Capítulo 84
POV HARRY
-Tienes razón... te acabas de quedar sin ninguno.
Las palabras salieron de mis labios impregnadas de su veneno. Salí del cuarto de baño. Era inútil. Louis era un caso perdido. Hasta el momento siempre había tenido a alguien en quién refugiarse, aunque él no se diera cuenta, pero si él quería quitarnos a todos de su lado, lo había conseguido. Ahora sabría lo que era sentirse solo de verdad.
-Harry- me llamó Kylie por detrás. Me giré para indicarle que me iba. No aguantaba estar más tiempo allí, me sentía incómodo, no era bienvenido en ese lugar y eso me estaba empezando a poner muy nervioso-. ¿A dónde vas?
-A buscar a Trish. He sido un inconsciente y he dejado que se fuera sola- tenía remordimientos, mi conciencia me estaba castigando. Me había quedado para intentar dar su merecido a Louis y había dejado que Trish se marchara sola, en ese estado, después de ver lo que había visto. Salimos del apartamento dando un fuerte portazo. Kylie se acercó a mí.
-La he visto antes en la calle.
-¿Dónde?- me detuve-. ¿Estaba bien?
-Estaba con un chico- dijo no muy segura de sí misma mientras jugaba con las llaves de su casa.
-¿Qué chico?- eso me dio muy mala espina. Trish no conocía a nadie aquí.
-No sé, no le conozco pero al parecer ella sí le conocía a él.
Me abroché los botones del abrigo angustiado y me dispuse a bajar las escaleras.
-Harry, espera- exclamó la chica. Me giré una última vez, con prisa-. No seas tonto y no hagas caso a lo que ha dicho Louis hoy. Está trastornado. Sé que tú eres mucho mejor que eso.
Me miró con dulzura. No estaba seguro de si ella sabía lo de mi enfermedad pero sus palabras me hicieron sonreír, aunque fuera un poco, a pesar de todo el dolor que tenía ahora mismo penetrando en mi interior. Lo poco que había podido hablar con ella estos días y lo que había hecho hoy me habían parecido gestos propios de alguien que merece la pena llegar a conocer a fondo. Puede que Trish no la aguantara, tenía sus motivos, pero a mí me caía bien y le agradecía de todo corazón que me hubiera dicho eso... aunque supiera que era mentira y que lo había dicho solo por pena.
Bajé las escaleras a toda prisa, con el corazón en un puño. Temía con quien pudiera estar Trish. Repasé toda su lista de amigos y se reducía a mí, mi hermana y Louis. Bueno, si no contaba con sus amigos pijos a los que no soportaba, y no esperaba que ninguno de ellos estuviera en las calles de Oxford a estas horas de la noche. Llegué a la calle apresurado. Mis manos alcanzaron el móvil que llevaba en el bolsillo pero, antes de que pudiera llegar a marcar su número, vi a lo lejos una pareja formada por un chico moreno y alto y una chica abrazada a su torso. Y sí, era Trish. Salí corriendo hacia ella. Al acercarme descubrí que el chico era, nada más y nada menos que, uno de los amigos moteros de Louis. Zayn... creo que se llamaba. Era el que había engañado a Trish al principio del curso, saliendo con ella por conveniencia, porque quién le gustaba era su mejor amiga. También fue el culpable de que Louis acabara en el hospital... y en estos momentos no sabía si reprochárselo o agradecérselo.
-Trish...- la llamé cuando llegué a ellos. El chico se me quedó mirando, sin dejar que me acercara más a ella, protegiéndola de mí, y eso me sentó como una patada en los huevos. Tendría que protegerla yo de él, no al revés.Trish se desperezó y alzó su cabeza al escuchar mi voz.
-Por Dios, Harry... ¿qué te ha pasado?- soltó al moreno, el cual seguía sin fiarse de mí, al parecer, y se acercó a mí. Pasó sus fríos y delicados dedos por mi cara y apretó suavemente en las zonas donde sentía un creciente dolor-. Tienes la cara llena de moratones... y el labio sangrando... ¿qué has hecho?- me preguntó asustada.
-Intenté darle su merecido pero... no salió bien- me rasqué la cabeza. Era patético.
