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Capítulo 7.-Batalla contra Lancer.

Los dos jóvenes discutían sobre la situación en la que se encontraban. Tenían la carta de Caster, aunque no sabían cuál era el poder concreto de Shirou, ya que la pelea que tuvieron con su homólogo...pues duró un disparo.

Rin tenía una idea concreta de quién era el Lancer, ya que la asociación de magos metería sus narices en la guerra, como no era extraño, y la idea de Rin era acerca de Archivald.

Él era un mago de buen calibre en la asociación, así que quizá era más que probable que fuera él, nada más faltaba saber qué servant podría ser el suyo.

Descartaban a Caster por...por obvias razones. Quedaban Lancer y Berserker de los que ellos conocieran, y ciertamente el cuerpo no le daba a Archivald para ser un Berserker, así que quizá fuera un Lancer.

-No sabría decirte si Archer es fuerte contra un Lancer. En anteriores guerras, por lo regular el Lancer gana, así que debemos tener especial cuidado. (Como la batalla en la Iglesia entre Shirou Archer y Cu Chulainn, ufas, ufas, joya de pelea).

-Por lo que me dices, tenemos las de perder, y no fingiré que no me siento preocupado. Aunque, de cualquier manera, haré lo que pueda para lograr lo que te prometí.

Rin se sonrojó, un poco apenada. –N-no mueras. Es todo lo que te pido, Shirou.

-No tengo intenciones de morir. Aunque no entiendo una cosa del todo, ¿Por qué Arturia insiste en que tú y yo somos amantes?

La muchacha, que seguía un poco sonrojada, ahora terminó por sonrojaste hasta los dientes, ya que Arturia, desde siempre, indagó que ella estaba enamorada de Shirou, lo que era una verdad irrefutable en todos los sentidos posibles.

-N-no es por nada, quizá solo quiere que nos enojemos durante la pelea y así perdamos concentración.

-¿Segura?

-S-sí. –El sonrojo iba al aumento.

-¿Completamente segura?

-¡Qu-qué sí! –Ahora Rin echaba humo de las orejas.

-Es una pena...aunque quisiera decírtelo ya que puede que no tenga otra oportunidad, y no quiero que sea lo clásico de confesarme cuando estoy agonizando.

-¿Con-confesarte? ¿D-de que hablas, Shirou? –El rostro de Rin estaba rojo de arriba abajo.

El muchacho puso una rodilla en el suelo, tomando la mano de su contraria para darle un beso a la misma, aclarándose la garganta para verla directamente a los ojos.

-En Cuba, la isla hermosa del ardiente sol, bajo su cielo azul; adorable trigueña, de todas las flores la reina eres tú. La palma que en el bosque se mece gentil, tu sueño arrulló, y un beso de la brisa al morir de la tarde te despertó. Fuego sagrado guarda tu corazón, el claro cielo su alegría te dio, y en tus miradas ha confundido Dios, de tus ojos, la noche y la luz de los rayos del Sol. Dulce es la caña, pero más lo es tu voz, que la amargura quita del corazón, y al contemplarte suspira mi laúd bendiciéndote, hermosa sin par, porque Cuba eres tú, porque Cuba eres tú.

Al terminar de escuchar el poema, que Shirou le había dedicado a Rin, ella no tenía expresión alguna que no fuera la de vergüenza y la de pena. Shirou no quedaba a menos, ya que un leve rubor le cubría las mejillas.

-Si yo me muero, no podría decirte que tú eres la chica de la que me enamoré...

-Ay... -Rin se puso roja arriba abajo, llevándose las manos a la cara para tratar de ocultar lo inocultable.

Shirou se levantó del suelo, sirviéndose un poco de té con manos temblorosas, sirviéndole a Rin de paso, desviando un poco la mirada de la zona donde se encontraba ella.

Ahora él se había apenado, maldiciéndose a sí mismo por hacer una estupidez de ese calibre. Se le declaró a la chica que le gustaba sin tener una idea de si sus sentimientos le correspondían.

Aunque sí, claro que le correspondían.

-Y-yo...sabes que soy terrible para hablar de mis sentimientos, Shirou, y suelo ser mentirosa de veces cuando se trata de lo mismo. Y te mentí, Arturia no nos baja de amantes ya que...tú me gustas.

