Capítulo 3.-La pequeña gran casa.
Era una de esas largas caminatas en la sierra con toda la Guerrilla, la mochila era muy pesada, pero tenía que soportar ese peso, pues era lo que necesitaría para sobrevivir durante los duros combates que se vendrían. Nos han informado que habrá un bombardeo, así que todo va a escasear.
Aun así, Camilito y yo no perdíamos la esperanza y la alegría de ser héroes justicieros, y nuestras barbas ya nos estaban saliendo. Ese era el símbolo guerrillero justiciero por excelencia.
Ambos cantábamos una canción que hablaba de guerrilleros, algo ideal para la situación.
-Cuatro guerrilleros bajan para el sur, otros seis que quedan para el norte van. Lo dice temblando un bravo militar. Se espantan los buitres porque aclarará. -Cantaba Camilo.
-Cuatro guerrilleros bajan para el sur, otros seis que quedan para el norte van. Se espantan los buitres porque aclarará. Ay, mi compañero déjame llorar que lo están matando por tu libertad. -Seguía yo.
-Ya le disparan al corazón, sangre que brota, alumbra el sol. Ya le disparan al corazón, sangre que brota, alumbra el sol.
Podíamos ver los aviones bombarderos en las lejanías, suspiramos pesadamente, pero casi no nos importó, ya mudábamos nuestro campamento de lugar, adelantándonos al ataque de esos desgraciados.
Lo único que, eso sí, en lo que creábamos nuestras líneas de abastecimiento, tardaríamos bastante, una semana, y teníamos las cosas muy limitadas.
Se planeaba que toda la comida se juntara y se racionara en partes dependiendo de quién necesitara más o menos, todos estuvimos de acuerdo, yo y Camilo comíamos bastante más que las chicas que se encontraban con nosotros, y no se diga de los que ya tenían más años.
Todo explotó, condensándose en una enorme luz blanca, amarilla, lanzando chispas por todos lados. Un mensaje nos llegó por radio, lo que claramente no nos pareció raro, seguramente nos informarían de lo ocurrido o algo similar.
Descansamos, sentándonos en el suelo con bastante ansia, pues hacía más de dos horas que no parábamos ni un solo segundo.
-¿No estás cansando, Archer?
-¿Tú crees? Jamás.
-Esa es la actitud, amigo...¿Qué te gustaría cantar ahora?
-...
Me puse a pensar un poco, pero tenía la canción perfecta para esa ocasión. La canción guerrillera por excelencia, la canción por la cual nos habíamos decidido ser héroes justicieros.
-La era está pariendo un corazón...
-No puede más, se muere de dolor y hay que acudir corriendo pues se cae, el porvenir. -Camilo Sonrió ampliamente. -En cualquier selva del mundo. En cualquier calle...
-Debo dejar la casa y el sillón. La madre vive hasta que muere el sol y hay que quemar el cielo si es preciso, por vivir...
-Debo dejar la casa y el sillón. La madre vive hasta que muere el sol y hay que quemar el cielo si es preciso, por vivir, por cualquier hombre del mundo, por cualquier casa...por cualquier casa...
Era una de esas palabras que nos aterraban a ambos, en especial por ser jóvenes y no haber logrado nada todavía: muerte.
No era una preocupación por uno mismo, en realidad, eso sería demasiado egoísta de nuestra parte. En realidad nos preocupaba más que nuestro contrario muriera, era como otra parte de nosotros, la mano izquierda, sería lo indicado decir.
Ambos podemos morir el día de hoy, de mañana. Incluso podríamos ya haber muerto de no saber lo der bombardeo. La vida es tan efímera como para gastarla sin hacer justicia.
***
Llegamos al fraccionamiento donde era mi casa, por lo que saqué mis llaves y abrí la puerta que quedaba a un lado del portón para coches.
-Primero las damas. -Sonreí.
-Uh, que amable eres, Shirou. -Arturia también me sonrió.
Escuchando la puerta, y suponiendo que era yo, Fuji Salió de su casa para recibirme como siempre lo hacía: llena de alegría.
-¡Shirou, hoy traje algunas cosas para que puedas!...
-Hola, Fuji. -Dije, nervioso. -Es una compañera de la Facultad.
Ella me levantó una ceja. -La invitaste a comer, supongo.
-Me gustaría hablar a mí. -Escuchando el acento de Arturia, Fuji se sorprendió. -Soy Arturia, vine a estudiar al país, vengo de Inglaterra, y conocí a Shirou hoy. Un amigo suyo, Issei, no sé si lo conozcas, me dijo que él tiene una habitación disponible, espero que no le moleste que me quede con él por un tiempo.