-¿Te has peleado con Louis?- se sorprendió. Asentí levemente con la cabeza.
-¿Te has atrevido a pegarle?- escuché como Zayn se mostraba igual de sorprendido que ella-. Tío, eres mi ídolo- me mostró una sonrisa de orgullo. Trish me abrazó con fuerza, estaba temblando. Dejé que su cabeza reposara contra mi pecho.
-No debiste haberlo hecho...- susurró contra mi cuello.
-Tenía que hacerlo... se lo merecía.
-... gracias.
-No tienes que dármelas- me separé de ella.
-No me refiero solo a esto, sino a todas las veces que has estado ahí para mí... siempre he podido contar contigo... siempre... y lo siento mucho, no quería meterme en medio de tu mejor amigo y tú.
-Trish, él podrá ser mi mejor amigo, pero tú eres mi mejor amiga... a veces en la vida hay que decidir, y esta vez él no se merecía que nadie se pusiera de su lado.
Una lágrima se deslizó por su mejilla y llegué a cogerla antes de que se perdiera por su cuello.
-¿Mejor amigo?- exclamó Zayn a nuestro lado. Trish y yo nos miramos comprendiendo que la habíamos cagado. Él no sabía que Louis y yo éramos amigos... nadie lo sabía.
-Sí, su mejor amigo- acabó por decir Trish-. Se conocen desde que eran pequeños- Zayn nos miró sin saber cómo reaccionar ante aquella confesión.
-No... no sabía que Louis tuviera un mejor amigo... pensaba que los únicos amigos que tenía éramos nosotros.
-Pues ya ves que no...- contesté.
-Nunca nos ha hablado de ti- comentó confuso.
-Lo sé... conocerme a mí sería como conocer una parte de su corazón... y sabes que eso a él no le gusta- el chico asintió con la cabeza y me mostró una sonrisa cerrada, empática. Metí las manos en los bolsillos del pantalón. Al cabo de un rato sin que ninguno de los tres dijera nada, Trish me habló.
-¿Te puedo pedir un último favor?- murmuró con la voz entrecortada.
-Claro.
-Llévame a casa- suplicó.
POV LOUIS
La casa se quedó vacía. Ya no había gritos, ni peleas, ni insultos, todo había quedado reducido a un completo silencio... pero mis ganas de destruir cosas seguían latiendo con una ferviente pasión dentro de mí. Me sentía como en una nube, observando cómo mi cuerpo actuaba pero sin ser capaz de controlarlo al completo. Contemplé toda la escena desde un tercer plano, como un narrador omnisciente, sin tener ni un solo remordimiento de mis actos.... ¿Era malo?
Has hecho lo que debías hacer, Louis.
Sabía que eso era cierto. No podía permitir que me mantuvieran encerrado en una jaula como un perro que se hubiera portado mal. No aguantaba más.
No puedes volver a dejarme tanto tiempo encerrado... no es bueno.
Lo sabía. Sabía que no debía encerrarlo tanto tiempo. Tampoco es que me gustara mantenerlo apartado de mí, me hacia sentir angustiado, asfixiado... el problema era que la luz de Trish le había estado cegando y se había ocultado en lo más profundo de mi ser, me había hecho encerrarlo.
No pienso volver a ocultarme.
En el momento en que llegué a Oxford me inventé algo para quitarme a Malik de encima. Me fui al bar de al lado y busqué a alguien a quién llevarme a la cama. Solo quería eso, echar un polvo. Encontré a esta chica francesa sola en la barra. Era una de esas estudiantes de intercambio que venían a la universidad y estaba seguro de que no le importaría acostarse con un nativo, es más... la mayoría lo deseaba. Así fue cómo me la llevé a casa y comencé a hacer con ella lo que mi cuerpo me pedía a gritos.
Llévala a la cama... desnúdala... acuéstate con ella...
Y eso hice. Hice lo que quería y me sentía bien, jodidamente bien. Era libre... hasta que Trish y Harry aparecieron por la puerta. Al verles, lo único que quise hacer fue gritarles que se marcharan, pero no quería asustar a la francesa. Fijé mi vista en los ojos de Trish... y me sentí bien. Pude ver la dolor en su rostro, la agonía, las lágrimas en sus ojos... la estaba haciendo daño. Verme con la chica le estaba haciendo daño, la estaba matando... y eso me hizo sentir bien; ver cómo su mundo poco a poco se reducía a cenizas, ver cómo yo era el portador de ese mechero y cómo prendía fuego a todo lo que ella amaba... y no sentí ni un solo remordimiento mientras lo hacía.
Louis, tú no eres una buena persona... eres malo, un destructor, cruel, sádico... eres yo personificado, un auténtico demonio. No eres bueno y nunca lo serás. Deberías dejar de esforzarte. Es hora de que dejes de aparentar.
Tenía razón. Yo no era bueno. Era horrible. Estaba jodido y eso era como cuando a una persona le cortaban la pierna... No había marcha atrás, te quedabas así para siempre.
Echaba de menos esta sensación, hacer daño, ver cómo mis actos se reflejaban en las pupilas de las personas con muestras de dolor... echaba de menos destruir, arrasar con los sentimientos de alguien... echaba de menos ser yo mismo, aunque Trish vagaba por mi cabeza, no sabía qué consecuencias tendrían mis actos pero me sentía tan cruel y desolador que me daba igual lo que fuera a pasar, porque me había estado engañando, pero ahora me había recuperado a mí mismo.
Te mereces lo que tienes. Estoy orgulloso.
Escuché en un último susurro y, al finalizar, oí cómo todos los demonios dentro de mi interior rompían en vítores y gritos, enorgullecidos. Estaban orgullosos de mí.
POV TRISH
Harry aceptó a que Zayn viniera de vuelta a casa con nosotros. Tampoco es que le quedara otro remedio, no era plan dejarle solo en Oxford y sin medio con el que regresar. Para él, ir a casa de Louis y esperar a que este decidiera volver a Cambridge no era una opción. Harry conducía el coche con Zayn de copiloto mientras yo iba detrás, apartada. No había querido ponerme delante porque no quería que los dos estuvieran todo el rato mirádome para ver cómo estaba, no quería sentirme observada y menos en momentos como este. Sin embargo, de vez en cuando, veía a Harry echar un vistazo por el espejo retrovisor para mantenerme controlada.
No sabía qué hora, pero cuando llevábamos más o menos una hora de camino Zayn propuso parar en una gasolinera que estuviera abierta para hacer un descanso. Harry se había pasado toda la noche conduciendo, primero hasta Oxford y ahora hasta Cambridge, y había tenido una pelea por en medio... tenía que tomarse un respiro. Lo malo de que fueran las tantas de la noche es que era difícil encontrar un área de servicio abierta. Veinte minutos más tarde, logramos llegar hasta una que tenía una amplia cafetería y zona donde poder relajarnos con tranquilidad. Y digo con tranquilidad porque éramos los únicos allí presentes, sin contar a los dos camareros de la barra. Harry y Zayn se pidieron un café cargado mientras yo les esperaba en una de las mesas. Cuando ambos volvieron el ambiente se volvió tenso. Yo no estaba para dar conversación y Harry y Zayn no se conocían de nada, por lo que se formó un silencio bastante incómodo. Mientras el tiempo pasaba, me puse a mirar la carretera desde la ventana. Apenas pasaban coches. Todo era monótono: la cafetería, la carretera, la conversación inexistente. Allí nada tenía vida, ni siquiera yo.
-¿Quieres que conduzca yo ahora?- Zayn me sacó de la nube en la que estaba con su pregunta.
-No hace falta, estoy bien- respondió Harry tomando un sorbo de su café.
-¿Seguro? Tío, tienes unas ojeras que te llegan hasta el suelo- el de rizos le miró desconfiando.
-Zayn tiene razón- los dos se giraron al escucharme-. Deberías dejar que condujera él. Ya has conducido suficiente por hoy.
-No sé...
-Zayn conduce bien, Harry- aclaré, y con eso parece que le convencí.
-Voy fuera a fumarme un cigarro y nos ponemos en marcha- anunció Zayn y se levantó con el mechero y la cajetilla de tabaco en la mano.
Observé desde dentro cómo sujetaba el mechero con una mano, se metía el cigarro en la boca y lo encendía. Me pareció rara la forma en la que lo hacía y más tarde me di cuenta de porqué. Louis cogía el mechero con la mano izquiera.
-¿Trish?- miré a Harry al escuchar que nombraba mi nombre, tenía el ceño fruncido.
-¿Qué?
-Te he llamado tres veces. Te he preguntado que si estás bien- alzó las cejas.
-¿Por qué haces preguntas estúpidas?- espeté.
-Vale... no tienes por qué tomarla conmigo- se defendió ante mis malas formas.
-Lo sé- suspiré, pasándome las manos por la cara-. Es que estoy enfadada porque te haya hecho esto- tomé su barbilla y le alcé la cara para apreciar mejor los moratones hinchados que le habían salido en diferentes partes del rostro.
-No vale la pena.
-Harry... no tenía derecho a pegarte.
-Yo empecé- intentó excusarse.
-Me da igual. Has soportado demasiado por su culpa para que ahora vaya y te dé una paliza. Él sabe que no es correcto.
-No Trish, no lo sabe... - negó con la cabeza, haciendo una pausa prolongada. No entendía por dónde iba-... Louis ya no es capaz de diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
-Pero, Harry... las personas que no diferencian el bien del mal son...
Dejé la frase en el aire. La mirada fría e inexpresiva de Harry me hizo pensar en muchas cosas a la vez, ¿cómo habíamos llegado a este punto? ¿Qué había sido lo que había salido mal? Me levanté sin decir nada y me fui al baño a echarme agua en la cara. Tenía un aspecto patético, frágil y sin vida. Al salir vi a Harry pagando en la barra, así que me fui fuera con Zayn. Seguía fumándose el cigarro. Iba con parsimonia, sin prisa. Me imaginaba la nicotina entrando por sus pulmones y produciendo una sensación placentera al trasportarla por todo su cuerpo. Era eso por lo que fumaban las personas, ¿no? Por placer, para relajarse.
-¿Me das uno?- pregunté al llegar hasta él.
-¿Qué?- me puso una mueca-. Ni de coña, Trish. Tú no fumas.
-Vale. Gracias por nada- le pegué una patada a una piedra del asfalto y me volví hacia el coche.
-¡Espera!- gritó y vino corriendo hasta mí-. ¿Para qué lo quieres?
-¡Para fumármelo Zayn!- exclamé desesperada-. Para relajarme porque siento... siento que mi cabeza y mi cuerpo van a explotar porque tengo todo acumulado dentro y no sé cómo sacarlo y dios, necesito... necesito distraerme, relajarme- me miró desconfiando pero sacó un cigarro y me lo ofreció.
-Solo uno. No quiero que te vuelvas adicta- sonreí y le cogí el mechero para encendérmelo
POV LOUIS
No tenía sueño, estaba completamente desvelado. Los demonios de mi interior se estaban dando un auténtico festín por haber vuelto a la superficie. Me senté en el sofá y miré el tiempo pasar. Por alguna razón la imagen de Trish no se borraba de mi mente. Quería volver a verla pero por la cara que puso suponía que ella a mí no. Y lo peor, y lo que realmente me asustaba, era que no tenía remordimientos. Había llevado nuestra historia a la mierda, esa que tanto me costó construir y conservar. Lo había jodido todo en una noche y ya no había vuelta atrás. Ella no querría volver a verme, le había hecho demasiado daño. Había un pensamiento que rondaba mi mente y me asustaba porque la gente corriente lo podría catalogar de cruel, pero para mí, en ese momento, era un pensamiento más. Cuanto más pensaba en él,más claro podía verlo. Mi mente se encargó de escribirlo con grandes letras en mi consciencia, para hacerme sentir orgulloso de lo que había hecho: "Era la vez que más había disfrutado rompiendo un corazón".
