Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 72

POV TRISH

-¿Cuándo vamos a hacer el trabajo?- exclamé desesperada. El pelo me estorbaba en la cara y me hice un moño, pero eso no ayudó a desestresarme.

-¿Por qué no te vienes unos días a casa?- propuso Harry mientras cruzábamos el infernal pasillo de la universidad lleno de gente.

Cuando el reloj marcaba y media, aquello era peor que Times Square en hora punta. Gente yendo de acá para allá, corriendo algunos, incluso, porque su siguiente clase estaba en un módulo alejado y puede que no llegaran a tiempo.

-Sería más fácil, piénsalo- siguió hablando por encima del ruido-. Podríamos ir a la biblioteca, como solíamos hacer.

Me quedé pensándolo y sí, puede que fuera la mejor y única opción. Esta semana estaba hasta arriba de cosas. Tenía que hacer exposiciones orales y terminar infinidad de trabajos y, para colmo, me habían añadido otro más a la lista, que tenía que hacer con Harry.

-Sí, vale. Pero preferiblemente entre semana porque el fin de semana quiero ver a Louis- le informé. Le miré curiosa tras ver que no hablaba y le vi con una pequeña sonrisa en el rostro-. ¿Qué?

-Nada...

-No, Harry, ¿qué?- le demandé.

-¡Nada! Solo que me alegro de que volváis a estar juntos- reconoció.

-Ya, bueno... yo también- sonreí-, aunque es raro.

-¿Por qué?- dijo con el ceño fruncido.

-Volvemos a estar juntos pero no está conmigo... ¿me entiendes?- últimamente, expresarme no era lo mío.

-Solo nos queda poco más de un mes para acabar las clases. Antes de que te des cuenta estarás con él de nuevo- le sonreí amablemente y salimos juntos al campus. Harry siempre me alentaba a mirar las cosas con positivismo.

*

-Duermo en la habitación de Louis, ¿no?- chillé al subir las escaleras de la casa de Harry.

-¡Sí! ¡He puesto sábanas limpias!- gritó Gemma desde abajo.

Era jueves por la tarde y esta noche me quedaría con los Styles, como habíamos acordado a principios de semana. Harry y yo acabábamos de volver de hacer el trabajo y estaba matada. Él se había ido a comprar bebidas para la cena y yo fui hacia la habitación de Louis para tumbarme y no hacer absolutamente nada. Estaba exhausta. Parecía como si tuviéramos una conexión especial o algo porque, nada más cerrar la puerta, mi móvil sonó. Era él.

-Tú habitación ha cambiado considerablemente desde que no estás- comenté viendo lo que había ante mis ojos.

-¿Qué le han hecho?- pude sentir su mirada penetrante.

-La han convertido en un trastero- me reí. Había cajas por todos lados y cacharros en cada esquina. El único espacio que estaba libre era el de la cama.

-¡Qué bonito es que te echen de menos!- exclamó con ironía-. Oye... ¿sabes cómo se hacen las lasañas congeladas?

-¿Eh?- exclamé soltando la mochila sobre la cama y tumbándome sobre ella.

-He decido que tengo que empezar a comer mejor y Kylie me recomendó comprar cosas de la sección de congelados. Es lo que hace ella y, por ahora, le va bien, así que voy a copiarla. No quiero que cada vez que vengas le tengas que hacer una inspección sanitaria a la nevera.

Me repateaba que tuviera los huevos de hablarme de Kylie. ¿Acaso no se había dado cuenta de que no la tragaba?

-Sí, mira... todo lo que necesitas son un par de ojos para leer las instrucciones.

-Trish, no estoy para bromas, ¿por qué crees que te he llamado? Tengo hambre- abrí la boca sorprendida. 

-¿Y por qué no le preguntas a Kylie?- pregunté malhumorada. Si la tenía tanto aprecio, ¿por qué me llamaba a mí?

-¡Porque no está! Sino ya se lo hubiera preguntado- estaba de coña, ¿verdad?-. Vamos, Trish, ¡me suenan las tripas! Tengo el plato delante, ¿qué hago?- conté hasta diez mentalmente para intentar relajarme.

-Mételo quince minutos en el microondas a máxima potencia. Con eso bastará- bufé.

-¡Eres un genio! Por algo eres mi novia...- ah, bueno era saberlo-. Mañana hablamos, ¿vale?

