10
Hyunjin.
—Ella vendrá hoy, —escuché a Jackson hablar apenas entré a mi despacho.
Ella.
Mi madre, Hwang Irene estará de visita en la mansión, algo realmente raro, ella prefiere mantenerse lo más lejos posible de mí y de está sofocante mansión en palabras de ella.
Irene es el tipo de mujer que a primera vista parece realmente seria, y en efecto lo es, son pocas las veces en las que he recibido cumplidos de su parte, pero no esperaba menos de la segunda esposa de la rata que fue mi padre.
Si Irene fuera mi madre biológica tal vez las cosas serían distintas, pero por desgracia la mujer que me dio la vida era una joven inocente que se casó ciega de amor y le dio a Hwang Jaebum lo que quería, un heredero al que pudiera formar a su manera, eso fue lo único que ese maldito quería de ella, recuerdo bien su sonrisa, ella decía que papá era un hombre bueno que trabajaba para darnos todo, siempre lo defendió y me hizo creer que mi padre era un hombre ejemplar.
Odio mis recuerdos de ella, los odio porque sé que mi padre solo la usaba y ella lo permitía, la odio por ser tan débil y sumisa con ese desgraciado, mi madre me cuidó hasta que cumplí los diez, justo dos días después de mi cumpleaños mi padre me dio mi primer regalo, un arma, específicamente una colt 1911, no tenía idea de como usarla, mi padre soltaba una mierda de explicación sobre el arma, calibre 357 magnum, cargador de seis balas y otros montón de estupideces que no comprendía a mis diez años.
Pero eso no fue impedimento para que me obligara a cometer mi primer asesinato, recuerdo bien el nombre del tipo, Son Junseok era el guardia de mi madre, él muy maldito trato de abusar de ella, o al menos eso fue lo que mi padre me dijo para que tuviera la valentía de disparar.
No sé cuánto tiempo tardé en tirar del gatillo o de que tan sofocantes eran los gritos de mi padre llamándome cobarde, pero sé que disparé, vi al hombre morir y me desmayé.
No volví a ver a mi madre después de eso, desperté en casa de mi abuela, allí vi por primera vez a Irene, ella ya era la segunda esposa de mi padre, nunca supe cuándo o porqué mi madre aceptó divorciarse, solo sé que sus días después de alejarme de ella fueron el infierno mismo, se rumoreaba en el complejo que mi padre la vendía como su prostituta personal, que la obligaba a satisfacer a sus colegas, pero solo fueron rumores que jamás pude comprobar.
Crecí odiando Jaebum, en esta alianza mafiosa hay reglas, algunas de estas protegen a la familia, los hijos, las esposas, incluso a los amantes, mi padre hizo una buena jugada al divorciarse y proclamar a mi madre como su prostituta denigrando su valor.
Irene me instruía en casa, me enseñaba a no rendirme, a ser fuerte y aceptar cada golpe de mi padre para un día darle la cara y hacerlo pagar por todo lo que le hizo a la mujer que me dio la vida, ese era mi único propósito, mi padre me hacía pelear con sus hombres, ellos usaban armas como cuchillos o solo bastones mientras yo tenía las manos desnudas, mi espalda y costillas tenían tantas marcas de mis heridas, con el tiempo he podido borrar muchas de estas, pero me gusta conservar algunas.
Recuerdo la vez que dijo que me llevaría al bosque de cacería, no mentiré estaba emocionado por pasar tiempo con él, pero no tenía idea de que él sería el cazador y yo la presa, solo me dio cinco minutos para correr entre los árboles, al terminar comenzó a seguirme, dijo que solo debía escapar de seis balas, el revolver en sus manos era lo único que llevaba para cazar, así que corrí, tanto como pude, su puntería era casi perfecta, creía que moriría, pero logré escapar de cinco balas, la sexta dio justo en mi hombro izquierdo, no fue grave, la bala entró y salió de mi cuerpo por lo que fue fácil recuperarme, pero jamás volví a confiar en él.
—Dile a Jeongin que envíe la lista de invitados —dije a Jackson, evité comentar sobre Irene, sé que viene por la reunión próxima, para ella es muy importante que todo esté perfecto dejando en claro que soy digno de tener el liderazgo de mí familia.
