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Capítulo 65

POV TRISH

-O sea que ¿aquí es dónde trabajas?- eché un vistazo alrededor del despacho. Estaba todo demasiado desordenado.

-¿No tienes nada mejor que hacer que pasarte por aquí?- masculló William haciendo que ordenaba los papeles del escritorio.

-Me han robado la cartera- le miré seria, repitiendo las mismas palabras que le había dicho al encontrarle por la comisaría pero estaba claro que no me había hecho ni caso.

-¿Estás de coña?- se empezó a reír-. Éste no será uno de esos truquitos para ligar conmigo, ¿verdad?

-¿Estás loco? ¡Casi me doblas la edad!- exclamé horrorizada.

-Cosas peores se han visto...- me miró pícaro. Tenía mucho sentido del humor. Demasiado, diría yo.

-Créeme, no hubiera venido aquí por propia voluntad si no fuera importante.

-¿Y por qué me lo cuentas a mí? Te recuerdo que soy jefe de policía, no especializado en robos y despistes de quinceañeras.

-No ha sido ningún despite. ¡Ni siquiera me he enterado! He llegado a casa y ya no estaba en el bolso.

-Típico...- rodó los ojos.

-¿Puedes ayudarme y hacerme la denuncia, por favor?

Se sentó en la silla y comenzó con el papeleo. Me tuvo ahí sin hacer nada un buen rato mientras esperaba a que terminara. Al acabar, me levanté y me marché. Al salir por la puerta del edificio escuché que alguien me llamaba por detrás y me giré. Vi a William andando hacia mí poniéndose el abrigo.

-¿Qué haces?- inquirí mientras se unía a mí.

-Irme a casa. Ha terminado mi turno. He venido en coche, ¿quieres que te lleve?

Se me hizo un poco extraño que me preguntara eso.

-Hace un momento estabas pasando de mí y ahora ¿me quieres llevar a casa?

-Intentaba ser un vecino amable, joder.

-No, a ver... sí que quiero. Prefiero ir en coche a coger el bus hasta casa- empezó a andar y yo le seguí.

-La próxima vez respóndeme directamente.

-Deberías relajarte un poco.

-Vale, Trish.

-Ser amable no es tan complicado.

-¡Soy amable!- exclamó abriendo el coche y montándose.

-Se nota..

-Mira, estoy por dejarte aquí- vi los rastros de una sonrisa y me relajé.

William nunca se tomaba nada en serio, dijeras lo que dijeras, sudaba de todo.

-Soy amable y lo puedo demostrar porque te estoy llevando a casa y te he hecho una denuncia cuando hay gente especial para esas cosas. ¿Has visto?

-Claro...

-Yo a tu edad no perdía la cartera- no me digas a que ahora iba a ponerse a hablar de sus tiempos mozos porque me bajaba del coche.

-Me gustaría verte a ti con mi edad- me reí. Vaya pintas.

-Las tenía a todas loquitas.

-Y si las tenía a todas loquitas ¿cómo es que no estás casado?

-¿Y quién dice que no tenga novia?- me guiñó un ojo.

-Yo, lo digo yo. Estudio Psicología en la universidad de Cambridge pero bueno, eso no tiene nada que ver, no hay que ser muy listo para averiguarlo. Alguien con un carácter como el tuyo es imposible que tenga pareja- él me miró de reojo y luego sonrió.

-Te juro que estoy por dejarte aquí tirada.

Me reí pero por mucho que él no lo reconociera sabía que tenía razón. William era una persona muy especial para ciertas cosas y las personas no eran su punto fuerte. Cualquiera dudaría de si había tenido novia. A mí me parecía demasiado extraño. Era guapo pero estaba desperdiciado al no saber cómo tratar a las personas. No tenía ni idea de la naturaleza humana.

El móvil me vibró y me sorprendí al ver un mensaje de Louis.

*sé que me pediste un tiempo pero dime si estás bien, te echo de menos*

Sentí un escalofrío al leer sus palabras. La nostalgia tiñó mis ojos. ¿Estaba mal que le echara de menos también?

-¿Quién es?

-Nadie- respondí con sequedad.

-Pues parece que Nadie te gusta.

-¿Qué?- me miraba como si supiera algo que yo no sabía.

-Antes teníad los ojos apagados y se te acaba de iluminar la cara... ¿Quién es?

-Es una larga historia.

-Nadie... Unalargahistoria... qué nombres más raros tienen tus amigos.

Me reí sin ganas. Sus chistes más malos no podían ser. Ignoré sus preguntas y conesté a Louis.

*yo también te echo de menos*

POV LOUIS

-¡Ha contestado!- gritó Kylie desde el salón.

Me puse la camiseta y salí corriendo de la habitación. Le arranqué el móvil de las manos al llegar.

-¿Qué dice?- preguntó curiosa.

-Que también me echa de menos- un sentimiento de júbilo me invadió el cuerpo. No tenía pensado que me contestara y mucho menos diciéndome esto-. Pero no me ha respondido cómo está.

-Eso es porque no está bien- comentó Kylie.

El otro día le conté toda mi historia con Trish. No sabía ni por qué lo había hecho, fue un momento de debilidad y la persona más favorable a contarle mis problemas parecía ser ella. Aunque fue un poco precipitado porque sólo me había cruzado un par de veces con ella por la escalera.

-¿Qué hago? ¿La mando otro?

-¿No se supone que os habéis dado un tiempo? Si la envías mensajes cada cinco minutos está claro que no entiendes el significado de esa frase.

-No nos hemos dado un tiempo- dije serio. Cuando las parejas decían eso luego nunca volvían juntos y no estaba en mis planes dejar a Trish.

-Vale, lo que tú digas- me rodó los ojos-, pero deja respirar a la chica. Está claro que quiere alejarse de ti.

Le dejé a Kylie muy claro que quería que fuera honesto conmigo y me dijera todo lo que pensaba de la situación pero no sabía si ahora estaba siendo honesta o se estaba quedando conmigo.

No la hice caso y acabé mandándola un mensaje que me parecía importante.

*vuelve a hablar con harry, por favor, él no tuvo la culpa de nada*

POV TRISH

Supiré al leer su mensaje. Había estado debatiendo entre si llamarle o no. Dios, le echaba muchísimo de menos y ese había sido el empujón que necesitaba para hacerlo. Al llegar a casa llamaría a Harry.

-¿No me vas a contar tu historia?- murmuró William. Habíamos parado en un semáforo.

-Mi historia está bajo el género de drama y no creo que te interese mucho.

-Ni siquiera me conoces lo suficiente para saber lo que me interesa o no. Tú me interesas.

-¿Qué?- me quedé helada ante esa frase.

-Sigo sin saber bien qué haces aquí sola. Me interesa saber por qué- suspire aliviada. Lo había entendido de otra forma.

-Sólo si tú me cuentas la tuya.

-Yo no tengo ninguna- se rió.

-¿Tantas chicas y ninguna dejó huella en tu corazón?- alcé las cejas-. No me lo creo- él miró con interés a la carretera.

-Sólo si tú lo haces primero.

-Vale, lo mío es corto así que...- tomé aire y se lo expliqué-. Antes de empezar a salir con mi novio me hizo una putada y seis meses después me he enterado de que fue él. Por no hablar de que mi madre le odia y ahora no me hablo tampoco con ella por su culpa. Y, bueno, mi mejor amiga dejó de serlo porque antes de salir con mi novio salí con uno de sus amigos que resulta que me estaba usando para acercarse a ella. Aparte, fui arrestada gracias a él y me he pasado casi un mes en un hospital cuidando de él después de que tuviera un accidente en el que uno de sus amigos casi le mata.

-Suena emocionante.

-No veas.

-¿Y cuál fue la putada que te hizo?- preguntó con el ceño fruncido.

-No te lo puedo decir.

-¿Por qué?- noté cómo se moría de curiosidad.

-Eres jefe de la policía- no podía soltarle lo del robo tan tranquilamente.

-¿Y? Ahora no estoy de servicio- me miró y, por algún motivo, sus ojos me trasmitieron confianza-. No voy a decir nada.

-Destrozaron mi apartamento hace unos meses y hace una semana me enteré de que fue... él.

-¿Cómo que destrozaron?- dijo sin entender.

-Robaron, destrozaron... como si un huracán hubiera arrasado con todo- sonreí amargamente ante el recuerdo. No había sido muy buena idea decirlo en voz alta, aún me sentía mal al pensar en ello.

-¿Con qué tipo de gente te juntas?- exclamó alarmado.

-Sabía que no lo entenderías- resoplé. Nadie lo entiendía porque nadie era yo y nadie le quería y le necesitaba como lo hacía yo.

-¿Qué es lo que se supone que no entiendo? ¿No te deja en paz ahora que te has ido? ¿Te acosa? ¿Alguna vez te ha pegado? Podemos volver a la comisaría y hacer una orden de alejamiento rápida.

-¡Le quiero!- exclamé alterada. Estaba sacando las cosas totalmente de contexto. ¿Qué mosca le había picado? El coche se paró y vi que habíamos llegado a casa.

-¿Tú te has escuchado? ¿Cómo puedes querer a alguien que te ha hecho todo eso?- parecía enfadado y molesto y no entendía por qué.

-¿Por qué te jode tanto?- tanto tiempo sin Louis hacía que me estuviera transformando en él a la hora de hablar.

-A mí no me jode, ¡ni siquiera me importa!- se mostró bastante indiferente-. Es a ti a la que te jode todo lo que ha hecho si no, no hubieras escapado de él.

-Sigues pareciendo muy cabreado.

-Porque parecías una buena chica y lista...

-¡Y lo soy!- ¿qué diablos tenía eso que ver?

-Si lo fuera verías lo tóxica que es tu relación.

-Entonces puede que esté loca- me crucé de brazos.

-No creo que estés loca- me contradijo-, solo estás atontada por sus encantos. Te mola eso de los chicos malos. Es tu primer amor, ¿verdad?- mi silencio me delató-. Por eso te cuesta tanto dejarle. Escucha, todos tenemos un primer amor y todos acabamos dejándole. Tú tienes que hacer lo mismo.

-No sabes de lo que estás hablando.

-Te recuerdo que soy policía y sé cómo acaban este tipo de relaciones, lamentablemente. No me gustaría que tú acabaras igual.

-Ni siquiera conoces a Louis y hablas de él como si lo hicieras.

-No me parece lo mejor para ti.

-¿Y qué se supone que es lo mejor para mí?- grité-. ¿Alguien como tú que a sus treinta y nueve años se sigue comportando como un crío de tres? ¿Alguien que no sabe tratar a las personas? ¿Alguien que no ha conseguido ni formar una familia a su edad? ¿Alguien que ni siquiera tiene amigos? ¿O alguien que es tan estúpido que piensa que con sus palabras de sabio puede romper el amor que siente una persona hacia otra y que él nunca será capaz de dar ni de recibir?

Al acabar me di cuenta de que la había cagado. Me había enfadado tanto que no había medido el daño que podían causar mis palabras, en su cara se veía reflejado.

-Por cómo le defiendes sólo das más validez a mi teoría- musitó sin mirarme.

Por un momento pensé que le había herido pero no habían pasado ni cinco segundos cuando él había vuelto a la carga. Me desabroche el cinturón y salí del coche de malas maneras hasta que llegué a casa.

POV LOUIS

Kylie ya se había marchado a su casa porque mañana tenía que ir a la universidad, por lo que, de nuevo, estaba solo. Cogí la botella de Ron y le eché un trago. Parecía que se había convertido en mi nuevo mejor amigo aquí. Kylie era maja y me ayudaba a adaptarme a ésto de vivir solo. Ella lo había estado haciendo estos dos últimos años mientras estudiaba aquí. Aun así, ella no era Harry, o Trish. Ella no me conocía y por mucho que a veces estuviera conmigo no lograba llenar el vacío que había en mi interior y que sólo una persona podía llenar. Me di un susto cuando mi móvil empezó a sonar. Pensando en que era Kylie, y que se había dejado olvidado algo, lo cogí sin mirar.

-¿Hola?- exageré un poco el tono de voz.

-¿Crees que seguiremos funcionando después de ésto?- me quedé paralizado al escuchar la voz de Trish.

-¿De qué estás hablando?- me asusté.

-¿A cuantas personas conoces que sean mayores y que sigan estando con su primer amor?

-¿Por qué me dices esto?- me estaba asustando de verdad, incluso ella parecía asustada.

-A ninguna, ¿verdad?

-¿Qué tiene eso que ver con nosotros?

-Tú eres mi primer amor y los primeros amores nunca funcionan porque...

-¡Pero tú no eres el mío!- la corté sin entender muy bien qué estaba diciendo-. Tú no eres mi primer amor...

-Ah, ya, claro...- ella acababa de pensar en las chicas con las que había estado antes.

-No eres mi primer amor pero vas a ser el último- sentencié-. Escúchame bien, no sé qué mierdas se te está pasando ahora mismo por la cabeza pero olvídalo. Yo también tengo momentos en los que me vengo abajo y eso es porque no estás a mi lado... porque te echo de menos- escuché su respiración entrecortada.

-Yo también te echo de menos- era mil veces mejor oírselo decir que leerlo en un mensaje de texto.

-Pues entonces vete a dormir y descansa porque yo no me voy a ir a ningún lado, voy a seguir aquí, echándote de menos.

-¿Me lo prometes?- tartamudeó.

-Sí.

-Pero no quiero que sea como todas esas promesas de antes, quiero que ésta sea de verdad.

-Lo será, porque te quiero- nos quedamos los dos en silencio. Un silencio importante porque ella estaba decidiendo si podía volver a confiar en mí o no y, esta vez, no podía cagarla.

-¿No crees que estamos haciendo algo malo al seguir juntos? ¿Como si lo correcto hubiera sido dejarlo? - preguntó asustada. No iba a dejar que pensara eso ni un segundo más.

-No hay nada de malo en amar- la pude escuchar sonreír. Nos despedimos y colgamos.

Estos días me había parecido que mi corazón se había parado pero ahora lo podía sentir latiendo de nuevo.


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