
Capítulo 0.
- Quién lo hubiera dicho, ¿No? Que ese sueño que odias es la representación de ser un humano.
Eso fue dicho por una mujer bronceada de cabello y ojos plateados, vestida con ropas rojas y negras mientras veía a un hombre de características similares a ella.
- ... Entonces, ¿Dices que ese sueño está bien, a pesar de las consecuencias? - preguntó con leve ira.
- ¡Por mí misma, no! Jamás diría algo así... Obviamente eres la representación de ese sueño mal interpretado... Un Héroe de la Justicia, aunque quiera salvar a los demás... A veces debe volver la espalda a esas personas que lo necesitan si estas amenazan a sus seres queridos.
- Lo dices como si yo todavía tuviera algo que proteger.
- *Je* Idiota... Eres casi igualito a mí de más joven: soñaba con salvar a todos porque eso era lo que me enseñaron, pero con una importante diferencia: si hacían daño a mi familia... Al diablo con esas personas... Dices que no tienes nada que proteger... Yo creo que debes encontrar una nueva motivación en ese ámbito - sentenció la mujer.
- He matado a tanta gente que no merezco salvación o pena hacia mí - repuso el hombre de pelo plateado.
- He matado a más gente que tú, sé lo que se siente convertirte en un monstruo por algo en lo que creíste fervientemente... Mis manos están manchadas de sangre de inocentes y culpables por igual, y lo he hecho por mi propia cuenta, por salvar a la humanidad... A menos que le hicieran algo a mi familia.
- ¿Cómo lo soportas, entonces? Nadie, al menos de los que yo conozco, y menos con tus complejos, puede mantenerse firme sin romperse.
- ... Incluso por los malos, me permití desahogarme... Llorar para aliviar una gran carga... Y encontré apoyo en alguien.
- ... Al menos tú tuviste a alguien que te salvó... Por mi estupidez, perdí todo apoyo - el adulto sintió una mano en su hombro.
- Ahora tienes a ese alguien, mi querido Espíritu Heroico... A veces, encuentras ayuda en los lugares más inesperados.
- ... ¿Esto es, acaso, un sueño donde encuentro a alguien que, por fin, me entiende de verdad? - el hombre bronceado le preguntó.
- ... No puedo responder algo que es obvio, amigo mío... Sólo recuerda que tienes a alguien - dijo mientras desaparecía con una sonrisa sincera que hizo palpitar un poco aquél corazón cristalizado y marchito...
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EMIYA se despertó de su sueño justo cuando entró el joven Master de Chaldea, el cuál parecía seriamente el hijo de Shirou Emiya y Rin Tohsaka.
- ¡Oh, Archer-san, me alegro que estés despierto! - dijo Ritsuka algo sorprendido.
- Aunque los Espíritus Heroicos normalmente no necesitan dormir, fue... Revitalizador - dijo Archer con una pequeña sonrisa.
- Me alegro... Oye, ¿Tienes un segundo? Iba a tratar de invocar a un Servant, pero pensé que, a lo mejor...
- ¿... Quería ir? Normalmente rechazaría la oferta, pero estoy de muy buen humor... Iré.
- ¡Gracias, Archer-san! - agradeció el Fujimaru.
Varios minutos después.
- Bien, hora de empezar - dijo el pelinegro mientras empezaba a poner Saint Quartz para la invocación...
Y alguien importante debía de estar contento, ya que apenas empezó, anillos dorados se hicieron presentes y una figura femenina difuminada por la luz apareció... Pero esa voz...
Era ella.
- Servant de Clase Caster, Akame Kurosaki Dragneel, mucho gusto, mi nuevo Master - saludó la aparente Counter-Guardian antes de centrar su vista en EMIYA - Aunque fuese poco tiempo, es un placer volver a verte, Espíritu Heroico EMIYA.
- ¡Tú eres...!
- Ya... ¿Se conocen? - preguntaría sorprendido el Master.
Digamos que sí - dijeron al unísono, algo que le sacó una leve gota de sudor cómica por la compenetración entre ambos, pero también estaba algo sorprendido.
- Entonces... ¿EMIYA, podrías darle un recorrido?
- ... Bien, no veo problema alguno - accedió el Counter-Guardian.
- Muchas gracias, prometo dar el máximo de mi ser en cada batalla - se agarró al brazo de EMIYA - ¡Adelante, Archer-kun!
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Fin del capítulo introductorio.
Espero que os haya gustado.
Adiós.
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