Irene siempre me educó para tomar el lugar de mi padre, recuerdo que solía decir que conmigo los Hwang sería algo mejor.
No lamento para nada decepcionarla, es más me encanta verla rabiar porque no obedezco ni una sola de sus órdenes, crecí siguiendo las reglas de todos, ahora que soy mayor y libre no pienso dejar que otros traten de gobernarme.
Aunque siempre estaré agradecido con ella por levantarme siempre que mi padre me dejaba derrotado, es un alivio que el maldito se muriera.
Jackson trajo la lista de invitados que Jeongin, uno de mis segundos al mando organizó, las familias más importantes son los Yang, Choi, Lee y por supuesto Hwang, los demás son inversionistas, aliados de otros territorios además de los empelados que juran lealtad a nuestras familias.
Han Jisung tiene suerte de ser de una familia muy fiel a la mafia y de ser quien calienta a Minho, de otra forma ya estaría muerto, y no sería bajo mi arma, Han Jisung es un engreído que se cree mejor que todos solo por no seguir el mismo camino que su familia, no sería sorpresa si un día despertara muerto después de ser usado como juguete de algún guardia.
Jackson salió del despacho, seguramente irá a contarle todo lo que hice hoy a Irene, no me sorprende que él sea más leal a ella que a mí, Irene es una mujer temeraria y fuerte, es una suerte que me tenga algo de aprecio, si no fuera por eso, seguramente ya hubiera pedido que alguien más tome mi lugar.
Esta semana ha sido realmente intensa, he tenido que trabajar en el club todas las mañanas y por la tarde aquí. No he podido ocuparme adecuadamente del cachorrito que me compré, pero ha tenido su merecido castigo.
Sé que debe estar furiosos por lo de ayer en la noche, joder el mocoso me calienta solo con verlo desnudo, no dejo de imaginar el día en el por fin pueda hundirme en él y follarlo hasta que llore y suplique que me detenga, es mi mayor fantasía por ahora, hacerlo llorar con mi polla dentro.
Justo como le prometí a Minho, me he mantenido lejos de los burdeles del viejo Yang, también lejos de Serim, los Park nos odian a muerte, aun no tengo idea de lo que mi padre les hizo a los Park para que nos odien tanto, pero me divierte ver como tratan de unir fuerza para destruirnos.
La puerta del despacho fue tocada, debe ser Irene.
—Adelante, —dije sin levantar la mirada, tengo demasiado trabajo como para ver la cara amargada de Irene, aunque eso jamás quitará su impresionante belleza.
Me pareció raro que no dijera nada así que levanté la cabeza y me encontré con un par de lunas color castaño.
Seungmin está mirándome.
—¿Necesitas algo? —pregunté con un tono neutral, sin titubear ni por un segundo.
—Yo-am. ¿Puedo-? Olvídalo, volveré a la habitación, —dio la vuelta y comenzó a caminar a la puerta.
—Alto. Vuelve aquí, —ordené levantándome de mi silla, di la vuelta a mi escritorio y me paré frente a él. —Dime con claridad que quieres.
Suspiró empuñando las palmas, seguramente está odiando pedirme algo.
—¿Puedo tener de vuelta los libros? —dijo finalmente elevando la mirada, es firme, me excita ver como trata de encararme.
—Sé más específico. —me burlé y su reacción de odio me divirtió casi hasta hacerme reír.
—Los libros de fotografía y algunas novelas que Wonjin me llevó hace unas semanas a la habitación, ¿Puedo tenerlos de vuelta? —su tono era algo fuerte.
—Claro que puedes tenerlos de vuelta, —dije sonando dócil, él sonrió instantáneamente —solo si me das algo como pago por ello.
Su sonrisa se borró.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó algo altanero, está perdiendo la paciencia.
Me acerqué a él con paso firme, retrocedió sin pensarlo, pero lo atrapé contra el escritorio, me miró con miedo, pero sin rendirse o mostrar sumisión.
Lo tomé de la cadera, bajé mis manos a su trasero, lo vi cerrar los ojos con disgusto, pero poco me importó, lo tomé con fuerza subiéndolo al escritorio, abrió los ojos y justo en ese momento, lo besé. Lo hice, aunque peleaba por alejarse, apliqué aún más fuerza y empujé mi polla entre sus piernas, gimió rechazándome, pero eso solo me incitó a empujar más, sujetarlo más fuerte.
Lo besé con fuerza, empujé mi lengua entre sus labios, tomé su cabello castaño entre mis dedos y tiré de él, para ser más agresivo, me gusta de sobremanera, Kim Seungmin me enloquece. Peleaba por alejarse, pero seguí empujando mi cadera frotando su pequeño y tierno pene por encima del pantalón, la tensión de su cuerpo se volvió suavidad, dejó de rechazarme.
Gimió cuando mordí su labio inferior, dejé de besarlo y me dirigí a su cuello, acariciaba con mis labios, besaba un par de veces mientras sigo tirando de su cabello, mis caderas no se detienen, él está jadeando, comienza a disfrutarlo.
Soltó un par de gemidos antes de que la puerta se abriera sin aviso.
—Que inoportuna eres, —gruñí al ver a Irene mirándome sin expresión. Regrese mi mirada a Seungmin, está avergonzado, sus mejillas son rojas y evita mirarme, es un ángel.
—Muestra algo de respeto a tu madre, maleducado de mierda, —dijo ella sonando tan refinada que no parecía estar insultándome. —Al menos dime el nombre del chico.
—Eso no te importa, —tomé a Seungmin de la cintura y lo bajé del escritorio, caminé a la puerta tomándolo de la mano, Irene caminó dentro del despacho sin mucho interés. Abrí la puerta sacando a Seungmin, —ve con Wonjin y pídele lo que quieras, no regreses aquí, nos vemos en la cena. —me despedí, y sin esperar respuesta cerré la puerta.
—Hace un par de meses era otro jovencito, —dijo ella ya sentada en mi silla, justo detrás del escritorio.
—Los tiempos cambian, me aburro con facilidad, querida madre.
Sonrió altiva, —lo sé, solo espero que no cometas otra imprudencia por ese jovencito.
—Es una promesa que le hice a Minho, no tienes porqué preocuparte, —así que ya sabe del pago por Seungmin.
—No te conviene tener problemas con las demás familias, el viejo ese del burdel es la vergüenza de los Yang, la reunión próxima es tu oportunidad para callar a todos los que dicen que eres igual que tu padre.
Tan directa y asertiva.
—Lo sé, puedes estar tranquila, sé perfectamente qué hacer.
—Ella es la mejor opción para la reunión, —dijo extendiendo el expediente de la candidata a ser mi acompañante en la reunión, —la familia Choi es de nuestros más fieles aliados además de los Lee.
—Está bien, te daré el gusto por esta ocasión, pero a cambio quiero a Seungmin preparado para la reunión. —Sé bien que ya sabe perfectamente todo sobre Seungmin.
—Hecho.
Sonreí satisfecho, Irene es la mejor madre que puedo tener.
...
Jisung.
Otro día de trabajo, el señor Lee me llamó a su despacho, terminé de dar la clase a Beomgyu y me dirigí al despacho. Si me llama a esta hora debe ser importante.
—Buenas noches señor Lee, —dije después de tocar la puerta y asomarme por esta.
—Pasa Jisung, ya estaba esperándote. —Se levantó de su asiento y se dirigió a uno de los ventanales.
—¿Me necesita para algo señor? —me apresuro a preguntar, me intriga saber porqué me llamó.
Pasaron algunos segundos en los que solo respiraba.
—Sé mi acompañante en la reunión del viernes —finalmente dice con su tono serio, pero cálido.
—¿Yo? ¿Se refiere a mí asistiendo con usted? —quise reiterar. Es demasiado raro que me elija a mí como su acompañante, debería ser alguien de confianza o una candidata para ser su esposa.
Él suspiró —Jisung no hay nadie más en esta habitación. —comentó haciendo obvia mi pregunta tonta.
—Pero... señor Lee ¿Cómo podría ser tu acompañante? Yo no-
—Por favor no me llames señor Lee. —me interrumpió.
—Pero estoy en mis horas de trabajo, lo más adecuado es llamarle señor Lee. —traté de desviar su petición.
—Bien ya que estás en tus horas de trabajo te ordeno que me llames Minho. —Es un tipo astuto.
—Pero señor Lee, —dejé ir un suspiro de resignación al ver su mirada firme, no va a dejarme en paz, — Está bien... M-minho.
Se acercó a mí rápido, con una mirada profunda, mordí mi labio y él habló—no puedo más, quiero follarte.
—¿Qué? —me sorprendió su franqueza, nunca había sido tan directo. Él jamás había dicho algo así.
—Vamos, Jisung no quieras jugar conmigo sé que lo sabes, hemos estado conscientes de esto desde hace mucho y fingiendo que no sabemos nada. Conoces bien este mundo de mierda. Estando conmigo estarás bien, voy a cuidarte y protegerte, —alegó tal vez para aligerar sus palabras antes dichas.
—Sí, lo conozco, pero no por eso elegí el mismo camino. —lo enfrenté, no voy a permitir que traté de convertirme en su amante o algo de ese tipo. —Sé que puede protegerme, pero no quiero que lo haga, no quiero pertenecer más tiempo a este lugar.
—Y cómo no pertenecer sí lo llevo en la sangre, me lo tatuaron en los huesos. Jisung, aunque no quisiera, era mi deber estar aquí hoy, —tiene razón lo sé, es lo mismo para Beomgyu, no tiene elección. Pero eso no quiere decir que yo no pueda intentar ser diferente así que lo enfrenté.
—Me parece que estamos en la misma condición.
—Pero tú familia no es líder de una mafia solo tu padre pertenecía a una.
—No puedo aceptar tu invitación para ser tu acompañante. —Cambié de tema, mi familia no es algo de lo que me gusta hablar.
—Mm... no fue una invitación, es una orden.
—Ah... —dejé ir un suspiro —harás uso de tu poder como el jefe. —me burlé como último recurso, no quiero liarme con Lee Minho.
—No, haré uso de mi poder sobre ti. —respondió firme, y maldita sea sí que tiene razón, sus manos ya están sobre mi cintura, me tiene acorralado contra el escritorio, quiero besarlo, muero por hacerlo.
He peleado contra el deseo de tener algo con mi jefe, pero el tipo es tan sexy y firme, es bueno en todo, buen padre, buen empresario y si no fuera mafioso sería la definición del hombre perfecto.
—Vamos Jisung, solo di que sí y te daré todo lo que pidas, —susurró sobre mis labios, está tratando de tentarme y lo está consiguiendo, —¿Quieres mi atención? ¿Mi tiempo? ¿Mi protección? Pide lo que quieras, ¿Quieres mi vida? Es tuya, te daré todo lo que tengo.
—Quiero que me dejes ir en paz, —hablé más como si suplicara, —quiero tener una vida normal, lejos de todo esto, no más sangre, ni armas, ni drogas.
Me miró dolido, pero apretando sus brazos a mi alrededor.
—Soy egoísta, Jisung no quiero dejarte ir, —afirmó terminando con la distancia entre sus labios y los míos, un beso suave empezaba, sus labios son esponjosos, como el algodón, es tan gentil y delicado, su lengua tocó la mía y no pude evitar gemir de gusto cuando comenzó a devorarme.
Ahora es rápido, sus manos bajaron de mi cintura a mi trasero, empujó sus caderas y gemí al sentirlo duro contra mí. No pude detenerme, llevé mis manos a su cabello oscuro y jale con fuerza incitándolo a ser más agresivo.
Empujó sus caderas de nuevo, y tuve que alejarme de sus exquisitos labios para tomar algo de aire.
—Minho, —dije al mirarlo, dedo de verme estúpido, estoy excitado. —Ya basta, ¿Sí? Solo deja que me vaya, no puedo ser tu acompañante.
—¿De verdad vas a negarte? Eres perfecto para ser mi acompañante, confió en ti, te necesito a mi lado. —Susurró acariciando mi rostro con su nariz.
—Minho, no puedo- —quise decir algo más, pero me besó de nuevo, un beso suave en los labios y después en mis mejillas.
—Estarás conmigo, Jisung, estarás a salvo, yo voy a cuidarte, si quieres después no volveré a pedirte nada, pero ven conmigo. —Dijo sobre mis labios.
Estoy perdido, perdí justo en el momento en el que Lee Minho me besó.
—Lo haré, seré tu acompañante.
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