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Capítulo 5.-Salida grupal.

Llovía de forma intensa en la selva colombiana, yo apuntaba con mi rifle, esperando un convoy de soldados con suministros que seguramente pondrían en jaque a nuestros aliados más al oriente.

Camilo tenía una ametralladora cargada y lista para disparar, esperábamos órdenes de nuestros altos mandos. Lo que tendría que hacer era dispararle al chofer del camión que llevaba esos suministros y refuerzos.

Si fallaba, al menos poncharle las llantas que tuviera a la vista serviría. Nos encontrábamos escondidos frente a la carretera en un puesto relativamente alto.

Quizá lanzar granadas debajo del camión era lo ideal, pero de eso se encargarían los demás, no nosotros.

-Camilito, debes disparar a objetivos, no a lo idiota, ¿Quieres?

-Bueno, Archer, el objetivo de la misión depende de ti, en realidad.

-Supongo que tienes razón...más presión necesaria. –Suspiré. Llegaron por radio las órdenes de iniciar el ataque, yo fumaba un puro, tirándolo al suelo a pesar de que le faltaba todavía a la mitad.

Lo poco que acepto del pago como guerrillero lo uso para comprarme puros. Me sequé un poco la barba, apuntando con mi rifle a lo que era el camión.

-Contado la dirección del viento, la caída de la bala...pan comido. –Disparé de forma certera, no viendo ni donde le había disparado al conductor al salpicarse todo el vidrio de sangre.

Camilo disparó apresuradamente de forma táctica, siendo ráfagas cortas, abatiendo a cuanto soldado saliera del camión a tratar de combatir. Yo disparé a uno que quedaba al descubierto, volándole una parte de la cabeza. Mis compañeros lanzaron granadas, pues había dado el aviso segundos antes del inicio del primer disparo.

Eso causó que el camión se volteara, por lo que Camilo disparó de nuevo su ametralladora, acabando con los pocos que habían sobrevivido.

-Archer, Camilo, bajen de inmediato a recoger heridos y prisioneros, aparte de ver qué podemos robar de ese cargamento.

-No era el plan inicial, pero tenemos tiempo.

Corrimos a ver qué había quedado aparte de humo y cenizas. Varios soldados estaban heridos, Camilo y yo los llevamos lejos del fuego y del rango de explosión en caso de que el camión lo hiciera. Los dos médicos llegaron, encargándose de ellos.

Para sustraer las cosas del camión nos apresuramos, pues no se debían mojar. Suerte que la lluvia era lo suficientemente pesada para que las llamas no se alzaran tanto.

Había una pequeña caja de puros que me metí en la camisa sin pensarlo, aparte de enlatados, balas, lo que más me fuera útil. Era un "agarren lo que puedan".

Teniendo todo capturado, los heridos que sobrevivieron bajo control y la misión hecha, nos retiramos selva a dentro, dirigiéndonos al sureste para así contactar con otra célula de las FARC.

Saqué la caja de puros, dándome cuenta que eran habanos Cohiba.

-Uhh, de los que le gustaban al Che Guevara.

-Oye, dame uno. –Me pidió Camilo.

-Claro que sí, Camilito. Esto no es nada más mío, es de todos y le daré a quien me pida...aunque mientras menos sepan que tengo habanos, mejor para mí. –Nos soltamos a reír.

-Dame fuego. –Pidió, yo saqué mi zippo, cubriendo la llama con mis manos para así prender el puro de Camilo, haciendo lo propio con el mío, claro.

Ambos caminábamos por la sierra después de una victoria más. Chocamos puños, pues más felices no podíamos estar al ser parte ya segura del camino del héroe justiciero.

***

Escuchaba la regadera, lo que significaba que Arturia se bañaba. Aprovechando la ocasión, y sabiendo que se tardaría bastante, salí al jardín, estirándome un poco a la vez bostezaba. Le toqué como desesperado el timbre de Fuji, esperando así despertarla de su letargo.

Ahora sí, y con unas tijeras en mano, corté una rosa de los rosales blancos que adornaban la fachada de mi casa. Le quité las espinas, escuchando que el agua aun corriera del baño. La puse en un pequeño vaso y me apresuré a rociarla con agua, dejándola en la mesa de noche del cuarto de Arturia.

Sonreí para mí mismo, bajando a hacer el desayuno y a tocarle otra vez a Fuji. Escuchaba Beethoven a un buen volumen, siendo lo suficiente para que Arturia bajara después de un rato, viéndome con una cara de cuestionamiento.

-No sabía que te gustara Beethoven.

-Es bueno...me gusta mucho.

-Por cierto, gracias por la rosa. –Nos dimos un beso en la mejilla, yo lo disfruté bastante. –Mi sinfonía favorita es la segunda, es bella y tiene rasgos divertidos.

-Es buena...mi favorita es la novena.

-Me parecía, ciertamente, predecible. A todo el mundo le gusta la novena sinfonía.

Ambos sonreímos, viéndonos a los ojos.

Ese día era sábado, Rin había propuesto, un poco para aliviar las tensiones de la semana, y a pesar de que toda la semana había sido cansada, ir a bailar un poco.

Issei, como no es raro, no iría. Chulainn iría con nosotros también, aunque no con una cita en específico. Vería con quien bailaría. Conociéndolo, sería más de una chica.

No es como que nos fuéramos que vestir tan elegante, pero era cita en parejas. Otra que también nada más conspira a mi favor pero a mis espaldas. Rin, claramente iría con Archer, porque son novios, yo iría con Arturia y Chulainn y Sakura ya verían que pescaban en el antro.

Lo que me parecía curioso es...¿y por qué no van los dos juntos? Sería morbosamente interesante ver al perro de Chulainn bailar con la tímida de Sakura.

Fuji tenía sus propios asuntos, aparte era un poco mayor a nosotros, de ahí que tampoco ella fuera tan ganosa de ir a bailar.

Era pop, algo que, junto con el rock, es de los gustos más generalizados de la facultad, lo que no está mal.

Aunque, de todos modos, me daba algo de incomodidad estar cerca de Archer, con eso que nos llevamos tan bien él y yo.

Todo sea por tener feliz a Rin, ella siempre se esfuerza mucho en crear las salidas con los del salón y su novio para que no aceptemos su invitación. Aparte, otra que me niegue con ella y me arrancará la puta cabeza.

Era en la noche, así que la mañana fue tranquila, con Fuji levantándose a las once de la mañana, yo riñéndola, hacer limpiar la casa, que ahora tomó bastante menos de tiempo al ser dos en vez de uno.

Me dividí las tareas con Arturia, así que acabamos pronto, yendo a la cocina para hacer la tarea lo más pronto posible, así acabando todo lo que teníamos que acabar.

Sería la una al momento de eso, así que nos pusimos a hacer la comida los dos, a veces chocando nuestros brazos o nuestras caderas al ser un espacio reducido. No negaremos que era algo que nos apenaba sin duda, pero nos divertía por igual.

Con la comida hecha y Fuji atracando la mesa como no era extraño, nos pusimos a beber algo de agua de arroz que nuestra mayor había comprado para los tres.

Estando resuelto tooodo hasta casi las siete de la tarde, que era cuando nos bañaríamos y cambiaríamos. Mientras, vimos una película en la televisión.

Lo único que fue incomodo, a decir verdad, para ambos, es que era en mi cama, al ser mi cuarto el único lugar donde había televisión en toda la casa. Al final de todo, tiene sentido, no hay para más.

Hubo una escena de sexo que nos terminó por incomodar de plano. Hicimos que eso no había pasado. Para tratar de que la incomodidad bajara, me puse a platicarle algo.

-¿Hablamos de historia mientras cogen?

-Bueno. –Respondió ella, como diciendo "pues no hay de otra".

-¿Crees que Alejandro Magno fue envenenado o sí murió de Malaria?

-Yo creo que lo envenenaron, pues siempre se va a conspirar contra un rey con muchas ambiciones. Aparte, era dueño del mundo, y quería desviarse a conquistar la península arábiga, lo que claro que no le gustaba nada a sus generales que deseaban parar la guerra.

-Es posible. Aparte murió en Babilonia, ahí solían haber mosquitos, pero si los que podrían dar la malaria estaban al acecho, era estúpido dejar al rey del mundo sin protección contra ellos, por amor a Dios.

-Es posible que sí hubiera, en Egipto hubo doce plagas según la biblia, una de ellas fueron los moquitos, a pesar del calor que había.

La escena de sexo había pasado, así que regresamos a la película, dejando la discusión para después.

