Capítulo 83
POV TRISH
Era la escena más desgarradora que mis ojos habían tenido la desgracia de ver. Sentí la pesadez del mundo caer entera sobre mí, hundiéndome en la oscuridad más profunda. Todos los momentos, todos los te quiero, todos los besos pasaron por mi mente en un fugaz destello y se volvieron contra mí, acuchillando mi alma y mi corazón, el cual quedó completamente desgarrado, roto, inservible. Todo se tornó oscuro a mi alrededor excepto él. Él y esa rubia, a la que manoseaba el cuerpo con descaro, a la cual se estaba entregando. Era como si mi cerebro quisiera torturarme alumbrándomelos, como si una luz les enfocara a traición. La chica se giró al escuchar nuestros pasos y se tapó con las sábanas para que no la viéramos desnuda. Fue entonces cuando todo pareció chocarle. Mis ojos se encontraron con los de Louis, no habían ni pizca de remordimiento, me miró exactamente como si fuera una extraña, alguien que no debería estar ahí, me dedicó una mueca para saber que le estaba molestando, y no pude soportarlo un segundo más. Mi cuerpo reaccionó y corrí hacia la puerta, sintiendo como cada paso que daba me mataba. Al girarme vi cómo Harry observaba la escena horrorizado. Bajé las escaleras de la casa corriendo, incapaz de ver con claridad por culpa de las lágrimas que empañaban mis ojos. La muñeca me escocía y no sabía si era por culpa del tatuaje o porque esa línea había dejado de latir para siempre.
POV HARRY
-¿Qué cojones estás haciendo?- grité desesperado.
Trish acababa de pasar corriendo por mi lado, con las lágrimas cayéndole por las mejillas. Una rubia estaba metida en la cama de Louis desnuda. Y el propio Louis estaba tirado sobre la cama, mirando la escena como si nada de lo que acabara de pasar le importara una mierda.
-¿Puedes irte?- dijo con una voz muy serena, totalmente indiferente-. No sé si eres consciente pero... nos estás interrumpiendo- movió las manos haciendo un ligero aspaviento, mientras la chica nos miraba a ambos, sin saber qué hacer.
-Pero, gilipollas, ¿tú sabes lo que estás haciendo?
-Intentar follar. ¿Puedes largarte?
-Sal de ahí ahora mismo- me acerqué a la cama y le quité el endredón. Él también estaba desnudo. Era normal... cuando les descubrimos se la estaba metiendo a placer.
-¡Suéltame, gilipollas!- se levantó y me hizo soltar la sábana que tenía entre las manos-. ¿Qué coño estás haciendo aquí?
-¿Que qué estoy haciendo aquí? ¡Pues intentar que no hagas una gilipollez pero veo que esta vez se te ha ido la cabeza completamente! ¡Eres un cabrón!
-¡Y tú un mierdas! ¡Sal de mi casa!
-¡Esta no es tu casa, gilipollas! Es de tu puta novia. Estás viviendo a su costa y encima te acabas de meter en la cama con otra en sus putas narices. ¿Quién te crees que eres?
-Si estoy aquí con otra es por su culpa. Cállate si no sabes nada, Harry.
-¿Cómo puedes decir eso?- esas palabras me dolieron hasta a mí y eso que no era el afectado.
-Lárgate de una vez si no quieres salir de aquí con un ojo morado- me amenazó mientras se ponía los calzoncillos.
-Me da igual cómo salga pero esto te lo mereces- le pegué un puñetazo en la nariz que hizo que se tambaleara hacia atrás y chocara contra la cama.
Sabía que era lo peor que podría haber hecho y que tenía todas las de perder pero se lo había ganado, por ser la peor persona del mundo. En cuanto alzó la cabeza pude ver su mirada, llena de rabia y odio, puro fuego, su cuerpo ardía con ira... y yo me iba a quemar.
Me cogió por los hombros y me empujó contra la pared, con un golpe tan fuerte que pensé que ese sería el final de la pelea, que él ganaría. Me dio un puñetazo en la cara, como yo había hecho con él y sentí mis dientes rechinar dentro de mi boca. Mis manos empezaron a sudar, nerviosas por no tener el control de la situación. Me volvió a dar otro golpe, en el otro lado de la cara y sentí que me había destrozado, noté el sabor a sangre proveniente del labio... pero luego pensé en Trish, en lo mucho que ella le quería y en lo poco que él le había dado de vuelta, y saqué fuerzas de dónde no las tenía. Levanté la rodilla y le di un buen golpe en sus partes. Casi hago tortilla. Louis cayó al suelo del dolor y me puse encima de él, impidiendo sus movimientos al agarrar sus muñecas. Le propiné otro golpe en el pecho e hizo una mueca de dolor. Para entonces la chica a la que había llevado a su cama estaba gritando, histérica perdida, y me dieron ganas de meterla una almohada en la boca para que se callara. Aprovechando mi despite, Louis consiguió zafarse de mi agarre y con un brazo me cogió del cuello, presionándomelo. Me llevé las dos manos ahí, intentado que me soltara. Me estaba ahogando de verdad, pero él parecía no verlo, parecía no importarle, parecía una persona completamente diferente, no parecía Louis. Ya que vi que no estaba consiguiendo nada, puse mis manos sobre su garganta y apreté con la misma fuerza con la que lo estaba haciendo él. La chica gritaba y gritaba, Louis estaba poniéndose rojo y a mí cada vez me costaba más respirar.
Alguien entró en la habitación y cogió a Louis con fuerza para separarlo de mí.
-¿Estás loco?- los mechones rubios de Kylie entraron en mi campo de visión al caer sobre el suelo. Comencé a toser, recuperando el aire que había perdido, mientras los gritos de la chica y Louis se escuchaban por encima.
-¡Suéltame!- le gritó, pero la chica puso toda su resistencia para que no pudiera acercarse a mí.
-¡Es tu mejor amigo!
-¡Yo no tengo amigos!- gritó Louis descontrolado, zafándose de ella con un tirón. Sus palabras, esta vez sí, se clavaron dentro de mí como finos cristales, creando heridas que serían difíciles de curar.
Kylie posó sus ojos sobre mí. Estaba tan sorprendida y decepcionada como yo. Volvió a atrapar a Louis entre sus brazos al ver que este se volvía a abalanzar sobre mí. Sería delgada pero tenía una fuerza admirable. En ese momento, su mirada se deslizó hacia la cama y vio la imagen que había sido el detonante de esta bomba.
-¿Se puede saber qué has hecho, pedazo de subnormal?- dijo mirando a la rubia que estaba en la cama, aún tapándose con las sábanas. Me vi reflejado en los ojos azules de Kylie, dejaban ver la misma angustia y vergüenza que habían reflejado previamente los míos.
-¡Suéltame, Kylie o te juro que...!
-¿Qué? ¿Vas a pegarme?- gritó a todo pulmón-. ¡Adelante, Tomlinson! ¡Pégame!
-¡No me llames Tomlinson! ¡Ese no es mi apellido!- gritó con más furia que nunca. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y los músculos se me tensaron. Si Louis la tomaba con Kylie y la llegaba a hacer algo no habría nadie en la habitación capaz de detenerle.
-¡Pues no te puedo llamar Louis porque ahora mismo no eres Louis! ¡Louis no haría esto!- nos señaló a ella y a mí.
-¡Claro que lo haría! ¡No es la primera vez que peleo!- no entraba en razón, no había nada que le trajera de vuelta a este mundo.
-¡Louis nunca pegaría a su mejor amigo!
-¡Si me cabrea claro que s...!
-¡No!- le interrumpió Kylie-. ¡No me vengas con esas! ¡He visto cómo hablas de él! ¡He visto cómo le proteges! ¡Tú nunca le pegarías!
-¡Cállate!- se tapó los oídos-. ¡No me conoces!
-Te conozco lo suficiente para saber que tú nunca, en tu sano juicio, engañarías a Trish Parker... y lo has hecho.
Louis se quedó callado, simplemente la miraba sin decir nada. No sabía si sus palabras estaban calando por fin en lo más hondo de su ser o se estaba recuperando para el contraataque final. Fuera como fuese, le llamé, dejé que toda su atención recayera sobre mí, y le dije las únicas palabras que pensé que podrían hacerle reaccionar, aunque para hacerle reaccionar tuviera que romper el último trozo sano de su alma.
-Louis, acabas de perder lo único bueno de tu vida.
POV TRISH
Salí a la calle cegada por el dolor y las lágrimas. Eché a correr calle abajo, sin pensar en otra cosa más que en salir de allí y estar lo más lejos posible de él. Quería irme, quería irme lejos, quería gritar, sacar todos los trozos rotos de mi pecho y dejar que pararan de destrozarme el interior porque me estaban matando poco a poco. Pero era un ser humano y no podía abrirme el pecho y dejar que todo lo que me destruía saliera, porque si lo hacía moría, como cualquier otro animal, por eso me tenía que quedar con todos los trozos de mi corazón roto metidos dentro y ese dolor era peor que morir.
Mi cuerpo chocó contra otro y caí al suelo de la velocidad a la que iba. Sentí un gran dolor en mis rodillas cuando impactaron contra el suelo y, en ese momento, quise sentirlo de nuevo porque ese dolor externo había disminuido, aunque por poco tiempo, el dolor interno.
-¿Trish? Joder, ¿estás bien? ¿Qué haces aquí?... Por dios, ¿que te ha pasado?
Esa voz... era... ¿Zayn? Alcé la vista pero tenía todos los pelos en la cara y con la poca visibilidad que había a esas horas en la calle solo pude vislumbrar un cacho de su cara.
-Trish, contéstame. ¿Qué te ha pasado?- estaba asustado porque yo no paraba de llorar y no le contestaba.
-¿Qué estás haciendo tú aquí?-espeté, secándome las lágrimas con la manga.
-Louis me preguntó que si le podía traer a Oxford... y eso hice. Ahora dime qué te ha pasado- volvió a preguntar preocupado. Sus ojos de color caramelo me observaban con lástima y desconcierto. No entendía nada. Él... ¿le había traído hasta aquí?
-¿No sabes para qué Louis quería que le trajeras aquí?- sollocé.
-Parecía desesperado- se rascó la nuca, incómodo-, así que no le pregunté. Ya sabes cómo es Louis...
Sí, sí sabía cómo era Louis... acababa de descubrirlo.
-Pero, ¿qué ha pasado? Joder, Trish, me estás poniendo de los nervios. ¡Dime que te pasa!
Giré la cabeza en otra dirección. La escena de Louis en la cama con esa chica no salía de mi mente, esa imagen salía impresa en todas y cada una de mis lágrimas.
-Trish, contéstame. Me estás asustando...
-Pues que... Louis ha venido aquí... para acos...- no podía decir las palabras, no. Si salían de mi boca se convertirían en algo real, en un hecho, y no, me negaba a creer lo que había pasado.
-¿Para qué?- exclamó angustiado.
La realidad se estampó contra su cara al verme sollozar en su regazo, mis lágrimas me delataron y sus ojos se abrieron con incredulidad.
-No ha sido capaz...- se tapó la boca con la mano y yo comencé a llorar más fuerte. No se me quitaba la imagen de la cabeza, sus manos por el cuerpo de esa rubia... me estaba destrozando el alma-. ¡Puto cabrón de mierda!- exclamó y su alarido retumbó por toda la calle-. Joder, ¡joder! Lo siento, Trish, ha sido mi culpa. Me dijo que bajara a una plaza, cerca de aquí, a aparcar la moto... nunca pensé que fuera un recurso para librarse de mí y poder tirarse a una tía a tus espaldas. Lo siento, joder.
-No es tú culpa- sollocé con rabia-. No intentes echarte la culpa a ti... ni te atrevas. Ha sido él... él lo buscaba y lo ha encontrado.
-¿De qué estás hablando?
De mi corazón roto.
Oí pasos por la calle y lo último que deseé fue que alguien me viera en este estado tan vulnerable, aunque no les conociera.
-¿Trish? ¿Eres tú?- una figura de pelo largo y rubio se plantó delante de mí. Era Kylie. Traía la respiración entrecortada, posiblemente de venir corriendo hasta casa.
-¿La conoces?- me preguntó Zayn con el ceño fruncido, echando un vistazo a la chica. Asentí con la cabeza y miré a la rubia que me observaba exactamente como lo había hecho Zayn antes, un manto de preocupación cubriendo sus pupilas.
-¿Qué ha hecho? ¿Por qué estás llorando?- ya sabía de lo que iba el tema, sabía que Louis estaba en ese estado, porque Harry se lo había contado pero no tenía ni idea del desgarrador desenlace. Zayn me tomó de las manos y las acarició con suavidad, preguntándome si debería contárselo o no. Volví a asentir, agachando la cabeza, avergonzada como nunca antes en toda mi vida.
-Louis se ha tirado a otra.
