen la capacidad de manipular los vínculos entre las almas, y lo han hecho contigo —dijo Sungwoo, mirando fijamente a Kai—. Intentaron interferir con tu conexión con Chaehyun para desequilibrarte, para hacerte vulnerable y susceptible al caos.
—¿Por qué? —preguntó Yeonjun, con el tono de quien aún no comprende completamente el alcance de lo que está pasando.
Sungwoo suspiró, y por un momento, parecía estar evaluando qué tan profunda debía ser su explicación.
—Hay quienes no quieren que tu vínculo con ella se fortalezca. Algunos lo verían como una amenaza, o quizás como una debilidad que puede ser explotada. No saben exactamente qué tipo de conexión es, pero los intentos de perturbarlo han sido claros.
Kai frunció el ceño, sintiendo una mezcla de furia y miedo. No solo alguien estaba tratando de manipular sus emociones, sino que también estaban intentando destruir algo que él mismo había empezado a comprender como parte de su destino.
—¿Y quién sería capaz de algo así? —preguntó Soobin, preocupado, mientras observaba a Sungwoo.
Sungwoo cerró los ojos brevemente, como si recordara algo.
—No lo sé, pero la brujería no es algo que se tome a la ligera. Los que están detrás de esto probablemente tienen motivos ocultos, y no se detendrán. Si se sienten amenazados, pueden intensificar su ataque —respondió Sungwoo con una expresión grave.
Kai miró a sus amigos, a cada uno de ellos, y sintió el peso de sus palabras. Había algo mucho más grande en juego aquí, algo más oscuro que la simple conexión entre él y Chaehyun. Alguien estaba buscando lastimarlo, manipularlo, y la única manera de detenerlo sería entender qué quería realmente esa fuerza oscura y cómo podrían protegerse de ella.
Kai se levantó lentamente, todavía sintiendo un leve hormigueo en su cuerpo, como si los rastros de esa energía oscura se negaran a abandonarlo por completo. Miró a sus amigos, luego a Sungwoo, y una chispa de determinación comenzó a brillar en sus ojos.
—No podemos quedarnos de brazos cruzados —dijo finalmente, su voz firme, aunque todavía algo insegura.
Soobin asintió, cruzando los brazos mientras miraba a Kai con seriedad.
—Estoy contigo, Kai. Pero necesitamos saber más sobre quién está detrás de esto. Si alguien está usando brujería, no podemos enfrentarlo sin información.
Taehyun, que hasta ese momento había permanecido en silencio, se inclinó hacia adelante, con los ojos fijos en Sungwoo.
—¿No hay forma de rastrear el origen de esta brujería? Algo que podamos usar para saber quién está detrás de todo esto.
Sungwoo entrecerró los ojos, como si considerara las palabras de Taehyun. Finalmente, habló con tono medido.
—La brujería deja rastros, pero son difíciles de interpretar si no tienes el conocimiento adecuado. Hay un lugar donde podríamos encontrar respuestas: un antiguo templo al este de la ciudad. Allí vive una hechicera que se especializa en deshacer maldiciones y rastrear energías oscuras.
—¿Un templo? —preguntó Yeonjun, arqueando una ceja. Su tono denotaba escepticismo, pero también curiosidad—. ¿Y por qué no nos habías hablado de esto antes?
Sungwoo suspiró, como si la mención del lugar trajera consigo recuerdos que preferiría olvidar.
—Porque no es un lugar que se visite sin razón. La hechicera no es precisamente... amigable. Cobra un precio alto por su ayuda, y no siempre es algo que se pueda pagar con dinero.
Un silencio incómodo llenó la sala mientras todos asimilaban esa información. Finalmente, Kai dio un paso adelante.
—No importa el precio. Si hay una forma de proteger esta conexión, tengo que hacerlo.
Sungwoo lo miró fijamente, evaluándolo. Finalmente, asintió.
—Muy bien. Pero si decides ir, debes estar preparado. Esa mujer no solo probará tu determinación; también buscará tus miedos más profundos.
—¿Y qué hay de nosotros? —intervino Soobin, mirando a Kai con preocupación—. No voy a dejar que enfrentes esto solo.
—Ni yo —agregó Taehyun, con una expresión resuelta.
Yeonjun resopló, pero finalmente cedió con un leve encogimiento de hombros.
—Supongo que tampoco tengo elección. No me interesa lidiar con una hechicera, pero no voy a quedarme aquí mientras ustedes se meten en problemas.
Kai sonrió levemente, agradeciendo en silencio el apoyo de sus amigos. Aunque sabía que el camino que tenían por delante estaría lleno de incertidumbre, no podía evitar sentir un pequeño rayo de esperanza.
—Entonces iremos juntos —dijo finalmente, mirando a cada uno de ellos.
Sungwoo se levantó y se dirigió hacia la puerta, deteniéndose un momento antes de salir.
—Descansen esta noche. Partiremos al amanecer.
Cuando la puerta se cerró detrás de él, los cuatro amigos se miraron en silencio. Aunque ninguno lo dijo en voz alta, todos sentían lo mismo: una mezcla de anticipación y miedo por lo que les esperaba.
Sin embargo, Kai sabía que no tenía otra opción. Si quería proteger a Chaehyun, apesar de su continuo rechazo y poca importante, tenía que enfrentar a quienquiera que estuviera detrás de esta amenaza, debía ser fuerte.
Aunque jamás fue débil.
甲 。 ﹫nota de escritora ᨓ
No se si alguna vez ustedes también sintieron rechazo hacia una persona que llegó para cambiarlo todo.
Esperemos que algún día estos dos terminen haciendo las paces.
Disfrútenlo.
See you | 💙
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