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Capítulo 8.-Venganza.

Con prácticamente con tres cartas de clase, tanto Shirou como Rin festejaban esos sucesos con una buena taza de té. Debían centrarse en su siguiente objetivo: Shinji.

A sabiendas de que no podrían ni de lejos derrotar al Berserker, eso se lo dejarían a Arturia, y si ella moría en el intento...pues vaya que tendrían muchos problemas.

-Por lo regular, el Saber puede derrotar al Berserker, con dificultad, claro. Así que si podemos incluso patrocinar esa pelea, ¿qué mejor? –Mencionó Rin, bebiendo de su té.

-Ambos sabemos quién queda además de ellos dos...

-No sé si Sakura quisiera que mataras a Shinji.

-Eso no me importa...quiero que el maldito pague por asesinar a Sakura, y su sangre será el cobro. Además, si no lo hacemos nosotros, lo hará Arturia.

-Sigh. Entiendo tu punto, pero esa sería sangre de la que no seremos responsables.

-¡No importa! –Shirou golpeó la mesa, enojado. –Él es mío...

Rin miraba preocupada a Shirou, ya que era una conducta que no le agradaba mucho, debido a que sería como rebajarse al nivel de Shinji, quien era un sanguinario sin escrúpulos.

Shirou era un chico bueno, que se vio envuelto en una guerra, necesitando matar para salir vivo de ella. Aunque, conociéndolo. Su deseo sería algo bueno, uno que valiera la pena y que repararía en medida de lo posible el daño hecho.

Sin más, ambos se fueron a dormir, tratarían de planear algo para el lunes, ya que sería sábado para el siguiente amanecer.

-Sabes...Hay una cosa que quisiera hacer en caso de que perdamos la carta. –Dijo Rin.

-Si perdemos la carta es sinónimo de que nos mataron, ¿por eso lo dices?

-Sí, pero suena menos feo. –Ella infló la mejilla izquierda, acostándose de una manera en que le daba la espalda a Shirou. –Si mañana no amanezco muy cansada, ya que tuve que gastar algo de mana para que le siguieras el ritmo a Archivald...¿podríamos tener una cita? ¡Pero repito, sólo sino estoy muy cansada!

Shirou se acercó a Rin, abrazándola por la espada y juntándola a su cuerpo. Ella abrió los ojos de la sorpresa, forcejeando un poco, hasta que se rindió. Recibió un beso en la mejilla por parte de su contrario, lo que le encendió el alma.

-Claro que sí...podemos ir a la playa a ver las estrellas, ¿te parece?

-Me haces vomitar arcoíris con lo dulce y tierno que eres.

-Y eso que apenas vamos empezando. Cuando ganemos el grial, pediré de deseo que vayamos de vacaciones a Varadero.

-¿Varadero? ¿Dónde queda eso?

-En Cuba... -Sonrió Shirou.

-¿Por qué quieres ir a Cuba?

-Pues el cielo sobre nosotros será como un sombrero. La orilla de la playa es dorada, no hay otro cielo tan azul como su cielo; una luna tan brillante como aquella que se filtra en la dulzura de la caña. Un rubí, cinco franjas y una estrella. Cuba, que linda es Cuba. (Viva Cuba Libre, Viva Fidel 🇨🇺)

-Oh...viéndolo de esa manera, suena lindo. Tengo la sensación de que quieres comparar las estrellas de la playa de Fuyuki con las de la Varadero.

-En efecto.

Para la mañana siguiente, no es como que se despertaran precisamente temprano. Lo hicieron a eso de las once del día, así que debían planear la cita para eso de la tarde/noche. Era sábado, además de que sus rivales no sabrían que ellos estarían en una cita.

De cualquier manera, estarían bien prevenidos, pero no le tendrían piedad al que se atreviera a volverles a arruinar su cita.

Planearían un buen picnic, tratándose como dos recién casados a pesar de ser novios de apenas unos días atrás, hallándose en una guerra de la que, seguramente, no podrían salir vivos.

Era la realidad, con las probabilidades en un 50-50 no podrían dejar ni un cabo suelto. Al menos Rin se tranquilizaba repitiéndose a sí misma "la suerte está echada". Cualquiera que fuera el resultado, ya era cosa del destino, no de ellos.

Así que, y con esa lógica, se despreocuparían al menos hasta caído el atardecer, ya que ahí sí que tendrían problemas de verdad.

Iban tomados de la mano, lo que hacía las cosas bastante más lindas, se veían de vez en cuando, sonriéndose. Ambos llevaban las cosas para hacer el picnic, quizá en la orilla del mar, como lo planeaba Shirou.

Únicamente él deseaba tener ese mismo picnic en las playas de Varadero. Esa era la razón por la que quería ganar la guerra.

-¿Sabes, Rin? te prometo que tendremos ese viaje a Cuba, cueste lo que cueste. Podremos ver la puesta del sol y de ahí la hermosa luna.

-Es mejor que mi propio deseo...y aun así, aunque Caster no hubiera realizado ese hechizo sobre mí, jamás hubiera podido cumplirlo.

Shirou sospechaba que se trataba de alguien, alguien a quién ella no podría ver más. No indagó mucho, pues la mirada de Rin denotaba tristeza. Le dio un beso en la mejilla.

Hasta ese momento, ambos se dieron cuenta que nunca se habían dado un beso en los labios. Sería el primero de Rin, y el segundo de Shirou, aunque por menores, eso no importaba mucho.

Lo que sí era que de pensarlo, se sentían algo apenados, pero no le hacía, seguían en su picnic a la orilla del mar, casi como si nada. Disfrutaban bastante, y era lo mejor que podían hacer.

Acabando el picnic, fueron a pasear a los centros comerciales, viendo algunas cosas que les llamaban la atención. Rin se probó algunas chamarras, siendo casi todas de color rojo.

Shirou sintió que el corazón se le quería latir, cada atuendo era perfecto, el cabello de Rin se mecía hermosamente, y él la veía embobado.

Eso aumentaba el ego de la chica, la que sonreía altaneramente para sí. Posaba lindamente, daba alguna pequeña vuelta rápida, haciendo que el olor de su perfume se dispersara en el ambiente.

-No puedo creer que ella sea mi novia. No importa...es real, y eso es lo que llena de alegría.

Con la calma sobrehumana que se cargaban en aquellos momentos, ambos salieron del centro comercial, más que nada concentrados en ir a comprar la cena de esa noche, la que debía ser especial.

Un hombre alto, de cabello azul largo, ojos carmesí, un canino salido y dos pendientes en sus orejas los atendía en un puesto de pescado. Tenía una personalidad como un perro, y coqueteaba con Rin, lo que puso celoso a Shirou.

El hombre se dio cuenta de los celos del muchacho, por lo que ni siquiera se molestó en ocultar una sonrisa sin vergüenza mientras que Rin se apenaba, molesta.

-Vuelva pronto, señorita. –Dijo, con un acento pícaro. –Pero no olvide al muchacho, ya que yo no perdono 😂😂😂😂😂 (no pude evitar hacer esta referencia, es que ufas, ufas, Lancer es sumamente carismático en la segunda parte de UBW).

Ambos se fueron con un leve sinsabor, aunque reconocían que el sujeto en sí les había caído bien. Y el simple hecho de que le hubiera caído bien a Rin, ponía celoso a Shirou.

Fueron pronto a la casa de Rin, serían las casi 4 de la tarde, únicamente dejaron el pescado en el refrigerador y volvieron a salir.

Ahora su agenda estaba dirigida a la parte de los grandes rascacielos de la ciudad, no se sentían vigilados, y quedaban lejos de la academia de Fuyuki, por lo que su preocupación era menos que insignificante.

Se subieron a uno de ellos y vieron gran parte de la ciudad, sintiendo todo eso como suyo. O bueno, cuando ganaran el grial, prácticamente podrían ser dueños del mundo si es que así lo querían.

Shirou no había dejado de pensar en cuál podría ser el deseo que Rin deseaba en caso de tener el grial. Se imaginaba una cosa en concreto, aunque no podía estar seguro.

Por alguna extraña razón, tenía una intuición, sentía que de alguna u otra manera, Rin y Sakura estaban conectadas. ¿Por qué tendría esa corazonada?

<<¿Será que de verdad tendrán alguna conexión y no me estaré volviendo loco?>> Se cuestionó.

Su duda se vería aclarada. Mientras miraba a la nada desde su lugar, una voz que llevaba un tiempo dormida volvió a sonar.

-Sí la hay. –Le dijo Sakura. El muchacho volteó a ver a varios lados, siendo notado su extraño comportamiento por Rin.

-¿Qué tienes?

-Na-nada...sentí algo extrañ...

-Rin Senpai y yo somos hermanas. –Ante la afirmación, el muchacho abrió los ojos como platos, quedando verdaderamente sorprendido.

Agitó un poco su cabeza, como si se quisiera despejar.

<<Ya veo, Sakura...pero debiste decírmelo de manera más sutil>>

-Lo siento, jeje.

Un fuerte suspiro escapó de los labios del muchacho, relajándose un poco. Ya se veía la puesta del sol.

La vista era linda y calmada, Rin tomaba de la mano a Shirou, sonriendo tímidamente ante una escena tan romántica. Pensaba en si robarle un beso, aunque no, prefería que se diera en su momento y que ambos buscaran esa acción para hacerla bastante más hermosa.

Pero más hermosa fue la vista de la noche en la playa, ambos jóvenes caminaban descalzos en la orilla de la playa. Shirou miraba hacía el horizonte nocturno, y Rin sabía perfectamente en qué pensaba, lo que la hizo soltar una buena sonrisa.

Ambos se tomaron de las manos, mirándose a los ojos para desviarlos hacia arriba, alzando un poco el cuello. Las estrellas eran contadas, no brillaban mucho, la luna no se podía ver bien por culpa de las nubes, que bloqueaban su resplandor.

El día había sido muy cansado, pero ese rápido cuadro que pudieron ver fue suficiente para convertirse en un lindo recuerdo de ambos.

Una vez en casa de Rin, veían una película de terror acostados en el sofá, ambos la aguantaban bien, en especial Shirou, que ya había pasado por la muerte dos veces, de ahí que nada le asustara.

Y, a pesar de que la aguantaba bien, Rin sí que tenía unos leves sustos de vez en cuando. Shirou encimó su trasero en su mano, sintiendo como se le empezaba a dormir. Sonreía y se aguantaba una risa, empezado a mover su brazo, teniendo la mano colgado al no tener flujo de sangre a la misma.

Cuando pudo, comenzó a bajar sus fríos dedos a uno de los muslos de Rin, acariciándolo de una manera terrorífica, haciendo que ella se pusiera blanca como un papel y no pudiera ni siquiera voltear a ver por el susto que se llevaba. Pensaba que era la mano de la muerte al estar fría como tal.

Cuando Shirou dejó caer toda su mano, Rin dio un salto, teniendo los cabellos erizados como si fuera un gato, comenzando a golpear a Shirou, quien no se podía ni defender

-Tranquila, era una broma. –Rió él, abrazándola.

-¡Casi haces que me dé un infarto, infeliz! –Ella regresó el abrazo. Shirou sentía los fuertes latidos de su corazón.

Se miraron a los ojos, él le dio un beso en la mejilla, sonriendo. Ella lo juntó a su cuerpo, dándole un beso en la nariz, parándose de puntillas para hacerlo.

Ahí, ambos se dejaron caer en el sillón, Shirou le besaba el cuello a Rin, quien gemía levemente. Ella amarró sus piernas en la cadera del chico, quien le intentó robar un beso, no dejándose.

-Aun no estoy lista para eso...

-Lo entiendo. –Le besó dos veces la mejilla, regresando a su cuello, el que si fue permitido.

"-Ah, claro. Entiendo, seguramente ya te revolcaste con Shirou, y por eso no te quieres despedir de tu dildo de carne."

El amargo recuerdo de las palabras de Arturia le bajó los ánimos, dándole algunas palmadas a Shirou en los hombros.

-¡Quítate, quítate! ¡No quiero darle razón a la estúpida de Arturia! –Se quejó ella, haciendo que Shirou se sentara en el sofá. La muchacha respiraba agitadamente, molesta.

-Lo que ella te haya dicho no importa, ya que no es verdad. Deberías contro... -Una almohada terminó en la cara de Shirou.

-¡Claro que importa! ¡Es mi reputación, ¡entiendes?! ¡Mi re-puta-ción! ¡¿Qué pensaría mi padre si es que se levantara de la tumba para escuchar que la única heredera de los Tohsaka mantiene relaciones sexuales con un medio mago?!

-E-eso fue ofensivo. –Shirou sudó una gota gorda.

-Además los magos sólo tenemos sexo para reponer energías. El unísono del sexo es un procedimiento estándar. El semen de un mago es un cluster de energía mágica. ¿No sabes que los pobres hechiceros venden su semen a la asociación?

-Dos cosas. Primera, que asco. Segunda, ¡eso no tiene sentido!

-Ya, ya. No es necesario que...hagamos ya sabes qué cosa. ¡Ay, pero me hace rabiar enormemente que la maldita de Arturia...! –Rin se puso a darle de golpes al sillón.

-Rin, tranquila. –Shirou intentó en vano calmarla un poco.

A la mañana siguiente, y teniendo ya la cita realizada, iban a ir de reconocimiento, necesitando saber qué había pasado con Berserker y Saber y si, de casualidad, habían entablado combate. 

Tenían sensación de presencia de magia, así que de que hubo un enfrentamiento entre dos portadores de class cards, lo hubo sin duda alguna.

Ahora el problema recaía, ¿Quién ganó el duelo? Y precisamente, ¿Quiénes se batieron en aquel lugar? Ya era casi de noche, lo que les daba una leve mala espina, sobre todo a Shirou, ya que se irían en contra de Rin en vez de él.

No podían detectar la clase de magia usada, pero era magia obscura, la usada tanto por Arturia como por Shinji, así que, presumiblemente, ambos eran los que se batieron en duelo.

-No sabemos qué clase de magia usa Berserker, ni tampoco tiene sentido que Shinji y Arturia pelearan al ser "aliados".

-Hum, quizá Shinji vio un buen momento para traicionar a Arturia y lo intentó. Aunque se nota que lanzaron mucha magia, lo que no tiene sentido para una pelea entre un assassin como Shinji.

-Eso sí. Es imposible que Shinji hubiera podido soportar tanto tiempo.

-En realidad...me subestiman. –La voz de Shinji recorrió toda la calle, Shirou y Rin se sobresaltaron, pegaron espadas para que no pudiera dañarlos desde un punto ciego.

Se escuchaban las risas del maniático assassin, algo que hizo que Rin tragara saliva. Lo único que Shirou lamentaba de que Rin perdiera su capacidad de transformarse, era que ahora estaría más desprotegida, y que tendrían más jodido el derrotar a Shinji.

Cuando un cuchillo fue lanzado, Shirou rápidamente lo interceptó en su mano, apuntaba directamente al cuello de Rin, y lo relanzó a la misma dirección de la que vino.

-¡Vaya, Emiya, me sorprendes! ¡No creí que fueras tan hombre!

-Cállate, rata. Un parricida como tú merece estar no menos que bajo tierra.

-Al fin hablas como un hombre...¿pero serás tal? –De las sombras que dejaban las siluetas de Shirou y Rin, salió Shinji, apuntando con otro cuchillo, pero ahora directamente al hígado de Shirou, el que lo repelió con una patada en el bíceps. -¡Agh, esto ya no es normal!

Assassin tenía la misma pose que la del hombre araña, teniendo dos cuchillos en sus manos, Shirou se puso en pose de pelea, cosa que le dio risa a Shinji.

No obstante, y en un movimiento sorpresa, Rin le lanzó una de sus gemas, causando que el assassin se retirara, quedando algo de humo.

-¡Fallaste, idiota!

-En realidad fuiste tú. –Shirou, ya convertido en Archer, saltó para golpear directamente el estómago de Shinji, haciéndolo escupir sangre y lanzándolo contra un edificio.

-¿Qu-qué demonios eres tú?

-Espíritu heroico: Emiya. –Las dos espadas aparecieron en las manos de Shirou, lanzándose contra Shinji, el que usó sus dos cuchillos para defenderse.

Ambos se movían rápido, la diferencia recaía en que Shinji arrojaba algunos cuchillos que Shirou desviaba con sus espadas, saltando de una pared a otra, pateando a su rival y buscando que el filo de sus espadas diera contra su cuello.

Al cortarle un brazo a Shinji, éste lanzó un grito de dolor, dejándose caer en el suelo. Shirou, naturalmente, fue a rematarlo.

-¡No tan rápido, novato! –Shinji expulsó de su brazo cortado varios tentáculos con cuchillos, que se clavaron en el cuerpo de Archer.

-¡Shirou! –Exclamó Rin, disparando varias veces a los tentáculos para liberar al mencionado, quien hizo lo propio, cortando todos de un tajo.

Retirándose de un saltó, las heridas de Shirou sanaron rápidamente, aunque no debía confiarse a sabiendas de que eso le costaba magia a Rin.

-No debiste descuidar a Rin, bastardo. –Shinji dirigía sus tentáculos a la chica, aunque cayeron ante las flechas de Shirou.

-¡Vuelve a intentar hacerle algo y te mataré con mis propias manos! –Una flecha grande fue disparada, no logrando ser acertada.

-¡Shirou, tranquilízate, te quiere hacer enojar! –La chica disparaba contra Shinji, ayudando a Shirou en el combate.

-Vamos, Tohsaka, deja que se divierta. Cabe mencionar que no una, sino veces y veces jugué con Sakura mientras la pobre lloraba y me pedía a bruces que no la tocara, pero no me importaba.

-¡Te mataré! –Shirou perseguía rabioso a Shinji, lanzándole sus espadas, cortando los tentáculos de carne que salían de su brazo amputado.

La rabia lo tenía completamente cegado, no escuchaba a Rin, no veía nada a su alrededor que no fuera a Shinji diciendo cómo es que había violado a Sakura una y otra y otra vez.

Además, claro, de mencionar que jugó con el cuerpo de Sakura antes de enterrarlo, y que fue todavía más placentero para él.

Cuando tuvo de frente a Shinji, y teniendo su espada apuntando directamente contra el ojo de su contrario, los tentáculos le agarraron los brazos y las piernas, atrapándolo. El que era un clon de Shinji, y que Shirou se la pasó persiguiendo, desapareció como una sombra al amanecer.

-Pobre Emiya. Mírate, tan patético, tan a mi merced. –Cuando Shinji arrojó un cuchillo al cuerpo de Shirou, varias gotas de sangre salpicaron el suelo, haciendo que el joven se quejara un poco de ello.

Él se trataba de zafar a toda costa, pero no podía, no pensaba, únicamente quería ver la cabeza de Shinji rodar, aunque ni siquiera tenía una idea de dónde estaba él.

-Tu fracaso no sólo será Sakura...sino ahora Rin. –Un clon de Shinji tomó a Rin de los brazos, llevándola a rastras a la obscuridad.

-¡Shirou! –Farfulló ella, forcejando para no ser llevada a la obscuridad.

-Verás en primera fila como me divierto con Rin sin que puedas hacer nada, imbécil. –Shinji apareció frente a Shirou, carcajeándose. El anterior mencionado peleaba con todas sus fuerzas para poder soltarse, pero no podía.

La chica sacó de su abrigó una daga, la que usó para clavarla en el ojo del clon de Shinji, que se desvaneció de inmediato.

-¡Te vas a quedar con las ganas de tocarme así sea la suela del zapato, maldito enfermo! –Rin lanzó una de sus gemas directamente a Shinji, explotando en su cara.

Los tentáculos se quemaron, liberando al muchacho, que salió un poco herido de la explosión, aunque se repuso rápidamente.

Shinji se retorcía en el suelo, saltando a una pared justamente antes de que Shirou lo envistiera con sus dos espadas. La batalla se reanudó con más tentáculos-navaja siendo lanzados contra Archer.

Finalmente siendo alcanzado por una de las espadas de Shirou, Shinji cayó al suelo, escupiendo sangre, quitándose la espada del abdomen.

-Estás acabado, Shinji. Ríndete y te tendré piedad. –El muchacho apuntaba su espada negra contra la cara de su rival.

-¿Rendirme? ¿A ti? Te dije que me subestimaban por algo, malnacido. –Más tentáculos salieron del brazo de Shinji, envolviéndolo hasta que se transformó en una masa de carne pulsante, salpicante de sangre.

Rin miró con desagrado y asombro, retirándose unos metros, disparando contra la cosa en la que se había transformado Shinji.

La enorme mano del monstruo intentó aplastar a Shirou, fracasando al ser esquivada por el Archer. Éste lanzaba sus espadas rápidamente y cortaba más tentáculos de carne que iban contra él.

Subiendo hasta el tejado de uno de los edificios, Shirou se dejó caer, lanzando flechas de energía que se quemaban al chocar contra la cosa.

Tocando de nuevo el suelo, el muchacho apareció otro par de espadas en sus manos, lanzándose contra el monstruo, cortándole de las piernas, los brazos y del pecho.

-¡Shirou! –Farfulló Rin, el mencionado dio un saltó que lo alejó de la cosa. La muchacha lanzó varias gemas que mandaron a volar por los aires restos de carne y de sangre. -¡Bien!

Shirou sonrió, victorioso. Cuando fue a buscar la carta de Shinji en el suelo, vio que no estaba ahí.

-Él no ha muerto. –Advirtió Sakura. –Prepara tu arco.

Un segundo antes de que Shinji clavara una daga en la espada de Rin, Shirou reaccionó, disparándole en el cuello. La chica se sorprendió al pensar que la flecha era para ella, y se sorprendió mucho más al mirar atrás, notando que Shinji dejaba caer el cuchillo de sus manos.

-¿Có-cómo? Era imposible que me vieras en las sombras. –Shinji cayó de rodillas.

-Te lo dije. Un ángel me compaña siempre. –Antes de que Shirou le cortara la cabeza con su espada, la voz de Sakura se lo impidió.

-No lo mates...a pesar de lo que me hizo, yo lo quiero. Y lo que dijo de mí...es mentira. Lo decía para que perdieras la calma, lo logró, pero no hizo nada de lo que dijo conmigo.

<<Sakura... ¡es que es lo menos que se merece este desgraciado por asesinarte!>>.

-Senpai, por favor. Quítale la carta y déjalo vivir. Por mí.

<<Sigh. Voy a odiarme el resto de mi vida por hacer algo así>>. Dicho y hecho, Shirou sacó la flecha del cuello de Shinji, haciéndolo escupir sangre. Al quitarle las cartas, su transformación despareció.

-Ma-maldito... mátame de una vez, eso es lo que querías desde el principio, ¿no? ¡Adelante, mátame!

-No. Mi ángel me pidió que no lo hiciera. Rin...cúralo. –Lo último lo dijo resoplando de enojo. La muchacha se sorprendió a mal.

-¡Te volviste loco! ¡¿Piensas dejar a este violador vivo?!

-No lo hizo...era mentira. –Shirou tomó una de las gemas de Rin y la usó para curar el cuello de Shinji. –Lárgate, asquerosidad. –Eso sí, Shirou le dio una patada, haciendo que corriera.

-¡Me las pagarás, Emiya, te lo juro! ¡Tu cabeza adornará mi cuarto, y tendré a Rin como mi esclava sexual hasta que la mate de tanto cogérmela!

Cómo el muchacho veía para atrás, no se dio cuenta que algo le bloqueaba el paso, chocando de bruces contra él. Aunque no era "algo"...era "alguien".

Berserker se encontraba parado frente a Shinji, respirando como si fuera una especie de animal salvaje. Pensando que aún tenía la carta y que huía, no se lo pensó dos veces para poner su pie sobre su pecho, arrancándole cada extremidad en búsqueda de la misma.

Shinji gritaba de un inmenso dolor, la furia del Berserker era inmensa al no encontrar la carta rápidamente. El cuerpo quedó completamente destrozado y en un charco de su propia sangre.

Shirou y Rin se habían desvanecido rápidamente ante la llegada de Berserker. 

Con la carta de Rider en sus manos, Shirou sentía que el espíritu de Sakura ahora se encontraba en buenas manos, razón por la que se le escapó una sonrisa mientras saltaba en los edificios con Rin en sus brazos.

-Sakura...al fin recuperé tu carta. Puedo estar más tranquilo. Ahora sí la cuidaré como me lo pediste ese día.

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Creo que hablo por todos al decir que siempre es satisfactorio ver morir a Shinji ya sea en el anime, spin-offs o fanfics :v Que arda en el infierno el maldito perro! >:v

El siguiente capítulo es sobre Arturia, que será el desenlace de su pequeña subtrama xd espero les haya gustado la pelea y le entiendan a lo que trato de decir, al mejor como estoy más dormido que despierto no le entiendo, ojalá ustedes sí xD
Nos vemos el próximo viernes uwu

Siempre Tuyo:

-Arturo Reyes.

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