Era la primera vez que lo oía en boca de alguien y sonaba mucho peor de lo que pensaba.
Nunca, ni en mis peores pesadillas, pude imaginarme que él sería capaz de hacer una cosa así. Pensé que me quería... más que a nadie, pensé que yo era la persona que le haría cambiar, que le sacaría de la cruel realidad en la que vivía. Pero no, no lo era. Había sido una más de sus muñecas de usar y tirar... una más... sin relevancia ni transcendencia.
-¿Adónde va?- exclamó Zayn y me di cuenta de que Kylie ya no estaba con nosotros, había salido corriendo calle arriba, hacia su apartamento.
Me levanté del suelo con rapidez, limpiándome la ropa de la suciedad de la calle. Zayn me imitó y se puso de pie a mi lado.
-¿Cómo has venido?- le pregunté.
-Andando desde la plaza de...
-No, me refiero desde Cambridge, ¿cómo has venido?
-En la moto de Louis.
Joder. Los ojos se me volvieron a poner acuosos. Quería salir de aquí, no quería pasar más tiempo en esta ciudad, quería irme lejos y romper esta maldita conexión que mantenía con él porque no me había hecho ningún bien durante todos estos meses. Todo lo bueno se había reducido a dolor y no podía ser capaz de pensar en ningún momento feliz sin pensar en que todo había sido una vil y cruel mentira.
No era la luz a su oscuridad, no estaba escribiendo la historia de su vida, no era su miércoles, ni era su sol, ni era su jodido arcoíris, no marcaba el ritmo de su corazón, pero él sí que se había adueñado de marcar el ritmo del mío y por su culpa había sufrido una parada cardíaca de la que, sabía que, nunca me iba a recuperar.
Empecé a correr calle abajo de nuevo. Mi mente no era capaz de reaccionar aún pero mi cuerpo tenía claro lo que quería hacer.
-¡Trish!- escuché a Zayn gritar por detrás pero no me detuve-. Joder, ¡Trish!
Logró alcanzarme y se colocó delante de mí, atrapándome con sus brazos para evitar que me volviera a escapar. Mi cuerpo se quedó encerrado entre ellos y mi cabeza calló sobre su pecho, rendida, agotada, desquiciada.
-Estás temblando...- resaltó.
Sus manos se pasearon por mi pelo con suavidad, intentando consolarme, pero en ese momento no había nada ni nadie que pudiera hacerlo.
-Quiero ir a ese maldito apartamento y pegarle una paliza por ser tan gilipollas pero- bufó frustrado-, no quiero dejarte sola.
-No te vayas- le rogué. No quería quedarme sola, me asustaba lo que podría hacer.
-No me voy a ir, tranquila.
En verdad no sabía ni qué iba a hacer, solo quería salir de aquella ciudad pero no podía porque Harry tenía las llaves del coche, y él se había quedado arriba.
-¿Sabes? No me perdono que yo jugara contigo... sé que estuvo mal, y me arrepentí mucho por todo lo que te hice, pero él... él no te merece. No se merece ni una parte de todo lo que le has dado. Siento decir esto pero- tomó aire y apoyó su cabeza sobre la mía, con ternura- Louis nunca ha sabido mantener una relación, nunca ha sabido dar... amor, ni recibirlo... y nunca va a saber.
POV HARRY
-Escúchame, puto enfermo mental...- comenzó Louis a gritarme-, mi vida ha sido una mierda desde que tengo uso de razón. Nunca he tenido un padre, mi madre me llevaba de acá para allá, de casa en casa de hombres que ni la querían, solo para un puto polvo, hasta que se asentó en casa de mi padrastro... ese gilipollas, que se convirtió en el marido de mi madre, me arrebató todo lo que tenía, mi propia madre eligió a su nuevo marido antes que a mí. Me he tenido que valer por mí mismo y nunca, escúchame bien, ¡nunca me ha pasado nada bueno!
-Todo eso es mentira y lo sabes- exclamé furioso. No era posible que estuviera diciendo eso, no podía ser tan gilipollas.
-Harry, ¡cállate! ¡Eres patético! ¡Te he humillado un millón de veces y sigues comiéndome el culo! ¿No te das cuenta de la pena que das? Me das asco, maricón de mierda.
-¡Louis!- gritó Kylie ante esas palabras.
Maricón de mierda, enfermo mental, patético... mis manos empezaron a temblar.
-Pídele perdón- exclamó la rubia.
-No voy a pedir perdón por decir la pura verdad- la miró de la forma más fría y perversa.
No sabía qué le pasaba por la mente para decir cosas tan hirientes y dolorosas a las personas que más le apreciábamos. Este estaba siendo el final de Louis Tomlinson como persona. Todo rastro de humanidad en su alma se había esfumado. No quedaba absolutamente nada. No lo entendía. Lo que queremos todo el mundo es que nos quieran, y cuando lo que quieres es que todos te odien... significa que tienes un grave problema.
Me marché de la habitación con todo mi cuerpo temblando, con esas palabras retumbando en mi mente, con todas las heridas del pasado abiertas. Me encerré en la cocina, no quería verle, y escuché cómo Kylie y él discutían a voz en grito.
Me sorprendía lo valiente que era Kylie para enfrentar a Louis, tal vez porque tenía mucho coraje o porque, sinceramente, no sabía cómo podía llegar a ser Louis realmente, pero, por extraño que fuera, parecía que tenía un don innato para controlar al monstruo que Louis llevaba dentro. Admiraba lo mucho que estaba poniendo de su parte para ayudarnos, a mí y a Trish aunque no estuviera presente, a pesar de que no tenía motivos para hacerlo.
Al cabo de un rato Kylie había echado a la chica con la que se había acostado Louis a patadas, literalmente. En ese momento fue cuando nos dimos cuenta de que no hablaba inglés, era francesa. Hubiera sido un momento gracioso de ver si la situación no hubiera sido esta. Salí de mi escondite cuando la chica se marchó, con lágrimas en los ojos por el bochorno que había pasado ahí dentro. Louis no podía haber caído más bajo. Acostarse con una cualquiera... No sabía lo mucho que había perdido, de verdad que no era consciente.
Kylie me vio aparecer por el salón y me hizo unas señas para que le ayudara con el plan que tenía en mente. Entre los dos logramos meter a Louis de cabeza en la ducha, a ver si se le pasaba la tontería y reaccionaba de alguna manera. No fue una tarea fácil, ya que se resistía a que le metiéramos la cabeza debajo del agua. Algún que otro codazo y pisotón nos llevamos pero teníamos ventaja, yo era más alto que él y Kylie le tenía sujeto por las manos. Abrí el grifo y empujé a Louis hacia delante para que el chorro le cayera sobre la cabeza.
-¡Soltadme de una puta vez!- forcejeó al sentir la gélida cascada de agua caer por su cabeza.
-Cuando reacciones y te des cuenta de la gilipollez que has hecho te dejaremos- contesté.
-¡Sois unos hijos de puta! ¡Os vais a cagar!
-Eres tú el hijo de puta y ya es hora de que te des cuenta- mascullé y abrí más el grifo para que saliera más agua y le mojara más.
-¡Ya sé que soy un hijo de puta! ¡Siempre lo he sido y siempre lo seré! Has tardado doce años en darte cuenta, enfermo mental.
-¡Para ya! ¡Estoy harto!- otra vez había hecho referencia a mis problemas de salud. La primera vez había sido como disparar una bala contra mi pecho descubierto, pero una segunda vez... no iba a dejarlo pasar-. Trish te va a dejar para siempre, pedazo de subnormal. Es lo que querías, ¿no? Que te dejara.
-¡No!- gritó.
-¿Entonces qué? ¿Querías hacerla sufrir como a todas las putas con las que has estado?
-¡Sí!- gritó malévolo, con crueldad, incluso con diversión.
-¡Pues la has jodido porque Trish era diferente! ¡Mírame!- le cogí del pelo de la nuca y tiré hacia atrás para que se girara y se quedara cara a cara conmigo-, Trish es la única persona que te ha querido cuando era la que más motivos tenía para no hacerlo y tú, querido amigo mío, la has perdido para siempre.
-Harry...- susurró y fui consciente de que, tal vez, estaba un poco alterado.
-¿Qué?- sus pupilas se tiñeron de un negro plagado de oscuridad y malicia.
-Yo no tengo amigos.
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Quería daros las gracias en nombre de Meri ( MeriOopsHi ) a todos los que os habéis pasado por Irrelevant y la habéis leído. He hablado con ella y me ha dicho que os lo agradece un montón. Y si no os habéis pasado aún por su historia no sé a qué estáis esperando porque es genial.
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