-Oh, vaya. A Issei lo conozco, pero no creí que Shirou...
-Issei la terminó de convencer, en realidad. -Me llevé una mano a la cabeza, sonriendo con cansancio.
-Vaya...bueno, Shirou, te quedas sin refresco. -Rió ella. -Pasemos, la verdad es que me agrada que hayas venido, y no te preocupes por lo que te pueda hacer Shirou, yo te cuido.
-Me haces quedar mal. -Suspiré.
-Dudo mucho que planees algo malo. Te conozco tan bien que digo con seguridad que es imposible.
-Ya estaba tranquila, pero ahora me relajo completamente. -Arturia sonrió, entrando a la casa.
Además de tener a Fuji como su vecina, tengo a otros dos vecinos en la casa de enfrente, es una pareja joven de novios extranjeros. La chica es francesa y el chico rumano. Se llaman Juana y Sieg.
Antes de entrar, saludé a ambos con una sonrisa, ellos estaban tomados de la mano, y me regresaron el gesto con la que tenían libre
(Referencia baby uwu)
La casa era pequeña, pero sin duda le agradaba a Arturia, sus ojos de sorpresa no se podían ocultar en lo absoluto. Lo que sí es que vaya que se me quedó viendo con ojos de cuestionamiento al ver que tenía colgado una foto del Guerrillero heroico al lado de la mi familia.
-Es una muy larga historia. -Reí.
-Sí, una muy larga. -Afirmó Fuji, entrando también a la cocina.
-La comida estará en unos...¿cuarenta minutos? Podrían platicar mientras tanto, luego me les uniré, no se preocupen.
-Fuji no es quien cocina. -Preguntó Arturia.
-No sabe. -Hice un gesto de gracia.
-Claro que sé... -Me enchinó los ojos.
Me fui a la cocina con lo que ella había comprado, más o menos pensando en que prepararía. Trataría que fuera algo especial, y, de hecho, le adelanté a ello. Saqué una botella de vino del refrigerador, buscando algunos vasos que se vieran lindos para la celebración.
Celebraríamos la llegada de Arturia, deseándole la mejor de sus experiencias. Issei me mandó mensaje junto con el vídeo de la pelea de Cu Chulainn.
-Que chinga tan fea le metió a esa pobre alma. Pero se lo merecía por amenazar a su exnovia.
Las dos mujeres charlaban en la cocina, contándose un poco de su vida, conociéndose, en pocas palabras, aunque Arturia tenía curiosidad de saber la razón por la cual yo tenía una foto del Che en la entrada de la casa.
-Él no la puso ahí. En realidad fue su padre. A mí y a él nos contaba quién fue el Che.
-Oh, vaya. Es interesante saberlo, en Inglaterra no hubo guerrillas más que cuando pasó el conflicto con Irlanda. De hecho me sorprende, en general en Reino Unido se ve con muy malos ojos al Che, pero en Italia se le respeta y quiere.
-A Shirou le entró más profundo la idea de la guerrilla. No por nada su sueño es ser...
-¡Eh, no entremos en detalles! -Lamentablemente, mis ilusiones me causan pena, pues siempre me han llamado loco por ello. -Seguiré haciendo la comida, pero cambien el tema, de favor.
Para empezar con el apetito, lleve la botella de vino y dos vasos para ellas. Al menos sé que en Europa beben mucho vino, de ahí que no preocupa que no le agrade a Arturia.
-Oh, vino. Vaya que eres muy amable, no creí que me recibirías con esto.
-No es muy cara, pero sí, es para festejar que estás aquí. -Regresé a la cocina en sí, no debía quemar lo que preparaba. -Nada más guárdenme un poco, por favor.
-Oh, claro. -Viendo la sonrisa de picardía de Fuji, supe que no iba a quedar ni una sola gota. Al menos es vino suave, sería una desgracia que Arturia se embriagara en su primer día en la casa.
Ella regresaría mañana al hotel por sus cosas, le marcaron por celular preguntando si aún ocuparía el cuarto, a lo que ella dijo que nada más por esa noche.
Las cosas se le hacían baratas, pues en Inglaterra todo era bastante caro, más que nada la comida. Pero aquí...dudo que ella tenga problemas con eso, o no demasiados.
Daba la impresión de que Arturia y Fuji se llevaban muy bien, se escuchaban a menudo risas, alzaban un poco la voz por emocionarse de algo. Me seguía pareciendo extraño el acento de Arturia, aunque claro que debo acostumbrarme.
Hecha la comida, la serví en la mesa, aunque Fuji me ayudó en eso, Arturia era invitada, así que le pedimos que ella estuviera sentada hasta el brindis...que haríamos con media copa cada quien. Casi se acaban la botella de vino.
Por lo menos sobró para el evento final. Nos encontrábamos parados, cada quien con su vaso en la mano.
-Por Arturia y su llegada a Japón, aparte...por una experiencia amena para todos.
-¡Kanpai! -Farfulló Fuji, los vasos sonaron, sentándonos en la mesa.
Ya con los tres reunidos, la plática fue más abierta y dialéctica, pues cambiábamos de tema seguidamente, llevando aun así un hilo de conversación que era interesante. Cambiamos aspectos culturales, lo que me parecía excelente.
Ahora me siento tan británico como Arturia, y eso es mucho decir.
Acabando la comida, era hora de mostrarle mi pequeña gran casa a Arturia. Fuji se fue a su casa, la cual quedaba pegada a la mía. Le pasó su número de celular a ella para cualquier cosa, como por ejemplo que se quedara sin llaves o así.
-Y si este tonto te intenta hacer algo, lo que en verdad pondría en tela de juicio, no dudes en decírmelo. Conozco a alguien que lo pondrá en su lugar. -Ella sonrió marchándose por la puerta para cerrarla.
Quedábamos solos ella y yo, me ruborice un poco ante la idea de estar solo con una chica de la cual me había enamorado a primera vista. No sabía ni qué hacer, pero no parecer estúpido era la prioridad, o lo único que tenía en mente, mejor dicho.
-Fuji es una chica muy alegre, me agradó tanto como tú. -Dijo ella, empezando la conversación.
-Siempre ha sido así. Me lleva unos años, pero siempre fuimos buenos amigos, aunque se burlaba de mi muy seguido.
-Sonará un poco rudo de mi parte, pero creo que lo sigue haciendo.
-Me dio la impresión de que quería hacerme quedar como un pervertido a tus ojos. Bueno, ya conoces la planta baja, así que a mostrarte los cuartos.
Al subir la escalera, ella vio la araña que colgaba del techo, aparte de una pintura de un enorme valle que era lindo. La fotografía fue tomada por mi madre, así que era lindo verlo para mí. Me recordaba mucho a ella.
Apenas subiendo la habitación quedaba el único baño, me solté a reír sabiendo que eso nos causaría muchos problemas en un futuro.
-Me suelo bañar en las tardes o noches, ¿tú tienes un horario? -Pregunté. Era mejor ir estableciendo protocolos y normas de vivencia.
-Prefiero en las mañanas, me hace sentir fresca todo el día.
Los cuartos tenían todos un estilo unisex, así que de ahí que no hubiera tanto problema en escoger. Lo que me apenaba era dejar en el cuarto pequeño, triste, que apenas le entra sol.
-Tu habitación es esta. -Dije, la que en realidad era la mía. -Aquí guardo ropa mía, pues es...
-Algo me dice que es tu habitación. -Me sorprende su capacidad de intuición. -¿No es así?
-S-sí...
-Es como la conversación que tuvimos con Rin. En tu mente patriarcal crees que yo, por ser mujer, debo tener comodidades.
-La verdad es porque eres la invitada. -Sonreí tontamente. -Si fueras Issei, haría lo mismo, incluso si fueras Archer. Es malo que un anfitrión deje dormir en el sillón a un invitado teniendo espacio para ofrecer...aparte de que las sábanas de tu habitación seguramente estarán llenas de polvo, no las he lavado en dos meses.
-Oh. Bueno, dormiré en tu cama esta noche, pero cuando la habitación que me ofrecías esté limpia, dormiré en ella. De verdad no tengo problemas con eso, Shirou, a pesar de que eres muy amable.
-Me lo han dicho varias veces. Sacaré algunas sábanas, dormiré en el sillón esta noche.
-¿No pasarás frío?
-En lo absoluto. En realidad detesto el calor así que es mejor para mí. -Sonreí.
Nos dividimos las tareas de la casa, arreglamos la habitación que ella usaría, echando a lavar las colchas. El problema es que ella no tenía ropa alguna para dormir, así que no sabíamos exactamente qué hacer.
Una cosa me intrigaba mucho, a pesar de que preguntar podía ser grosero y de muy mal gusto era...¿Arturia se bañaría todos los días? Tengo entendido que en Europa casi no se bañan...incluso un profesor que fue y sí cuidaba su limpieza le preguntaron si estaba enfermo o por qué se bañaba todos los días.
Creo que ni siquiera tendré que preguntarle, lo sabré con el tiempo.
Estoy asqueado pero intrigado.
Ya llegada la noche, los dos cenábamos lo que quedaba de la comida. Sin Fuji, el ambiente era más tranquilo, pero aburrido, obviamente. No obstante, la conversación que tuve con Arturia me parecía muy linda.
La conozco de horas...pero siento que ha sido de tanto tiempo atrás. Me pregunto si ella tendrá esa misma sensación, pero lo dudo, aunque siempre puedo contar con que sí.
Nos sonreíamos amablemente, era algo que, sin duda, los dos disfrutábamos. Al menos nos agradamos, malo que seríamos unos imposibles. No sé cuándo deba empezar a coquetear con ella, es muy pronto para pensar nada.
Lo dejaré así por un tiempo, y veré como avanza la situación. Quizá en la salida que tendré con Issei. Hablando de, tengo que preguntarle ciertas cosas.
Cada quien lavó los platos que ocupó, así que de eso no hubo mayor problema. Creo que para llevarse mejor conmigo, ella que lavó su plato primero, me aventó algunas gotas de agua en la cara, riendo tras hacerlo.
Yo la miré seriamente, torciendo la boca a modo de cuestionamiento. Le regresé el gesto, pero yo un par de veces más, ella me pegaba con el trapo para secar, alejándome así. Ambos reíamos con júbilo, jugando en ese pequeño espacio de la estufa, refrigerador, y lavatrastos.
Ahora que lo reflexioné...parecíamos una pareja de recién casados que acababan de mudarse. Me apené por ello, así que eso me dejó serio. Arturia también dejó de reír, aunque sus dientes se volvieron a mostrar unos segundos después.
-¿Por qué tan serio de repente? -Cuestionó.
-No es nada...recordé una cosa. -Suspiré. -Es una canción de uno de tus paisanos.
-¿Quién?
-John Lennon. Recordé una canción de él.
-No hemos hablado de nuestros gustos, sino aspectos de nuestro país. Creo que debemos conocer bien a la persona con la que compartimos techo.
-Si vives en un departamento, quizá no tanto, pero sí, en nuestro caso es esencial. Viviendo en una casa pequeña, hay que saberlo.
Fuera de eso, yo bostecé pesadamente, contagiando a Arturia. Ambos soltamos una risita, encaminándonos a la escalera.
-Hasta mañana. -Me despedí llevándome dos dedos a la frente.
-Descansa, Shirou. Perdón si te doy problemas.
-Mah', no te preocupes. Todo anda bien. Es más, espero ser un buen anfitrión.
-Mañana discutimos lo de la renta si quieres. No pensarás que me quedaré sin pagar, se me haría injusto.
-Bueno, hay que pagar utilidades, por supuesto. Nunca es bueno gozar de algo por lo que no se trabaja o se paga.
-Me gusta como piensas. Si vas a Inglaterra, te llevaré a dar un paseo por mi ciudad y, de ser posible, a que visites la tumba de Marx.
Abrí los ojos, levantando un poco mi cabeza. -Fíjate que estaría excelente. -Ante mi respuesta tan curiosa, Arturia rió.
-No vayas a llorar, eh. Nos vemos mañana. -Ella terminó de subir la escalera.
-No prometo nada. -Finalicé.
Me acosté en mi sofá, tapándome hasta la cintura. Hablaba con Issei, el cual se notaba muy picaro el maldito.
"Vaya que te brillaban los ojos con Arturia. No te culpo, es muy bella"
-Idiota. -Mascullé.
Reflexioné sobre cómo había despertado y cómo ahora me iba a dormir. Empecé el día casi queriéndome morir por los problemas y la depresión que tenía. No obstante...ahora era feliz. Sí, era feliz, y se debía que Arturia había llegado, casi sin querer ninguno de los dos, a mi vida.
Si existe el destino, no puede ser casualidad que nos encontráramos y nos llevemos así de bien. Y, en caso de ser casualidad...pues vaya que fue un golpe absoluto de suerte.
Ahora mi vida ya tiene color una vez más...
______________________________________
Capítulo cortito pero lindo uwu
Cumplí con la pequeña referencia jeje hay algunas más de otros personajes de la saga, esperen por verlas
La siguiente semana hay putazos, ya viene siendo hora de que Shirou y Archer se peleen como en el anime JAJAJA
Ojalá les esté gustando este loco concepto de fic de Fate, pueden verlo como un spin-off, queda bastante bien el concepto ya que, en esencia, el fic sí está bastante apegado a la serie de UBW.
Nos vemos
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro