Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9-Reunión de Másters

Los tres Máster y los tres Servants terminaron todos juntos en un hotel a orillas de la playa casi a la madrugada. Con un poco de las habilidades como maga de Susana, pudieron registrarse sin muchos problemas.

En su habitación, Simón estaba recostado en la cama, reflexionando un poco en lo que había pasado aquella noche, en como casi pierden la vida a manos de Berserker. Sus pensamientos se ven interrumpidos por Medusa, quien salía del baño con una bata blanca y de lana.

—Has estado algo más callado que de costumbre desde que llegamos —comentó recostándose en su propia cama.

—Me sentí como un inútil, no pude ayudarte contra Berserker y necesité que tú y Ruler me salvaran —confesó con una notable frustración—. Te llevé a la boca del lobo y casi mueres, por mi culpa.

—Sin duda fue imprudente, Máster, pero debe darse algo de créditos —dijo sentándose a su lado y poniendo su mano en su hombro—. Aunque tenía un brazo roto y Berserker lo estampó contra una pared, querías seguir luchando para protegerme. Eso es algo bastante valiente.

—A pesar de eso, te lastimaron bastante y no sé si quiero perdonarme por permitirlo —dijo con algo de tristeza.

—"Vivir como hombres valientes y si la suerte es adversa, hacer frente a sus golpes con corazones valientes". Cicerón —citó Rider con una sonrisa—. Yo soy solo una Servant, estoy aquí para ser tu escudo ante el peligro, me van a lastimar bastante en esta Cruzada, pero sé que estarás allí apoyándome en todo. Eres alguien valiente Simón —declaró acercándose más y más poco a poco—. Aunque tengamos enfrente a cien Berserkers, sé que te pararás enfrente del peligro y lucharás con todas tus fuerzas para así conseguir el Santo Grial. Aunque aún no lo hayas notado, tu determinación es enorme.

—Gra-gracias Medusa... yo... no sé que decir —dijo de cierta manera conmovido.

—Solo quiero que recuerdes: nunca serás un inútil, la detective Bolívar te buscó porque te necesitaba para el caso, porque ella sabía de lo que eras capaz de hacer —concluyó con un tono dulce y seductor—.  Si crees en tí mismo, estoy segura que pronto podremos buscar revancha contra Berserker.

Casi instintivamente, Simón abrazó a Medusa con mucho cariño.

—Vaya, vaya, Máster... ¿quiere otro beso? —preguntó con un tono burlón y coqueto.

Simón se separó de Medusa con la cara totalmente roja, como un tomate.

—Eh... e-e-eso fue por consejo de Ruler... yo... tenía que hacer que recuperaras maná —explicó apenado.

—¿En serio? Debe saber que lo disfruté —dijo seductoramente para su diversión.

—¿De verdad?... quiero decir... iré a tomar un baño, siento que apesto —dijo con mucha vergüenza.

Sus reacciones son lindas —pensó Medusa, con una dulce sonrisa.

En su habitación, Francisco de Miranda tomaba una copa de vino mientras miraba la luna llena en el balcón. Susana llega al poco rato.

—Has estado decaído desde que regresaron de combatir contra Berserker —dijo apoyando los codos en la mesa—. Me preocupas, ¿sucedió algo?

—No... no... tal vez... si... si pasó —confesó con dificultad y visiblemente afectado por la pregunta—. Usé uno de mis Noble Phantams, Arc de Triomphe de la Révolution française y... sacrifiqué a muchos buenos hombres. Ellos al igual que yo son Servants, pero... muchos de ellos eran hombres que conocí en el campo de batalla y se volvieron grandes amigos... y sin embargo, los envíe a morir contra Minamoto no Raiko como un cobarde mientras escapaba.

—No tenías opción, ella era muy fuerte y ni siquiera había usado aún su propio Noble Phantams, por lo que la mejor opción era retirarse —dijo Susana, entendiendo la tristeza de su Servant.

—Pero si siempre he sido un cobarde, Máster —dijo notablemente consternado-. En vida, cuando luché por la independencia de Venezuela, los españoles nos derrotaron en una batalla y entonces... Firme un contrato con ellos, Simón Bolívar quien alguna vez fue mi mejor amigo, me declaró traidor y me entrego a los españoles, morí como un prisionero. Me lo tenía merecido, dejé de creer en nuestros ideales.

—Todos cometemos errores más de una vez en nuestra vida, lo importante es aprender de ellos y seguir —dijo la detective Bolívar, tomándole de la mano.

—Veo que usted también tuvo una noche difícil, ¿qué ocurrió con Assasin? —preguntó dándole un sorbo a su vino.

—La razón por la que quería dejar todo esto atrás —confesó en un largo suspiro de cansancio—. Llevo mucho tiempo siendo detective de homicidios, he visto lo peor de la humanidad y me cansé de toda esta basura. Gente como Aileen Burden hacen que pierda la fe. Mi deseo para el Grial de la Cruzada es retirarme con estilo, quiero tener algo grande con lo cual resonar por largo tiempo en el mundo de la magia, porque... bueno, mi padre murió al servicio de su deber, ¿qué clase de legado haría yo si solo abandono porque ya no puedo con toda esta indiferencia y locura? No, quiero tener una última aventura antes de retirarme.

—Supongo que ambos hemos visto lo peor de la humanidad, ya sea en guerras o en espantosos crímenes—comentó Francisco de Miranda, tomando otro sorbo de vino.

—Sí, este mundo te vuelve en una pesimista como yo —concluyó, sirviéndose un vaso de whisky que pidió del servicio a la habitación.

En su habitación, Aguilar se ajustó la venda de su pierna tras haberse sacado la bala. Karna estaba sentado afuera, mirando las estrellas. El sacerdote se sentó a su lado, cabizbajo y sintiéndose frustrado.

—Lo lamento, perdí el control con Assasin y olvidé por completo tu consejo —confesó apretando los puños—. Maldición... que humillante.

—Me recuerdas a Duryodhana —comentó Karna, cruzado de brazos—. Cuando sus planes fallaban, actuaba como si fuera el fin del mundo. No deberías cometer sus mismos errores. Las derrotas van y vienen, pero ninguna derrotar debería apagar nuestro espíritu.

—¿Cómo puedes dejar ir tan fácilmente las cosas, Karna? De verdad que no logro entender esa parte de tu personalidad —admitió volteando a verle. 

—Es un simple desapego a las cosas que le causan daño a la gente —explicó mirándolo a los ojos—. Odio, celos, son solo venenos para un guerrero. Por eso no dejo que ninguna de esas emociones me dominen. Ví todo el daño que esos mismos venenos le hicieron a quien alguna vez fue mi mejor amigo, Duryodhana.

—Mi problema es que no dejo ir ese pasado que empezó a perseguirme desde que empecé esta Cruzada —declaró mirando los estigmas que tenía en las muñecas.

—El pasado debería ser algo que nos impulse a seguir adelante, no algo que nos impida crecer como guerreros —reprendió Karna, en tono severo, pero al mismo tiempo compasivo—. Si no dejas ir ese pasado, entonces jamás podrás ser verdaderamente libre.

—¿Cómo puedo dejarlo ir? Tanta sangre que se derramó ese día y sin justificación alguna —cuestionó con el temblor en su mano derecha aumentando.

—Tal vez deba confiar en estos nuevos aliados —respondió con una ligera sonrisa.

—¿Podemos confiar en ellos? —inquirió pensativo.

—Por supuesto, sabe que nadie puede mentirme fácilmente debido a mi Discernimiento del Pobre —declaró con seriedad—. Son gente noble, tienen sus demonios internos al igual que usted, pero pueden ser aliados importantes.

—De acuerdo, confío y en tí y confiaré en ellos —declaró un poco más alivado—. Tal vez así, pueda sentirme más liberado de lo que ocurrió hace tantos años.

Por la mañana siguiente, todos se reunieron en un comedor apartado del hotel, comiendo su desayuno.

—Estos sándwiches de pollo son muy buenos —comentó Aguilar, hablando con la boca llena— ¿Cómo está tu desayuno, Lancer?

—Las frutas están dulces —respondió mientras masticaba.

—¿Y bien? —preguntó Susana, frunciendo el ceño— ¿Qué dices de nuestra alianza?

—Creo que para eso debemos saber nuestros deseos —respondió Aguilar, apoyando los codos en la mesa— ¿Qué quieren pedirle al Grial de la Cruzada?

—Yo quiero revivir a mi tía.

—Yo quiero que mi nombre sea recordado por una gran hazaña y así poder tener una vida tranquila.

—Sin duda son deseos nobles —dijo con una sonrisa—. Sin embargo, lo que yo quiero... Es destruir el Grial.

—¡¿Disculpa?! —exclamaron Simón y Susana al mismo tiempo.

—¡Hahahahaha! Esa es mi misión, dada por la Santa Iglesia —dijo riendo por la sorpresa de ambos—. Créanme que me gustaría usar el Grial, pero no puedo desobedecer órdenes.

—¿Para qué quisieras usar el Grial? —preguntó Simón con curiosidad.

—Quiero revivir a cien personas —dijo para sorpresa de los presentes—. Les voy a contar un poco de mi pasado y de cómo fuí adoptado por mi maestro de la Santa Iglesia. Esta es la historia de como fuí crucificado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro