Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 88

POV LOUIS

-¡Chavales! ¡Vámonos!- el guardia encargado de vigilar nuestra sección empezó a abrir las celdas y nos fue sacando al pasillo. Me posicioné detrás de Jeff en la fila y nos dirigieron hacia el comedor.

Al llegar a las mesas y sentarnos busqué por toda la sala a Steve. Tenía que hablar con él. Necesitaba saber si el lío que me estaba montando en la cabeza era real o no.

-¿Quién es el chaval, Walker?- escuché a un hombre de mi mesa hablar.

-¿Este?- me señaló Jeff. O sea, que ¿Jeff se apellidaba Walker? Bueno era saberlo-. Se llama Tomlinson.

-Louis- rectifiqué mientras me metía un trozo de tostada en la boca.

-Con que Tomlinson, ¿eh?

-Louis- farfullé, esta vez más alto.

-Hijo, aquí todos nos conocemos por el apellido, no vas a ser la excepción- me dijo con recochineo. Sin pizca de gracia me incliné sobre la mesa para que me escucharan mejor.

-He dicho que me llamo Louis... ¿Estamos?

Volví a dirigir la mirada a mi plato y me dediqué a seguir comiendo. Esperaba que hubiera quedado claro porque no quería problemas con la mierda de mi nombre. Hubo un silencio general, creado por mi comentario, pero la conversación volvió a ser retomada al cabo de un rato. Yo ni siquiera quise formar parte de ella. Terminé mi plato y esperé a que nos dieran la orden para poder salir de allí. Una media hora después llegó el momento. La gente parecía emocionada por salir ahí fuera, lo que me parecía patético. Todo el mundo aquí era patético, unos delincuentes y unos asesinos. Nunca me había relacionado con buena gente pero, definitivamente, esto era lo peor, la escoria de la ciudad, del país, del mundo.

Al salir me dediqué a buscar a Steve pero, después de un buen rato observando el lugar, no le vi por ningún sitio. Fui a las salas que me enseñó en las que te dejaban leer y demás, pero un guardia vigilaba la puerta de entrada.

-¿A dónde vas?- se interpuso en mi camino.

-¿Dentro?- inquirí confundido.

-No se te está permitido el acceso.

-¿Qué coño?- exclamé después de que me diera un leve empujón en el pecho para que me echara hacia atrás-. ¿Por qué no?

-Debe pasar mínimo un mes para poder tener acceso a la sala de juegos. Vuelve al patio- me ordenó.

-Joder- farfullé dándome la vuelta. Si Steve no salía nunca de ahí no sería capaz de hablar con él en todo un mes, y no podía esperar tanto.

Pasaron los días y nunca conseguía verle por ningún lado. Estar allí era una tortura. Después de mucho tiempo, decidí acercarme al grupo de Jeff... Bueno, Walker, me había acostumbrado a llamarle así, ya que todo el mundo lo hacía. Relacionarme con ellos fue una decisión forzada. O lo hacía o me volvería loco en aquella prisión sin hablar con nadie. Cada cual era más gilipollas que el anterior. Todos habían hecho cosas horribles y me sentía como una puta mierda a su alrededor, me sentía parte de esa escoria.

Yo no era así. Yo no era como ellos. Yo nunca mataría a nadie. Yo no merecía estar aquí. Yo no había hecho nada.

Todos los días intentaba mentalizarme de que yo era diferente, y tal vez lo fuera pero, para los guardias, éramos todos iguales. El ambiente, la gente, y las circunstancias te comían la cabeza. Podías caer en sus redes y creerte de verdad que eras culpable de todo lo que se te había acusado. Me había fijado y había personas que estaban como una regadera. Según Walker, se debía al tiempo que llevaban aquí metidos, sin contacto con el exterior, porque nadie venía a visitarlos. Eso me hizo cuestionarme algo. ¿Vendría alguien a visitarme a mí?

POV HARRY

Volver a clase y no ver a Trish en la cafetería se me hacía muy raro. Gracias a ella había aprendido a estar un poco más seguro de mí mismo y extrañaba enormemente su compañía. De Louis no sabía nada, ni me importaba saber. La última vez que le había visto había sido la gota que había colmado el vaso. Nos había dejado muy claro que ya no le importábamos, que no éramos relevantes en su vida. Desde que se fue a Oxford todo había cambiado. Ni siquiera llamaba, apenas nos mandaban mensajes... La distancia lo había matado todo entre nosotros y temía que pasara lo mismo con Trish. Sin embargo, había algo que me tranquilizaba... Trish no era como Louis.

