¿Cómo era la relación de las 5 familias tiempo atrás?

Fernando Rizzo & Damián Lombardi

La vida no había sido muy amable con ninguno de los dos, las circunstancias del negocio los llevaron a ser cercanos.
¿Cuántas noches no pasaron hablando hasta tarde? Fernando había sido el confidente de Damián durante muchos años.
Es solo que ambos guardaban un gran secreto, el cual de saberse los destruiría a ambos.

Pero los últimos acontecimientos sugerían que debían ser enemigos.

—No pienso iniciar una guerra contra ti solo por que "supongo algunas cosas", se que siempre has cumplido tu palabra. Así que solo lo preguntaré una vez ¿Tienes algo que ver con la muerte de la esposa de mi hijo?

—No, jamás te atacaría a ti o a cualquiera de tu familia. Menos ahora que se que me estoy muriendo.

—Creo en ti. Pero el tiempo se nos esta acabando, tenemos a la policía detrás de nosotros.

—Debemos averiguar quien ocasionó esa catástrofe en el centro de la ciudad. Ya que no solo acabo con la vida de Eliza, si no con la vida de muchos más.

La mirada de preocupación se veía en el rostro de Fernando, no le era fácil asimilar que Damián se estuviera muriendo. Más de una vez le había ofrecido dinero para que se tratara su enfermedad con los mejores médicos.
Pero el capo de los Lombardi era bastante necio, no aceptaría el dinero de Rizzo.

—Se que estarás bien.

—No sin ti.

La organización cada vez se estaba haciendo más conocida y eso no era bueno para el negocio de las 5 familias.
Gracias a esa fatalidad se descubrió mucha información valiosa.

Jhon Miller había informado que la Familia Lombardi era la culpable de todo. Era la que más poseía poder para hacer algo así.
Y el resto de las 3 familias también lo creían de ese modo, ya era hora de sacarlos del juego.
Miller convocó a solo las 4 Familias y dejó afuera a la que se creía que eran los culpables.

Ante los ojos de Rizzo no era correcto que Damián terminara sus últimos días en la cárcel. No permitiría que él acabara de ese modo, jamás se lo perdonaría.

—Creo que es más que obvio quién planeo todo esto, además que se llevó a cabo en la zona de los Rizzo y los Lombardi, no creo que Fernando haya orquestado todo. Por lo que queda solo un culpable, es mejor arrancar esto de raíz, antes de que Damián termine con todos nosotros.

—¿Qué es lo qué buscan de todo esto? ¿Y por qué debe ser Lombardi? Es claro que fue uno de los que estan aquí, eso no me queda la menor duda —suscitó mirando a Jhon Miller—, y estoy de acuerdo que alguien debe pagar por esto.

—Se necesita entregar un culpable, pero no puede ser cualquiera. Debe ser alguien poderoso y que la justicia realmente crea que es quién hizo todo el desastre en el centro de la ciudad.
Y como menciono Miller, parece que el más indicado es Lombardi.
No podemos dejar que este asunto se nos salga de las manos, además que es cierto, en cualquier momento Damián nos puede desplazar a todos.

—Es necesario que dejen de hablar de la Mafia, esto complica las cosas para nuestros negocios.

—¿Y qué sugieren una guerra en las calles? ¡¿Saben la atención que traería una guerra con los Lombardi?!

Fernando estaba molesto, no podía creer el poco honor que tenían el resto de las familias presentes.

—¿Por qué detener lo inevitable Fernando? Si nos unimos terminamos rápido con todo esto.

—Si lo que quieren es un culpable que entregar a la justicia aquí estoy, tal vez esto le pueda servir de consuelo a mi hijo Adrián.
Solamente busquen al verdadero culpable, si no realmente los arrastrarán a todos al desastre.
Y les juro que no hablaré nada sobre ustedes, solo les pido que mi hijo Bruno siga en mi lugar, en lo que se calman las cosas —suspiró—, necesitamos calmar todo esto por ahora.

—¿A qué se debe este acto de bondad? ¿O acaso éstas confesando tu crimen?

—Ningún crimen, es solo que moriré pronto ¿Feliz? Simplemente aseguro el futuro de mi familia.

La reunión continuo un rato más, siguieron debatiendo la decisión de Rizzo, por que lo que en realidad querían eran deshacerse de la Familia Lombardi, pero no lograron que Fernando cambiará su decisión.

Solamente les pidió una semana de libertad, en lo que creaba pruebas falsas y sacaba un par de fechorías reales que había hecho a lo largo de su vida. Lo único que le dolía era la frialdad con la que lo miraba su hijo.
No había vuelta atrás, le pidió a uno de sus hombres de confianza que dejará la información a la Policía, y que no se dieran cuenta quién había sido el informante.