Serían las cuatro cuando pasaron los créditos, así que dejé que Arturia se bañara primero para poder estar listos más rápido.

Yo prepara algo de cenar mientras tanto, sería ligero, ya que íbamos a bailar y era mala idea ir llenos, pero igual con el estómago vacío.

Mi ropa ya se encontraba preparada, por lo que el trabajo me era mínimo.

-Shirou, el baño está listo. –Me gritó Arturia, yo fui corriendo a bañarme, teniendo la cena lista.

Chulainn, que sabrá Dios cómo carajo tenía mi número, me marcó.

-¿Sí?

-Oye chico, me encuentro en un dilema, ¿Sakura de verdad sabe bailar? He hablado con ella un par de veces y...

-¿Sin coquetearle?

-Un poco, quizá. No es el punto, ¿Ella no es muy tímida?

-Sabe bailar a pesar de eso, así que no tendrás problemas con ella ¡Pero no le vayas a poder dedo encima!

-Oye, ¿Por quién me tomas, chico? Como sea, ¿Qué rosas le gustan?

-¡¿Le vas a coquetear?!

-No, quiero llevarle un regalo de mi parte, eso es todo.

-Sigh...Dios me perdone si Sakura se molesta. Le gusta el morado.

-Ok, nos vemos allá, chico.

Chulainn colgó, yo suspiré fuerte para bañarme, lo que me tomó diez minutos. Saliendo, se escuchaba la secadora en el cuarto de Arturia, así que puedo decir que está casi lista. En menos de lo que canta un gallo filipino estaría listo yo también.

Me puse la colonia que tengo para casos "especiales" como lo sería una cita. Me la puse en todo el pecho, cuello y un poco en la parte interior de las muñecas. Me puse mi camisa de vestir adecuada, peinándome con cierta rapidez. Claro que puse una chamarra para no ensuciar la camisa o tendré serios problemas.

Nos encontramos los dos al salir de nuestros cuartos, sorprendiéndonos y mirándonos con cierto recelo, aunque recelo del ¿Bueno?

Ella se veía hermosa, no había más para describirla, sin duda alguna, era erróneo no llamarla así con su cabello suelto, su maquillaje ligero y el vestido que usaría ese día, siendo de un color gris y azul.

-¡Qué bien te ves, Shirou! –Me dijo. Yo me sonrojé, lo sentí en mi carne.

-Gr-gracias...tú igual te ves muy linda. –Lo dije sin pensar, pero ella sonrió, llevándose las manos a la cara.

-Me sonrojas, Shirou. Gracias por el cumplido. –Usaba zapatillas, caminando escaleras abajo. –Hace calor para que uses chamarra, ¿no crees?

-Un poco. Es para no ensuciarme la camisa al cenar.

-¿A qué hora nos citó Rin?

-A las ocho...y ella es de llegar temprano. –Asentí, con cara de "Vaya que sí". –Mi camarada irá también.

-No vayas a querer golpearte con él, Shirou...pueden tener ahora un duelo de baile.

-No sé bailar muy bien, pero tengo unos pasos en mente. –Dije, humildemente.

Nos apresuramos a cenar, siendo pasadas las seis quince, así que nos tomaríamos con calma la comida, oh, sí.

Era arroz con almejas, mis favoritos.

-En Inglaterra solemos comer mucha carne y patatas, aquí la dieta es un poco más balanceada, aunque algunas cosas no dejan de parecerme curiosas todavía. No me atrevo a decir que los ingleses comemos más sano ni de chiste, demasiadas salchichas, no es bueno.

-Supongo que sí. –Le puse un poco de salsa de soja a mi arroz para darle más sabor.

Al lavarnos los dientes y recoger los platos, ambos nos dispusimos a salir. Tomaríamos un taxi para llegar al antro que quedaba un poco lejos. Era el único que solía tocar rock siempre. 

Me despedí de Fuji avisando que llegaríamos un poco tarde pero sobrios, o al menos yo tendría que estar sobrio pues detesto la resaca.

Tardamos casi cincuenta minutos en llegar, era una distancia considerable, pero el lugar era simplemente magnifico para pasar la noche bailando.

Al bajar del taxi, que fue pagado la mitad por Arturia y yo, vimos a Chulainn vestido de camisa azul pero con un saco bastante elegante. A él le gusta vestir así.

-Shirou, que bueno verte. –Me saludó, tenía una rosa en las manos de color morado. –Señorita. –Hizo una pequeña reverencia, dándole un beso en la mano a Arturia.

-¡Caballero! –Se sonrojó ella.

-Si este individuo de aquí le hace algo o se quiere pasar de listo, no dude en decírmelo, ¿sí? Las mujeres son una cosa muy hermosa, deben de respetarse.

-Ay, sí. Lo dice el mujeriego de la facultad.

-Error, niño. ¿Sabes cuantas novias he tenido en los cuatro años de la carrera? Tres únicamente. Que tenga muchas citas es otra cosa.

-Lo que tú digas.

Llegando en un auto, Sakura bajaba del mismo acompañada de su hermano, él me saludó de lejos, también a Chulainn, diciendo que llegaría por ella a eso de las doce o máximo la una, si es que ella se divertía mucho.

-Hola, Shirou. –Me saludó a mí, haciéndolo también con Arturia. Al llegar con Chulainn, ella se puso algo nerviosa. –Ho-hola...Chulainn.

-Señorita, un regalo para usted. –Sonrió, extendiendo su mano para mostrarle la rosa a Sakura. Ella se puso roja hasta los cabellos, aceptando la rosa de forma titubeante.

-Muchas gracias...te lo agradezco. –Como si fuera por "compromiso", ella tomó del hombro al perro, dándole un beso en la mejilla.

-Al contrario, yo le agradezco a usted, señorita. –Sonrió él, tomándola del brazo para llevarla adentro. -Rin y Archer ya están adentro, quería darles privacidad así que me vine a esperarlos.

-Entremos... -Sonreí, también tomando del brazo a Arturia, entrando al antro.

La música estaba bastante alta, incluso uno sentía las vibraciones penetrar cada célula de su cuerpo. Era increíble esa sensación, una que de verdad se disfruta. Lo malo es al acabarse el sonido...El zumbido en los oídos es una joda.

Era rock en japonés, uno que se disfrutaba bastante, Arturia rió, pues no entendía muy bien las letras de la música, pero el simple hecho del ritmo le gustaba bastante.

Adentrándonos un poco en la pista de baile, ambos fuimos a la zona de descanso, donde había mesas y así. Nos sentamos, platicaríamos un poco para luego bailar, oh sí. El ruido en esa zona era menos considerable, aunque aún había que hablar fuerte para que nos escucháramos.

-¿Qué te parece? –Le pregunté.

-La música es curiosa para mí, pero es genial, tiene un excelente ritmo.

-Bienvenida a mi país, primor. –Dije en voz baja, Arturia me preguntó que había dicho, pero le llamé al mesero para que nos trajera unas bebidas.

Podía ver a Rin y a su novio bailar de forma animada, incluso era divertido verlos así. Se notaban felices, sobre todo Rin. Se ve que ella lo ama, no es raro.

Igual veía a una pareja de novios que bailaban muy romántico, muy cerca de ellos. El chico era alto, su cabello verde con sus lados de un mismo color salvo que más obscuro; tenía porte de un dios héroe.

La chica era rubia con sus mechones de igual verde, hacían juego los dos. Se veía tranquila pero con mucho carácter, y aun así su danza era tranquila, arcaica, su largo cabello de gata se movía con cada paso del baile.

Él bailaba con los ojos cerrados, la cazadora lo guiaba, mirándo llena de amor a su héroe, quien la sujetaba de la cintura, juntándola a su cuerpo.

No pensé que fueran a sorprenderme, pero cuando se besaron, lo hicieron con tanto amor y de una forma sencillamente hermosa, romántica, con devoción del uno hacía el otro. Se tomaron de las manos, sonriendose, para bailar de nuevo.

(Me encanta, me fascina el AquilesxAtalanta  😍😍😍😍😍aunque no sea canon y  de su desenlace 💔)

Chulainn y Sakura también bailaban, un poco menos animados, pero igual tenían su gracia. La rosa había terminado en el chaleco de Chulainn. Se notaba que Sakura estaba contenta.

Quería que esa misma expresión se posara en el rostro de Arturia, y dicen que algo que enamora a las mujeres es un hombre que sabe bailar, así que era hora de lucirme.

Dejamos nuestras cervezas, siendo una canción muy popular en ese antro, varias personas gritaron, siendo la expresión de Arturia de sorpresa. Era una canción algo romántica.

Juntamos nuestras manos, moviéndonos de un lado a otro, sonriéndonos con pena, ninguno de ambos lo negaría. Ella sabía que la canción era romántica por ser lenta, hablar de desamor. Era todo lo contrario a nosotros dos.

Éramos una célula que explotaría, en especial en las partes más jodidamente románticas. A veces no dejaba de soñar con ella, y me atrevía a no dejar de hacerlo, a diferencia de la canción. Yo me olvidaría de toda materia.

Cuando la parte intensa de la canción llegó, nos separamos un poco, bailando cada uno por su cuenta, pero juntos.

-Bailas mejor de lo que esgrimas, Shirou. –Se burló ella.

-Lo tomaré como un cumplido. –Mencioné.

Cerré mis ojos, viviendo el momento, bailando junto con Arturia lentamente, disfrutando de la canción pero mucho más de su compañía.

La música se puso más animada, así que ambos movimos nuestros cuerpos alrededor de cada uno. Los pasos de Arturia eran elegantes, salvajes a la vez, pero con un ritmo ideal, mientras que yo cantaba las letras que me sabía.

Nos tomábamos de la mano, yo la tomaba de la cintura, moviéndola como era debido, y ella se reía de alegría. Llegó un momento en donde nos quedamos pegados, pude sentir sus senos apretarse un poco contra mi pecho. Estaba ya sonrojado por el esfuerzo, empapado de sudor pero el aroma de la colonia me salvaba de que esa situación fuera incomoda.

Ella se me quedó viendo a los ojos, sorprendida. Nos separamos al empezar una canción más movida. Ahora nuestros pasos eran torpes, un poco lerdos, incluso. Arturia había perdido el paso, incluso le temblaba un poco el pulso.

La saqué de la pista de baile, bailando como no puede ser de otra manera. Quería asegurarme de que estuviera bien.

-¿Te pasa algo? Vi que perdiste el paso.

-Sí, estoy bien, no es nada, de verdad. Me siento un poco agitada, eso es todo. –Arturia hablaba nerviosa, aparte de que desviaba la mirada de vez cuando nuestros ojos coincidían.

Tras unos segundos, ella dio un respiro fuerte, exhalando de la misma manera. Comenzaba una de mis canciones favoritas, incluso mi pie se había movido de manera automática.

El sonido de la guitarra acústica era lo mejor, así que, tras una sonrisa tímida, nos pusimos a bailar al ritmo de la batería y de las guitarras eléctricas.

Lo hacíamos ahora separados, moviéndonos como sabíamos. Se hizo un círculo, y como vieron que Arturia era de las que bailaban de manera más animada, pues eso hizo, se puso en el centro del círculo, presumiendo sus mejores movimientos de baile.

Verla bailar...me enamoró más de ella, ni siquiera pensé que fuera posible.

Cuando se le acabaron los pasos, Arturia me jaló al centro, tomando mi lugar. Yo me le quedé viendo feo, pues me sentí traicionado. Aprovechando que era aún mi canción favorita, saqué la artillería pesada, moviendo mis pies de forma complicada, lo mismo que con mi espalda, bailando con ella. Me di una vuelta, siendo aplaudido.

Arturia me veía con las manos en la boca, notándose levemente sonrojada.

-Shirou...me impresionas bastante. –Confesó.

-Bueno, he aprendido de Rin y Sakura. –Hablando de ellas, la primera se reía de mí, y la segunda me aplaudía. Estaban cerca del círculo donde bailábamos yo y Arturia.

Ahora nos juntamos ella y yo de nuevo, bailando un poco separados, moviéndonos como recién lo habíamos hecho.

Si tú me quieres dame una sonrisa. Si no me quieres no me hagas caso.

Ambos escuchamos perfectamente esa parte de la canción, sorprendiéndonos un poco.

Nos mantuvimos estoicos unos segundos, pero ella me sonrió después de eso. Yo abrí los ojos de la sorpresa, ella se acomodó un mechón de cabello detrás de la cabeza, sonrojándose.

Y sólo dame una señal, chiquita, ay, mijita, que sepa que te gusto.

Tras eso, me tomó de las manos, bailando conmigo una vez más, sonriendo tímidamente. Como no era raro, yo igual me sonrojé, pues no me esperaba eso para nada.

¿Ya la había enamorado de mí? ¿Pude conseguir lo que deseaba? No estaba seguro, pero tenía que poner de mi parte, no titubeando para que ese sentimiento posible en Arturia no se desvaneciera tras esa noche y dijera "¿Por qué hice eso?" tomé un ritmo más moviendo, tomándola de una mano y de la cintura, moviéndonos como lo demandaba la canción.

Si no te gusto, no me digas nada, que tu silencio me diga todo. Pero si te gusto, dame una mirada, que sea la señal que bastará para saber que me amarás.

Tras esa parte, nos mantuvimos estoicos un poco, pero ella miró al piso, levantando la mirada de forma coqueta, un poco que me dejaba a entender que esa era otra señal.

Ahora sabía...que ella me amaba.

Como si fuera poco, me sonrió una vez más con la boca abierta, mostrándome sus dientes blancos, pegándome a ella para bailar así, pues siguiente canción era más romántica y tranquila.

Podía ver como Chulainn bailaba con Sakura de la misma manera, guiñándome un ojo y levantando el pulgar. Hizo una seña como si escribiera, dándome a entender que me mandaría un mensaje en un rato.

Rin y Archer eran igual, pero ellos más románticos, mirándose a los ojos a la vez que se decían palabras de amor. Se dieron un beso rápido en los labios.

Nos sentamos un rato, pues el cansancio de tanto bailar se notaba. Tomé mi celular, viendo un mensaje de Chulainn, como ya lo esperaba. Me mandaba un mensaje diciéndome que:

"Si querías enamorarla, ya la hiciste. Nada mal, niño, pero demuéstrale que quieres todo con ella. Suerte, guiño, guiño."

Yo rodé los ojos, mirándome con Arturia a los ojos. Ambos chocamos nuestras cervezas, sonriendo.

-¿Cómo te la pasas? –Pregunté.

-Mal. –rió. –No puedo mentir, me la paso de maravilla contigo, Shirou.

-El sentimiento es mutuo, por supuesto. Descansemos un poco y regresemos a las andadas.

Empezaba el rock más antiguo, notándose por la característica guitara y el sonido parecido al intro de Johnny Bravo. La batería y el piano sonaron, yo me miraba con Arturia, ambos aguantábamos una sonrisa, moviéndonos de forma divertida los dos, casi bailando sin pararnos.

https://youtu.be/9AZA6fREkoA

Brindamos, bebiéndonos nuestras cervezas de contado, levantándonos para bailar ese rock más movido, pero igual juntos.

Un cuate se paró y empezó a cantar el rock, si esto fuera una prisión, todo el mundo correría a bailar el rock. Con los saxofones y trombones, todos bailando el rock.

Movíamos nuestras piernas, acercándonos nuestros hombros y separándolos a la vez. Nos divertíamos mucho. En una ocasión, y perdiendo el equilibrio, Arturia casi se cae de espaldas, pero yo la sujeté de la misma lo más pronto que pude, exaltándome bastante.

Ella se me agarró a mis brazos casi como si fuera un gatito asustado. Comenzó una canción romántica, a lo que me quedé de "¿De cuándo acá tengo tan buena suerte?". Acerqué a Arturia hacía mi con bastante pena, ella recargó su cabeza en mi hombro.

Se separó un poco, viéndome a los ojos para sonreírme.

-Gracias por atraparme.

-Lo volvería a hacer, tenlo por seguro.

Cuando me enamoro siento que el mundo va más lento. Algo me dice que a Arturia también le pasaba algo similar.

Nos enamoramos, no hay de otra...o eso parece. Le daría mi vida, pues se había enamorado de mi...no quería separarme de ella.

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Para que sepan cómo me imagino a Camilito, es el de allá atrás :v

Uhh ya empezó lo interesante 👀 a partir de aquí los capítulos serán más románticos y más bellos, así como habrá personajes secundarios que narren además de Shirou (la propia Arturia, Rin, Archer, hasta lancer), eso para abrir algunas subtramas y que la historia no sea monolineal, en mi experiencia eso hace mejor a una historia aunque hay a quienes no les gusta :V

Espero les guste la historia, comenten, voten, compartan, ya saben :D

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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