Su contrario se sonrojó igual, aunque luego rió un poco. Eso fastidió a Rin, quiñen infló una mejilla, mirándolo feo.

-No te lo tomes a mal, no me burlo de tus sentimientos, para nada. Lo que pasa es que es la primera cosa buena que me pasa en estos días, y me provoca tanta alegría que me dan ganas de reír.

Hubo un silencio incomodo, cada uno de ellos bebía su té de forma tranquila, sin dirigirse mirada. Rin miraba directamente a su taza, la que se encontraba en sus muslos. (Hummm los muslos de Rin ( ͡° ͜ʖ ͡°))

-¿Entonces ambos nos gustamos? –Preguntó ella, sin dejar de ver su taza.

-Así parece. –Shirou bebió de la suya propia.

-¿Qu-qué es lo que hacen dos personas cuando se gustan mutuamente? ¿Inician una relación? ¿N-no?

-Sí... -Sus miradas se vieron brevemente, desviándose apenas se tuvieron contacto. Shirou movió su taza junto a la de Rin, tomando la silla donde se encontraba sentado, colocándola al lado de la de la anterior mencionada.

Ahí, tomó de nuevo su taza de té, juntando su mano con la de Rin, quien lo imitó, entrelazando sus dedos con los de Shirou, apretando el agarre.

Con la hora de dormir sobre ellos, Shirou fue a su habitación a cambiarse, regresando a la de Rin cuando justamente ella se terminaba de abotonar su pijama de gatitos.

Ambos se sonrieron sin decir nada, metiéndose en la cama, donde descansaron bastante a gusto. La almohada que separaba la cama pasó esa noche en el suelo.

Si bien no durmieron juntos, Rin enredó sus piernas en las de Shirou. Antes de cerrar sus ojos, se sonrieron.

-Buenas noches. –No hubo más palabras, sólo pequeños roces de su piel y algunas respiraciones.

Para la mañana siguiente, ambos despertaron con algo de energía extra, suponían que era por el efecto que la propia Rin mencionó la vez anterior.

Se preparaban para la lucha con Archivald, investigando un poco sobré la clase Lancer, además del propio perfil de su contrario.

-El espíritu heroico que contiene su carta es del de Cu Chulainn, el Aquiles irlandés.

-Debemos investigar sobre ese personaje para saber cuáles serán sus fortalezas y debilidades. La más obvia, es que tiene una lanza que siempre va directamente a su mano.

-Y que si perfora el corazón, éste no sanará...así que debes tener cuidado con eso. (Ese elemento en UBW se me hizo muy forzado, aunque la muerte de Lancer fue muy buena :'D).

-Siendo así, Rin, necesitaré de magia...

-Así es. –Ella le tomó la mano. –Lamentablemente, Archivald es uno de los peces gordos de la asociación de magos. De cualquier forma, no debemos bajar la guardia ante Shinji o Arturia.

-¡Espera, acabo de darme cuenta de algo! –Exclamó Shirou, llevándose las manos a la cabeza.

-¿De qué?

-Ellos nos saben que perdiste la capacidad de poder transformarte en un espíritu heroico...podemos agarrarlos desprevenidos.

-Es una buena idea... ¡bien pensado!

-Sigh, yo siempre tengo buenas ideas. –Presumió él.

Rin sabía, más que nada por su difunto padre, dónde quedaba el despacho de Archivald, pues su vida pública era la de un empresario que invertía en investigaciones...las cuales nunca se sabía de qué eran. Claro que eran en investigaciones mágicas, obvio.

Ahí podrían atacarlo, era una idea peligrosa, muy peligrosa, aunque no podía haber fallo alguno. Rin se infiltraría en las oficinas con el pretexto de que haría un importante proyecto para entrar a la Universidad de Tokio.

No será un plan muy brillante, pero daban por sentado que podrían conseguir el objetivo. Siendo ella una maga, podría abrirse paso, y Shirou le daría una excelente cobertura desde fuera del edificio, además de entrar a punta de disparos.

Lo que faltaba por saber era el poder del muchacho como espíritu heroico. Al menos Ishtar era uno muy poderoso al ser la Diosa principal en la mitología mesopotámica, y eso que tenía sus reveces de vez en cuando.

Pero el caso de Shirou era verdaderamente único.

En la academia las cosas eran algo diferentes ese día, ya que habían pintado un tatuaje falso en la mano de Rin para crear más confusión en Arturia y en Shinji, si es que ellos dos se habían dado cuenta.

Ahora Shirou era quien debía cubrirse. De hecho, y para ser bastante justos, se envolvió todo el brazo en una venda, dando a pensar que salió herido de alguna pelea.

Eso fue notado prontamente por Shinji, el que vio rápido a esos dos.

-Si es que están vivos y Emiya tiene un brazo roto es porque debieron haber derrotado a alguien. Además, la propia Rin tiene el tatuaje aun en su mano.

Quien no se tragó del todo el cuento fue Arturia, notando anomalías en la mano de Rin. No sospechaba ni de lejos que ahora Shirou fuera el portador de la carta, para nada, aunque sabía que algo no cuadraba con ese par.

-Caster debió hacerles algo. Lancer le hubiera arrancado el brazo a Shirou con algún ataque suyo, y Rin no lo expondría tan irresponsablemente en el frente de batalla a menos que él la hubiera protegido.

Como fuere, ella los seguía, tratando de escuchar alguna de sus conversaciones, aunque hablaban de temas variados, evitando mucho el de la guerra.

Seguirlos no era opción, ya que debía cuidarse más las espaldas de Julian y de Shinji, ya que tenía el presentimiento de una alianza entre ambos para sacar a la portadora más fuerte de una carta de clase. Aunque eso quedaba a tela de juicio con Berserker en el camino.

Ya como fuera, y al verlos salir campantes de la academia, Arturia supo que, por algunos movimientos del brazo "lastimado" de Shirou, no lo tenía roto.

-Actúa, ¿por qué? ¿Será un cebo para atraer a Shinji o a Julian? La verdad es que si pelean contra Berserker tienen más las de ganar al ser un Archer considerablemente poderoso.

Decidió seguirlos, llevándose la ya no tan sorpresa de que sí que la venda de Shirou era una farsa. No obstante, fue descubierta por ellos dos. Rin únicamente le sonrió de forma altanera, levantándole el dedo medio.

Ella rabió un poco, pero no regresó el gesto. Fue menos vulgar que su contraria. Eso sí, se dio dos golpes suaves en el brazo, dando a entender que sabía su secreto.

<<¿Qué se cree la muy zorra para andarme levantando el dedo? ¡Vulgar! ¡Corriente!>> Pensaba ella, furiosa.

De regreso con los dos tortolos, Shirou miraba con cierto cuestionamiento a su contraria.

-¿Crees que fuera buena idea que nos descubriera?

-Olí su hedor desde que salimos de la academia. De cualquier modo, fue bueno que no te descubrieras esa mano. –En efecto, lo único que aún no descubría la venda era el tatuaje en la mano de Shirou.

Ya en el edificio de investigaciones de Archivald, Rin presentó un permiso falso para poder hacer algunas encuestas. Shirou estaba transformado en espíritu heroico, viendo el atardecer y vigilando la posición de Rin. Era lo suficientemente cuidadoso como para no delatar su posición, estando escondido detrás de una bodega.

-Y dígame, señorita, ¿Qué es lo que desea investigar de las instalaciones?

-Cómo le dije, es para un proyecto. Quisiera saber qué tecnología se desarrolla aquí, aunque tengo entendido que es médica.

-Hay cosas confidenciales.

-Lo entiendo, en realidad. Pero sí que quisiera saber un poco sobre algo qué tengan en mente, un tratamiento contra el cáncer, desarrollo de una vacuna ante una posible enfermedad pandémica, (Si esto fuera verdad :'c), y también sobre si usan animales en sus experimentos.

-Creo que se podrá responder la primera y la tercera cuestión. Honestamente, si es que el jefe planea desarrollar una vacuna contra alguna pandemia, es imposible de saber.

-Eso me alegra. –Sonrió Rin.

Llegados al lugar donde requerían las investigaciones, Rin se halló frente a un grupo de doctores, poniéndose algo nerviosa y sonriendo forzadamente. No tenía ni la más remota idea de qué carajo preguntar.

Para su suerte, y viendo la situación, Shirou suspiró, negando con la cabeza. Lanzó una flecha contra una alarma contra incendios, activándola.

-Eso los tendrá ocupados. Rin sabrá que fui yo, lo mejor es que se esconda en lo que se desaloja el edifico.

En efecto, todos eran evacuados, menos Rin, quien se encontraba en un elevador, subiendo por la trampilla en el techo de la misma.

-Menos mal Shirou no viene conmigo...o sería muy incómodo para ambos. –Se quejó ella, una vez estuvo sobre el elevador. Ahí, ella escaló algunos pisos, llegando al último, que era el despacho de Archivald.

Shirou, por su parte, lanzaba una flecha con una cuerda hacía el último piso, lográndolo. Tras eso, la amarró a un tubo, comenzando camino hacía el edificio.

Shirou entró al edificio, apareciendo sus dos espadas, negra y blanca, caminando cuidadosamente por los pasillos del edifico.

Aunque mientras ocurría, Archivald miraba las cámaras de seguridad desde su sillón, sonriendo.

-¿Quién será ese espíritu heroico? Según mi inteligencia me dijeron que el Saber era el Rey Arturo, aunque ese no tiene ni la menor pinta. Y respecto a la niña...Rin Tohsaka, Archer. ¿Por qué no se ha transformado? ¿Qué traen en manos estos dos?

Reuniéndose ambos en uno de los pasillos, se recibieron de una manera no muy agradable. Rin apuntaba con su dedo y Shirou tenía frente a sí una de sus espadas.

-El despacho de Archivald está al fondo. –Mencionó él.

-Nos tiene vigilado con cámaras, ¿si sabías?

-Carajo, no pensé ese detalle.

-De cualquier manera, matarlo como Caster no era una opción.

Estando frente a la puerta, Shirou la pateó, rebelando que Archivald seguía sentado en su sillón, teniendo los pies en el escritorio, sonriendo con las manos en la boca.

-Lo esperaba. Vaya que me han fastidiado con causar semejante revuelo en mi sagrado lugar de trabajo. Aunque no importa ya. Dos portadores de cartas de clase contra uno solo. Un saber de doble espada y una clase Archer. Suena un desafió interesante.

Archivald mostró su carta, transformandose en Lancer, teniendo su lanza en su escritorio. Con tan solo estirar la mano, la lanza se levantó para que él la agarrara.

-Pues en algo estás mal, güerito, la realidad es diferente. –Shirou hizo aparecer su arco, disparando una flecha que fue desviada por la lanza.

-Mucha charla, luchemos. (referencia :v)

El arco desapareció, siendo cambiado por las dos espadas, Archivald apareció un escudo líquido (no recuerdo el nombre de la sustancia que usa Archivald para defenderse en Zero), atacando con su lanza de igual manera, lo que lo hacía peligroso.

Shirou corrió preparando sus dos espadas para bloquear un ataque horizontal que iba directo hacía él, quitándosela de encima para darle una patada al escudo de Lancer.

No se quedó atrás, ya que, girando varias veces su lanza, volvió a atacar varias veces a Shirou, quien esquivaba y saltaba cada ataque, chocando sus dos espadas para evitar ser cortado.

Atacando primero con su escudo, embistiéndolo con el mismo, Shirou saltó hacía arriba, apareciendo apresuradamente su arco para disparar cuatro ráfagas de disparos, que fueron bloqueados por el escudo.

-No entiendo muy bien por qué carajos usas espadas y arco.

En el helipuerto, al cual Shirou saltó para evitar la lanza de Archivald, los dos se vieron ahí, Rin corría hacía la puerta para darle asistencia a su compañero en caso de necesitarla.

-Aquí nuestra pelea será más cómoda.

-Ciertamente. –Sonrió Shirou, retomando sus dos espadas, corriendo para derraparse y tratar de cortar desde la entrepierna a Archivald, no lográndolo al ser bloqueado por el escudo.

-¡Así te quería tener! –Archivald clavó su lanza en el suelo, tratando de darle al estómago de Shirou. Él esquivó el ataque, dándole una patada en el abdomen a Archivald, quien se replegó un poco de un salto.

-Serás un mago y un noble...pero eso no te hace automáticamente un estratega.

-¿Quién lo decide, mocoso? –Archivald estiró su mano, recibiendo a Gáe Bolg en la misma.

