El recuerdo de su voz es cada vez más lejano. Su tacto, su aroma, y su mirada, se arremolinaron cuál tormenta de arena hasta perder la nitidez en su memoria.

»¿Por qué Dios?«

»¿Por qué no me liberas de este interminable ahogo?«

A medida que avanza, la salinidad en sus pupilas le impide ver con claridad, y su corazón se comprime dolorosamente hasta dejarlas derramar, una a una cayendo gruesas, espesas en lamento.

Debe ser un juego ridículo de su mente, una mentira, un vil engaño creado por sus enemigos.

»Sí, eso debe ser.«

Mientras se muerde los labios resecos por la sal que escurre por sus mejillas, se intenta convencer a sí mismo, de que su más grande amor no se encuentra dormido en ese imponente féretro dorado.

»No, no, no.«

Se repite en su mente una y otra vez.

Las personas a su alrededor lo miran con evidente lástima, y él lo sabe perfectamente; pero decide hacer caso omiso; pues en ese momento, su dolor es tan grande, tan desgarrador e interminable, que no puede importarle menos lo que los demás piensen de él.

Por más trabas que le puso a su andar, por fin llega a su destino. Sus manos tiemblan con desespero al sentirse deseosas por tocar la cálida piel que tantas veces lo arropó cuál abrigo reconfortante; pero a diferencia del pasado, no tan lejano, se encuentra con un ártico ardor recorrer la yema de sus dedos hasta instalarse en su alma agrietada y agonizante.

Sus párpados están sellados, la luz de la vida ha abandonado su cuerpo, y él no posee el poder divino de devolverla.

»¿Por qué no despiertas?«

–Taehyung—. Pronuncia su nombre en un susurro quebrado, intentando que sus párpados dejen al descubierto la miel de sus ojos, pero no lo hacen, y su angustia crece—. ¡Taehyung!—. Su garganta se desgarra en aquel llamado que se asemeja a un quejido, y sus manos toman los hombros rígidos para sacudirlo bruscamente, intentando despertarlo, despertarse a sí mismo de ese absurdo sueño; pero por más que se esfuerza, el doncel no reacciona, sus ojos no se abren, y él sigue de pie frente a él, con esa daga atravesandole el pecho—. Taehyung, mi amor, por favor despierta, despierta…

–Su alteza.

Escuchó el príncipe a sus espaldas, pero se niega a apartar la vista del hermoso rostro de su esposo.

Manteniéndose de pie frente al cuerpo inerte, sus manos se extienden para tomarlo entre sus débiles brazos, notando la ligereza de su peso. »¿Se ha alimentado bien?«

Al levantarlo de su posición, la cabeza del castaño cayó hacia atrás presa de la gravedad; y Jungkook, incapaz de sostenerse más, se dejó caer de rodillas al suelo.

Cuidando ser sutil, acomodó en su pecho el rostro etéreo de su compañero de vida, mirándolo detenidamente a sabiendas de que nunca más podrá encontrarlo nuevamente; ensimismado en su recorrido, logró percatarse de aquella marca roja en su cuello, tan llena de vida que pudo sentir su propia piel arder.

–Taehyung, por favor despierta—. Súplica contra su oído, esperando una respuesta que jamás llegó—. ¡Maldita sea! ¡Abre tus ojos! Mírame una vez más, por favor mírame...

Cualquiera puede ver sus emociones a flor de piel, escuchar esa voz rota y suplicante por algo que no podrá regresar; y es tan doloroso verlo de esa manera, que logra provocar en los espectadores que sus pieles se ericen, y todos esos murmullos antes callados, comiencen a llenar el silencio.

“¿No es el mismo príncipe el culpable de su muerte?”

–Príncipe Jeon, por favor levántese—. Vuelve a hablar el guardia de antes, intentando tocar el hombro del azabache, pero fallando terriblemente, pues la furia en los iris ajenos lograron helarlo por completo.

–¡Déjenme en paz!—. Espeta en un sonoro gruñido, haciéndose consciente de todas las miradas puestas en él—. Todos lárguense de aquí, y déjenme en paz. ¡No los quiero volver a ver!

La pequeña multitud obedece la orden de su príncipe sin atreverse a objetar nada, y así, los aposentos del castaño, se sumergieron en un silencio absoluto, siendo los interminables lamentos del azabache lo único que retumba en las paredes.

Repleto de temor y remordimiento, sus largos dedos acarician sin cesar el rostro frío de su esposo, queriendo grabar en todos sus sentidos el recuerdo de quién alguna vez fue suyo.

“Yo no te amo Taehyung.”

Resuena en su mente aquel fresco recuerdo, y aprieta los ojos con fuerza, dándose golpes de pecho por haberse atrevido a pronunciar esas palabras.

–Te amo tanto Taehyung...

“Desearía que estuvieras muerto.”

–No puedes morir, me niego a vivir en un mundo donde tú no existes…

“Lárgate de aquí, no quiero volver a verte nunca más.”

Soltando un agonizante suspiro, tomó con fuerza el cuerpo de Taehyung, y pegó su frente a la propia, para llorar todo el dolor que sentía tras saberse el responsable de su muerte.

–Mi pequeño jazmín, por favor regresa a mí, te necesito mucho más de lo que jamás pude decirte, te amo tanto que duele, por favor despierta…

[...]

No me aguanté, lo siento.

Les daré información importante y espero que la lean con cuidado. ⚠️

Volveré a subir los capítulos de esta historia en esta app porque pues se me antojó, no hay más jajajajajaja.

La cuestión es que tendré que censurar las partes delicadas, ya sean de sexo, violencia e intentos de suicidio. Literalmente recortaré esas partes y si gustan leerlas pues tendrá que ser en inkspired. También dejaré vagando la edad de mis personajes ya que por las nuevas normas de Wattpad no puedo dejarlo explícito, ok?

Me tomaré un tiempo para revisarlo, y gradualmente iré editando todos los errores que encontré.

Hasta aquí mi reporte, espero que reciban la historia con amor. ♥️

Aquí mi usuario de INKSPIRED: th_ariv

Y no, por el momento NO está disponible en Inkitt.