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Capitulo 43: Camelot: Chaldea vs Caballeros

El olor a ceniza y fuego rodeo en cuestión de minutos la aldea en la montaña mientras las primeras casas eran quemadas. Los habitantes que habían ido en busca de refugio y salvación, alejándose lo que más pudieron de la tiranía del Rey León, vieron con horror como esas esperanzas eran destrozadas ante las grandes figuras acorazadas de los caballeros, que avanzaban sin vacilar y atacaban a todo y todos los que veían.

Gudako camino hasta un punto alto de la ciudad, en donde sintió la presencia de EMIYA y Chloe. Tras doblar a la izquierda, vio a sus dos Servants de clase Archer arribas de chozas disparar a Caballeros, mientras daban respaldo a los aldeanos para que evacuaran.

-¡Perdón por llegar tarde!- Dijo Ritsuka, posicionándose a su lado. -¿Dónde esta Arash y Scathach?-.

-Arash esta guiando a los aldeanos por un túnel de escape secreto que preparo con Brazo Maldito, nosotros les estamos dando cobertura- respondió Archer, sin quitar la mirada de los caballeros que eran el blanco de sus espadas.

-Sentimos la presencia de dos Sirvientes liderando al grupo, Scathach fue a revisar- explico Chloe. -Aunque sonó más a una excusa para combatir en vez de ayudar a la evacuación-.

Seguramente era cierto.

Los ojos de EMIYA se entrecerraron cuando escucharon una explosión sónica y vieron que en el extremo izquierdo de la aldea se levantaba humo y una figura salía volando hasta las afueras de la aldea, siendo seguido por otra figura.

Parece que Scathach comenzó a luchar.

Pero aun queda otro Servant.

-Kuro, apoya a Arash para evacuar a las personas- la Master comenzó a dar ordenes. -EMIYA, conmigo. Iremos a enfrentar al Sirviente mientras Scathach lucha con el otro-.

-¿Cuál es tu plan?- Pregunto Archer.

-Tenemos que asegurar que todas las personas de la aldea escapen para que escapemos nosotros, o resistir hasta que Nii-san y los demás lleguen y nuestros enemigos sean obligados a retirarse-.

-¿No sería mejor si pudiéramos eliminar a los Sirvientes enemigos?- Pregunto Kuro.

-Sería lo ideal, si... pero nunca tengo tanta suerte-.

Archer hizo una pequeña mueca de apoyo. Entendía el sentimiento.

-Si es una orden de mi Master...- Archer proyecto una espada larga que tensó en el arco, viendo con su vista prodigiosa de su clase, la silueta de su enemigo entre el humo. El cabello muy rojo de su objetivo llamaba mucho la atención. -No tengo de otra que cumplirla-.

Soltó la cuerda, viendo la espada salir disparada... hasta que ante de impactar con su objetivo, fue destruida en pedazos por un destello escarlata.
.......................................

(Hace unos minutos)

Tristán toco una de sus cuerdas, escuchando la carne siendo cortada y la caída de un cuerpo al suelo, así como la sangre saliendo de la herida letal al suelo.

-Que triste... aun cuando es mi deber, me causa tristeza el crear una matanza- suspiro el caballero pelirrojo. -Pero por el bien de la humanidad y del Rey León, mi deber es cumplir con sus ordenes-.

Lancelot no dijo nada mientras cortaba la cabeza de uno de los asesinos ayudantes de Brazo Maldito que lo intento matar por sorpresa.

A él tampoco le gustaba esto más que a Tristán. Entendía bien que en las guerras, las bajas de inocentes y civiles es natural, y no es como si no hubiera hecho este tipo de cosas antes en Bretaña cuando estaba al servicio de su Rey en vida, ya sea en conflictos menores, la guerra contra los Sajones o traidores contra la corona. No le gusto antes ni ahora, pero el que fuera su deber y para la paz de Camelot siempre lo consolaba.

Pero esto... atacar una aldea, asesinar a todos los habitantes sin darles la oportunidad de rendición... aunque fuera una aldea que oculta a sus enemigos y a los de Chaldea, seguía siendo atroz.

-Fueron las ordenes de Agravain, las ordenes de tu Rey, debes cumplirlas-.

Se repetía esas palabras como un mantra desde que fue convocado, pero cada vez más, esas palabras iban perdiendo efecto.

Pero su conflicto interno paso a último plano cuando sintió un escalofrío por su espalda, algo muy raro de sentir en un guerrero experimentado como él. El aire de ceniza y llamas, junto a los gritos de los aldeanos y el sonido de las armaduras al caminar fue reemplazado por una sensación que los dos servidores conocían bien.

Muerte.

Una sensación que decía que la muerte se acercaba, inminente y abrumadora. Una sensación que todo Héroe a sentido varias veces en su vida, Tristán y Lancelot no fueron la excepción. Por eso pudieron reconocerla sin problemas.

Un destello rojizo se vio a lo lejos, algo que cualquier otro le hubiera parecido como un espejismo, pero para los sentidos entrenados de Lancelot, significaron peligro.

El Caballero del Lago levanto su espada, bloqueando la punta de una lanza carmesí que golpeo el lado plano de la hoja y empujo a Lancelot hacía atrás, sus pies dejaron rastros en el suelo que evidenciaban la fuerza que ponía en el suelo y fallaba al quedarse quieto. La lanza tuvo tal impacto que Lancelot puso la palma de su mano libre sobre el otro lado de su hoja para soportar el impacto.

Cuando dejo de retroceder, se había alejado veinte pies de Tristán, dejando dos grandes marcas de líneas que hicieron sus botas.

Tristán, abriendo un poco sus ojos para ver de donde vino el ataque, notando que en camino, la lanza atravesó a varios de sus cazadores, como mostraron los cuerpos que tenían agujeros en su cuerpo y que recién empezaban a desvanecerse en polvo de prana.

Alzo la mirada, viendo una figura caer unos metros de donde estaba parado. Por la presencia que emitía, claramente era un Sirviente enemigo, aunque la presencia que emitía se sentía diferente, como si el concepto de "Sirviente" no pudiera describirla en totalidad.

Cuerpo sinuoso y sensual, rasgos elegantes y majestuosos, y una larga melena del color del vino que le cae por la espalda. Llevaba un traje oscuro ajustado que resaltaba su cuerpo voluptuoso y curvilíneo con hombreras metálicas y en su mano balanceaba entre sus dedos una lanza carmesí casi tan larga como el cuerpo de la mujer.

Tristán sabía admirar la belleza sin parecer un pervertido y sabía como describirlas, independiente si se refería a un lugar, una emoción, o una persona.

Por eso sabía que la mujer era, en toda el sentido literal, una belleza asesina y peligrosa. El aura de la mujer gritaba poder, peligro y muerte, y lo peor es que ni se esforzaba en mostrarlo.

-¿Ustedes son los caballeros?- Pregunto Scatach retóricamente. Su mirada rojiza se poso en Lancelot. -Buenos reflejos y tiempo de reacción, pero...- miro las líneas que dejaron los pies del caballero mientras soportaba el impacto de su lanza. -Te falta resistencia en las piernas mejor defensa-.

Lancelot frunció el ceño, pero no dijo nada. Estudio a la mujer, recordando la descripción de Gawain sobre la oponente que lo enfrento durante la Selección Sagrada.

-¿Tu fuiste quien combatió contra Sir Gawain?-.

-¿Hablas del rubio? Si, fui yo. Lo hizo bastante bien... aunque difícilmente puedo llamarlo buen guerrero si su poder depende del clima-.

En una reunión informativa, Chaldea hablaron sobre los Caballeros que han enfrentado hasta ahora y sus habilidades. Gracias a Bedivere, pudieron confirmar que el poder y fuerza de Gawain depende del estado de Sol. En el punto más alto del Sol en el día, es cuando Gawain es más fuerte, pero cuando es de noche o nublado, pierde mucho de ese poder.

Cual sea el Magecraft que usara en la Selección Sagrada para hacer que la noche fuera de día de golpe sin duda era para brindarle todo el poder posible, aunque según Bedivere, no era una habilidad que Gawain tuviera. La única suposición a la que pudieron llegar fue que el Rey León debió darle esa habilidad.

Lancelot frunció el ceño ante el insulto a las habilidades de un camarada, pero no dijo nada mientras elevaba su espada a la altura de su rostro y la tomaba con ambas manos.

-Yo me encargaré de enfrentar a esta mujer, Sir Tristán. Usted continúe con la misión del Rey León-.

-¿Estas seguro?- Cuestiono Tristán a Lancelot. Contra cualquier otro oponente no hubiera dudado, pero contra esta mujer... -Es alguien contra el que Sir Gawain tuvo que esforzarse, aun usando su Tesoro Real-.

-No me importa si vienen los 2 contra mi, eso podría hacer que la pelea valga la pena- comento Scathach.

-La misión del Rey León es prioridad. Por lo menos, resistiré hasta que sea el momento- aseguro Lancelot a su camarada. -Además, dos contra una mujer es de cobardes-.

-Que caballeroso...- Scathach rodo los ojos.

Tristán dudo unos segundos más, antes de volver a cerrar sus ojos y retirarse en silencio.

Scathach no hizo ademán para detenerlo. No porque no pudiera, sino porque no era necesario. Había alguien más que se encargaría del otro caballero.

Aunque le molestaba un poquito que decidieran no enfrentarla los dos contra ella. Piensa desquitarse con el que si se quedo.

-Espero que no te arrepientas de esta decisión- dijo la Lancer, girando la lanza.

-Nunca me arrepentiría de mi conducta de caballero- respondió Lancelot en guardia.

-Como quieras- se encogió de hombros. -Entonces muere sin arrepentimientos-.

Un segundo después, ella desapareció, dejando al Saber atónito.

Más rápida de lo que un hombre podría parpadear, Scathach reapareció de nuevo; su cuerpo a espaldas de Lancelot, moviéndose a una velocidad que ningún ser humano debería poder poseer. Lancelot abrió los ojos como platos y fueron solo sus agudos reflejos los que le permitieron reaccionar, torciendo su cuerpo de tal manera que evito la estocada de la lanza demoniaca que apunto a su cuello, levantando su espada en un segundo para chocar con el largo de la lanza, haciendo que por la fuerza la punta fuera hacía el aire.

En solo un segundo, Lancelot movió sus pies y cuerpo de tal manera para que pudiera dar una estocada al corazón de su oponente para matarlo con un único golpe.

Pero la estocada no golpeo, debido a que Scathach giro de manera tan elegante y eficaz que la espada paso exactamente a su lado mientras ella giraba y pasaba por al lado del cuerpo del caballero de armadura morada.

Lancelot detuvo su estocada al fallar, doblo las rodillas y tenso los pies contra el suelo. Tomo la espada con ambas manos y dio media vuelta. La hoja de su espada chocando con la lanza carmesí de su enemiga. El impacto genero una onda de viento que se expandió por el lugar, el suelo debajo de ellos se resquebrajo por el impacto así como las paredes de los edificios más cercanos.

Saber y Lancer se miraron, haciendo presión con sus armas en una lucha de fuerza. Una gota de sudor cayo por la frente de Lancelot mientras apretaba los dientes por el esfuerzo que hacían sus brazos. A pesar de su figura esbelta y complexión más baja, Scathach tenía una fuerza engañosamente fuerte. Increíblemente fuerte.

-Parece que si tienes algo de habilidad, caballero- afirmo Scathach, tarareando mientras seguía presionando con su lanza. -Supongo que debería haber esperado eso, tras mi lucha con esa pequeña niña que se llama Rey-.

Lancelot apenas presto atención a las palabras mientras seguía resistiendo la presión de la lanza carmesí contra su espada, pero esa descripción vaga, pero familiar, llamo su atención. -¿Qué dijiste?-.

-No deberías distraerte-.

Aprovechando ese instante en que Lancelot se distrajo, Scathach hizo aparecer una segunda lanza que levanto para dar un golpe descendente. Lancelot apenas pudo reaccionar, apartando la lanza con la que hacía presión para bloquear la que iba a golpearlo.

Cuando la segunda lanza impacto, destrozo el suelo debajo de sus pies, levantando humo de tierra y escombros que se podía ver a la distancia. Lancelot gruñía mientras sus rodillas se flexionaban y sus brazos trabajaban para bloquear la lanza y que no lo aplastara o cortara en dos.

Al bloquear con mucha fuerza la segunda lanza, se dejo abierto para un golpe directo. Scathach le dio una patada tan fuerte que lo saco volando. Ella lo siguió mientras lo veía caer lejos de la aldea que aumentaba su incendio.

Eso estaba bien para ella, así no recibiría una reprimenda de la Master por destruir las casas de los aldeanos.

Lancelot aterrizo de manera dura pero firme a las afueras de la aldea. Su armadura tenía la marca del tacón de Scathach cuando le dio la patada. Había visto la patada venir pero por estar bloqueando la lanza decidió recibirla a pesar de los riesgos. Una patada era mejor que el filo de una lanza por mucho.

Su oponente aterrizo frente suyo a diez pies de distancia, de nuevo con solo una lanza.

Apenas sus ojos se encontraron, esa distancia se acorto en menos de un segundo.

Lancelot bloqueo y desvió las estocadas mortales de la hermosa y letal Lancer con todo lo que tenía. Cada reflejo de su cuerpo, cada punta rojiza que podían captar sus ojos, Arondight se encontraba bloqueando. Era un esfuerzo sobrehumano.

Los constantes estocadas y bloqueos eran tan rápidos que ningún humano promedio podría ver más que las siluetas negra y morada y borrones rojos y morados de las armas chocar, produciendo ecos metálicos y chispas que resonaban en la noche.

En una oportunidad de un millón, Lancelot pudo dar un ataque diagonal con su espada que brillaba de mana, siendo bloqueado por la lanza. Scathach sintió la presión de la espada contra ella más fuerte de lo que ha sentido hasta ahora.

-Nada mal, Caballero. Aunque eres tan rígido en combatir como esa niña, tu defensa es ligeramente mejor y sabes captar las oportunidades para dar golpes críticos- elogió Scathach. -Pero no es suficiente, no contra mi-.

-Te vanaglorias mucho, señorita- dijo Lancelot en un intento de parecer fuerte, a pesar de que se estaba frustrando al notar como su rival no mostraba esfuerzo en resistir la presión de su espada como él si lo hizo al bloquear la lanza de ella.

-No es vanagloria si es verdad-.

Y Scathach tenía la intención de demostrar que no presumía falsamente.
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(En la aldea)

EMIYA inmediatamente supo que algo iba mal cuando vio que la espada que disparo se destruyo, pero sin el producto de una flecha u otra arma.

Dando un salto por el que paso encima de varias casas hasta aterrizar en la cima de una formación rocosa en el que apenas podía mantenerse estable. La razón de pararse ahí es porque estaba lo suficientemente lejos de Chloe y Gudako para que no se vieran involucradas y tenía una altura que lo hacía ver sin que las llamas que comenzaban a ganar más elevación lo molestaran.

Vio a su objetivo de pie y mirando el lugar en donde antes estaba parado, casi seguro percatándose de la presencia de su Master. Antes de que hiciera algo para dañarla, EMIYA proyecto una flecha especial que disparo al aire. La flecha surco el cielo, haciendo un sonido agudo al cortar el aire, antes de desvanecerse y que docenas de flechas cayeran como lluvia sobre sus enemigos.

Pero Tristán, sabiendo las flechas que venían en camino, no se molesto en hacer algo para esquivarlas. Armas de ese nivel, aunque podían dañarlo, eran insuficientes para matarlo.

-¿Mi oponente me esta subestimando, o me esta evaluando? Como Archer, me da tristeza- levanto su propia arma. -Pero como un Caballero, tengo que responder como se debe-.

El Noble Fantasma de Tristán era su arco, que tenía un diseño particular, porque aun si EMIYA era una rareza entre los Héroes de Clase Archer, si era un arquero con un arco, que aunque de un tamaño casi tan grande como él, en lo básico era igual que el resto de armas de su tipo.

Pero el arco de Tristán no era así. No tenía una sola cuerda, sino varias, y el diseño, combinado con la forma del arco y las cuerdas hacía que se viera más parecida a un arpa que un arco en si.

Y haciendo más alusión a que es un arpa, el servidor del Rey León comienza a tocar las cuerdas, que emiten un sonido grave al ser estiradas y soltadas.

Justo cuando las flechas que lanzo EMIYA iban a caer en su dirección, destellos rojizos chocaron contra las flechas, rompiéndolas antes de que lo tocaran como de un cuchillo cortara. Por cada cuerda que tocaba Tristán, un destello aparecía y cortaba diez flechas, pero solo las que iban a caer encima suyo, las otras que caerían cerca sin tocarle o a los caballeros cercanos no les presto atención.

Termino de tocar las cuerdas cuando el diluvió de flechas termino. Lo que pudo parecer una eternidad fueron solo unos segundos. Mientras Tristán estaba de pie ileso, el suelo a su alrededor estaba lleno de flechas, que habían golpeado y matado a diez caballeros cercanos.

Archer observo impasible, no sorprendido de que su rival hubiera eludido sus flechas, aunque la forma que lo hizo si fue intrigante por lo menos. Sabía que no lograría nada lanzando esas flechas más allá de matar a soldados sin nombre, lo que quería era ver como su oponente se las arreglaría para esquivarlas.

El resultado fue el esperado, ya que no solo vio un poco de sus habilidades, sino que pudo presenciar el arco particular de su oponente. Con su Análisis Estructural y Rastreo en el arma, pudo visualizar el Noble Fantasma y sobre todo, su historia, lo que le dio la identidad de su enemigo.

EMIYA había hecho muchas conjeturas sobre quienes serían los otros Caballeros bajo el mando del Rey León. Al ser casi una decena, excluyendo a Bedivere, Lancelot, Gawain y Galahad, quedaban al menos otros 8 Caballeros, y a diferencia de lo que uno pensaría, EMIYA no estaba tan versado en la historia Artúrica más allá de detalles y nombres básicos. Tampoco había tenido oportunidad de ver a uno de los Caballeros de la Mesa Redonda o ver sus armas, más allá de Arturia, se le era desconocido los rostros y armas de todos los Caballeros que lucharon por ella.

Eso fue, hasta que llegó a esta Singularidad.

El Servant que enfrentaba, que era sin duda de Clase Archer, era Tristán, el "Niño de la Tristeza", el Caballero que pronunció las legendarias palabras "El Rey no entiende el corazón humano" a Arturia antes de retirarse de la Mesa Redonda, poco antes de la caída de Camelot.

Por que un hombre que pronunció esas palabras luchaba por el ideal del Rey León era un misterio que no estaba interesado en resolver.

Lo que si estaba interesado era en su arco, que era su Noble Fantasma.

El Nombre del Noble Fantasma es Failnaught, un arco que era conocido como un "arco que siempre da en el blanco", un arco hecho por Tristán con ayuda de Merlín, hecho con partes de la arpa favorita que tenía y al agitar sus cuerdas, dispara un tipo de flechas al vacío que pueden tomar la forma de cuerdas que cortan la piel fácilmente o usando proyectiles de energía tan pequeños que para un humano normal no podría ver. Para un arquero, era el mejor tipo de arco.

Contra un Archer, el combate cercano sería la mejor opción, pero EMIYA mejor que nadie sabe que esa lógica no siempre aplica y dudaba que un Espíritu Heroico del nivel de Tristán pudiera ser vencido con una lógica tan simple.

Tampoco podía mantenerse en una batalla de larga distancia. Con la habilidad de ese arco, a la larga estaría en desventaja, además que puede ver como el Caballero lo estaba buscando, y si no hacía algo, iría tras Ritsuka y Chloe. Kuro puede ser hábil, pero no creía que pudiera derrotar a Tristán de llegar el caso ella sola.

El Arquero Rojo suspiro cuando se dio cuenta que tendría que tener un enfoque más "directo" para esta confrontación.

-A veces desearía pegarme a mi papel como Servant Archer y atacar a la distancia- se quejo un segundo, antes de que su expresión cambiara a la fría indiferencia que siempre mostraba al pelear. -¿Pero cuando tengo lo que quiero?-.

Proyecto un Noble Fantasma Roto sin nombre que tensó en su cuerda, antes de alterarlo para que tomara la forma de una flecha y disparar.

Cuando lo había hecho, Tristán finalmente había encontrado la posición de su enemigo, pero al sentir que el objeto mágico lanzado hacía él era más peligroso que los anteriores, decidió esta vez esquivarlo de un gran salto que lo alejo de la zona. Mientras aterrizaba y sus pies se arrastraban por el suelo debido a la fricción, tiro de dos cuerdas de su arco.

EMIYA alcanzo a saltar antes que la zona en donde estaba fuera destruida por ondas sónicas mágicas.

En el aire y volando hacía su objetivo, el Arquero Rojo repitió el proceso anterior, esta vez desde una distancia más corta.

Pero su oponente era alguien cuyas habilidades fueron reconocidas por el mismo Rey de los Caballeros. Tristán alcanzo a esquivar el impacto del Noble Fantasma Roto, aunque fue empujado hacía una casa por la explosión, atravesando las paredes hasta salir del otro lado con una rodilla tocando el suelo.

-Te encontré- el pelirrojo se incorporo, polvo y escombros cayendo de su cuerpo. Estaba sin heridas, solo su capa estaba sucia por el humo de la explosión reciente y los escombros de las paredes.

EMIYA aterrizo un par de casas lejos, aun manteniendo la distancia con su enemigo. En esta ocasión, Proyecto a Hrunting y la tenso en el arco, llenándola de prana suficiente para que al impactar a su enemigo, explotara.

Pero los ojos de acero se abrieron al sentir todo su cuerpo tensarse de manera rígida y cortante, pronto dándose cuenta que no podía moverse. Una rápida y analítica mirada le hizo descubrir que su cuerpo estaba envuelto en una clase de hilos que se envolvieron a él, haciendo que incluso el leve movimiento de músculos fuera difícil de hacer. Ni siquiera podía soltar el Noble Fantasma porque esos hilos envolvían a y entre sus dedos, así como al arco.

También noto que su enemigo lo veía directamente, aunque sonaba contradictorio cuando el enemigo tenía los ojos cerrados.

-Que triste es tener que matar a otro compañero Archer... pero el Rey León no estaría contento si se difundiera que fui incapaz de siquiera acabar con un enemigo de manera eficiente- dijo Tristán. -Este es el final para ti-.

Archer lucho por moverse, pero solo hacía que los hilos que lo envolvían se apretaran al punto de que en algunas partes comenzaron a cortar el manto rojo, cuyo material no debería ser posible de cortar por medios comunes, pero su enemigo era todo menos común.

Hacer explotar a Hrunting tampoco era una opción por lo estúpido que era, ya que cargarlo de mana hasta explotarlo, aun sujetándolo, sería todo un suicidio que como mínimo, lo dejaría incapacitado para luchar por días.

Una luz brillante lleno el área alrededor de Tristán al mismo tiempo que una flecha de energía aparecía en las cuerdas del arco/arpa, cuerdas que Tristán tiraba como se tiraría la cuerda de un arco.

Al ver el potencial peligro que amenazaba con su vida, Archer no se asusto ni se sintió amenazado. Cerró los ojos, su mente de acero despejando cualquier duda o sentimiento que fuera un impedimento para su objetivo de sobrevivir. Lo había hecho tantas veces que perdió la cuenta, y eso fue cuando estaba vivo.

-Fantasía del Lamento. Fail...-.

-Trace On-.

