XV - StelRM
Raffael había despertado entre los brazos de Gabriel, hace tiempo que no dormía tanto. Y al parecer el capo tampoco, por que aún continuaba dormido.
El joven de ojos grises tenía la ropa un tanto desarreglada, pero sirvió para lograr su objetivo, distraer al Mafioso de sus planes de venganza.
Existían ocasiones en las que el Profesor deseaba alejar al capo del mundo en el que vivía, otras veces prefería ignorar la verdad.
Una de las primeras cosas que hizo el Profesor al despertar fue escribirle a su Padre por medio de StelRM, quería despejarse escuchando música y aquella App le permitía hacer ambas cosas a la vez. E igual podía ver vídeos o hablar con gente, por que la aplicación no solo traducía los mensajes, si no también los vídeos y parte de la letra de las canciones.
Hace tiempo que no se conectaba a la red social, también le sirvió el espacio para despejar las dudas de sus alumnos mediante un audio en vivo, ya que no podría mostrar el lugar en el que estaba.
La mayor parte de los familiares de sus alumnos estaban escépticos del regreso a clases, pero ya estaba confirmado por el Jefe de Estado.
Aún con el regreso al Instituto, a Raffael le seguía sorprendiendo el nuevo trabajo de su Padre.
Ya que siempre creyó que estaría retirado permanentemente.
Pero de pronto sus pensamientos fueron interrumpidos, ya que Sergio le pidió que si podía practicar con él.
Aunque más bien quería probar al joven de ojos grises en una situación de peligro.
Y para su sorpresa el protegido de su hermano parecía defenderse bastante bien.
—Nada mal, pensé que mi hermano siempre debía cuidarte.
—El hecho de que éste saliendo con tu hermano no significa que haya dejado de ser hombre.
—Pero recuerda que no todos juegan limpio —respondió sacando una navaja—, siempre habrá alguien que quiera matarte a toda costa.
La Mafia esta llena de envidiosos y traidores, nunca sabes quién te encajara un navaja en la yugular.
De pronto el sonido de un arma los hizo despejarse del entrenamiento.
—Sueltalo.
—Algo tarde para despertar ¿No planeabas irte de viaje hoy?
—Agradece que eres mi hermano, de no ser así ya podrías considerarte muerto. Y claro que me iré.
En lo absoluto había olvidado el asunto de Tony, podría jurar que fue quién le proporciono toda la información a Rizzo, no solamente del Padre de Raffael si no también de Matt.
El Director ahora estaba muerto, algo dentro de él le decía que no había traicionado a su protegido.
Tenía la espina de no haber hecho lo que debió de hacer. Desde un principio hubiera mandado gente con el Director, pero en lugar de eso aseguro a Tony primero.
Existían cosas que no se perdonaría y esta era una de ellas.
El capo fue a su habitación y empaco una maleta, ya tenía al piloto que lo llevaría, no quería prevenir a Rizzo, por lo que el vuelo sería de incógnito.
No habría información en el sistema de que tuvo un viaje.
Raffael podía presentir que algo no saldría bien, ya no podría entretenerlo más. Simplemente se resigno y fue en busca del capo, al llegar solamente lo abrazo por detrás.
—¿Es realmente necesario qué te vayas? Quisiera ir contigo.
—Mañana tienes clases en el Instituto, pensé que estabas ansioso por regresar.
—Estaré bien, solo quiero acompañarte.
Le había prometido que vería cadáveres a sus pies, tal vez era hora de cumplirlo.
Intuía el sentir de su protegido, sabía que quería detenerlo desde ayer, probablemente presentía lo que estaba a punto de hacer.
—Cariño ¿Hablaste con tu Padre?
—Sí esta mañana, ya regreso de su viaje. Ahora esta dándole clases privadas a un niño, siempre creí que se quedaría retirado.
Pero un viejo amigo le pidió un favor y no pudo negarse.
—¿Y cómo se llama su amigo?
—Ángel Patterson, es un mercadólogo, esta detrás de varias campañas y productos.
El capo le dio tiempo a su protegido para que se preparará, antes de irse quería hablar con Bianchi.
Quería averiguar quién era Patterson y que tenía que ver con Rizzo.
Su consejero le dijo que no le recomendaba llevar a Raffael, era demasiado riesgo si es que aun quería tenerlo de aliado.
Pero el capo ya había tomado una decisión.
Aunque una parte de él no quería perder a Raffael, no después de lo sucedido anoche.
Todavía vagaban en su mente las imágenes de su cuerpo semidesnudo frente a él, solo quería concentrarse en calmarlo. Pero no fue fácil cuando su protegido desabrochó su camisa.
Su cuerpo irradiaba deseo, no sabía cuanto más soportaría sin tocarlo.
Realmente no presto atención a ninguna de las palabras de Bianchi, estaba demasiado perdido en sus pensamientos. Y el tener a su protegido cerca no le ayudaba en lo más mínimo.
El profesor había abandonado su ropa formal, ahora solo portaba un atuendo ligero que marcaba todos sus atributos. Si quería hacerle perder la cordura al principal capo de los Lombardi lo había logrado con éxito.
—¿Te gusta mi amor?
—Sabes que sí Raffael ¿Tú objetivo es hacerme perder la cordura?
—Puedes quedarte conmigo si así lo deseas, piénsalo.
—Te encanta provocarme, esa no es una maniobra justa De la Vega, aunque muy pronto cambiarás de apellido y serás solo mío.
Raffael sonrió ante la reacción del capo, pero ese había sido su último intento de entretenerlo. Es solo que no era alguien que aceptará un no, quería que el Mafioso fuera solo de él y lo iba a conseguir.
—Se que no puedo detenerte, pero de algún modo quiero deshacerme de las ganas que te tengo y por que no regresarte el favor de ayer.
—No es necesario cariño.
—¿No me deseas tanto cómo yo a ti?
—Claro que sí mi vida, pero este es un asunto que debo resolver antes.
Pronto te haré solo mío, solo ten paciencia ¿Está bien?
—Siempre voy a ceder ante ti. Él único culpable de todo esto eres tú y lo sabes.
Necesitaba tenerlo de una vez por todas, usaría un pequeño truco para obtenerlo. Quería ser mucho más que una aventura fugaz.
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