-¡Ya estoy aquí!- grité al llegar a casa. Mi hermana apareció por la puerta de la cocina.

-¿Qué tal el día?- preguntó con un trapo en la mano, volviendo a desaparecer por la puerta.

-Bien.

Decir bien, era sinónimo de aburrido. Todos los días eran iguales, monótonos, como mis días antes del terremoto que produjo la entrada de Trish en mi vida. En mi vida y en la de todos.

-¿Puedes poner la mesa?

-Claro.

Mientras Gemma servía la comida en los platos puse el resto de la cubertería en la mesa del salón.

-Pensé que comeríamos en la cocina- comentó al sentarse.

-Quería ver la tele- me limité a decir. Cogí el mando y me senté en la mesa de forma que quedara enfrente del aparato.

-Esta tarde tengo que salir- me informó. Asentí y continué haciendo zapping por los canales.

Bajé la cabeza hacia el plato. Gemma había hecho una lasaña de atún, la cual me encantaba, pero no me sentía con ganas para comerme todo el trozo que me había puesto.

-¡No me lo puedo creer!- exclamó mi hermana haciendo que se me escurriera el tenedor de las manos y cayera al suelo. Me incliné a recogerlo mientras ella seguía gritando-. ¡Harry! ¡Sube el volumen!

Me alcé rápidamente con el botón del mando pulsado para aumentar el volumen mientras mis ojos no podían creer lo que estaban viendo.

-No puede ser.

El famoso cártel de droga de Cardiff, que llegó a ser el más peligroso del país unos años atrás, se había trasladado a Cambridge hacía un año para esconderse de la policía. Albert Davidson, el que fue jefe del cartel cuando este estuvo activo, fue asesinado de forma sospechosa hace un año y medio. El juez ha declarado a Louis Tomlinson, mano derecha de Davidson, culpable, con una condena de veintidós años de prisión.

Salieron imágenes de Louis siendo juzgado y sentí toda la sangre de mi cuerpo desaparecer. Todos mis miedos invadieron mi ser de golpe al intentar procesar la información. Al acabar la noticia escuché un golpe.

-¡Gemma!- exclamé. Se había desmayado.

*

Acababan de llamar a la puerta. Eran más o menos las cuatro de la tarde y Gemma y yo aún intentábamos recuperarnos de la noticia. Dejé a mi hermana sentada en el sofá descansando mientras me dirigía a la entrada. Llevaba unas semanas un poco mal y ver esa noticia en la televisión había sido el colmo, su cuerpo no fue capaz de soportarlo todo. Habíamos dejado la comida sobre la mesa, con el estómago cerrado. No podía reaccionar, la impresión me seguía consumiendo. No sabía qué pensar ni qué hacer. Al abrir la puerta me encontré con ese amigo de Louis... Zayn.

-¿Harry?- murmuró asustadizo al verme-. Menos mal que eres tú. Recordaba que Trish me había dicho dónde vivías pero no estaba seguro.

-¿Qué haces aquí?- pregunté. Parecía que había venido en el momento más oportuno.

-Necesito hablar contigo. ¿Puedo pasar?- asentí con la cabeza y los dos nos dirigimos hacia dentro. Al ver a Gemma en el salón se quedó parado mirándola. Estaba claro que no esperaba ver a nadie más, como tampoco ella esperaba encontrar a nadie, mucho menos a Zayn.

-Es mi hermana, Gemma- le expliqué.

-Hola- saludó él tímidamente, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón, incómodo.

-Buenas- le contestó ella.

-Siéntate- le sugerí y se acomodó en una de las sillas-. ¿Qué pasa?- pregunté nervioso. Se pasó las manos por la nuca y soltó un gran suspiro. No sabía qué esperarme de él.

-No sé cómo decir esto pero... Cómo pudiste ver el otro día, soy amigo del novio de Trish, de... De Louis- asentí con la cabeza para que continuara. No me estaba descubriendo mucho-. Bueno pues...- bufó de nuevo. Parecía que no se atrevía a decir lo que quería decir.

-¿Qué?- exclamé irritado. No estaba de humor.

-Le han metido en la cárcel. Necesito que me des el nuevo número de Trish. Necesito hablar con ella.

Gemma y yo nos miramos por unos instantes.

-... ¿Perdón?- musité.

-Que han metido a Louis en la cárcel, pero ¡no pienses nada malo de él! ¡Es un buen tío! Pero necesito decírselo a Tr...

-Ya, ya te he oído- le interrumpí.

-¿Entonces?- inquirió sin entender. Intenté ordenar las ideas en mi mente antes de soltárselas a la cara.

-¿Cómo puedes pensar en decírselo a Trish antes de pensar en sacar a Louis de ahí?- exclamé sacando todo el miedo, el rencor y la rabia que llevaba dentro.

-¿Qué?- Zayn se levantó, incapaz de comprender mis malas formas.

-¿Por qué está Louis en la cárcel?- volví a gritar, demandando una explicación, notando cómo las lágrimas se derramaban por mis mejillas.

-No creo que sea el más indicado para decírtelo...

-¡Claro que lo eres! Joder, ¿quién lo va a ser sino?- me levanté y me puse delante de él.

-Escucha, es mejor que no te involucres en esto, amigo- colocó las manos sobre mis hombros para impedir que me acercara más a él.

-¿Amigo?- bufé con lágrimas cubriendo toda mi cara-. No tienes ni idea de quién soy.

-Harry...- mi hermana me advirtió.

-¡No, Gemma! ¡Ya estoy harto! ¡Esto es serio!- me giré a mirarla. Volví la mirada a Zayn, el cual me observaba incrédulo, como si me hubiera chutado algo-. Dices ser el amigo de Louis pero no tienes ni idea de quién es.

-No te entiendo- me miró asustadizo. Tenía unos surcos oscuros alrededor de los ojos, parecía no haber dormido bien en días.

-Nosotros- nos señalé a mi hermana y a mí- hemos sido los mejores amigos de Louis durante toda la vida, y tú ni siquiera sabías de mi existencia hasta hace poco.

-¿Cómo?- frunció el ceño-. ¿Qué estás diciendo?- su falta de confianza me hizo perder los nervios.

-¡Que le conocemos más de lo que tú le podrás conocer en toda tu vida!

Zayn parecía confundido y yo no podía estar más decepcionado porque realmente se pensaba que me lo estaba inventando.

-Harry dice la verdad- comentó Gemma.

El chico miró a mi hermana y puede que me equivocara con lo que pensaba, tal vez el decepcionado era él porque se había dado cuenta de que Louis nunca le había confiado su mayor secreto.

-¿Alguna vez has ido a su casa?- le pregunté para cerciorarme de que me creía. Él negó ligeramente con la cabeza-. Bueno, pues ahora sí. Estás en ella.

-Joder- suspiró tratando de ordenarlo todo en su mente-. Lo siento, no sabía nada de esto- se puso la mano sobre la boca sorprendido-. Dios, nunca imaginé a Louis con amigos tan... Normales.

Gemma dejó escapar una pequeña risa que alivio la tensión del ambiente.

-Ahora que nos crees puedes decirnos ¿qué está haciendo Louis en la cárcel?- todos volvimos a ponernos serios. El tema nos afectaba a los tres-. ¿Qué coño ha pasado?

-Será mejor que te sientes- me aconsejó.

Me coloqué en el sillón al lado de mi hermana y esperé a que Zayn empezara a sacarnos de dudas.

-Siento ser yo el que tenga que contaros esto. No sé hasta qué punto estáis al tanto de la situación pero yo voy a empezar desde el principio- tomó una bocanada de aire. Presentía que iba a ser una historia larga-. Hace cosa de un año y medio o así, Cole metió a Louis en una especie de cártel de droga. No era solo eso, era mucho más. Las personas involucradas en el tema no solo estaban ahí para traficar droga, también estaban ahí para hacer contactos y cargarse a gente que no era de su agrado. Ya os digo que Louis fue metido en esa situación sin saber lo que era. Cole le tendió una trampa, pero lo hizo porque sabía que Louis podría hacer grandes cosas con el negocio. Sabéis que Louis tiene mucha labia y puede llegar a ser muy intimidante y para un traficante, alguien así nunca venía mal. Estuvo haciendo algunos trabajillos hasta ganarse la confianza del jefe. Conozco a Louis y sé que lo único por lo que lo hacía era para conseguir dinero para poder arreglar su moto y tenerla a punto para las carreras. Las drogas eran algo que nunca le había interesado... Hasta ahora, claro, pero ese es otro tema. El caso es que acabó siendo la mano derecha de Davidson, su hombre de confianza, y eso fue algo que Cole no podía soportar. Entonces Cole trazó un plan para matarle, se sentía traicionado, no por Louis sino por Davidson, y le mató. Louis estaba delante. Nadie confesó nunca y nunca hubo las suficientes pruebas para acusar a nadie, porque todos pactaron sellar sus labios.... Hasta ahora. ¡Qué casualidad que surgen cuando Cole deja de llevarse bien con Louis!- murmuró con ironía-. Le han tendido una trampa y estoy seguro de que han manipulado pruebas. Louis es inocente.

Necesité un tiempo para poder digerir toda la historia que nos había contado. El relato me había hecho pensar que habíamos estado viviendo con un extraño. Nunca nos había dicho nada de eso.

-¿Y por qué no le cuentas todo esto a la policía?- exclamé. Louis estaba de mierda hasta las trancas.

-¡Ya lo ha hecho Louis! ¿Y crees que sirve de algo? Las palabras no hacen nada contra unas pruebas físicas.

-Dios- me metí las manos en el pelo. Esto era demasiado. No sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer, no sabía cómo ayudarle. Estaba totalmente al margen de todo esto-. Ya lo decía yo... Tenemos un amigo gilipollas.

-¡Harry!- Gemma me llamó la atención por el comentario.

-Es verdad, joder- me levanté, incapaz de quedarme sentado un segundo más-. Se lo dijimos mil veces. Cole no era de confianza... Y él siguió y siguió hasta que se ha dado contra un puto muro y se ha dado cuenta de cómo es la realidad. Y lo peor de todo es que es un muro de una cárcel.

-Madre mía...- resopló Gemma.

-No os voy a mentir- intervino Zayn-, Louis está muy jodido. Apenas puedo ayudarle desde aquí fuera.

-¿Apenas?- le interrumpí-. O sea que... ¿Puedes hacer algo?- un rayo de esperanza apareció delante de mí al mismo tiempo que Zayn me lo quitaba.

-No está en mi mano.

-¿Qué estás diciendo?- él volvió a suspirar-. Si puedes hacer algo que le beneficie, sea de la forma que sea, ¡tienes que hacerlo!

-No soy yo... Es Niall- exclamó con un nudo en la garganta-. Escuchó una conversación que puede que ayude a Louis pero-

-¡No hay peros, Zayn! ¡Si ayuda tiene que ir a la comisaría ahora mismo!

-¡No, no puede! ¡Estaba traficando con droga cuando la escuchó! ¡Salvar a Louis significa crearse su propia entrada a la cárcel!

-¡Joder!- le di una patada al sillón.

Todo esto era una mierda. Teníamos una oportunidad de ayudar a Louis y a la vez no la teníamos porque entendía a Niall. Él no tenía por qué meterse en los asuntos ajenos y salir mal parado. Lo comprendía y no podía juzgarle pero eso no me quitaba que me jodiera, y mucho.

-Pero- volvió a hablar Zayn-, he hablado con él sobre el tema y puede que declare.

-¿Es en serio?- pregunté otra vez con el rayo de esperanza. Él asintió.

-Sabe que Louis es inocente y, aunque nunca llegue a vuestro nivel, también es su amigo.

-Gracias por contarnos todo esto- aclaró mi hermana. Yo la acompañé en el agradecimiento.

-De nada. Ahora solo necesito que me deis el teléfono de Trish- comento sacando su móvil para apuntarlo.

-No- Zayn me miró desubicado.

-¿Cómo que no?

-Pues como que no. Trish no puede saber nada de esto.

-¡Es su novio!- replicó el moreno.

-Era- enfaticé-. Está intentando empezar una nueva vida, lejos de toda la mierda que le ha traído esta ciudad. No voy a dejar que se lo arruines. Si Trish se entera de esto... Dios no puede enterarse. Nadie puede decírselo- miré a mi hermana y al chico-. Se merece ser feliz. Por favor. Creedme, nosotros lo arreglaremos.

POV TRISH

Vivir en Nueva York era... Curioso. Cuando decían que era la ciudad que nunca dormía lo decían de forma literal. Te podías dar un paseo a las dos de la mañana y ver a la misma cantidad de gente que a las dos de la tarde. Al principio no estaba segura de si podría seguirle el ritmo a la ciudad pero había aprendido una cosa en estos pocos días, si no lo hacías te quedabas atrás y nadie volvería a rescatarte. Era todo decisión tuya.

Me había levantado con el sonido del despertador, como todos los días. Mi rutina era levantarme a las siete, desayunar algo con mi madre en la cocina, salir de casa y parar en un Starbucks a comprar nuestros cafés. A continuación nos dirigíamos a las oficinas desde donde se controlaba todo el negocio, en uno de los edificios más altos de la ciudad.

Ese día fue cómo todos los demás. Al llegar, mi madre se dirigió a su despacho y yo me fui hacia la pequeña recepción donde me esperaba Miranda, la secretaria. Había mucha más gente a mi alrededor pero con ella era con la que más hablaba, ya que nuestros trabajos eran muy similares. Miré el planning que teníamos para hoy con el vaso de café en la mano. Mi función era organizar todos los eventos de la semana. Cogí el teléfono que tenía asignado y marqué al despacho de mi madre.

-A las once tienes la prueba de vestuario para el desfile del jueves y a las doce y cuarto te he metido una entrevista para la revista Coeur.

-Muy bien. Gracias, corazón- murmuró y colgó.

-Buenos y bellos días- alcé la cabeza para encontrar a Matt sonriéndome, apoyado en mi mesa.

-Veo que estás de buen humor.

-¿Cómo no voy a estarlo? ¡Hace un día maravilloso ahí fuera!- dijo con ese acento americano que tanto le caracterizaba.

-Ya, es que yo estoy acostumbrada a los días lluviosos de Inglaterra, ya sabes... Es más mi rollo- él se rió y me acarició la cabeza con dulzura mientras pasaba hacia las oficinas.

Mi relación con Matt era muy buena. Era un hombre muy cariñoso y me había dado cuenta de que una de las cosas que más me había faltado era cariño paternal. Matt estaba muy lejos de ser esa figura paterna, y nunca le vería como tal, pero era una persona maravillosa, de esas a las que te daría pena ver triste porque no se lo merecían.

Estuve toda la mañana liada con llamadas y más llamadas de personas que querían una cita con mi madre. A las once era la hora del descanso. Miranda se fue a la cafetería mientras que yo me quedé a revisar unos papeles. Pasados unos cinco minutos vi cómo Matt se me acercaba y se sentaban en la silla de mi compañera.

-¿Un día duro?- comentó.

-Soportable.

-¿Cómo llevas el vivir aquí?- decidí dejar lo que estaba haciendo para hablar con él. Un descanso no me vendría mal.

-Difícil- él asintió ligeramente, sintiéndose un poco mal al respecto-. Me siento sola.

-Nos tienes a tu madre y a mí- me guiñó un ojo y me acarició el brazo con ternura.

-Lo sé- forcé una sonrisa-, pero no conozco a nadie más aparte de a vosotros. Echo de menos la tranquilidad de Cambridge, las clases, a mis amigos...

-A Louis- añadió Matt.

-Sí a... A Louis- escuchar su nombre se me hacía difícil, pero decirlo era algo que me desgarraba las entrañas.

-Supongo que tiene que ser duro dejar a la persona que quieres atrás.

-Lo es- murmuré cabizbaja.

No sabía qué decir cuando tenía que hablar de él. Tenía que parecer enamorada y eso era lo que había estado intentando evitar todo este tiempo. Para olvidar tenía que hacer como si nada hubiera pasado pero con esta mentira se me hacía imposible ceñirme a ese plan.

-Siento que hayas tenido que tomar esa decisión siendo tan joven.

Él se estaba refiriendo a otra cosa pero yo estaba pensando en la tortura que había sufrido con Louis los últimos días. Recordaba los momentos en los que él me incitaba a dejarlo todo y marcharme con él a Oxford. Yo le decía que ni en sueños iba a dejar la universidad de Cambridge... Y mira cómo eran las cosas que al final había conseguido lo que él quería, que dejara de lado mis sueños.

-¿Cómo es?- preguntó Matt. Le miré confusa-. ¿Tienes alguna foto que me puedas enseñar?

La pregunta me vino por sorpresa. Saqué el móvil del bolsillo, dudando. Había estado pensando en borrar fotos de él pero no me había atrevido a hacerlo todavía. Me metí en la galería de imágenes buscando una foto específica hasta que la encontré, mi favorita. La había sacado en el hotel de Edimburgo, por la mañana, justo después de despertarnos. Fue una de las pocas veces que aceptó hacerse una foto, es más, cogió él el móvil para hacerla. Su sonrisa en aquella imagen iluminaba la habitación. Los dos estábamos aún tirados en la cama, somnolientos, pero con la foto podías ver que lo único que irradiaba de nuestros cuerpos en ese momento era felicidad. Por un momento sentí una chispa de aquella alegría recorrerme el cuerpo pero pronto desapareció, y se convirtió en nostalgia.

Matt, al ver la foto, se deshizo en ternura.

-Míralos, ¡qué adorables!- exclamó con una sonrisa dulce en su rostro-. Me hacéis buena pareja.

Era raro que hablara de nosotros en presente. Yo ya había empezado a hacerlo en pasado.

-Y dime, ¿cómo...?

Su pregunta quedó cortada cuando el móvil comenzó a vibrar en mi mano. En la pantalla apareció un número que no tenía guardado y que no reconocía. Me extrañé sabiendo que solo le había dado este número de teléfono a cuatro personas. Por mi mente pasó la posibilidad de que fuera Louis el responsable de aquella llamada y me paralicé.

-Voy a cogerlo- informé a Matt saliendo al pasillo.

Me quedé mirando la pantalla unos segundos más hasta que decidí contestar. Podría ser algo importante relacionado con el desfile.

-¿Sí?- un pequeño hilo de voz salió de mi garganta.

-¿Trish?- la voz me resultó familiar pero no logré identificarla.

-¿Quién eres?

-¡Zayn!- exclamó-. Oye...

-¿Cómo tienes este número?- le corté.

-Me lo ha dado Harry, pero eso ahora no importa.

-Zayn- le volví a interrumpir-. ¿Cómo que te lo ha dado Harry?- eso era algo muy extraño. Él y Harry no tenían relación alguna. ¿Por qué tenía mi número? Él rápidamente me dijo algo que me dejó helada.

-Sé quién es Harry, Trish. Lo sé todo. Sé el parentesco que tiene con Louis. Sé que es su mejor amigo. Me lo ha contado todo.

¿Cómo? ¿Por qué había hecho eso? Las teorías que se me ocurrían chocaban unas con otras en mi mente. No entendía el motivo que le hubiera llevado a hacer eso.

-Trish, necesito que me escuches- me habló con una seriedad que puso mis sentidos alerta.

-¿Qué pasa?

-No querían que te lo dijera y puede que la cague al decírtelo pero tienes que saberlo, no puedo ocultarte algo así.

-Zayn...- me asusté.

-Tienes que prometerme que estarás tranquila.

-¿Qué ha pasado?- exigí.

No podía decirme que me tranquilizara porque ya me había convertido en un manojo de nervios. El cuerpo me temblaba. Se quedó en silencio. Fue un momento durante el cual solo le escuchaba respirar entrecortadamente.

-¡Zayn!- exclamé desesperada, al borde de un ataque.

-Han metido a Louis en la cárcel.

El móvil se me escurrió de la manos, cayendo al suelo de golpe. Mi mente viajo hacia Inglaterra fugazmente y se le imaginó en una celda, solo, abandonado. Mi visión se oscureció y mis piernas me llevaron como pudieron hasta el baño, encerrándome dentro.

Todo pasó muy rápido. Las lágrimas me nublaron la vista, se me había formado un nudo en la garganta. Todos los sentimientos hacia él encerrados salieron de golpe. Sentí la ansiedad crecer dentro de mí. Una ansiedad que devoraba todo a su paso. A los pocos segundos me empezó a faltar el oxígeno. Mi mente se estaba imaginando cosas horribles, se hacía miles de preguntas y ninguna tenía respuesta. Me metí en su piel y sentí el infierno en el que tendría que estar encerrado. Las lágrimas se acumulaban en mis ojos. Cada vez había más, cada vez era más difícil respirar, cada vez el nudo en la garganta me ahogaba más hasta que la tensión y los nervios de todos estos días pudieron conmigo y mi cuerpo desfalleció, desplomándose en el suelo.

{el siguiente capítulo será el último de este libro}

twitter: @PatriFlyingHigh
instagram: @fast.fanfic

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro