Capitulo 27: Reflexión
-¿Cómo te sientes, Saber?-.
-Ya me siento mejor, pero creo que tardare un poco mas de tiempo de recuperarme-.
Ambas mujeres habían logrado, de alguna forma, salir del muelle y llegar hasta el vehículo que los esperaba afuera con un Homúnculo que era el piloto y los llevo al Castillo Einzbern que estaba a las afueras de la ciudad en el bosque.
En el camino hasta el castillo, Irisviel en ningún momento dejo de usar su mana para curar a Saber de sus heridas fatales. Gracias a su potente curación rápida, evito que pereciera por el desangrado causado.
Actualmente las heridas se habían cerrado, pero Saber no estaba con toda sus fuerzas, tardaría un poco mas de tiempo en recuperarse, así que ambas decidieron quedarse en el castillo por seguridad hasta que la rubia recuperara sus fuerzas.
Eso en parte fue doloroso para la peliblanca, ya que ella deseaba explorar mas la ciudad, porque era la primera vez que salía del castillo Einzbern en Alemania, pero no podía olvidar el propósito por el que fue creada por un simple capricho suyo.
-Irisviel, deberías ir a descansar, usaste mucho mana- sugirió Saber.
-Descuida, soy una Homúnculo especial, mis reservas de mana son...-.
La Einzbern intento protestar, pero su voz sonaba débil, y se tambaleo un poco, siendo atrapada por Saber con suavidad.
-¿Lo ves? Usaste mucho mana para sanarme y tener que ayudarme a caminar te canso demasiado. Ve a descansar. Cuando estés mas recuperada puedes seguir con el tratamiento- indicio la rubia.
-Creo que tienes razón... buenas noches, Saber- se despidió Irisviel, caminando hasta la salida del comedor y avanzar por los pasillos en dirección a su habitación.
Cuando la puerta de roble se cerró, Saber suspiro. Esta noche había sido mucho mas difícil de lo que se espero. Sabía que habrían oponentes fuertes, pero nunca imagino algo del nivel de esa Lancer.
Pensar en ella le hizo fruncir el ceño. No lo admitiría delante de nadie; pero esa mujer tenía razón en algo, y es que fue imprudente durante la pelea, o es mejor decir que fue muy lenta en reaccionar.
Al inicio, estuvo a la defensa, primero por la gran velocidad que ella demostró tener. Sabía que los Lancers son la clase mas rápida de los siete, pero estaba segura que su velocidad era superior a otros de su clase y eso la aturdió. Luego decidió seguir un poco a la defensiva, atacando con precaución, ya que sabía su nombre verdadero, así que era conocedora de sus habilidades, pero ella no, así que fue cuidadosa en sus movimientos para al menos saber su patrón de pelea.
Pero nada de eso funciono. Su oponente debía tener una gran cantidad de experiencia para ser capaz de defenderse ante su espada que era invisible, aunque a veces había sido capaz de ver un destello en sus ojos que confundió con emoción, pero que ahora lo pensaba mejor, debía ser un hechizo o algo que le permitía ver mejor su espada.
Eso debía ser, ya que ella había escrito runas en el aire para atacarla, pero gracias a su resistencia fallo. Si se sabe usar runas, no importa si eres un mago o no, estas siempre te funcionaran. Lo única limitante era tu nivel de magia y aprendizaje de estas... o eso le había contado Merlín hace mucho, aunque él tampoco debía saber mucho de runas, ya que nunca lo vio usar una.
Pero en donde fallo fue en su último ataque: se despojo de su armadura para tener mas mana para usar y se lanzo a gran velocidad para dar un corte fatal a ella, no considero que podía tener mas armas que había estado ocultando o aguantar mas en la pelea hasta tener una verdadera oportunidad. Solo vio que tenía un golpe limpio y se lanzo. Una imprudencia.
Y eso le costo ser herida por tres de las cuatro lanzas que manifestó detrás suyo y quedar al borde de la muerte.
