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Capítulo 13.-Crimen y Castigo.

Rin estaba enojadísima, y la verdad es que le doy todo el mérito posible, pero debe de escuchar mi versión de los hechos, ella creé que yo fui quien inició el pleito cuando más que nada estaba defendiéndome.

-¿Piensas escucharme? –Le dije, intranquilo. La seguía a su casa, de la que ya no faltaba mucho.

Me dolía el pecho, pues la hinchazón comenzaba a empeorar del golpe que me dio aquel niño. Me apresuré, tomándola de la mano, ella se soltó apresuradamente.

-¡Será mejor que te largues o gritaré! –Masculló, enojada.

-No fui yo, me defendí de ese idiota, ¡no fui yo!

-¡¿Y?! ¡Respondiste a su duelo, Archer, pudiste evitarlo, ignorarlo, yo que sé! ¡Aceptaste su pelea como un salvaje!

-¡Me defendí de él! Rin, perdóname, yo no tuve la culpa.

-Dejemos ese asunto ya. Vete a tu casa...estás todo golpeado, y luego las marcas que te quedaron. Yo no quiero como pareja a alguien violento.

Eso me dolió como si una flecha me atravesara el pecho (ironía :v), pues así se confirma de que, en cuanto sepa lo que hice, me dejará. No puedo cambiar el pasado pero tampoco limpiar mi presente. Siempre seré en lo que me convertí allá en el monte: un asesino criminal, no un héroe justiciero.

No dije nada, únicamente vi como Rin se marchaba con dirección a su casa, ni siquiera me volteó a ver. Regresé a la Facultad para ir por mi auto.

Como fuera, aprovechando que tengo los vidrios polarizados, así nadie me vería, me solté a llorar de una manera desconsolada, ya que no podía ocultarle a la mujer que amo lo que una vez hice, pero tampoco podía decirle ya que sería sinónimo de que ella se aleje de mí.

A sabiendas de como terminara esta historia...no me queda de otra, a pesar de que pensarlo me hacía llorar más y más, incluso creí que me quedaría sin lágrimas.

Dejé de llorar, o al menos lo intenté lo más que pude para ir a mi casa, que seguramente mis padre estarán sumamente preocupados por mí al verme con lo que ofrecen ser arañazos.

Quería mandarme mensaje con Rin pero ella no contestaba, ni siquiera el puto visto me dejó. Aunque entendía que estuviera molesta, pero me molesta que ella no entienda lo que en verdad pasó.

Quedé como el malo, y salí perdiendo a pesar de mi "empate técnico" con Shirou. Al final todo dio igual, cuando creí que lo había hecho entrar en razón, sale con esas porquerías.

Tenía que pensar...sobre todo en mi plan, aunque no sé qué amigo mío pueda ayudarme con el enorme favor que prácticamente estoy pidiendo. Chulainn, imposible, el primero me mata a golpes antes de ayudarme en lo que pienso, con eso que está enamorado de Rin.

Al fin y al cabo...no sé si él igual pueda salir ganando de lo que planeo, pero poco o nada debe importarme. De cualquier manera, me debo separar de Rin, a pesar de que me duele bastante.

Para la semana siguiente, ya estaba bien con ella, los ánimos se calmaron lo suficiente. Iba de la mano con Rin, caminábamos a un parque cercano de la Facultad, quizá estaríamos ahí un rato, platicando, descansando.

De cualquier manera, debo preguntarle algunas cosas que quizá la hagan extrañarse, trataré de guardar las apariencias.

Al sentarnos en una de las bancas, dimos un fuerte suspiro, ya que sin duda nos habíamos cansado mentalmente de las clases.

-No has hablado con Emiya...

-No lo pienso hacer.

-Ambos parecen esposos peleados, me irritan.

-A mí me irrita su mera existencia. Pero es un inmaduro, al fin y al cabo.

-Mira quien lo dice. –Ella rodó los ojos. Yo la tomé de las manos.

-Rin, quiero preguntarte algo muy importante.

-Claro, dime. –Se puso más seria.

-Ir a la guerrilla significa, naturalmente, matar, secuestrar, ser incluso un terrorista, ¿no?

-Pues...un poco, depende de cuál sea la ideología del movimiento armado. Por ejemplo, Sendero Luminoso en Perú y las FARC-EP en Colombia. –Lo último fue muy doloroso para mí, pues ella me consideraría un terrorista. Lo era, al fin y al cabo.

-Supongamos que en vez de que yo sea tu novio, lo es Shirou. –Rin hizo cara de "ya que". –Él fue un guerrillero, pero su lucha perdió y regresó al país tras matar, secuestrar, extorsionar, etc., etc. ¿Aceptarías a alguien así como tu pareja tras saber ese pasado?

-Vaya...es complicado. Es un buen ejemplo el que pones ya que puede ser el futuro de Shirou si sigue con sus locos sueños de ser un héroe justiciero. Yo...yo creo que no, no podría dormir al lado de una persona que haya hecho tales atrocidades a pesar de que no me haría lo mismo a mí, pero él sabía lo que hacía, quería hacerlo y sabía lo que pasaría si tomaba un rifle en sus manos. Es consciente de ello, no lo dudó mucho, quizá.

-¿Y si se arrepiente de verdad y sólo quiere dejar el pasado para tener una vida feliz?

-El arrepentimiento es algo bueno, ya que demuestra que no está loco. Aunque arrepentirse y decir "perdón" no resuelve nada, quita un peso moral y es importante, pero no resuelve nada. –Rin soltó una risita melancólica. –Pobre Shirou, todo eso le espera y no puede verlo. Haces bien en decirle que deje esos sueños, ¿pero por qué ye enfatizas tanto con él?

-Un amigo fue guerrillero...murió. –No me refería a Camilo, me refería a mí mismo, pues la persona que yo era quedó enterrada tres metros bajo tierra desde bajé de esa camioneta en la cual me llevaban.

-Ya veo...me alegra una cosa en la desgracia que me cuentas: consideras a Shirou un amigo a pesar de todo lo que ha pasado entre ustedes.

-Quiero evitar que derrame su sangre por una causa sinsentido e injusta. –Quería evitar que sufriera lo que yo estoy pasando. No podía llorar, pero no faltaba poco para que lo hiciera, y de eso Rin se dio cuenta.

-Archer, ¿qué tienes? –Me preguntó, alarmada y tomando fuerte mis manos.

-Nada. –Me sequé las lágrimas. –Extraño a mí amigo. –Aquí era tanto el viejo yo como a Camilo.

-Ven aquí. –Rin me dio un abrazo al que yo correspondí fuertemente, pues sabía que sería de los últimos que le daría en toda mi vida. Me solté a llorar definitivamente en su hombro.

Ese día fue tan amargo para mí, sería una segunda vez que moriría, sin pensarlo por mucho tiempo. La primera fue cuando recibí el disparo, y ahora...ahora es por el peso de mis errores.

Para la mañana siguiente, y siendo sábado, decidí salir con Rin, ya que quería pasar todo el tiempo que me fuera posible con ella. Ahora que sé que tengo límite de tiempo, quiero aprovecharlo. Y así es la vida, no debemos desperdiciar ni un solo segundo, pues pocas veces recordamos que es limitado, y un segundo puede ser la diferencia entre la felicidad o la insatisfacción.

Me cambiaba, ella había decidido venir a mi casa, no sólo para saludar a mi familia, sino además de que el lugar al que iríamos quedaba cerca. Escuché el timbre de la casa, sabiendo quien era, por supuesto.

Sonreí, pero me faltaba cambiarme todavía, en unos segundos bajaría con ella para irnos a dar una pequeña vuelta. Me puse mi camisa apresuradamente, sabiendo que lo mejor era darme prisa o Rin se enojaría por hacerla esperar.

Me troné el cuello, ocultando mi cicatriz en el hombro tras la camisa negra, evitaba siempre los colores blancos y las telas delgadas para que no se viera, así que al menos no estaría a la vista en lo absoluto.

Bajando las escaleras con prisa, no vi a Rin en la entrada, así que fui a buscarla a la cocina ya que, seguramente, ella estaría con mi madre, al no estar tampoco en el estudio hablando con mi padre.

No obstante, lo que vi me dejó completamente helado, pues pasé por la sala, casi como confiado de que ella no estuviera ahí; y, sin embargo, ahí la vi, a Rin, sostenía una de las fotografías donde tengo el uniforme de las FARC y mi rifle.

(Hagan de cuenta que en la imagen tiene ese uniforme, la pistolera, y embargo vez de arco sostiene su rifle :v)

Aparte, ella veía con lujo de detalle otras donde posaba con mis compañeros, donde apuntaba con mi pistola al horizonte, y otra en donde miraba de reojo a la cámara, escoltando prisioneros que daba la impresión que no lo eran.

Ella me miró, quitándose la mano de la boca para apuntar a las fotografías, en especial a la que tenía en sus manos.

-Shirou Kiritsugu Emiya (para diferenciarlo del princeso jajsjs),...explícame qué es esto. –Negué con mi cabeza, casi por instinto. -¿Seguro que tuviste un amigo que murió en la guerrilla?

-Sí... -Era una verdad.

-¿Y de casualidad tú no participaste en ella? –No dije nada, a lo que Rin dejó la fotografía en su lugar. –Ahora mismo me explicas qué haces en esas fotos, con ese uniforme y esas...esas cosas. –Se refería a las armas.

-No...no lo voy a hacer.

-Soy tu novia, Shirou, me tienes que...

-Vete... -Señalé a la salida de mi casa, Rin se miró, sorprendida a mal. –Rin, por favor vete de mi casa. N-no puedo explicarte esas fotos, no lo pienso hacer.

Ella tomó su bolso, furiosa, se acercó a mi, casi queriéndome dar una bofetada, pero se detuvo. Lo que sí hizo fue tomarme fuerte de la camisa, me miraba con ojos de auténtica fiera.

-Me lo vas a decir sin importar qué...¿te quedó claro, Shirou Kiritsugu? Pues ahora resulta curioso lo que me dijiste ayer, tanto así que tengo mis sospechas de que eres un...asesino.

Soltó mi camisa, marchándose de la casa, pues la puerta estaba sin seguro y nada más faltaba abrirla, la cerró con algo de fuerza.

Escuché que alguien caminaba a la sala, pero poco o nada me importó, ahora tenía un enorme problema encima de mí.

-¿Shirou? Creí que te habías ido con Rin. –Era mi madre.

-Hubo un cambio de planes...

Subí a mi cuarto para encerrarme en él, estaba tan frustrado, enojado, lloraba de la impotencia y del dolor de que mis plantes tengan que verse adelantados cuando yo quería disfrutar del tiempo que quedaba. Todo crimen tiene un castigo, y ese era el mío por las cosas que hice en el pasado, ya no me queda duda.

"Asesino" "Asesino" "Asesino" "Asesino" "Asesino" esas palabras retumbaban en mi mente con la voz de Rin. Apenas me podía creer que ella me lo dijera, pero tiene razón después de todo. Es lo que soy y seré siempre: un asesino.

Ella me mandaba mensajes, audios, incluso me llamó algunas veces, pero no respondí más que una sola vez, y ni siquiera tenía nada que ver con el tema, pero era todo lo que ella necesitaba escuchar de mí.

"Rin...yo siempre te amaré"

Ella me pedía que le explicara todo, aunque claro que no podía, no lo haría. Ahora, ya sabiendo que no tenía escapatoria, llamé a mi primo, que tendría una amiga que no tendría problemas.

Era sábado, después de todo. Quizá no iría con Rin a dar una vuelta, no había nada que pudiera hacer, solamente fui al antro que le quedaba más cerca a mi primo y a su amiga, y, de ahí, a ejecutar el plan.

No tenía ganas de hacer nada, incluso él sabía a qué se debía, toda mi familia sabe que soy un asesino que pensó que era un héroe justiciero.

Me tomó del hombro, negando con la cabeza.

-Tenía que pasar...

-Estaba preparado para ello, era mi plan de reserva...y aun así me duele demasiado. –Sonreí, derribándome en su hombro para soltarme a llorar. –Yo de verdad la amaba, incluso quería casarme con ella, y lo pensé varios meses, siempre quise despertar a su lado en las mañanas, ¿y todo para qué?

-Ya, tranquilo. Es horrible para ti, no sé ni que has de sentir pero me compadezco. ¿Seguro que quieres que sea así?

-Piénsalo. –Me sequé las lágrimas, levantándome del hombro de mi primo. -¿Qué mujer como Rin querrá saber de mi tras hacer algo así?

-Tienes razón. Ni modo, debemos entrar.

Y así fue como ejecuté el plan...uno que representa el fin de algo que es sumamente importante para mí.

Durante los siguientes días no respondí mensaje, no tomé llamada e ignoré lo más que pude a Rin, incluso en la misma Facultad. Shirou, a pesar de nuestras enormes diferencias, me preguntó varias veces que pasaba conmigo, pero mi respuesta es siempre la misma.

-Cometí un error...no hay más.

-Ok, todos cometemos errores, Archer, no debes preocuparte, es cosa de platicarlo, de...

-Eso es justo lo que quiero evitar: hablar con ella. Le hice la misma pregunta que tú le hiciste a tu chica, ¿sabes que me dijo? ¡Me dijo que no quería dormir al lado de un asesino que cometió a atrocidades a propósito, sabiendo perfectamente qué era lo que hacía!...y al día siguiente se entera que fui un guerrillero. ¡Yo quería despertar junto con ella todos los días de mi vida, y prácticamente me niega la posibilidad de dormir a su lado! ¡¿Ahora entiendes esta razón por la que no puedo hablar con ella?! ¡No es porque yo quiera, no puedo!

-Archer...no lo sabía. De verdad, lamento lo que...

-Mira, si en verdad lo lamentas... ¡deja tus sueños de ser un héroe justiciero! ¿Quieres acabar igual que yo? Ya deja esos asuntos en paz, Shirou. Por favor...

-No dejaré mis sueños, pero te puedo prometer que no cometeré los mismos errores que tú.

-¡¿Cómo piensas hacer eso?!

-Tú te uniste a las FARC sin saber realmente qué eran, pero yo conozco causas justas, luchar contra una dictadura para instaurar un gobierno democrático es justo. Luchar hasta la muerte por lograr la independencia de un pedazo de tierra que está inconforme con su gobierno y desea separarse, es una causa justa. Siempre que se luche por conseguir el pan de todo el mundo, será una causa justa. Salir a dar la cara en nombre los oprimidos es una causa justa.

-Me desesperas...yo tenía esos mismos sueños, y heme ahora. –Alcé mis brazos a la altura de mis hombros, dejando ver que no era nada ya, a pesar de mi grado de sargento, mi grado de líder de Guerrilla, ya nada de eso importaba. –Tú sabrás, pero ya no puedo hacer nada por un alma necia.

Me retiré, pues poco o nada podría hacer por él. Lo único malo es que en mi camino por la Facultad, vi a Rin sentada con Sakura y Arturia en una de las bancas donde yo solía sentarme con ella. Ella me miró, sus ojos denotaban tristeza, melancolía y un poco de molestia, yo miré recto, siguiendo mi camino como si realmente no hubiera visto nada.

Quizá el día de mañana ya todo acabaría, y estaría mejor, al menos para ella, pues para mí, las cosas ya estaban jodidas completamente.

Para el día siguiente, ya la noticia se sabía, respiré medianamente aliviado, pues aún tenía que darle cara a Rin. La esperaba, sabía que ella llegaría, y, en efecto, llegó.

Lloraba de forma inconsolable, me dio una fuerte bofetada, de la cual ni siquiera traté de evitar, casi le puse la mejilla para que me la diera lo más fuerte que pudiera.

-¡Eres un maldito desgraciado! ¡Ahora ya sé por qué me estabas evitando, infeliz, tuviste el suficiente valor para serme infiel pero no para decírmelo, cobarde de mierda! ¡Y respecto a tus otras malditas fotos, poco me importa que hayas hecho, lo único que lamento si es que tomaste un arma es que no te mataran en donde quiera que estuviste!

Me dio una última bofetada, la cual incluso me dolió bastante más que la anterior. Rin se fue, escuchaba sus llantos, y varios se nos quedaban viendo, confundidos, pues ella y yo somos los "novios por excelencia" y la verdad es que sí lo éramos...pero tardé demasiados segundos.

Ya ni siquiera lloraba, lo que, seguramente, me hacía ver más cínico. Claro que no lloraba por cinismo, ya había llorado por este momento, de ahí que no llorara a pesar de que me querían salir las lágrimas.

Tomé mi mochila, suspirando fuerte. Al fin, ese asunto se había acabado de una buena vez, estaba tranquilo, pero sumamente dolido y amargado. Lo peor es que mi crimen todavía no era del todo castigado.

Chulainn, llegó empujándome bastante fuerte contra la pared, tomándome de la playera, yo ni siquiera puse resistencia. Estábamos cerca de la biblioteca, me podría poner una golpiza y nadie se daría cuenta, lo miraba con unos ojos de desesperanza, los suyos eran de un enojo absoluto.

-¿Por qué?... ¡¿por qué, Archer?! ¡¿Por qué te atreviste a lastimarla?! ¡Si nunca le coqueteé a Rin fue porque era tu novia y tú mi mejor amigo! ¡Ella no...!

-¿Crees que no me duele? –Le sonreí, soltándome a llorar. –Ella igual me iba a dejar, pero quería que no quisiera saber nada de mí. Rin descubrió una cosa...una cosa que no debía descubrir, pero lo hizo.

-¡¿De qué estás hablando, imbécil?!

-¡Qué mi jodida relación con Rin se iba a derrumbar incluso desde antes de hoy! ¡Yo quería vivir con ella, decirle "buenas noches", poder despertarme a su lado por la mañana, que cada beso suyo no tuviera fin, estar casado con Rin! ¡¿Cómo crees que me siento ahora, Chulainn?! ¡Todo esto lo hago por ella!

-Eres un infeliz...no tengo otra palabra que decirte. –Antes de soltarme la camisa, me dio un cabezazo, dejándome algo mareado, retirándose. -¡Y eso es lo menos que mereces, maldito traidor de mierda!

(Chulainn: dile a tu ex que ya llego su uber...Su verdadero amor :v)

Bueno, las cosas salieron como creí, no puedo engañarme, pero vaya que fue peor de lo que creí. Me limpié las lágrimas, tallándome la cabeza, pues el golpe fue bastante fuerte. Al menos tengo un pequeño consuelo: Shirou.

Fui a hablar con él, y apenas me vio, se llevó las manos a la cara, negando con la cabeza.

-Ok, me dijiste que tu relación con Rin estaba caput, ¡pero no jodas! ¡¿Por qué la engañaste?! ¡¿Fue a sabiendas de que te terminaría?!

-No tanto así... -Me senté a su lado. –Chico, conoces a Rin, sabes que ella no descansaría para saber qué fui en mi pasado, así terminara con ella.

-Sí, ella es lo suficientemente necia para seguir insistiendo a pesar de que la terminaras, y quizá...

-¿Pero y si le era infiel? ¿Ella me hablaría?

-Eres un genio...pero del mal. Así como ella no te dejaría hasta saber la verdad de tu pasado, a Rin le dejarías de importar si le eras infiel.

-Exacto. ¡Yo siempre la amaré, pero Rin a mí no! –Puse mis manos en la cara, reteniendo las lágrimas de nuevo. –Dile por favor que no fui un asesino, a pesar de que sí lo soy, pero no quiero que ella se lleve un mal recuerdo de mí. Si me recuerda, que sea como un infiel, pero no como un asesino.

-Archer... -Shirou me dio un abrazo, al que yo respondí, pues él era el único que me entendía al saber la verdad completa y por conocer mi pasado. –Quizá poco o nada te importe mi opinión, pero para mí, tú no eres un asesino...eres un héroe justiciero.

-Quiero odiarte, pero no puedo. Eres un idealista apendejado por la idea de un mundo mejor, pero, a la vez, eres una buena persona. 

-Un poco...tú lo fuiste, camarada.

-Y por ese crimen, éste es mi castigo.

Ya no me quedaba nada, únicamente el apoyo de Shirou, a pesar de que nos agarramos a golpes, discutimos, pasamos por tantas cosas, aunque al menos ahora me acompañaba en mi dolor.

Él lo entiende, y eso me tranquiliza. Traicioné a Rin por amor, y lo bueno es que me recordará por eso, pero no por ser un asesino, lo que es ganancia. Chulainn me dejará de hablar, aunque tengo suerte de que no me haya pedido pelear...le ganaría de cualquier modo (de hecho, Chulainn es el que ganaría en vez de Archer, ya lo hemos visto en UBW xd), pero mi relación con él igual quedó caput.

Conociéndolo, ese perro irá por Rin ahora que ella está soltera, pero no lo juzgo. Quizá la ama más que yo, quizá, no, pero la realidad es que jamás podré saberlo realmente. (Archer ama más a Rin, pues a Chulainn sólo le gusta al no haber madurado tanto su amor).

¿Qué me quedó de todo esto? La única razón que me tenía vivo ahora me dio la espalda y no quiere saber nada de mí. Mi mejor amigo ahora me odia a muerte. Quedé como un desgraciado ante los ojos de toda la Facultad y es seguro que me agarrarán de bajada por todo eso. Pero lo enfrentaré como un campeón: suicidándome. 

La verdad es que no, sería ser superado por mis problemas. Lo enfrentaré dejando que pase y centrándome en mis estudios, ¿puedo hacer algo más? Lo dudo. 

Aunque haga o no haga, el hilo rojo que me unía con Rin...quedó hecho polvo, y sus partículas se disiparon para siempre en el aire, siendo ahora una parte más de la historia.

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uff bro, las cosas se pusieron muy feas para Archer :c

En efecto, todo crimen tiene un castigo, y a Archer le tocó pagar bastante, bastante caro. Que si de por sí esté capítulo estuvo sad, el siguiente va a estar más sad x'd es desde la perspectiva de Rin...así que ya se darán una idea

Sin más que decir, nos vemos la próxima semana, voten, comenten, digan si les va gustando la historia :D

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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