POV TRISH
Harry me había estado mirando mal el resto del camino. Sabía que era porque estaba fumando en el coche y eso no le gustaba. Había tenido una crisis nerviosa después de terminarme el primer cigarro y pedirle a Zayn otro y que no me lo diera. La tensión del momento había podido conmigo y había estallado de la peor forma posible. Había caído al suelo llorando. Harry y Zayn se asustaron tanto que me cargaron hasta el coche para que pudiera sentarme. Al final Zayn me dio el cigarro y me conseguí tranquilizar un poco, pero fue un momento en el que me asusté porque no tenía control sobre mí misma, me era imposible dejar de llorar. Ahora me sentía ridícula. Antes de emprender de nuevo la marcha, Zayn me dio la cajetilla entera, por si volvía a tener una crisis como esa, cosa que a Harry no le hizo gracia, por eso me llevaba mirando mal todo el camino. A mí tampoco es que me gustara demasiado el sabor del tabaco, es más, lo repugnaba, pero me hacía sentir algo... no me relajaba como si me tomara una valeriana, pero el acto de colocarle el filtro entre los labios y después soltar el humo por la boca era lo más relajante que había experimentado en años. Lo peor, y lo que más odiaba de el hecho de fumar era que el olor me recordaba a cómo olían las prendas de Louis, y lo único que quería era sacármelo de la cabeza... para siempre.
*
Al llegar a Cambridge el sol salió por el horizonte. Conforme pasaba el tiempo se iba haciendo más de día... un día que para mí había sido interminable y, sin duda, de los peores de toda mi vida.
Zayn aparcó el coche enfrente de mi casa y recuerdos de hacía unas horas, de Louis colocado, vinieron a mi mente en forma de destellos. Esa era la última vez que había hablado con él y ni siquiera recordaba qué nos habíamos dicho. Aunque, pensándolo bien, era mejor así porque no había sido una conversación bonita.
Bajamos del coche y Zayn se despidió de mí con un abrazo. Estaba cansado, como yo. Me dijo que le llamara si necesitaba alguna cosa y, sobre todo, si Louis tenía los huevos de volver. Ni siquiera le agradecí lo que había hecho hoy por mí, me sentía fuera de mí. Se fue y nos quedamos Harry y yo en la puerta de entrada.
-¿Quieres que me quede?
-No, quiero que te vayas- murmuré y al ver cómo su cara decaía me di cuenta de que la había cagado-. Lo siento... lo que quería decir era que quiero estar sola- él asintió ligeramente. Le estaba tratando como una mierda y no se lo merecía. No sabía qué me pasaba ni por qué estaba siendo tan borde con él. No era propio de mí.
-¿Qué vas a hacer?- me encogí de hombros mientras sus ojos verdes entraban en mis pensamientos con cada mirada. Suspiré. No sabía lo que iba a hacer, ahora iba a ciegas.
-Llamaré a William y le pediré que me traiga algunas cosas de Nottingham.
-¿Tiene llaves?
-No, pero es el jefe de policía, podrá entrar en mi casa de alguna forma. Tengo allí algunas cosas que necesitaré tener... conmigo.
-Vale, aunque me refería a que qué vas a hacer respecto a... Louis- el aire se volvió más frío de lo que estaba.
-¿Tú que crees que debería hacer al respecto?- mi mente se quedó en blanco.
Me sentía estúpida. Después de lo de esta noche sentí que había perdido el rumbo. No había nadie a mi lado. No era como cuando me fui a Nottingham porque me había mentido sobre quién cometió el robo, esta vez era diferente, era mil veces peor. Nunca había sido segura de mí misma y él lo sabía, y verle con otra chica me había hecho perder la poca confianza que tenía en mí. Sentía que no valía nada, que él prefería a otras; y eso era un hecho. Aunque tenía dos opciones, o eso... o pensar que no era la persona que conocía. Si no era capaz de reconocer el bien del mal no sabía lo que era moral y lo que no, lo que era ético y lo que no, no sabría tratar a una persona como debería ser tratada, tendería a hacer el mal, a destruir, a maltratar, a causar dolor y a satisfacerse por ello... sería un psicópata.
Pero me quería negar a creer que el Louis que llegué a conocer en un momento fuera un monstruo.
Miré a Harry, esperando su contestación. El chico tomó una bocanada de aire para hablar a continuación.
-Le dejaría y me iría, para no volver a verle nunca más.
Y eso era lo que yo quería hacer.
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