Esa fue una derrota muy humillante para ella, no solo por lo fácil que fue ser atrapada en la treta de su enemigo, sino que este, no había usado toda su capacidad de combate. Arturia podía saberlo gracias a sus propias capacidades e instinto.
Se puso delante de la ventana, vislumbrando la luna, que era media luna esta noche, pero su luz alcanzaba a entrar tenuemente por la ventana.
-No creas que se quedará así, Lancer- pensó Saber. Ahora tenía otro objetivo aparte del Grial, y era vencer a esa mujer. No solo por orgullo, sino también como la prueba que debía pasar por su reino.
Pero un rugido rompió su seriedad. Sonrojada, se llevó una mano al estomago, que había sido el originario de ese ruido.
Por su "condición especial" ella tenía ciertas limitantes como Sirviente. No podía pasar a una forma espiritual para recuperar heridas y requería de comer y dormir, aunque en una cantidad mucho menor que los humanos, aunque no era algo que podría perjudicarla en un combate, seguía siendo necesario, y con Irisviel teniendo que agotar su mana de manera rápida para que se recupere, eso tal vez empeoraba las cosas.
Al menos sabía que había refrigerios en la cocina del castillo, de seguro habría algo que calmara un poco su apetito y luego descansaría para que recuperara ella misma las fuerzas aunque sea un poco. Luego pensarían en como derrotar a ese misterioso grupo y a los demás Sirvientes de la guerra.
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(En otra parte)
Gudao camino descalzo hacía adelante hasta llegar al borde del corredor mas cercano y sentarse, la punta de los dedos casi tocando la tierra del suelo.
El grupo de Chaldea había llegado a una zona algo apartada de la ciudad, aunque el recorrido del muelle hasta la zona fue largo, pudieron localizar la que sería su base de operaciones mientras estuvieran en esta Singularidad.
Archer había sido el que propuso esta residencia, aunque parecía incomodo al decirlo por alguna razón, como si hablara de un lugar al que no quería estar pero no tenía otra opción.
La residencia era una vieja mansión Japonesa y algunas cuantas estructuras de pequeñas casas que estaban separadas y se esparcían por toda la residencia, además tenía un deposito en el jardín. Este lugar no era muy adecuado como residencia, y ya era de muy tarde para ordenar, así que Archer proyecto una manta y una almohada para cada uno y se quedaron a dormir en lo que parecía la sala de estar, ya que Archer había dicho que los cuartos no eran adecuados.
Miro hacía atrás, su hermana y Mash estaban profundamente dormidas y Chloe les hacía compañía, abrazando por la espalda a Mash con uno de sus brazos arriba de la joven. Fou estaba siendo abrazado por Gudako encima de sus pechos como un peluche, aunque el pequeño animal estaba muy cómodo en su lugar. Fijo su vista en Mash, su mirada se volvió una de pena.
Desde que la conoce, que fue cuando se quedo dormido en el pasillo aquella vez, siempre la encontró como alguien admirable y fuerte. Ella había estado mas tiempo que él en Chaldea, pero insistía en llamarlo Senpai, aunque la diferencia de edad era solo de algunos meses. Pero a medida que se iban conociendo mas en el viaje por las Singularidades, comenzó a ver que Mash era realmente fuerte, aunque también algo ingenua, pero era un lado lindo de ella.
Es que, ¿quien confiaría el futuro de la humanidad en alguien como él? Nadie lo haría, él y su hermana saben bien que son los encargados de las Singularidades porque no queda nadie mas, los encargados del equipo A y el resto de candidatos están en criogenización para evitar su muerte. Por lo tanto, eran la opción desesperada de despecho. Pero Mash en ningún momento dudo de él o de Gudako.
-¿No puedes dormir?-.
La voz sensual y estoica llegó a sus oídos, la hermosa mujer de cabello rojo como el vino apareció en polvos de mana sentada a su lado con una pierna flexionada y la otra en el borde del pasillo en el que se sentaban.
-Mas o menos. Tengo algunas cosas en mi mente que no me dejan dormir. ¿Y tu, Scathach?- Respondió el joven.
-Los Sirvientes no necesitan dormir, algo que encuentro útil durante las batallas, aunque también aburrido cuando no las hay- respondió Scathach.
Ambos estaban relajados, ninguno se preocupaba de que fueran atacados de repente por algún Master o Servant que haya estado en presencia del combate del muelle y los siguieran, porque Lord El-Melloi II se había asegurado que nadie, ni las otras copias de Assassin los siguieran con ayuda de Archer.
Ritsuka no puede evitar señalar que esos dos se conocen, y aunque quería preguntar realmente, no era el momento adecuado, no ahora.
Ambos se quedaron en silencio, contemplado el cielo que en este lugar se podía ver las estrellas. Una oportunidad que ambos no siempre han tenido de admirar, pero por razones diferentes.
Ritsuka se deslizo en silencio al lado contrario de donde estaba Scathach, sintiéndose un poco incómodo. No tenía nada en contra de ella, Scathach era bastante amigable y comprensiva, tal vez sus entrenamientos eran exagerados y hasta el punto de ser inhumanos, pero con las amenazas que enfrentan, era adecuado.
El problema es que ella era una mujer demasiado atractiva para su bien...
A diferencia de algunos compañeros de clase que tuvo antes de venir a Chaldea que no ocultaban lo pervertidos que eran por sus hormonas, Ritsuka tenía mas control en esos instintos y en una situación donde la humanidad estaba entre el borde de la vida y la muerte, no podía dejarse llevar por distracciones. Claro, podía de vez en cuando divertirse durante las Singularidades, pero siempre debía mantenerse sereno. Por eso entre él y su hermana ella era la impulsiva y él el calmado.
Pero seguía siendo un joven con hormonas, que aunque muy controladas y todo, las seguía teniendo. A veces no sabía donde mirar cuando una Servant se acercaba demasiado a él.
Y Scathach para su mala fortuna no era la excepción. Entendía que el traje que usaba se apegaba a su cuerpo para moverse sin obstrucciones y debía tener cualidades mágicas superiores a sus Códigos Místicos, y que también la ropa del pasado no era de igual calidad que la actual...
¡Pero por dios! ¡¿Por que las ropas de algunas Servants tenían que mostrar mas de lo debido y dejar poco a la imaginación?! Entendía que esa no era la intención, pero tampoco lo hacía mas fácil. Tampoco podían culpar su reacción, su reacción era la de cualquier joven normal.
-Oye, Scathach, ¿como encontraste tu batalla contra Saber? Parece que pudiste manejarla bien-.
Intentando alejar esos pensamientos desvergonzados de su cabeza, intento iniciar una conversación con Scathach con el primer tema que le vino a la mente: la última batalla.
-Esa niña es fuerte. En manejo de armas y respuesta de acción es superior a Setanta. Si no hubiera estado ocupada gobernando un reino, de seguro sus habilidades serían mas grandes- respondió.
Ella era la Reina de la Tierra de las Sombras, pero el titulo de "Reina" comenzó a ser mas de adorno a medida que la Tierra de las Sombras se iba alejando del mundo humano, ya que su reino comenzó a estar compuesto de almas de muertos, espectros, y seres fantasmales relacionados a la muerte. Ya los humanos no estaban teniendo cavidad allí y todos se fueron antes de que se separara por completo del mundo humano, a excepción de algún que otro joven que buscaba sus enseñanzas. Ella solo tenía que poner a los espectros y demás seres para recordar quien es mandaba allí.
Pero porque antes si era un verdadero reino, ella sabía de lo difícil que era gobernar, y el poco tiempo que dejaba para entrenar aunque sea un poco. Aunque gobernar toda la Tierra de las Sombras era mas fácil porque en ese entonces se había dividido el reino con su hermana.
-Y estoy segura que si volvemos a combatir sería mas que interesante la batalla, ya no la podría sorprender con mis lanzas- sus palabras sonaron llenas de expectativa, deseosa de que ese momento llegara.
-Realmente te gusta combatir, ¿verdad?-.
-Soy una Celta después de todo. En mis tiempos, lo que importaba en un combate era la emoción de la batalla. Si morías, podías irte satisfecho de haber tenido un último combate. Y si ganabas, podías vanagloriarte de tu fuerza con alcohol y comida, para después irte a buscar a tu siguiente oponente-.
-No suena un estilo de vida para mi- tal vez para su hermana si, pero para él no.
-Yo creo que si. Tal vez no serías un alborotador como Fergus o Setanta, pero serías un buen comandante-.
-¿Tu crees?- Se paso la mano por la parte de atrás de su cabeza.
Su mirada paso de vuelta a Gudako y Mash, movimiento que fue notado por Scathach.
-¿Qué opinas sobre eso?-.
-¿Eh?-.
-Sobre Mash. Estoy un poco interesada en escuchar la opinión de quien es el Master de la chica sobre su estado y que aparentemente no sobrevivirá de este año-.
Aunque lo dijo con un tono casual, ella si estaba interesada en escuchar lo que piensa Ritsuka de eso. Ella tenía que recordarse que Ritsuka es un humano normal que ha vivido toda su vida como cualquier humano hasta que llegó a Chaldea, pero también tenía que reconocer que poseía un valor digno de un héroe al no salir corriendo o quedarse llorando. En vez de eso, asumió la carga que, aunque no tenía otra opción, lo hizo con la cabeza en alto.
Pero ahora es diferente, en vez de tener que lidiar con un Sirviente enemigo, tenía que lidiar conque una de las personas mas cercanas a él estaba en una situación de muerte segura de la cual no podía hacer nada para ayudar y lo único que podía hacer era tener una efímera esperanza en algo imposible.
Y Gudao lo sabía...
Gudako parecía tener mas fe en que quedará un poco del poder de alguno de los Griales cuando se reunieran todos, pero el pelinegro era diferente; de los dos, era el mas realista, y veía que las posibilidades de que quedara un Grial con suficiente poder para curar a Mash eran bajas, por no decir, nulas.
El pelinegro bajo su mirada y suspiro. -¿Es necesario decirlo?-.
-Tienes que saber afrontar todos tus problemas, y conversando con alguien sobre ellos es una buena manera de desahogarte- respondió Scathach.
Ritsuka volvió a suspirar al no encontrar motivos para negarse. Así que simplemente dejo salir todo lo que piensa.
-Me siento impotente, y no es la primera vez. Desde que comenzó este viaje me he sentido así, por tener que dejar que Mash luche mientras yo me quedo detrás y lo máximo que puedo hacer para ayudarla es brindarle mana y una pequeña distracción que no sirve. Pero Mash nunca ha dudado de mi o de mi hermana, creo que es gracias a ella que el peso de tener que llevar el destino de la humanidad no ha sido tan agobiante como debería-.
La carga de una responsabilidad tan grande puede resultar ser mucho de lo que una persona es capaz de soportar. Muchos héroes han llevado grandes cargas en sus espaldas, algunos han sabido llevarla gracias a su extraordinaria fuerza o talentos, pero también habían otros que el peso les era demasiado para soportarlo y son aplastados.
Pero habían unos pocos que, a pesar de tener una carga grande, tenían la suerte de contar con una o varias personas que ayudaban a llevar esa carga y podían superar el reto juntos. No eran muchos, pero existían.
Ella misma no podría considerarse de la segunda categoría por dos cosas: no tenía un gran peso en sus hombros. Actualmente su leyenda estaba mas vinculada a la de su discípulo y como la mayoría de sus acciones fueron dentro de la Tierra de la Sombras, que ya desde antes de ser separa del mundo humano era un lugar difícil de acceder no era tan famosa como Cu, pero tampoco le importaba.
Terminando con esos pensamientos, siguió escuchando a Ritsuka.
-Es extraño. Yo siempre creí que Mash era fuerte desde que la conocí, a pesar de lo asustada o nerviosa estuviera, y que no conoce el verdadero nombre de su Noble Fantasma, es capaz de ponerse adelante y pelear contra otros Sirvientes para protegernos, por eso siempre la vi como la mas fuerte...-.
-¿Pero?-.
-Pero tras lo que nos conto el Doctor de como experimentaron con Mash... me di cuenta que no la conozco tanto como pensé. No sabía por lo que tuvo que pasar y me conforme en pensar que había estado mas tiempo en Chaldea que yo por ser parte del equipo principal, que por lo que escuche, si eran Magus talentosos. Ni siquiera le pregunte-.
Él pensaba que conocía en Mash, pero nunca pensó en su pasado. Nunca se habría imaginado que detrás de esa sonrisa que ella tenía, había un gran dolor oculto. Debió haberlo notado, era su Master y amigo, pero de no haber sido por su colapso nunca se abría dado cuenta. Que estúpido era.
Scathach empatizo un poco con lo que estaba sintiendo Ritsuka. Era normal que se sintiera frustrado, incluso los guerreros mas valientes se sienten frustrado cuando un amigo esta en problemas. Así que como la maestra aquí, tendría que ayudarlo.
-Si quieres que te diga algo, es que sigas siendo igual con ella como lo has sido antes-.
-¿Eh?-.
-Te lo dijo Romani, ¿no? Sentir pena por Mash por su prematura muerte es lo mismo que insultarla y abofetearla. Ella, a pesar de lo que el anterior Director le hizo, nunca hizo nada contra Chaldea y sigue adelante...-.
Se le hacía difícil creer que Mash no sabía nada de su condición y que estaba cerca de morir, seguramente si sabía, pero lo mantenía oculto, tal vez para no preocupar a los hermanos, ya que podrían hacer algo como evitar que fuera a las Singularidades y eso podría entorpecer el grupo. Mash era una parte importante del grupo, ya que ella era la que protegía a los dos jóvenes en lo que Archer y ella peleaban.
-Así que tu, como su Master. No solo debes respetar sus deseos de seguir peleando. También debes hacer que no se arrepienta de su elección-.
-¿Qué no se arrepienta de su decisión?- Pregunto Gudao confundido.
Scathach no respondió de inmediato. Alzo su mirada al cielo estrellado. -El viaje es algo importante para todas las personas, en especial para los héroes. El viaje los moldea, les da algo a cada persona que lo cambia y le permite crecer. Ustedes tres- refiriéndose a Gudao, Gudako y Mash. -Están viajando por las Singularidades, pero también están aprendiendo de sus viajes. Este es considerado su propio "viaje del Héroe", como lo llaman las personas en la actualidad. Sin importar el final, ninguno debe arrepentirse por lo que hacen-.
-¿Qué quieres decir con todo esto?- Gudao ya había perdido el punto de la conversación.
-Me refiero, que sin importar que Mash sobreviva o no al final, es parte de tu deber asegurarte que ella pueda llegar a la respuesta que busca su corazón, para que al final pueda decir que valió la pena todo lo que paso-.
Ya ella misma consideraba que lo que decía era un poco hipócrita, considerando que ella tiene algunos arrepentimientos pasados, pero no le importaba. Lo suyo y lo de ellos no tienen nada que ver. Tal vez es porque estuvo en su reino sin contacto con nadie por miles de años, o por el carisma que los dos jóvenes tienen, pero se sentía bien decirle estas cosas y ayudarlos, no porque era su deber.
Además, ella misma ya disfrutaba haber venido, y sentía que seguiría disfrutando los combates que vienen.
-¿Y quien sabe? Tal vez este viaje también me de ese "algo" a mi también-.
Ritsuka reflexiono esas palabras.
El Viaje del Héroe...
Él había estudiado esa estructura en literatura en su escuela secundaria allá en Inglaterra. En resumen, se refiere al comienzo de la aventura del "héroe" por algo que lo obligo a comenzar ese viaje que lo hace crecer para que al final resuelva el "mal" que lo obligo a comenzar el viaje y volver a su estado normal antes del viaje.
En ese sentido, él cumplía todo lo necesario: empezó el viaje porque Salomón incinero la historia Humana y era el único junto a su hermana de todos los candidatos a Maestros que quedaban. Asumieron la responsabilidad porque no había otra opción, pero también porque eligieron llevarla.
Y así comenzó su viaje por las Singularidades: Orleans, Roma, Okeanos, Londres, América. En cada viaje, habían conocido a diferentes personas y aprendieron algo. Pero la que mas aprendió fue Mash. Pudo notar su cambio con el tiempo.
Cambio, desde esa chica que dijo que no hacía falta presentarse porque no sabía de que forma presentarse para que fuera fácil de recordar, hasta una joven valiente que no duda en sus alianzas y parece contenta al presentarse.
-Si... tiene razón- vio la palma de mano derecha, cerrando la mano. -Quiero que Mash viva, pero tampoco puedo negarle el que nos acompañe. Así que lo único que puedo hacer por ella es quedarme a su lado y apoyarla como lo he hecho siempre-.
No sentiría pena por ella, ya no mas. Ahora solo sentiría admiración por lo fuerte que es Mash e intentaría estar a la altura de esa fuerza.
Scathach se paso un poco de cabello hacía atrás. Los jóvenes de ahora les gustaba revolverse la cabeza con estos asuntos, pero tampoco es que fuera una molestia. Y estos jóvenes prometían mucho.
En el techo de la gran casa, Archer contemplaba las estrellas en silencio estando sentado. Tenía una pierna flexionada y la otra se estiraba hacía abajo.
Siempre le gusto ver las estrellas, fue algo que hacía de pequeño y en ningún momento perdió el habito de hacerlo cada vez que podía, verlas le hacía pensar, antes, era una reafirmación de su sueño de ser un Héroe de la Justicia. Ahora, solo es un recordatorio de su estupidez, pero que hipócritamente, es una vista que aun le encanta disfrutar.
Sintió una mirada desde el suelo y bajo la vista, allí estaba Lord El-Melloi II con un nuevo abanó en mano, observándolo en silencio.
Aceptando la invitación silenciosa, se bajo del techo y aterrizo limpiamente delante del Pseudo-Servant.
-¿Esta bien que fumes tanto? Es malo para tus pulmones, considerando tu edad- dijo Archer con su típica sonrisa burlona.
-Búrlate lo que quieras, estos abanós son seguros, están hechos de una pólvora especial que no contamina los pulmones del cuerpo- respondió Waver.
-No creo que me hayas hecho bajar solo para hablar de cigarros- señalo un poco mas serio, cruzándose de brazos.
-Por mi no me molestaría, pero tienes razón. Supongo que tienes algunas preguntas, si tu reacción de cuando te reconocí al llegar es lo correcto-.
Y así, otra conversación al otro lado de la mansión en la que ocurrió la última, comenzó.
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(Omake: Si la gente los viera...)
Si alguien preguntara como son las entidades guardianas de la Tierra: Alaya y Gaia, la respuesta variaría un poco dependiendo de a quien le preguntes.
Si le preguntas a un Magus, te responderían de lo mas lógico, que Alaya es el sistema de preservación de la humanidad y que Gaia es su opuesto, que busca erradicar a la humanidad de la Tierra.
Si le preguntas a un Verdadero Apóstol, te responderá que Gaia es una de los entes que los creo, pero no por eso le obedecen, y que Alaya es la molestia que hace que los humanos sobrevivan tanto.
Si les preguntas a los Contra Guardianes o las Especies Fantasmales que cada una envía para eliminar a la otra, todos podrían darte respuestas similares de sus respectivas "jefas" aun con sus personales diferentes.
Los Contra Guardianes responderían que Alaya es una perra que no duda en explotarlos para hacer genocidios y disfruta verlos sufrir, y que Gaia debe ser igual de perra que ella.
La Especies Fantasmales responderían que Gaia es la verdadera diosa del planeta y que Alaya es patética al usar a simples humanos contra ellos, y que algún día la acabaran.
Pero si le preguntas a Zelretch...
-¡Eres una maldita, Gaia! ¡Mira lo que hiciste!-.
-¡¿Lo que yo hice?! Creo que convertí una horrible compañía en un hermoso bosque. Los humanos contaminan el planeta, deben morir-.
-Y la perra seguía y seguía...-.
-¡¿Qué dijiste?!-.
-¿No te cansas de repetir lo mismo siempre? Porque yo si. Ya te vuelves patética-.
-No quiero escuchar eso de la existencia que se manifestó en un mundo, y que de todas las apariencias posibles, eligió usar la apariencia de una chica con bloomers-.
-¡No me vengas a mi con mamadas! ¡Mi yo de aquel mundo no debió elegir esa apariencia, tu debiste interferir de alguna manera con eso!-.
-No se de lo que me hablas, lo que hacen las Gaias de otros mundos no me incumbe...-.
... Este responderían que son parecidas a dos discípulas suyas por sus constantes peleas.
Ahora estaban en el mismo espacio en que Zelretch y Alaya vieron esos... curiosos mundos de Archer, pero esta vez Gaia se había aparecido y dio como resultado la escena delante de sus ojos.
El 4 de los Verdaderos Apóstoles juraba que, si un día estas dos lograban manifestarse en cuerpos verdaderos, lo primero que harían con sus cuerpos era ir a buscar a la otra para matarse.
Y el vería aquel combate desde la distancia.
Si la gente viera que Alaya y Gaia eran como chiquillas que discutían por todo, el respeto y temor que le tienen a ambas fuerzas se esfumaría como pólvora que lleva el viento.
-Parece que estarán para un rato mas- pensó Zelretch observando que la discusión de ambas seguiría.
Silenciosamente, uso su magia y desapareció de allí, iría al laberinto donde esta su amigo Caubac, al menos con él si podía disfrutar conversando y observo lo que hace su humano favorito.
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N/A: Listo, aquí otro capitulo, y además con un omake.
Tuve que reescribir varias veces la conversación de Scathach y Gudao, y al final no se si me quedo bien, pero estoy mas satisfecho con este que con los otros borradores.
En este capitulo se concentro en como Gudao piensa sobre la situación de Mash, yo creo que una de las fallas de FGO es no mostrar mas como el protagonista lleva la situación. Mash es la que mas nos ayuda en avanzar, pero después de la conversación de Romani parece seguir igual, eso me molesto un poco.
Así que aquí decidí al menos darle una razón, y quien mejor que Scathach con su sabiduría y experiencia. Pensé un momento que fuera Archer quien le hablara, pero Archer no es ese tipo de persona que aconseja de esa manera, así que lo cambie por Scathach.
Gudao aprendió aquí que no debe sentir pena ante Mash, ya que hacerlo sería peor para ella, algo que servirá para mas adelante, como serán los casos cuando rechazo unirse a Gorgon o no elogió a Ereshkigal en Babylonia.
Otra cosa, hace tres semana, alguien me contacto en privado en Wattpad y me dio permiso para que pueda subir mi historia a Youtube, cosa que acepte y ya publico en un video los capitulos 1 y 2.
Aquí les dejo el Link:
https://youtu.be/D-a67hWkvYc
el canal se llama alekai teorias para que lo vayan a apoyar.
Sin nada mas que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
Siguiente actualización: Nueva Historia: Saint DxD Chapter Future.
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