-¡Louis!- acabé exclamando indignada. ¿Me llamaba solo para preguntarme cómo se hacía una maldita lasaña? Quería hablar más tiempo con él, ¿es que nos se daba cuenta?

-¿De verdad creías que te iba a colgar?- preguntó con picardía.

-Eres capaz...- resoplé, aún no muy segura de qué iba a hacer.

-Sí, pero cuando estoy enfadado... ahora no... estoy- oí la frase con un poco de interferencias.

-¿Puedes moverte o algo? No te oigo bien- llamaron al timbre de la puerta y Gemma me gritó que si podría abrir porque ella estaba ocupada con la cena. 

-¿Qué pasa?

-Que el idiota de tu amigo se ha dejado las llaves- escuché cómo se reía al otro lado de la línea. Bajé las escaleras con parsimonia. No tenía ganas ni de mover un músculo.

-Harry no es idiota, Trish. Al menos, no tanto como creemos- siguió hablándome-. No recuerdo ni un día que se haya olvidado las llaves en casa. Siempre las lleva en su bolsillo derecho de la chaqueta.

-Pues esta vez no.

-Créeme, nunca se las deja- insistió.

-¿Qué quieres decir?

-No sé...- abrí la puerta y le vi parado delante de mí-... dímelo tú- sonrió. Me quedé helada mientras sentía como mi cuerpo temblaba de la emoción.

-¿Qué haces aquí?- exclamé emocionada. Me lancé a sus brazos con fuerza.

-Te dije que estaba en casa- sentí cómo sonreía. Un sentimiento de júbilo me llenó por dentro. Volvía a estar aquí, conmigo.

-Gracias por decir que soy idiota, yo también te quiero y tal...- escuché a Harry refunfuñar por detrás. Me reí.

-No la culpes. Es imposible no decirlo, Styles. Viniste con ello escrito en la frente- le dio una pequeña colleja y Harry se rascó la cabeza, mirándole con cara de no muy buenos amigos.

-Ya, y tú con gilipollas grabado a fuego en el culo- me volví a reír. Parecían niños.

-Echaba de menos esto- les cogí a los dos y les abracé con ambos brazos. 

-¿Al idiota o al gilipollas?- inquirió Louis. 

-A los dos tontos que tengo por mejor amigo y por novio.

-Me encanta cuando te refieres a mí con esa palabra- Louis me tomó por la cintura y me acercó a él.

-¡Dios! Tenéis la habitación a menos de diez pasos, ¡usadla!- gritó Harry indignado y se metió para dentro. Louis no me quitó el ojo de encima mientras sonreía por el comentario de su amigo y me robó un beso que acepté con gusto. Los dos pasamos dentro y fuimos a la cocina para que saludara a Gemma.

-Pensé que nunca volverías- señaló la chica.

-¿En serio?- preguntó Louis extrañado.

-Tenía la esperanza de que no lo hicieras.

-Ya, para usar mi habitación de trastero, ¿no?

-No se nota la diferencia entre ahora y cuando vivías aquí, sigue estando igual de ordenada- comentó con ironía.

Louis se hizo el indignado y me sacó de la cocina mientras escuchaba la risa de Gemma de fondo. Miré a Louis y, aunque no lo reconociera, sabía que les había echado de menos. 

 -¿Cómo es que estás aquí?- le pregunté animada al subir las escaleras de su mano.

-Me dijiste que vendrías y decidí hacerle una visita a la ciudad- me sonrió-. Pedí el día libre en la biblioteca- me explicó.

-¿Hasta cuándo vas a quedarte?- pregunté con temor. No quería que se fuera pronto. Entramos en su habitación.

-Hasta el fin de semana, luego me iré contigo y, después, volveré a Oxford.

La palabra Oxford fue lo que menos me gustó de la frase. Tomó mi muñeca y me atrajo hacia él, fundiéndome en un abrazo. Sus brazos rodearon mi cuerpo y me apretaron con fuerza hacia su pecho. Apoyó su barbilla en mi cabeza y suspiró.

-Te he echado de menos- imité sus acciones y pasé mis brazos por su espalda-. Quiero volver a estar en la misma ciudad que tú.

-Y yo.

-¿Estás cansada?

-Un poco- reconocí.

-Voy a bajar y le voy a decir a Gemma que se dé prisa en hacer la cena.

-No hace falta, Louis- le frené antes de que saliera por la puerta.

-No, déjame. El otro día me dijo que quería hablar conmigo- al decirme eso le solté y le dejé marchar. Tal vez fuera algo importante.

Me quedé un rato en la habitación, tan solo pensando en lo fácil que era mi vida unos meses atrás y lo complicada que parecía ahora. Lo peor era que sentía que nos habíamos metido en un bucle y no sabía cómo salir. Me alegraba tener a Louis aquí pero sabía que era algo temporal, que no podría estar con él todo el tiempo que quisiera y eso era algo que no llevaba bien. Quería verle, quería estar con él. Aunque, por otra parte, puede que esto fuera lo mejor para ambos. Acabábamos de volver y no quería apresurar las cosas.

POV LOUIS

-¿Qué pasa?- le pregunté serio. Gemma nunca hablaba conmigo a excepción de que fuera algo importante.

-Baja la voz... no quiero que Harry se entere.

-¿De qué?- dije cerrando la puerta de la cocina. El salón estaba al lado y, aunque Harry estuviera viendo la televisión, estaba seguro de que se pisparía si nos oye cuchichear. Gemma se cruzó de brazos y miró al suelo.

-He descubierto que Harry ha dejado las prácticas en el hospital.

-¿Qué?- exclamé.

-El otro día fui al hospital, a una simple revisión, y me encontré a Finn saliendo del ascensor. Le pregunté qué tal iba Harry, cómo se desenvolvía en el hospital y demás, y me... me dijo que hacía semanas que no iba. Que lo había dejado.

No me lo podía creer. Harry amaba ir al hospital. Amaba hasta al propio jefe de planta, o sea Fletcher. Ese gilipollas me había prometido que cuidaría de Harry mientras yo no estuviera y no había hecho una puta mierda. Y luego estaba el otro gilipollas, que a saber qué coño se le había pasado por la cabeza para dejarlo.

-¿Crees que lo que pasó entre ellos tuvo algo que ver?- inquirió Gemma.

-Me juego el cuello- mascullé planeando la muerte de Fletcher mentalmente-. ¿Sabe Harry que lo has descubierto?

-No, primero quería hablar contigo.

-Vale, pues no le digas nada. Mañana iré a ver a Flecther.

POV TRISH

Harry subió a la habitación para avisarme de que le ayudara a poner la mesa. Al bajar noté a Louis más serio de como estaba antes pero no le di importancia. Louis nunca se tomaba bien los comentarios de Gemma. Cenamos mientras Harry y yo dábamos los últimos repasos a nuestro trabajo. Al terminar, Louis y yo nos despedimos dándoles las buenas noches y nos subimos a la habitación.

-¿Crees que mañana va a llover?- comenté asomándome por la ventana. Estaba oscuro pero se podía ver cómo las nubes cubrían el cielo.

-Tal vez... no sé- musitó abriendo la cama y quitándose la camiseta.

-¿Te pasa algo?- le pregunté acercándome a su lado.

-No es nada- musitó entre dientes. Fuera lo que fuera le estaba comiendo por dentro y era por eso que durante la cena había estado tan callado.

-Cuéntamelo- le demandé amablemente.

-Nada, es que...Gemma- suspiró. Le notaba molesto.

-¿Qué pasa?- él hizo una pausa y me miró. Habló en voz baja.

-¿Sabes que Harry ha dejado las prácticas en el hospital?

-¿Qué? ¿Por qué?- exclamé sorprendida. ¿Por qué no sabía nada de eso si había estado con Harry las últimas semanas?

-Te lo puede imaginar...

-¿Finn?- él asintió con la cabeza-. No me lo puedo creer. Todo este tiempo me ha estado haciendo creer que estaba yendo. ¡Incluso le preguntaba qué tal le había ido y él siempre me contestaba que bien!

-Ya, yo tampoco sabía nada- contestó molesto.

-¿Por qué no has hablado con él?- le pregunté.

-Porque no es con él con quien quiero hablar. Si él ha dejado de ir no creo que haya sido por su propia voluntad- farfulló malhumorado-. Mañana, cuando salgas de la universidad, nos vamos directamente al hospital. Voy a hablar con Fletcher.

Le miré y acabé asintiendo. Me fastidiaba que Harry me hubiera estado mintiendo. Pensé que él sabía que podía contármelo todo. Éramos amigos y para eso estábamos.

-Vámonos a dormir, anda- murmuré. No quería darle más vueltas al tema ahora o no me dormiría. Me puse el pijama que saqué de la mochila y me metí en la cama.

