52. Will you marry me?
— ¡Hermano! ¿Niklaus? — escucho los gritos de Elijah y me cubro los oídos con la almohada
— ¿Puedes bajar la voz?— me quejo — Maldición.
Tenía una terrible resaca. No debí beber tanto con Marcel.
— Tengo, lamentablemente, oído vampírico.— me salgo de la cama y me asomo por el barandal
— ¿Dónde está mi hermano?— me pregunta y resoplo
— Revisaré mi calendario. Espera, no soy su esclava.— me burlo y se acerca Hayley
— Camille, la ciudad está sitiada por bestias que obedecen a mi madre demente. Considerando que los licántropos le declararon la guerra al nuestro, no es buen momento para tu particular insolencia.— explica y me acomodo el cabello
— ¿Todo el discurso para solo decirme que no estás de humor para aguantar mis chistes? — expreso incrédula y se cubre el rostro negando
— Klaus se fue hace rato.— aclara Hayley — ¿Quieres buscarlo? Yo no puedo ayudarte.
— Si hubiera un aparato mágico para llamar a las personas. No se, no tengo ideas. Buena suerte.— sugiero con ironía y resopla
— ¿Esas bestias que decías? Estarán bajo el control de Esther, pero lo dijiste, son mi pueblo. Si los hieres, la perra de tu madre será el menor de tus problemas.— advierte Hayley y alzo mis cejas mientras se aleja
— Tiene carácter. Me agrada.— regreso a mi habitación
Fui a la mesita de noche para tomar mi celular, tenía varias llamadas perdidas de mis amigos y Stefan.
Parece que aún no se adaptan a que esté fuera del panorama. Tal vez, deba volver y dejar de fingir que todo está bien. Me necesitan.
— Te ves tan tranquila cuando estás preocupada.— escucho a Klaus y me sobresalto
— Incluso siendo vampiro no te veo venir.— sonríe y dejo el celular en la mesa
El estaba apoyado en el marco de la puerta.
— Davina, la bruja que revivió a Mikael, se donde está.— me levanto — Eres la bruja más poderosa en todo el mundo. Tú eres capaz de detener esto de una buena vez.— cruzo mis brazos
— Marcel habló sobre ella.— alza sus cejas — Es una niña, Klaus. No te ayudaré a matarla.— suspira
— Contaba con eso. Eres una Mikaelson pero no del apellido. Eres muy blanda.— se burla
— Tú punto es...— hago reverencia
— Probablemente haya un hechizo que nos ayude en esto. Habla con ella y que te enseñe.— suspiro
— Bien. No se en que momento solo sigo tus órdenes como un general amargado.— me levanto de la cama — Me compadezco de tu hija.
— Apuesto a que le encantará tener una prima que la meta en problemas.— se burla saliendo
— Solo recuerda, cuando ella tenga 21, yo seguiré viéndome igual de ardiente.— voltea a verme — La llevaré a beber y conocer chicos.
— Serás una mujer de cuarenta años.— asiento
— Pero luciré igual de guapa.— se ríe yéndose
Me visto para posteriormente tomar mi celular. Estaba sonando.
— Caroline, yo...— me interrumpe
— Voy a matar a Stefan Salvatore.— frunzo el ceño
— ¿Qué?
— Me trajo a su novia vampiro.— me quedo helada
— ¿Disculpa?
— Si, al parecer Enzo, la convirtió. Ahora el quiere que yo le ayude sobre el control. ¿Puedes creerlo?
— Estoy procesando que Ivy es vampiro y que Stefan está con ella.— expreso molesta
— No está con ella, el solo me la vino a aventar como si yo fuera un centro de adiciones.
— Tengo problemas más grandes que una nueva vampiro. Intento "alejarme" del drama de Stefan para venir al mío.— escuché su suspiro
— Mira, Cami, se ve que la pasa mal sin ti. Se que ellos también son tú familia, pero aquí también la tienes. Y una que siempre ha intentado estar para ti. Mamá te extraña.— bajo la mirada
— Se que lo que hago últimamente es solo huir. Odio eso, pero estar en el pueblo, me da nostalgia. Recuerdo que Damon y Bonnie están muertos y no encuentro la manera de salvarlos, se los prometí. Solo me siento como una fracasada.— expuse
— Stefan te necesita, Cami.— bajé la cabeza — El es tu amor épico. No puedo dejar que sólo lo dejes ir. Lo amas demasiado.
— Es el amor de mi vida, claro que lo amo. Pero, el solo me aleja. Y ya me cansé de que siempre estemos discutiendo. Quedamos como amigos.— expliqué
— Sabes que no pueden ser amigos.— asentí
— Caroline...— me interrumpe
— No me rendiré sin una pelea. Al menos inténtalo, si no funciona, te daré en paz.— suspiré
Me quedé pensando unos segundos. Quería ayudar a Klaus, Mikael volvió y eso es un GRAN problema.
El viejo está loco, y no nos conviene que ande suelto. El quiere muerto a Klaus, y no permitiré que deje a una hija sin su padre ni que nos arrebate un miembro importante de la familia.
Pero, podía solo pasar rápido con Stefan y ver cómo está, de ahí, irme. No creo que sea la gran cosa. El también es alguien importante en mi vida.
— Bien.— solté y escuché su chillido de emoción
— Sabía que entrarías en razón.— me levanté — El estaba con Elena buscando a Sarah. Probablemente lo veas cerca.
— Genial, me comunico.
Colgué para luego arrepentirme. A Klaus no le gustará para nada que cambie sus planes. Pero tampoco soy su esclava, así que...
Bajé y lo vi beber en la sala. Me acerqué y me puse frente a él, estaba nerviosa
— Escuché tu novela al teléfono.— arrugué las cejas — Oído vampiro.— baja la botella
— Es de mala educación, deberías intentar bajar la frecuencia de tu radar de chismes.— me burlé y se levantó
— El motivo principal de tu llegada, es que Esther y Mikael volvieron de la tumba.— asentí — Tú me ayudaste a matarlos.— volví a asentir — Tu deberías ayudarme a mandarlos al infierno de nuevo.
— Es buena tu teoría, la comprendo, en verdad. Pero, tengo un ex novio que me ha dado su apoyo incondicional durante cuatro años, y necesita un discurso de Camille Forbes.— expliqué
— Esto es vida o muerte.— refiere — Stefan estará aquí cuando vuelvas. No se irá de ti.
— Ya no estoy muy segura de ello. El no es el mismo desde que perdió a Damon, y me necesita. Suele no pedir ayuda.— insistí
— Camille, necesito a alguien fuerte de mi lado.— pidió y me acerqué — Mikael es una rata escurridiza y no se que planea mi loca madre.
— Te prometo que te alcanzaré. Solo necesito saber que el está bien. Lo amo.— me ve fijamente y nota el deseo en mis ojos
— Bien...— sonreí — Ve a ser la salvadora de ese hombre. Si algo aprendí en estos dos años, es que nadie te detendrá de salvarlo.— le di un abrazo
— Gracias.— me aparto — Eres el mejor.
— Más te vale que digas eso.— me reí y salí por la puerta
Mystic Falls, voy de nuevo. Cada vez se vuelve más una costumbre.
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Después de unas horas, había llegado a las afueras del pueblo. Tenía la suerte de haberlo encontrado mientras subía a su moto.
Me estacioné en la orilla y me dedicó una sonrisa al verme bajar del auto.
— ¿Ibas a algún lado? — pregunte y me acerqué
— De hecho, si.— crucé mis brazos y lo admiré en su moto
— Si no te conociera, diría que eres todo un motociclista que bebe en bares baratos.— se ríe
— ¿Quien te envío? ¿Caroline o Elena? — relamí mis labios pensativa
— Pues yo no.— soltó Elena y sonreí
— Caroline, si.— el asintió — Me abrió los ojos. Las Forbes damos los mejores discursos.
— Ya me iba a casa. No tengo nada que hacer aquí, iré a ver a Ivy primero.— expuso
— Savannah no es tu hogar, Stefan. Es un escape, un escondite.— indiqué — Este es tu hogar.
— No, era mi hogar, y ya no puedo cruzar sus fronteras. Por lo tanto tengo otro hogar.— explicó
— Entonces, ¿tirarás la toalla y regresarás a tu falsa nueva vida? — me quejé
— Yo, iré por allá...— intervino Elena alejándose
— Mi falsa nueva vida terminó cuando tú y Enzo aparecieron.— asentí — Entonces, iré a casa, empávate y empezaré de nuevo. Otra vez.— fruncí el ceño
— ¿Y yo? — bajó la mirada — ¿Estás determinando que no volveremos a ser pareja? ¿Te estás rindiendo después de todo? — se me acercó
— Te amo. Te amo demasiado.— mis ojos se iluminaron — Si hay una razón por la que siga vivo, es por ti. Si aún tengo humanidad es por ti, si respiro es por...— lo callo poniendo mis labios con los suyos
Creando fuegos artificiales. Alterando toda mi química corporal. Moviendo millones de nervios en mi. Como una explosión.
Sus movimientos eran feroces, pero sutiles. Su tacto era arriesgado y descarado.
Bajó sus manos a mi cintura tomándome con fuera, yo rodeé su nuca con mis brazos.
En este momento, sólo existíamos el y yo.
Despeje mis labios lentamente mientras el aire regresaba a nuestros pulmones. Gemía mientras el me veía con esos intensos ojos verdes.
— También te amo.— me sonrió — Pero pretender que tu vida aquí nunca existió, no te hará feliz.
Retrocedí y sus manos cayeron de mi cuerpo.
— Intentó que si. Es sencillo como puedes crear algo nuevo.— relamí mis labios y se apoyó en su moto
— Perdiste a tu hermano. Estás en negación. Creas otras identidades para ocultar lo que realmente sientes. Que es dolor.— apartó la mirada — ¿Crees que no te conozco? Soy la única que lo hace. Es por eso que haces todo esto.— volteo a verme
— Tú te vas a Nueva Orleans para no pensar en el. Por que también te duele.— alcé mis cejas — Yo también intento seguir adelante, Cam.
— ¿Y que pierdo en el proceso? Estar lejos de mi mamá, de Caroline, de mis amigos y especialmente de ti. No me interesa vivir en una vida donde no estes tu. Te ganaste mi corazón.— me acerqué — Pero no te puedo obligar a nada. No si no quieres.
— No puedo estar aquí. Podría ir contigo a cualquier lugar en el mundo, pero aquí, aquí sólo me recuerda a Damon.— lo vi con tristeza
— Sigamos tu sistema. Si creo que en serio estas feliz, estoy dispuesta a unirme a ti.— alzó sus cejas y sentí — A construir nuestra historia. Pero si no lo creo, te arrastraré conmigo. Seré peor que Klaus. En serio.— sonríe — ¿Trato?
— Claro.— me acercó a su moto
— Elena! — la nombró y viene a velocidad vampírica
— ¿Si? — le doy mis llaves — Claro. Ustedes váyanse de luna de miel, mientras yo me encargo de la fugitiva Sarah.— sonrió
— Dile a Noah que te ayude. Hay muchas personas que pueden ser de utilidad.— me subo
— Vayan, espero que vuelvan casados o algo. Ya les urge.— ambos nos reímos — Las vegas sería bueno.
— Graciosa.— solté nerviosa y Stefan me dio el casco — Te veo luego.
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Narrador omnisciente
— ¿Donde está Camille? — le preguntó Elijah a Klaus
— Haciendo cosas de romántica empedernida. Recuérdame en unas décadas, matar a Stefan.— pide el híbrido yendo a la salida
— Mikael va a ir a buscarla.— el híbrido se frenó — Recuerdas que ella te ayudó a matarlo.
— Lo tengo bien claro, gracias.— el se giró — Yo me encargo de ello.
— Niklaus. ¿Qué vas a hacer? — el inhaló hondo — Nosotros somos quien protege a Camille de nuestros padres. De una forma u otra, van sobre ella. Esther la buscaba. Es por algo.— asintió
— Voy a protegerla. Es nuestra familia...— se fue alejando
— Espero que sepas lo que haces. Por que yo también la voy a proteger.
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Camille
Nos habíamos detenido en el viejo lugar de trabajo de Stefan, en un taller mecánico. Claro que esa sería su forma de vida.
Si me imagino a un Stefan humano dedicándose a esto como parte de su vida. El sería feliz.
— Después de los impuestos, seguro social y seguro de salud...me quedan 206 dólares y tres centavos para pasar la semana.— sonreí — ¿Quieres beber? — mostró su cheque
— Stefan, ¿seguro médico? — me burlé
— Si, el punto es empezar de nuevo. Fingir ser lo más humano posible.— se me acercó y asentí
— Nada de privilegios de vampiros. Nada de equipaje, nada de nuestra antigua vida, nada de eso.— expuse y toqué el auto — ¿Qué es esto
— Me descubriste. Oye, Damon no está para llamarlo auto de abuela...— lo interrumpo
— Pero yo si. Debo decir que te quedaste atrapado en una década.— me burlé y salí del taller viendo alrededor
Era algo pequeño y solitario
— Es una forma de decirlo.— cerró la persiana
— Tú sistema para seguir adelante, requiere cortar lazos y un trabajo sin futuro.— opiné y se me acercó
— No hemos llegado a la parte divertida.— se defendió
— ¿Pagar los servicios públicos? — me burlé y sonrió
— No. Decidir quién quieres ser durante los próximos treinta años.— explicó — ¿Quieres ser astronauta, quieres ser un atleta olímpico? — me reí — ¿Quieres saltarte la escuela de psicología? Ya eres psicóloga. Vamos, tétame, te mostraré como se hace.— asentí
— Muy bien, enséñame lo que tienes.— pedí
— Lo haré.— me pasa por un lado y ladeo una sonrisa
Ambos caminamos por el pueblo. Era algo agradable, solitario y silencioso. También pequeño si debo añadir.
Stefan siempre ha querido una vida sencilla. Una donde pueda ser quien es. Sin muerte, sangre o ese lado destripador. En sus ojos, siempre lo noté. Y amo eso de él.
Es con la clase de hombre que podrías pasar el resto de tu vida. Ese que es el padre de tus hijos, los lleva a los partidos y hace parrilladas. Ese es Stefan Salvatore.
Llegamos a un bar, parece que mi amigo ya tenía ganas de beber y no eran ni las cinco.
Revise mi teléfono, para ver si tenía amenazas de muerte de parte de Klaus, alguna novedad de Caroline.
— Mi hermana quiere matarte, y Elena dice que no hay señales de Sarah.— bajé el teléfono — Son noticias alentadoras.— agarré mi cerveza y bebí
— ¿Klaus en serio te dejo venir? Pensé que quería tu ayuda con su drama.— asentí y bajé la bebida
— No es como que tenga mi correa, Stef. Si fui, fue por voluntad. Son mi familia.— expliqué
— ¿Y los Parker? — bebo más — Casi no hablas de ellos. Están en el campus. En tu ambiente.
— Trato de descubrir identificarme con esa parte. Me sale familia hasta por las piedras. Son la biológica.— bebí — También mi madre y mi psicópata padre. No te aburres.
— ¿Quieres hablar de eso? — negué y bajé la cerveza
— No quiero hablar de traumas familiares. Me bebería el bar entero si inicio.— me burlo y sonríe
— ¿Estás lista para ver el sistema en acción? — asentí con entusiasmo
— Lista.— agarro el tequila
— Muy bien. — me tiro el shot — Dame tu anillo.— fruncí el ceño
— ¿Qué? — me limpié la boca
— Tu anillo.— estira su mano y suspiré, me muevo de lugar a donde no me da el sol
— Bien.— me lo saqué del dedo y se lo entregué, lo vi con confusión
¿Por que rayos querría mi anillo?
Se levanta y lo sigo con la mirada, mueve una silla y me quedo en blanco
Se me acerca y se pone de rodillas, mi corazón se acelera. Me muestra el anillo y sonreí
— Camille Parker.— alcé mis cejas, llamó la atención de todos
Fingí estar sorprendida ante aquel acto, deberían darme un papel protagónico
— Stefan Cooper, ¿que haces? — expresé incrédula
— Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Y siempre fuiste mi mejor amiga. Siempre te he amado. Y quiero pasar el resto de mi vida contigo.— lo vi enternecida — ¿Quieres...?
— Espera.— fingí sorpresa — No me lo estás pidiendo sólo por que estoy embarazada, ¿cierto?
— No, no. Te lo estoy pidiendo por que eres mi apoyo, ¿si? — fingí alivio — Estuviste a mi lado durante múltiples rehabilitaciones... la cárcel, la lesión en el rodeo.— no pude evitar reírme — Me has salvado del borde...y cielo, este bebé es lo mejor que nos ha pasado en la vida.— asentí enternecida — ¿Te quieres casar conmigo?
Sentí ese pinchazo en el pecho. Ese que te dice que el amor de tu vida te hace la propuesta más grande de tu vida, pero aquí, no es real.
Pero escucharlo, me altera totalmente mi cuerpo.
— Si.— explote en emoción y me puso el anillo en el dedo
Todos comenzaron a celebrar y aplaudir. Stefan me llevó a sus brazos y lo tomé con fuerza.
— ¿Lo ves? Nuevas identidades, nuevas vidas, es sencillo.— suspiré y nos separamos — Muchas gracias.— le habló al público
— Los bebés se llamarán Elizabeth y Stephanie.— presumí — Viene de familia.
Nos sentamos de nuevo, y evito tomar cerveza, muchos ojos mirando. Había un tipo que nos veía con desvíen, era extraño
— No he sabido nada de Enzo. Lo que es extraño. Le pregunté a Caroline y piensa que está perdido.— expliqué
— Tal vez esta asesinando la novia de otro.— relamí mis labios y agarré una cerveza, el me detuvo — Embarazo, ¿recuerdas? — suspiré
— La mentira más tonta que he dicho. ¿No puedo retractarme.— pedí y negó
— No. Pero tendrás que reinvertirse en treinta años. Si no, la gente se empezará a cuestionar por qué no envejeces.— fruncí el ceño
— Pero cuanto te conocí, dijiste que te habías alejado de Mystic Falls durante quince años. ¿Qué te hizo volver tan pronto? — pregunté con interés
— Tu lo dijiste, te conocí.— sonreí — Desde 1864 he sido carpintero, conductor de ambulancia, trabajador inmigrante...— me reí — estudiante de secundaria.
— ¿Entonces por que eres mecánico por doscientos dólares a la semana? — me mostré confundida
— No hay razón.— soltó directo
— Debe ser duro. Todos los cambios sin una constante en tu vida. Mi nueva realidad ahora que soy vampiro.— opiné — No hemos hablado de tu hermano. Lo evitas.
— Es raro escuchar que te refieras a Damon como mi hermano...— expuso y fruncí el ceño
— ¿Como debo decirle? — le digo confundida y sólo me ve
— También lo extrañas. Puedo verlo.— bajé la mirada
— Terminamos por que crees que estoy enamorada de él. No se si deba hablar contigo lo que siento.— tomo el tequila
— Lo amas.— alcé la cabeza — Y lo extrañas.— me bebí el shot
— El era mi mejor amigo. Claro que lo amo y lo extraño. Pero siento que te duele escucharlo.— relamió sus labios
— Y te sientes culpable.— asentí
— No pude salvarlo. Claro que me siento culpable, no pude salvar a mis mejores amigos.— solté abrumada — No soy tan buena.— agarré la botella
— Tú talón de Aquiles es culparte por todo. Eso te destruye.— sentí el nudo en la garganta y bebí
— Les fallé. No puedo...— pone su mano sobre la mía e inhalo hondo
— Necesito aire.— me levanto y voy a la puerta
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Narrador omnisciente
Mundo prisión.
— Divagas como un demente, ¿por que? — le pregunta Damon a Kai mientras ve el cielo con el ascendiente
— Estoy buscando el lugar exacto. Tenemos que encontrar en donde se concentra la energía del eclipse.— explicó Kai
— Pudiste haber empezado con el ascendiente.— se quejó Bonnie
— Si, pero quería sentir tu mano en mi pecho.— alardeó y Bonnie frunció el ceño
— Hay algo malo en el.— murmuró la Bennett
— ¿No estás acostumbrada a que te coqueteen? — se burla Damon
— No puedo esperar para salir de aquí, y hablar con alguien más.— informó Bonnie
— ¿Podemos tener unos segundos en paz...?— expone Damon y la bruja nota algo en el suelo
Un periódico que daba la noticia de una familia masacrada en Portland.
—...mientras este idiota usa esa cosa para que las estrellas se alineen? — Bonnie levanta el periódico
Comienza a leer el artículo con curiosidad, algo en ella la hacia dudar sobre Kai. Tenía un mal presentimiento.
— Oye, ¿de que se trata este paseo? — le pregunta Damon a Kai
— Use el ascendente para descubrir dónde nos pararemos durante el eclipse.— informó
— Genial. Hagamos magia para salir de aquí.— alardeó el vampiro
— Oregón...— murmuró Bonnie y se frenó
— ¿Qué? — menciona Damon confundido
— Leí este periódico cien mil veces. Dice algo sobre Oregón.— explicó
— ¿Qué cosa?
— Kai dijo que tenía muchos hermanos y hermanas. "Familia masacrada en Portland" — Damon bajó la vista — El único que escapó fue el hijo mayor. De veintidós años, llamado Malachai.
— ¿Quien llama a su hijo Malachai? — intervino Kai — Esperaban que fuera malo.
— Asesinaron a estos niños.— le reprocha Bonnie y Damon lo ve confundido
— Espera. No todos murieron.— corrigió — Tengo dos debilidades. La primera, es por una de mis hermanas. Si no, le habría sacado los pulmones, no sólo el bazo.— fruncieron el ceño — Ah, también este detalle. Tengo dos hijos. Deben tener tu edad.
Se quedaron en blanco ante las revelaciones descaradas de aquel hombre. Lo dijo así, sin tacto.
— ¿Qué? — soltó Bonnie sin aliento
— Si, mi hermana logró sacarlos y me los arrebató. Mis mellizos. Tenían este brilloso cabello rubio y ojos muy azules. Me salieron lindos.— alardeó y lo vieron con signo de interrogación — Pero tenían este poder que debía quitarles. Todo se complicó.
— Algo me dice que no hablas hipotéticamente.— añadió Damon
— Se llaman, Camille y Christopher Parker.— se quejan desconcertados — ¿Por que la expresión?
— No puede ser.— soltó Bonnie perpleja y vio a Damon
— ¿Qué? — Kai los vio ansioso — ¿Qué saben?
— Nosotros conocemos a Camille.— responde Damon y a Kai se le baja la sonrisa — Acabamos de descubrir que tu eres su padre.
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Camille
Me sentía tan ansiosa que podía beberme todo el bar. Sentía la brisa en mi rostro y la tranquilidad del lugar, pero había algo que no me dejaba vivir en paz.
La culpa. Si, suele ser una perra.
Comienzo a escuchar escándalo y regreso al bar al instante. Al entrar, veo a Stefan en el suelo, con sangre encima
— ¿Lo estás disfrutando? — le grita el sujeto y frunzo el ceño
Parece que le daba una paliza. Iba a hacerlo de nuevo y lo quite de en medio
Lo tomo de la camisa y lo veo fijamente
— Ve a casa, límpiate y olvida que esto pasó.— lo suelto y el hombre se va — ¿Qué demonios estabas haciendo?
El se levanta avergonzado, lo vi totalmente confundida.
— Pensé que te habías ido.— fruncí el ceño y fue por papel para limpiarse
— Dije que tomaría aire, no que tomaría un vuelo.— me quejé — ¿Qué pasó con este tipo?
— Te dije que tenía un sistema.— aclaró y fruncí el ceño
— Dejar que te partan la cara para sentir algo.— le reproché molesta
— Eres la última persona que debería darme lecciones sobre cómo lidiar con mi pérdida.— respondió hostil y alcé mis cejas
— No estás solo con tu dolor, Stefan. También lo perdí, ¿si? Pero intento avanzar.— expliqué
— No lo haces, Camille. Huyes.— se me acerca — Solo corres del dolor. Lo evitas.— arrugue mis cejas en desacuerdo
— No, no lo hago.— me defendí — Solo intento hacer algo diferente. Tú sabes todo el dolor que he experimentado. Tú más que nadie lo sabe.— sentí el nudo en la garganta
— No quieres admitir que cuando Damon murió, una parte de ti también.— se cristalizaron mis ojos
Sentía el nudo en el pecho, está cosa que me costaba respirar y me hacía querer vomitar.
— Basta.— me di la vuelta ante la impotencia
— Damon te inspiró. Te empujó a dominar tus partes más oscuras, cuando yo temía por ellas. Y cuando moriste, el fue el único que pudo hacerte sentir viva.— expuso y lágrimas cayeron por mis mejillas — Y tu lo hiciste sentir humano. Amas a Damon por las mismas razones que yo. Por que a pesar de cada cosa que hizo, no pudimos vivir sin el.— volteó a verlo y noté el dolor en sus ojos
— ¿Y por que me alejas a mi? — reproché — Sigues alejándome. Es como si no me quisieras cerca, y no lo entiendo. Explícame.— me vio con la mirada rota
— Por que si estoy contigo, lo olvidaré.— fruncí el ceño — Seré feliz de nuevo. Continuaré mi vida, seguiré adelante, y me culparé por agradecer la vida que tengo.— soltó y me quedé inmóvil — Por tenerte, por amarte. No quiero sentir que no lo merezco. No puedo.
— Seguir adelante, no es olvidar, es superar. Si superas, puedes recordar aquellos momentos y darte algo de paz. Algo de tranquilidad.— expliqué y me vio fijamente — Cuando perdí a mi bebé, no creí ser capaz de seguir adelante. No quería vivir una vida donde yo si pudiera vivirla, y mi hija no tuvo esa misma elección. Ni siquiera la conocí. Traté de morir. Sólo tenía 16. Y me hicieron ver, que no vivía solo por mi, si no por ella. Que yo si tenía la oportunidad, y que debía aprovecharla. Eso, es lo que me ha mantenido aquí. Si no fuera por la terapia, Stefan...no me hubieras conocido.— retrocedí — No puedo decirte que hacer, no puedo decirte que sentir o vivir tu duelo. Pero, culparte por vivir y el no, te va a hacer la eternidad de miseria. Justo lo que Damon te había prometido hace 145 años. Pero tú mismo lo haces.— fui a la puerta y salí casi corriendo
De mala suerte, había una lluvia terrible. Parecía una tormenta, me había empapado toda y maldecía a mi increíble influencia en las cosas negativas.
El agua estaba helada, y yo sólo pensaba en todas las emociones y dramas que había vivido.
Que tal vez Stefan tenía razón. Que ahora lo que hago es huir, evitar todo.
Ahora, lo único que hago, es estar aquí parada. Dejando que el agua me empape y sólo esperando a que llegue el punto en que sepa que hacer.
— Iba a proponerte matrimonio.— me giré al instante al escuchar a Stefan
Apenas podía verlo por que estaba oscuro y la lluvia pegaba de una manera impresionante. Me puse las manos en la frente simulando una sombrilla
— ¿Qué? — me mostré confundida y se acercó
— Un día antes de que me fuera. Tenía el anillo de mi madre y...vino la culpa. Sentí que lo estaba olvidando y construía una vida sin el. Que daría el gran paso...— lo vi sorprendida — y el no estaría aquí. Fue cuando me di cuenta que lo había perdido. Y no podía vivir así.— vi su arrepentimiento y sentí el nudo en la garganta
— ¿Y que quieres ahora? — cuestioné y sacó algo de su bolsillo
El corazón se me quería salir del pecho. Los nervios me brincaban por todo el cuerpo.
— Siempre lo llevo conmigo.— me lo muestra y se me va el aliento — Hoy me di cuenta, que no puedo vivir una vida sin ti. — se puso de rodillas — Que eres mi soporte, la que siempre me ayuda a salir adelante. La que me aconseja y me hace mejor persona. La que ve mis demonios y no huye de ellos.— me llevé las manos a la boca al quedarme sin palabras — Hemos pasado por tantas cosas, pero de una forma u otra, siempre terminamos juntos. Es el destino. No hay un futuro sin ti, no hay una eternidad sin ti. Tú me has enseñado que puedo ser feliz. Que puedo cambiar el rumbo de mi vida, y que soy capaz de ser mi mejor versión. Que en las buenas y en las malas cuento contigo. Que no importa que tanto te aleje, tú luchas por quedarte. Has peleado mis batallas y me has salvado de mi mismo. Me has amado de una forma que nadie lo ha hecho...— cayeron lagrimas sobre mis mejillas
Lo bueno; es que no se notaba que lloraba como magdalena por las cantidad de lluvia que caía por el gran cielo estrellado.
— Tú me regresaste la vida. He pisado esta tierra durante 167 años, y desde que te conocí, se lo que significa sentirse vivo. Le diste sentido a todo. Tú eres mi razón de vivir.— sonrío ampliamente — Así que, Camille Evangeline Mikaelson Forbes, ¿quisieras pasar el resto de tu vida conmigo?
Me quedé en silencio unos segundos. Estaba procesando todo lo que había pasado. Lo que salió de su boca y la situación en literal.
No me la creía, sentía que estaba soñando y que iba a explotar de la maldita emoción.
— Si, si, por supuesto que si.— sonrió como jamás lo había dicho — Nada me gustaría más en esta tierra que ser tu compañera de vida.— me puso el anillo y me llevó por el aire
Sus labios se pegaron con los míos creando una explosión de emoción. Una de amor puro.
Apenas procesaba lo que había vivido. Lo que había sólo pasado. No me la creía.
El me sostuvo con fuerza mientras sus labios y los míos eran como una llama ardiente que no podía apagarse.
Yo no estaba dispuesta a soltarlo, me aferraba a él como si fuera el último beso. Esa piel carnosa que me removía millones de emociones.
Sus movimientos apasionantes pero delicados. Su atrevimiento de tomarme con esa fuerza sin querer separarme. Éramos como dos magnetos.
Me despegué lentamente para tomar algo de aire. El agua pegaba en nuestros rostros. Sus ojos se clavaron en los míos.
Había un brillo único en ellos, como si fueran bellos diamantes. El acarició mi rostro.
— Prométeme que esto será para siempre.— pedí y pegó su frente con la mía
— Te lo prometo.— sonreí y arrastró mi rostro hacia el suyo para besarme
Era un beso de triunfo. De un amor épico que está por fortalecerse. Por construirse en una familia.
Mi mamá y Caroline se van a morir cuando vean que soy una prometida. Seguramente Caroline ya tiene las revistas de novia, y mi mamá será el arbitro. Estoy tan feliz que no me cabe en el pecho.
La lluvia había parado, y el y yo estábamos solo sentados viendo el hermoso paisaje. Era muy tranquilo y pacífico.
— Bien, debemos ir con mi mamá.— me levante — Le mostraré la gran piedra de mi dedo y Caroline se morirá por perderse la propuesta.— presumo mientras muestro el anillo
— Wow, eres mi prometida. En serio estoy comprometido.— mencionó sorprendido y sonreí
— Ya, ve por la llaves. Yo seguiré admirando este bello anillo.— indicó mientras veo mi mano
El anillo era precioso. El corte del diamante era reluciente, y ese oro blanco relucía en mi mano.
Admitiré que la piedra era más grande que mi dedo, pero era más que bella. Era perfecta.
Ahora debo acostumbrarme a llevar un anillo de compromiso. Estoy que me muero.
— Mi dulce, Camille.— me quedé helada al escuchar quien fue que me nombró — Tenemos cuentas pendientes...— me giré y me dispararon varios dardos, caí al suelo
Camille estaba inconsciente bajo la influencia de la verbena, Mikael se acercó a tomar el cuerpo.
— Hola, mi querida nieta.— la subió a su hombro — Es hora de un viaje.
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