VII - Mafia
Después de meditarlo un poco, el capo accedió a revelar todos los detalles.
Pero aun se veía un poco tenso por la situación, por lo que Raffael se acercó a Gabriel y le dio un pequeño beso en los labios. El cual no tardo en intensificarlo un poco más, tal vez sería la última vez que podría tenerlo entre sus brazos.
Todavía recordaba el primer beso que le dió Raffael aquella noche, solo iba a tratar de llegar a un acuerdo con Rizzo para que dejará al profesor en paz, pero ese beso rompió su determinación y aumento su obsesión por tenerlo solo para él.
Ahora el capo lo había abrazado por la cintura mientras lo besaba, hace tiempo que tenía la necesidad de hacerlo.
—¿Siempre tengo qué ser yo él que te bese?
—A partir de ahora no, pero aún no olvidó el primer beso que me diste aquella noche.
—Creí que tú lo harías en el Instituto.
Gabriel lo atrajo y lo besó, adoraba sentir nuevamente esa textura.
Había pasado mucho tiempo de aquel beso, que comenzaba a olvidar la sensación.
—Bien cariño, es mejor comenzar explicándote como la Mafia tiene tanto poder. Nosotros compramos gente que este dentro de la política, también controlamos los sindicatos.
De hecho los sindicatos existen gracias a la Mafia, a esta organización también se le debe la creación de los controles de calidad. Todo esto para sacar el mayor provecho posible.
Se puede sobornar a un empresario por esto, es otra manera de sacar dinero, por que cada miembro de una familia debe conseguir cierta cantidad, ya sea en apuestas, estafas, cualquier cosa.
—¿Y Tony es uno de ellos?
—Todos los que pertenecen a la Mafia, como cada ciudadano debe rendir declaraciones de dónde proviene su dinero, por lo que debemos crear negocios "legales", con esto controlamos también gran parte de la economía.
A lo que voy es que el puesto que tiene Tony como Inspector es gracias a mí, yo lo puse en el cargo que tiene. Esto se logró con una de las empresas "legales" que tengo.
Entre las 5 familias tenemos un acuerdo, ninguno entorpece los negocios del otro, tenemos distribuido los terrenos que le toca a cada quién.
Hace poco esto cambió de un momento a otro, los Rizzo tenían planeado erradicar a las 5 familias, empezando por la más cercana, al tener más poder, mayor es la posibilidad de éxito.
—¿Ellos también están involucrados en medio de esta guerra?
—No, por que no es su territorio, pero ya están preparados a la espera de cualquier ataque, se trató de llegar a un arreglo con Bruno Rizzo pero esto no fue posible. Ahora que ha muerto, estamos tratando de arreglar esto con el nuevo Jefe de los Rizzo, pero no ha sido posible.
Mi deber ahora es tratar de que no generen más poder a costa mía, proteger lo que me pertenece.
Bruno se metió en muchos de mis negocios, con tal de hacerme perder terreno y contactos.
Yo le regrese el favor mediante Tony y de allí ya sabes la historia.
Raffael se había quedado un tanto pensativo ante la situación, siempre creyó haber conocido a su mejor amigo. Nunca espero que tuviera algún nexo con la mafia, y mucho menos que gracias a él estuviera metido en ese mundo.
Eran muchas cosas para procesar, y sabía que eso no era todo. Faltaba de explicar como Gabriel supo acerca de su existencia.
—¿Cómo llegaste hasta mí?
—Necesitamos fachadas legales, el Instituto es el último lugar en el que la policía se metería. Buscamos uno desapercibido, que tuviera puntos estratégicos.
Tony es alguien que sabe como se maneja esta ciudad y me recomendó el tuyo, era perfecto para lo que queríamos hacer por debajo.
Me proporcionó datos de todos, fotos, información, rutinas, obviamente nada de eso fue gratis, ni siquiera al final lo fue.
—¿Éso quiere decir que gracias a Tony pasó todo esto? ¿Él sabía que iba terminar aquí?
—Yo solo le dije que si estaba en problemas no viniera conmigo, que prefería verte a ti.
De alguna forma Bruno se enteró que estaba ocupando ese lugar para mis negocios y planeo destruirlo.
Pero sería bastante estúpido de mí parte usar el exterior, lo que yo buscaba era hacer algo subterráneo.
—¿Algo más que deba saber?
—Amenace al Director y fuera de ahí es todo lo que hice.
Suficiente información, ahora comprendía por que de pronto le habían cedido el Instituto.
Al igual que las extrañas palabras que le dijo el Director antes de despedirse.
«A veces se nos presentan situaciones que pueden convertirse en una maldición o una bendición, elija el camino adecuado. Y este atento a las señales, que de eso dependen muchas cosas... por ejemplo la vida de las demás personas»
¿Qué era lo que debía hacer? ¿En quién debía confiar ahora?
¿Cómo saber el rumbo correcto? Lo que más le inquietaba era si estaba haciendo mal en quedarse con él.
Había algo que le atraía y no sabía que era, tal vez era solo la adrenalina y el deseo que emanaba de él.
¿Qué papel iba tomar él en esto? No quería decidir sobre la vida de los demás.
—¿Crees qué la familia Rizzo quiera hacerme daño?
—Ellos no saben que te tengo conmigo —respondió con dulzura y luego postro un beso en su frente—, tampoco sospechan por que ahora hay toque de queda. No hay gente en las calles más que los dos bandos enemigos.
Y respecto a Tony no saben dónde esta, yo no confío en nadie, jamás se ha filtrado información en esta casa.
Te prometo que estarás bien y que haré lo posible por que esto termine, ya también traje todas tus cosas por que pronto podría haber saqueos.
Me tengo que ir, en la otra habitación esta todo lo tuyo, por si necesitas sacar algo.
—No puedes salir así, tienes que mejorarte primero.
—Ahorita soy inservible así como estoy, solamente estaré en mi estudio, tengo que poner en orden algunos documentos.
—¿Ya puedo ver las noticias y todo lo relacionado a ello?
—Te preocuparas más de lo que ya estas, no te lo aconsejo cariño, pero eso ya esta en ti.
Gabriel se fue no sin antes darle un beso, tal vez tenía razón y lo mejor era evitar ver como estaba la ciudad en esos momentos.
Raffael ahora se encontraba mentalmente agotado, había muchas cosas que debía procesar.
Aún no sabía que papel tomaría al torno de esa situación.
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