10 Espadas aparecieron en el aire justo encima de Tristán, quien interrumpió la liberación de su Noble Fantasma para acabar con su enemigo de un golpe ante la aparición repentina de armas que antes no estaban antes. El Archer pelirrojo se vio obligado a saltar cuando las espadas se lanzaron hacía él, incapaz de desviarlas como hizo antes con su arco/arpa por haber tenido que cancelar su Noble Fantasma, por lo cerca que estaban y la velocidad a la que se dirigieron. Incluso con el Regalo Sagrado del Rey León, ni siquiera el Espíritu Heroico más poderoso sobreviviría si le cortaran la cabeza.

Tristán pudo evitar las espadas que apuntaron a su cabeza u órganos vitales, pero una espada se clavo en su muslo izquierdo, una segunda en su hombro y una tercera cerca de donde estaba su hígado. Hasta una de las que esquivo alcanzo a hacerle un corte en la mejilla. Su sangre mancho el suelo bajo sus pies.

Toda esa secuencia duro 5 segundos como máximo.

Cuando EMIYA apenas sintió la movilidad sin restricciones de su cuerpo, no perdió tiempo y disparo a Hrunting, cuya sed de sangre se podía sentir claramente por la tardanza en ser usada. Él no era nadie para hacerla esperar más.

Tristán vio el resplandor rojo del arma de Beowulf aun con los ojos cerrados, y sobre todo, sintió el prana y la sed de sangre que emitía tal arma. Sin perder la calma que lo caracterizaba, planto bien los pies en el suelo y tiro de todas las cuerdas, cargando una gran flecha hecha de puramente mana en su arma. Las heridas infringidas por las espadas que aun estaban incrustadas en su cuerpo fueron ignoradas.

Dio un gran salto que lo lanzo varios metros hacía atrás al mismo tiempo que disparaba la flecha de mana que cargo. Toda la carga había durado apenas dos segundos, en los que Hrunting estuvo casi encima de él.

Cuando el Noble Fantasma Roto y la flecha puramente de mana chocaron, fue como la combinación de dos productos químicos que no deben mezclarse. El resultado en ambos casos fue el mismo: una explosión. Salvo que con el choque de las flechas, fue una explosión mucho más grande que sacudió toda la aldea, liberando una onda expansiva que se sintió varios kilómetros fuera del territorio.
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-Parece que Onii-chan ha estado ocupado- comento Kuro, tras ver desde su posición la gran explosión que provocaron el choque de ataques.

Gudako solo se mantuvo en silencio, asintiendo. Había notado que Archer se alejo de ellas para que no se vieran involucradas. Hasta ahora, lo único que ambas han podido hacer es eliminar caballeros y ayudar a los aldeanos escapar.

Gudako también podía sentir que Scathach seguía luchando, pero tal parecía que no debía preocuparse por ella.

Pero aun así...

-¿Donde estas, Nii-san? Si estas perdiendo el tiempo coqueteando con alguna chica de nuevo, te daré una paliza-.
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Gudao estornudo.

-¿Esta bien, Senpai?- Pregunto Mash.

-Si, debe ser por el frio- dijo Gudao. -¿Esta cosa no puede ir más rápido?-.

-¡Fou!-.

-Va tan rápido como puede. Somos demasiados, por lo que el peso hace que vaya más lento y el aire no esta a nuestro favor- replico Da Vinci. -¡No molesten al conductor cuando maneja!-.

El grupo de Gudao, conformado por Mash, Fou, Da Vinci, Hassan del Brazo Maldito, Bedivere, Xuanzang y el mismo Master, se infiltraron a un fuerte del Rey León para rescatar a Hassan Serenity y a un compañero de la Caster que los Caballeros tenían encerrados.

En esa misión, se tuvieron que enfrentar a los otros dos Caballeros que servían al Rey León: Mordred y Agravain. La Mordred que encontraron no era la misma que Ritsuka y Mash conocieron en Londres, por lo que no los reconoció.

Bedivere se quedo a luchar contra Mordred con el apoyo de Da Vinci, mientras el resto iba a rescatar a Hassan Serenity. Lograron encontrarla, aunque de una manera... particular.

Y es particular porque al liberarla, cayo directamente encima de Gudao y lo beso sin querer. La Assassin se había asustado, más por él que por ella, ya que los fluidos de Serenity eran venenosos, por lo que pensó que había matado a Gudao, pero resulto no ser así.

La única explicación que encontraron fue que el escudo de Mash le daba invulnerabilidad, o alta resistencia a venenos y maldiciones mortales a su portador y al Master con el que estaba enlazado.

Pero lo peor vino fue cuando Serenity les conto que por las torturas de Agravain, revelo la ubicación de la aldea que actualmente protegía Gudako y el resto de su equipo y envió un equipo para destruir la aldea.

Por lo que se apresuraron a rescatar al compañero de la seguidora de Buda, que era Tawara Touta, un Sirviente Japonés de Clase Archer.

Al rescatarlo, fueron interceptados por Agravain, en donde tuvieron que luchar contra caballeros fortalecidos por el Servant, enterándose de la identidad de Xuanzang en el proceso.

La lucha fue más larga que difícil, pero al conseguir salir, Da Vinci y un exausto Bedivere ya los estaban esperando.

Tras reunirse, no perdieron tiempo en partir a la aldea.

El problema, es que al ser ahora 8 personas en el vehículo, este iba más lento por tantas personas y no fue fabricado para soportar tanto peso. Algo que Da Vinci planea arreglar después de que pase la crisis.

-Creo que veo la aldea a la que se refieren- dijo Touta, que era un hombre joven alto de cabello verde largo atado a una cola de caballo alta. Usaba un haori rojo con detalles amarillos que tenía desatado del lado izquierdo, mostrando su pectoral y brazo de ese lado, mientras que la parte inferior era una parte de armadura samurái.

-¿Cómo se ve la situación?- Pregunto Ritsuka.

-No tan bien- respondió, cambiando su semblante alegre por uno más serio. -¿Hm?- Vio algo más a la distancia, pero más cerca de ellos. -Parece que hay una lucha en proceso a las afueras de la aldea-.
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¡SLASH!

Scathach dio un par de pasos hacía atrás con un corte profundo que pasaba diagonalmente por su pecho. A pesar de la profundidad y la sangre que comenzó a caer, la mujer guerrera no soltó ningún grito o expreso dolor.

-Finalmente logre darle un golpe- suspiro Lancelot.

Durante varios minutos habían luchado, o más bien, él había soportado los ataques de la mujer guerrera, apenas pudiendo dar contraataques poco efectivos porque eran bloqueados o esquivados. La batalla había sido en un solo sentido, y la prueba eran los cortes y daños de su armadura.

Este fue el primer golpe que Lancelot alcanzaba a dar correctamente, y fue solo porque su rival se distrajo un segundo por la explosión que ocurrió en la aldea, y tuvo que liberar parcialmente el poder de su Noble Fantasma para hacerlo.

A pesar de la lucha y situación, Lancelot no quería matarla. Quería dejarla herida o incapacitada, pero no matarla. No era su plan.

Ignorando sus pensamientos, Scathach se toco la herida que le infringieron y miro la sangre con sorpresa, como si fuera algo raro ver su sangre.

-¿Hace mucho que no ves tu propia sangre, Lancer?- Pregunto Lancelot por la forma en como ella veía su sangre.

-La verdad... si. No recuerdo la última vez que alguien me hizo una herida- respondió Scathach, su voz salió sin emociones mientras seguía contemplando sus dedos manchados de su sangre.

Lancelot abrió los ojos al ver como la herida que su espada hizo desapareció y la sangre se desvanecía de su cuerpo, como si nunca hubieran existido.

Lo que podría atribuirse a un factor curativo muy potente, solo era otro recordatorio para la Bruja de Dun Scaith de su retorcida y maldita existencia.

Una gota cayo del cielo, después otra, una llovizna se produjo debido a todo el humo del fuego en la aldea al cielo.

-¿Hm?- Los ojos de Scathach se entrecerraron mirando adelante, más allá del Saber que tenía frente suyo. -Siento varias presencias de Sirvientes en esa dirección- pensó, reconociendo a la mayoría. -Supongo que la misión fue un éxito- sus labios se estiraron en una pequeña y delicada sonrisa.

A Lancelot le extraño esa sonrisa y miro hacía atrás sobre su hombro, no viendo nada más que arena y rocas, pero en poco tiempo también sintió la presencia del gran grupo de Sirvientes que venían.

-¿Realmente lograron escapar de Sir Mordred y Sir Agravain?- Pensó con sorpresa el Caballero del Lago. -Chaldea es más poderosa de lo que pensamos- volvió a mirar al frente, a su oponente. -Parece que este es el fin de nuestra contienda. No me queda más de otra que concederte la victoria y retirarme-.

-¿Oh? ¿Y que te hace pensar que te dejare escapar?- Pregunto Scathach, balanceando su lanza. -Hace tiempo que nadie me hace una herida y esta pelea esta resultando ser demasiado divertida como para que termine así-.

-Te sugeriría controlar esa lujuria por el combate por ahora, si no quieres que tu Master y el resto de tus compañeros sean destruidos, junto con toda la aldea-.

Scathach frunció un poco el ceño en gesto de duda, dejando de girar su lanza, notando el peso de las palabras del Caballero. -¿A que te refieres?-.

-¿Realmente creyeron que vendríamos a invadir una aldea, llena de Sirvientes que nos superaban en número, sin un plan de respaldo?- Pregunto retóricamente Lancelot. -Nos orgullecemos de nuestra fuerza y de las bendiciones que se nos otorgaron, pero siempre estamos preparados para el peor escenario. Daremos nuestras vidas por el Rey León, así lo requiera-.

-Vaya Rey que es si esta dispuesto a matar indiscriminadamente-.

-¿Realmente eres quien para hablar?-.

-Tal vez no, pero hasta un tonto sabe reconocer la diferencia entre un Rey y un Tirano-.

Las gotas de lluvia dejaron de caer.

Antes de seguir con esta discusión verbal, Scathach abrió los ojos como platos al sentir una gran cantidad de mana reunirse de golpe. Giro un poco el cuerpo y alzo la mirada al cielo de la aldea, notando que las nubes oscuras comenzaban a girar.

-Qué es...- Scathach pocas veces había sentido en su larga existencia esa cantidad de mana reunirse.

-Ese... es el poder del Rey León-.
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(Momentos antes, con Arash)

-¿Ya son todos?- Pregunto Hassan de los Cien Rostros con su mascara puesta.

-Si- respondió Arash. La lluvia pegaba su cabello negro en su frente, por lo que tenía que apartar los mechones para que no estorbaran con su puntería.

Ambos Sirvientes se habían ocupado de la tarea de evacuar a las personas por caminos ocultos que Arash y Brazo Maldito habían planeado para cuando el ejercito del Rey León llegara. La evacuación resulto más fácil de lo pensado gracias a que sus amigos de Chaldea estaban distrayendo a los peces gordos.

Pero igual no fue una evacuación total, muchas personas murieron a mano de los Caballeros y cazadores, pero fueron más los que se salvaron.

-Lamento pedirte esto, Cien Rostros, ¿pero puedes ir a ver a nuestros amigos?-.

Cien Rostros asintió y se marcho sin decir una palabra. Ella había tenido dudas con sus nuevos aliados, pero tras ver la confianza que Arash y Brazo Maldito tenían, el como un grupo se ofreció para rescatar a Serenity a pesar de los riesgos, y como estaban defendiendo la aldea de los Caballeros de la Mesa Redonda, hicieron que se ganaran su absoluta confianza.

Arash se aseguro de revisar una última vez la salida por donde se fueron los aldeanos, antes de sentir una cantidad absurda de mana formarse en el cielo. Alzo la mirada, notando como las nubes de tormenta comenzaban a formarse.

-¿Qué es eso...?-.
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(Con EMIYA)

El Contraguardián aterrizo a una distancia de veinte pies de su enemigo, con un Noble Fantasma sin nombre en mano y tensado en la cuerda de su arco, listo para soltarla ante el menor movimiento hostil de su enemigo.

Tristán salió de los escombros, antes de que una de sus rodillas tocara el suelo. Aunque había evitado ser golpeado por Hrunting, la explosión que resulto del choque termino golpeándolo en su gran mayoría. Aun con la bendición del Rey León, no fue suficiente para protegerlo.

Su brazo derecho colgaba inservible con rastros de quemadura de segundo grado, la parte de su armadura que protegía su codo y pectoral derecho estaban destrozadas y su cabello estaba desarreglado con las puntas quemadas. La sangre dejo de salir por las quemaduras en la zona derecha, la única herida aun abierta era la de la espada en su muslo izquierdo, que recién se desvaneció en polvo de mana, dejando salir la sangre por la herida.

Toda la apariencia de calma y elegancia se había ido, mostrando a un guerrero herido y a merced de su enemigo.

Con un enemigo así de vulnerable, EMIYA no dudaría en acabarlo de manera rápida e indolora para no correr riesgos innecesario. Desde esta distancia y con su habilidad, un disparo a la cabeza o al cuello sería tan fácil como estirar la mano a un basurero.

Así lo hubiera hecho, pero...

-Quiero respuestas-.

Tristán levanto la cabeza, sus cejas se fruncieron en un gesto de confusión. -¿Respuestas?-.

-¿Qué es lo que quiere lograr el Rey León? ¿Cuál es su objetivo?-.

-¿Qué sentido tiene preguntar eso ahora?- Cuestiono Tristán, sin entender el motivo de las preguntas en este momento.

EMIYA no respondió.

Tristán abrió los ojos, contemplando por si mismo al enemigo que lo derroto. Era un hombre a fines de sus veinte, piel morena, pero que parecía quemada por el sol y cabello blanco peinado hacía atrás. Usaba un conjunto de ropa y faldón rojo con partes de armadura en torso, pantalones y botas que hacían juego.

Por el arco, obviamente era un Sirviente de Clase Archer. Uno lo suficientemente versado y hábil para derrotarlo en un combate de arquería.

-"El arquero hará menguar el poder del Rey"- recito parte de la profecía en su mente. Aquí, frente suyo, tenía un arquero lo suficientemente poderoso para derrotarlo como enemigo. -¿Acaso...?-.

-No lo repetiré dos veces- declaro Archer. Su voz sonaba tan fría que no parecía la de un humano, su mirada era tan filosa como una navaja.

-...Lo que el Rey quiere es la salvación de la humanidad-.

¿La salvación de la humanidad? ¿Era una broma? Una parte de EMIYA deseaba que lo que sea que le hubiera pasado a esta versión de Arturia haya ocasionado que se volviera loca de poder, que se volviera un tirano arrogante como Gilgamesh... pero como siempre, el mundo traicionaba sus expectativas de la peor manera.

-¿La salvación de la humanidad? Qué estupidez. Dices que salva a la humanidad mientras mata a todos los demás. ¿O lo que paso en esa Selección Sagrada fue su forma de "paz"?- EMIYA escupió cada palabra con asco.

-Para preservar a la humanidad, nuestro Rey tomo una decisión divina. No puede haber lugar para las emociones al emitir un juicio. El Rey finalmente... descarto totalmente su corazón humano-.

El agarre en la espada tensada en el arco tambaleo un segundo por la incredulidad de EMIYA al escuchar esas palabras.

No podía ser cierto.

-Shirou-.

Ella... ella no pudo deshacerse de su corazón. Aun cuando no entendía el corazón de otros, aun cuando se cerraba a otros.

-Esta comida esta deliciosa-.

Eso... estaba mal.

-Shirou... adiós-.

Esa sonrisa pura y que no debe ser empañada... esa sonrisa no debe ser manchada por la tristeza o el dolor.

No de nuevo.

Pero sus lamentaciones terminaron cuando sintió una gran cantidad de mana surgir en el cielo. Alzo la cabeza al cielo, notando las nubes de tormenta que se estaban formando alrededor del centro.

Todos vieron lo mismo surgir de las nubes.

Un gran pilar de luz con la forma de una lanza gigante tomaba forma, apuntando directamente a la aldea y a todos los que estaban debajo.

-¿Qué es eso...?- La luz del pilar ilumino toda la aldea, sus luz no había rincón que no los tocara.

-Este es el juicio del Rey León- respondió Tristán, poniéndose de pie con dificultad. -El Pilar de la Purificación. La Santa Lanza Rhongomyniad-.

EMIYA abrió enormemente los ojos con una emoción pocas veces sentida: horror. Conocía la lanza, aunque solo por fragmentos. Sabía parcialmente lo que era en realidad... de su poder.

-¡¿Se volvieron locos?!-.

-¡¿Crees que la locura justificaría nuestras acciones?!- Respondió, casi gritando, el caballero pelirrojo. -Para nosotros... este es... nuestro único camino a seguir-.

Tristán tuvo que tirarse a un lado, anticipando la espada que casi se clava en su cuello.

Archer proyecto otra espada, pero su enemigo fue más rápido. A pesar de sus heridas y desangrado, uso todo lo que tenía para dar un gran salto a las afueras de la aldea.

EMIYA lo apunto, pero chasqueando la lengua, decidió dejarlo ir. La prioridad máxima era evacuar a Gudako lejos de la aldea.

Con un solo salto, llegó a donde estaba la pelirroja, que veía con sorpresa y miedo la lanza de energía que se formaba en el cielo. Chloe hacía lo mismo a su lado, y Hassan de los Cien Rostros, que había llegado hace poco, también tenía la mirada en el cielo, aunque su expresión era ilegible detrás de esa mascara de calavera.

-Debemos sacarte de aquí, Master- dijo EMIYA. Confiaba en que aun cargando a Gudako, tendría la velocidad suficiente para alejarse.

-¿Pero y la aldea, y los aldeanos?- Pregunto Gudako. Hassan le había dicho que recién lograron evacuar a todos. Si se iban ahora y esa lanza impactara, era muy probable que muchos murieran mientras cruzaban los túneles y caminos subterráneos.

-Eso no importa ahora. Mi prioridad es sacarte de aquí-.

-Pero...-.

-¡Si te quedas y mueres, toda la Gran Order!- Archer no tenía la paciencia en esta situación para escuchar las quejas de su Master. -Piensa en tu hermano, en Romani y el resto. ¿Cómo crees que se sentirán si mueres?-.

Pudo ver la asimilación de sus palabras. Gudako no quería dejar a las personas que recién estaban evacuando a su suerte, un sentimiento que entendía, pero en esta circunstancias con un poder abrumador, divino, a punto de destruirlos, eran ella o todos los demás, y la vida de Gudako era por mucho más valiosa que la de ellos por la misión de detener al Rey Mago, por ser una de los dos últimos Masters de la Humanidad.

-Hiciste lo mejor que pudiste, nadie te culpara. Tenemos que irnos- y sin esperar respuesta, EMIYA tomo a Ritsuka entre brazos.

-Que remedio...-.

A punto de correr, se detuvo al escuchar una voz ya familiar y unos pasos acercándose a donde estaban.

Arash, con arco en mano y tensando una flecha en la cuerda, caminaba, pasando al grupo de 4.

-¿Arash?- Llamo Ritsuka al Héroe Persa. -¿Qué haces?-.

-Nadie morirá mientras yo lo pueda impedir- dijo con decisión el arquero.

-Tu...- EMIYA bajo a Ritsuka mientras veía como motas de mana comenzaban a salir del cuerpo del Archer y se extendían a los alrededores como una especie de barrera.

Arash levanto sus brazos, tensando tan fuerte la cuerda como pudo. La punta de la flecha comenzó a emanar una tenue luz a medida que el ataque de Rhongomyniad se acercaba a la aldea.

-Denle mis disculpas a Bedi. A pesar de que lo regañe, soy igual a él-.

-¡Espera!- Chloe había usado Rastreo en el arco de Arash, pudiendo ver su historia. Así sabía lo que hará.

-Descuida- dijo Arash despreocupadamente. -Lo que haré... es solo algo que cualquier Héroe haría-.

Tras decir eso, todo desapareció para el Héroe del Este. Sus compañeros, la aldea, el viento, la luz que presagiaba una especie de castigo divino... nada más le importo, salvo el ataque con forma de lanza que tenía como objetivo.

Es en este momento, donde podía liberar su Noble Fantasma.

Según la leyenda de Arash, disparo una flecha para poner fin a una guerra entre dos países. La distancia que recorrió la flecha varía según el registro. Uno dice que voló 1000 leguas (farsakhs), mientras que en otro se habla de un recorrido equivalente a una caminata de cuarenta días. En otra fuente, la flecha voló desde el amanecer hasta el mediodía, mientras que en otra es desde el amanecer hasta el atardecer.

-Oh, santo señor de los rayos del sol...-.

Pero en todas se dice que a cambio de este movimiento especial que excede los límites de los humanos, Arash perdió la vida dispersando su cuerpo en todas direcciones, poniendo fin a un conflicto para evitar más derramamiento de sangre.

-El que concede toda sabiduría, majestad y fuerza. Oh señor resplandeciente-.

Su Noble Fantasma representa esa leyenda. La leyenda del héroe que dio su vida en un único disparo.

-Mi corazón...-.

El ataque de Rhongomyniad se acerca cada vez más.

-Mis pensamientos...-.

Desde la distancia, Gudao y el resto se habían detenido, a pesar de las protestas de Gudao, Da Vinci se negó a avanzar más por el peligro que suponía acercarse. En su lugar, intentaron contactarse con Gudako, pero tanto mana en un punto reunido interfería con las comunicaciones.

-Y mis logros sean examinados-.

Los pies de Arash bien colocados en el suelo.

-Vamos, tu que creaste la luna y las estrellas-.

Gudako, Cien Rostros, Chloe y EMIYA solo podían ver los últimos momentos del Espíritu Heroico.

-Mis hechos-.

Los ojos de EMIYA no podían apartarse de Arash, de sus últimos momentos... de la acción que estaba haciendo.

-Mi fin-.

Dando la vida para salvar a todas las personas.

-¡He aquí mi Spenta Armaiti!-.

Es un acto de un verdadero Héroe de la Justicia.

La punta de la flecha de Arash brillaba con más intensidad de antes, como una pequeña estrella.

-Mientras suelto esta última flecha, deja que todo mi ser... ¡sea triturado en polvo!-.

O más bien... como un meteorito solitario.

-¡STELLA!-.

Y el meteorito surco los cielos, hacía la luz del castigo divino ejecutado por un Rey a un pueblo que no era el suyo.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. ¡El fic sigue vivo!

Lamento tanto los retrasos. Admito que gran parte fue porque me faltaron ganas para seguir escribiendo el fic, pero ahora volvió, y como una forma de compensación, lo hice como un capitulo más largo de lo que escribo normalmente.

¿Qué opinaron de las batallas? ¿Les gusto? La que más me costo hacer fue la de EMIYA y Tristán, por la forma extraña en que pelea Tristán con su arma. Espero que lo haya hecho bien.

Y sobre la pelea de Lancelot y Scathach, en esta me base más en la pelea de Scathach y Carlo Magno en Extella, en donde el Rey de los Francos no pudo con nuestra Celta, y si en el fic, ni Arturia Saber pudo contra Scathach, menos Lancelot, que aguanto bastante por la bendición del Rey León.

Espero que ninguna de las batallas haya decepcionado.

Y con esto, hasta aquí el hilo de las películas. El resto ahora será más parecido a lo del juego, aunque puede que en el inicio si se parezca un poco más a la película, pero lo de Holmes y Atlas si o si ocurrirá, no se preocupen.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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