-Nuestra batalla me recuerda a la de los francotiradores Vassili Zaitsev y Erwin Konig. Vassili, pastor soviético que aprendió a disparar cazando lobos y Erwin, un noble alemán que tenía todo lo que él quería. Ambos se enfrentaron en Stalingrado, siendo Vassili el ganador.

-¿Metes una lucha de clases en otra lucha de clases? Interesante, niño. ¿Pero puede un simple mocoso sin conocimientos mágicos derrotar a uno de los herederos de la noble familia Archivald? ¡Yo lo dudo! –Ahora Lancer fue quien se lanzó contra Shirou, apretó las empuñaduras de sus espadas, quedándose quieto para recibir el golpe. Rin entraba al helipuerto.

-¡Shirou!

Tan sólo se podían ver destellos rojos y plateados y sentirse el aire que se disparaba del choque de las dos armas. Cada ataque de Archivald era dirigido al corazón de Shirou, quien se protegía especialmente esa parte.

Retirándose algunos pasos hacia atrás, Shirou intentó invocar de nuevo su arco, siendo impedido ya que Archivald clavó su lanza en el suelo, sujetándose de la misma para darle una patada en el hombro a Shirou, la que casi lo derriba, pero se alcanzó a sostener en sus dos pies.

De ahí, los ataques se reanudaron, golpeándose las armas varias veces. En una ocasión, la espada blanca desvió la Gáe Bolg, y la espada negra fue usada para golpear la lanza a la mitad, desviándola para que así Shirou intentara lanzar una patada que fue bloqueada por el escudo.

Fueron tantos los ataques y el desgaste, que las espadas de Shirou se comenzaban a agrietar por lo fuerte que golpeaba con ellas.

Cuando una de sus espadas se rompió, se replegó hacía atrás. Archivald sonrió, lanzándose contra Shirou, teniendo la punta de su arma frente a sí. Ahí, y sin previó avisó, el muchacho apareció otra espada negra, tomándola inmediatamente, golpeando tan fuerte la Gáe Bolg que rompió de nuevo su espada, aunque fue suficiente para hacer que la lanza se desviara hacia el suelo.

Con su espada blanca, apuntó directamente hacía el brazo de Archivald, queriéndoselo cortar, pero el escudo bloqueó lo suficiente el ataque para que lograra cortar a penas un poco el músculo.

-¡Agh! ¡Maldito niño! –Archivald golpeó a Shirou con el pomo de su lanza, haciéndolo para tras.

-¿Tienes problemas conmigo, Archivald? Qué pena de un noble mago, miembro de una de las familias más renombradas de...

-¡Cállate! –Lancer lanzó su Gáe Bolg con bastante fuerza, no siendo su noble fantasma, sino un simple impulso.

Shirou esquivo la lanza, sonriendo a la vez que corría Archivald mientras que Gáe Bolg regresaba a la mano de su dueño. En vez de atacar a Archivald como se esperaba, Shirou golpeó la Gáe Bolg, desviándola de su camino a la mano del Lancer.

Desarmado y únicamente con el escudo, Archivald se defendió con éste último, tratando de embestir a Shirou, quien saltó bastante alto, apuntando con su arco y una flecha.

-Hasta nunca... -La flecha acertó directamente en la nuca de Archivald, dejándolo en el suelo y des-transformado. 

-Bien, lo logramos. –Festejó Rin, quien tomaba la carta de clase de Archivald, guardándola.

Aun así, ella tenía intención de saber si podía transformarse en una versión femenina de Cu Chulainn, pero no pudo al tener el bloqueo de clase de forma permanente.

Shirou tomó en brazos a Rin, la que se apenó por eso, saltando entre los edificios para escapar del lugar. Los bomberos se encontraban ya en el edificio, pero no se encontró rastro de incendio.

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Cualquiera: no puedes mezclar Fate con Cuba.

Nadie:
Absolutamente nadie:
Definitivamente nadie nunca jamás:

Arturo: ¿quieres ver que sí se puede?

Creo que no les deba sorprender de mi :b el próximo capítulo pasará algo que dirán "ah, que rico que haya sido así uwu" no es lemmon, pero ya verán

Poco ShirouxRin, pero ya vendrá más je je, espero vayan captando todas las referencias a las series de fate.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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