-¡Louis!- exclamé aborrecida cuando los dos nos hubimos tumbado.

-¿Qué?

-...la luz.

-Ugh...- bufó molestó y se levantó a apagarla.

Cuando volvió a meterse en la cama me atrapó entre sus brazos y me dio un beso en la frente.

-Buenas noches, pequeña.

-Duerme bien- respondí con una sonrisa y sentí cómo me apretaba el brazo con dulzura.

Por fin, y después de mucho tiempo, aquello sí que eran unas buenas noches.

*

Louis había venido a recogerme en la moto a la universidad. No lo reconocería en voz alta pero había extrañado la sensación de ir montada en ella con él delante. El atasco de la hora punta hizo que nos retrasáramos en la llegada al hospital pero, una vez allí, entramos con decisión al edificio. Intenté hablar con Louis de cosas banales por el camino para despejarle la mente del tema en cuestión. Le conocía y tan solo esperaba que no montara una escenita.

-¿Puedes ir un poco más despacio?- exclamé. En vez de andar iba dando saltitos a su lado por lo rápido que iba.

-No- siguió andando al mismo ritmo.

-¿Sabes siquiera a dónde vas?

-He estado más veces en el despacho de Flecther.

-¿Y si no está ahí?- inquirí.

-Por algún sitio habrá que empezar ¿no? ¡Dios!- masculló frustrado.

-Bueno, relájate- comenté pero sabía que no iba a hacerme caso. 

Al llegar a la tercera planta, una enfermera nos paró justo antes de entrar en su despacho al vernos tan decididos.

-¿A dónde van?- nos intentó preguntar amablemente pero en su cara se notaba que la amabilidad no era su fuerte, igual que Louis.

-A ver al doctor Fletcher- contesté yo antes de que Louis soltara una burrada.

-Ahora mismo está ocupado- nos informó y me paré, pensando en esperar a que acabara, pero Louis no pareció tomárselo de la misma forma.

-Me la suda- abrió la puerta de golpe y pude ver cómo Finn se sobresaltaba ante el estruendo que ésta causó.

-¿Qué te crees que estás haciendo?- se levantó de su silla indignado.

-¿Qué cojones has hecho con Harry?- exclamó Louis malhumorado, casi gritando, y señalándole.

-¿Qué he hecho de qué?

-¡Me prometiste que cuidarías de él!

-¡Y lo hice!- acabó gritando también Finn. La enfermera me miraba sin saber qué hacer, alucinando, pero yo no estaba dispuesta a intervenir mientras ellos seguían discutiendo.

-¿Tú qué coño vas a hacer? ¡Has hecho todo lo contrario! ¡Le has jodido!

-Yo no he hecho nada- habló un poco más bajo intentando calmarse.

-¿Entoces por qué coño ya no viene a las prácticas si estar aquí es todo lo que ha deseado en su mísera vida?- le demandó con dureza, su vena del cuello palpitaba con fuerza.

-Escucha- se impuso con fuerza Finn-. No es el mejor momento para hablar de esto- dijo mirando de reojo a la enfermera que se encontraba admirando la escena desde un tercer plano.

-¡Me da igual! Vamos a hablar de esto y ahora- elevó la voz, demandante. A Finn no le quedó otro remedio más que hacerle caso y ceder.

-Entra ya- le dijo medio cabreado y le hizo un gesto con la cabeza a la enfermera-. Que no me moleste nadie- le indicó y ella, asintiendo con la cabeza, se alejó por el pasillo, un tanto confusa.

Louis me hizo un gesto con la mano para indicarme que me metiera en el despacho y no me quedara fuera. Finn cerró la puerta trás de mí.

-¿Has venido con todo el ejército de batalla para combatirme o qué?- le preguntó a Louis señalándome. Él tensó la mandíbula, no muy contento con su actitud prepotente.

-Estás tardando en hablar- le demandó Louis-. ¿Qué has hecho?

-¡Yo no he hecho nada!- repitió Finn de nuevo-. Harry fue el que dejó las prácticas.

-No me lo creo- contestó Louis impasible.

-Pues créetelo porque es lo que pasó.

-Pero, ¿por qué? Él no haría algo así- intervine yo sin comprender, e intentando aliviar un poco el ambiente.

-Era una situación delicada después de... lo que pasó- musitó por lo bajo.

-¡Es que hay que ser gilipollas!- gritó Louis-. ¿Cómo pudiste hacerle pensar que tenía posibilidades? ¡Si luego le ibas a tratar peor que a una mierda!

-¡No fue así! ¡Él me besó y,obviamente, yo le rechacé!

-¿Y tanto te costaba haberle seguido el rollo?- gritó Louis enfurecido, la rabia le consumía.

-¡Es que no soy gay, Louis, por mucho que tú intentes convertirme!- exclamó malhumorado-. ¡Y no voy a besar a alguien solo por pena!

-Pues por tu puta culpa mi único y mejor amigo está en una especie de trance y no quiero ni sacarle el tema por miedo a que haga algo sin pensar. ¿Es que no te acuerdas de lo que te conté sobre su problema?

-Sí, Louis, me acuerdo perfectamente- masculló entre dientes.

-Pues deberías saber que rechazar a una persona con este tipo de trastornos es lo peor que puedes hacer.

-¿Crees que no me doy cuenta?

-¡Pues claro que no! Sino Harry estaría aquí. 

-Louis tiene razón, Finn- comenté-. Harry se sentía la peor persona del mundo después de lo que pasó aquella noche, estaba completamente hundido, se odiaba a sí mismo. No quiero saber cómo podría estar ahora...

-¿Me estáis culpando?- nos miró a los dos, señalándose.

-No.

-Sí- dijimos Louis y yo al unísono. Le miré mal por ser tan directo.

-No, Finn, pero queremos saber por qué Harry ha dejado las prácticas. Sabes que es lo que más le gusta hacer- hablé antes de que lo hiciera Louis.

-Pues preguntádselo a él. Yo no tengo nada que ver.

Louis le miró con odio.

-Gracias por nada- masculló cabreado y salió del despacho con rapidez, sin mirar atrás. Le lancé una mirada de complicidad a Finn, casi pidiéndole perdón por el comportamiento de Louis, y salí tras él.

-¡Louis!- grité por el pasillo del hospital pero él pasó de mí.

No fue hasta que llegamos casi a la salida que no aminoró el paso. La brisa le movía el flequillo con suavidad mientras, encima de nosotros, el cielo encapotado avisaba que pronto caería una tormenta. 

-¿Vas a hablar con Harry?- le pregunté al cabo de un rato.

-No sé lo que voy a hacer... ahora solo estoy pensando en pincharle las ruedas al coche de Flecther.

-¡Claro que no!- le zarandeé para que me prestara atención-. ¡No vas a hacer tal cosa!

-Necesito ir a casa, ya- dijo poniéndose en marcha y dirigiéndose hacia la moto. Llevaba todo el rato sintiéndome como un títere a su merced.

Volvimos a casa sin cruzar una palabra. Él estaba en su mundo, pensando Dios sabe qué, y lo mejor en estos casos era dejarlo estar. Aún teníamos un par de horas hasta que Harry y Gemma vinieran de la universidad y del trabajo, respectivamente. Harry tenía laboratio por la tarde y eso nos daría un margen de tiempo para pensar en qué decir o qué hacer. Entramos rápido en casa, refugiándonos del frío de las calles de Cambridge.

-¿Está puesta la calefacción? Porque no noto la casa muy...- Louis me interrumpió empujándome contra la pared y juntando sus labios con los míos en un beso forzado. La emoción y tensión del momento se adueñó de mí y rodeé su cabeza con mis brazos, metiendo mis finos dedos entre los mechones de su pelo

-No aguanto más...- jadeó mientras me besaba-. Te necesito...- bajó seductoramente hasta mi cuello, dejando un rastro de besos mientras me hacía moverme hacia las escaleras para subir a su habitación.

Mis pies no iban muy coordinados, tenía los sentidos nublados por Louis, así que me acabó cogiendo en brazos, con mis piernas alrededor de su cintura, y me subió a su habitación. Entramos y empezó a desprenderse de mi ropa y de la suya.

-... ayúdame a olvidar todos los problemas... ayúdame a olvidarme del mundo...- cada palabra hacía que me entregara con más pasión a él.

Me empujó contra la cama y se colocó encima de mí, dándome suaves besos por todas las partes de mi piel.

-Te necesito...- gimió mientras le besaba el cuello.

Sus manos me acariciaban con tanto amor y tanta ternura, y sus palabras sonaban tan necesitadas que me era imposible decirle que no.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro