Capítulo 41
POV TRISH
Con todas esas palabras, era inevitable, se hundía más profundamente en mi piel. Lo peor eran sus ojos azules como el agua que, por una vez, eran el reflejo de su alma. Transmitían cada una de las letras de las palabras que decía. Había hablado sin vacilar, muy seguro de sí mismo, como si lo que había dicho fuera la cosa más sencilla del mundo, algo corriente que sintiera todos los días, pero yo no lo veía como algo así. No era normal. Lo que había dicho no se lo decía una persona a cualquiera, ni siquiera yo había escuchado a alguien decir ese tipo de palabras, tan profundas, con tanto sentimiento, con tantos mensajes ocultos detrás. Habían significado tanto para mí que, por mucho que mi cabeza intentara seguir enfadada con él, mi corazón se rendía a sus pies.
-Sabes lo que siento por ti y también sabes que después de todo lo que ha pasado entre nosotros no podría dejarte- me sinceré sin rodeos, yendo directamente al grano-, pero tienes que dejar de comportarte como un capullo. ¡No es justo para mí!
-Te lo prometo, Trish. Te lo juro- cogió mis dos manos entre las suyas con fuerza-. Nunca más volverá a pasar.
Acercó mis manos a su boca y les dio un dulce beso. A veces podía ser muy cariñoso y otras todo un bruto. No era ni medio normal pero mi corazón le quería así, aunque mi cabeza todavía no supiera por qué.
-¿Quieres echarte un rato arriba o prefieres irte a tu casa?- preguntó recogiéndome el plato y dejándolo en el fregadero.
-¿Cómo sabes que quiero dormir?
-Se te olvida que te conozco más de lo que crees- me guiñó un ojo-. Además, has bostezado un par de veces, pero ya veo que no has sido ni consciente- sonrió divertido.
-Prefiero irme a casa- le contesté poniéndome en pie. Estaba un poco destemplada y me apetecía meterme en mi propia cama aunque quedarme en la de Louis era algo muy tentador.
-Puedo... ¿puedo ir contigo?- me miró nervioso, con la mano en la nuca, esperando que no rechazara su propuesta.
-Ven por la tarde mejor. Ahora voy a dormir un rato y luego tengo que estudiar. Te vas a aburrir.
-Ah, claro... vale- murmuró no muy convencido y algo chafado pero no podía dejarle entrar en casa así de buenas.
Mi cabeza seguía enfadada con mi corazón por haberle perdonado tan fácilmente y temía que iban a tener una gran charla. Necesitaba aclararme y, que Louis no estuviera allí, era algo primordial.
-Pasaré a la hora de cenar, si te parece bien.
-Vale. Luego nos vemos- me despedí.
Me iba a ir cuando él se acercó a mí y agachó la cabeza para darme un corto beso en los labios.
-Había echado de menos el poder besarte sin tener miedo a que me rechazaras- se mordió el labio inferior como muestra de emoción. Yo solté una pequeña risa.
-Hasta luego, idiota- pasé la mano por su pelo, alborotándoselo un poco, y sintiendo como mi yo interno me preguntaba qué narices me creía que estaba haciendo.
POV LOUIS
*Ya esta todo arreglado con trish ;)*
Le mandé a Harry en cuanto Trish salió por la puerta. No tardó en contestar.
*Tienes suerte de que sea una santa ;)*
Me reí ante su elección de palabras.
*Aquí el santo eres tu, styles. gracias por haberme ayudado y eso...*
Me sentía un como un gilipollas escribiéndole esas cosas. Era algo demasiado ñoño para decirle a un tío, pero... era Harry.
*no lo volveré a hacer nunca más. Esta vez no te lo merecías y lo sabes*
Maldito sea, después de que me hubiera contado toda la conversación que tuvo con ella anoche no podía echarme el sermón del siglo, porque le veía venir...
*sabes que la quiero y creo que la vida ha sido ya demasiado puta conmigo como para no merecermelo, asi q no me jodas*
*eso no es excusa. La próxima vez te las apañas tú porque yo ya no te voy a volver a decir cómo se siente ella*
*que te jodan harry*
*sí, Gemma dice que un beso para ti tambn xx*
Rectifico: que les jodan a los dos. Pero eso no se lo escribía porque luego Gemma se cabreaba y se ponía insoportable. No había quien la aguantara la mayoría de las veces, así que cabreada era algo inhumano.
Trish iba a conseguir que me volviera totalmente loco. Mi cabeza pensaba unas cosas y cuando estaba con ella pensaba otras. Era todo muy confuso pero había una cosa que estaba clara. Sin ella era un hijo de puta y con ella era alguien más o menos tratable (no voy a decir buena persona porque me engañaría a mí mismo). ¿Por qué me había vuelto tan dependiente de ella? Ni yo mismo lo sabía pero no me importaba lo más mínimo. Siempre había pensado que las personas que dependían de otras eran unos débiles que no eran capaces de llevar la voz cantante pero ahora era uno de ellos y me daba igual porque no quería que esta sensación acabara nunca.
Aún así, debía hacerla entrar en razón. Irnos a Oxford era una buena idea y sabía que ella también lo veía como tal, pero siempre se lo había propuesto en las peores ocasiones y este era un tema que debía ser tratado con tranquilidad. Tenía que ver que era lo mejor. Cuanto más pensaba en la idea más me emocionaba. El hecho de imaginarnos a los dos en nuestro propio apartamento me volvía loco. Era increíble que quisiera hacer esto por alguien cuando nunca me habían gustado estas cosas, pero pensar en la idea de tener algo nuestro me parecía bonito. ¡Qué cursi, joder!
Subí a la habitación y me eché un poco de crema en el tatuaje. Tenía muchos pero ése era el que más significado había tenido de todos, sin contar el del corazón que en su época también lo tuvo, pero hacérmelo fue uno de los errores más grandes de mi vida.
POV TRISH
El sonido del móvil me despertó de mi profundo y tranquilo sueño. Abrí un ojo de mala gana para ver que la pantalla rebosaba de luz. Qué rabia que me sonara el maldito cacharro cuando estaba teniendo por una vez un momento de tranquilidad. Lo tomé entre mis manos y vi que el número que me estaba llamando no lo tenía guardado. Me extrañé.
-¿Sí?- contesté.
-¡Hola, Trish! Soy Niall- exclamaron por la otra línea. Sentí alivio al ver que era alguien que conocía.
-¡Ah, Niall! ¿Qué tal?- contesté animada aunque un poco somnolienta.
-Bien, bien…- me quedé callada, un silencio incómodo se apoderó de la conversación, pero él no tardó en hablar de nuevo-. Llamaba para preguntarte cómo estabas- me quedé sorprendida.
-Bien, bueno… mejor que ayer, la verdad- me parecía muy dulce que me llamara porque se preocupara por mí. Era todo un caballero-. Hoy he hablado con Louis- le comenté. No contestó-. Creo que lo hemos arreglado- me aventuré a decir.
-¿En serio?- la pregunta esta vez no iba con tono de preocupación, si no con desdén. Soltó una risa sarcástica y yo no supe qué contestar a eso.
Entendía que Niall tuviera razón para que Louis no fuera santo de su devoción pero no tenía por qué meterse en mi relación. Él no sabía nada de nosotros. Si me llamaba para preguntarme por mí se lo agradecía pero si lo hacía para meter mierda entre nosotros no estaba dispuesta a ello.
-Supongo que felicidades- murmuró al cabo de un rato.
-¿Por qué te sienta tan mal que esté con Louis?- la pregunta salió tan rápido de mi boca que no me dio tiempo a pararla. No era lo que más hubiera preferido preguntarle pero la indignación me provocó un impulso.
-Porque le conozco y tú no- eso me dolió.
-¿No crees que antes de juzgar eso tendrías que conocernos a los dos un poco más? Nunca nos has visto juntos.
-Ni quiero porque vomitaría- contestó de la forma más desagradable que pudo.
-Eso es muy poco honrado por tu parte.
-Me da igual que lo sea. Louis no es bueno para ti, Trish. Ni para ti ni para nadie- cada vez que decía eso era como si pulsara un botón en mi cuerpo que hiciera que me pusiera a la defensiva.
-Diciéndome esas cosas no vas a conseguir que le deje, si es lo que te propones.
-Ya lo sé, pero te lo repetiré todas las veces que haga falta hasta que te des cuenta tú misma.
Era consciente de que Louis no era la persona más adecuada para mí, pero yo sí era la más adecuada para él, y sin con eso conseguía sacarle de toda la mierda en la que vivía, entonces valía la pena. Además, estaba demasiado pillada como para dejarle.
-Cuéntame lo de Zayn- cambié de tema.
-¿El qué?
-Quiero que me cuentes que le pasó a Zayn después de… la pelea.
-Ah sí… ¿esa en la que viste cómo destrozaban a mi amigo pero aún así seguiste con Louis?- preguntó con ironía.
-No seguí con Louis. Para tu información le dejé. Y para de decir ese tipo de cosas porque voy a acabar colgándote.
-Lo siento, pero es que te veo como alguien demasiado bueno como para que le hagan daño.
-Pues deja de preocuparte por mí y cuéntame qué le pasó a Zayn. ¿Está bien?
Cuando ayer hablábamos dijo que estaba en rehabilitación y eso me chocó mucho. Los recuerdos de esa noche los tengo grabados en la mente. Nunca se me olvidará la forma tan brutal con la que Louis le dobló el brazo a Zayn pero nunca pensé que fuera a llegar tan lejos la broma.
-Zayn tenía un problema de espalda. No me preguntes el qué porque yo no entiendo de esas cosas ni me interesan, pero estuvo tiempo con los músculos de la espalda jodidos y después de lo que le hizo Louis le jodió todavía más. Está llevando unas plantillas especiales en los pies y lleva una cosa metálica aferrada a la espalda para que se la mantenga recta. Es una putada, un completo infierno para él y para nosotros que tenemos que ayudarle así que lo siento si no soporto a tu querido novio- respondió de nuevo con ironía.
Justo en ese momento sonó el timbre de la puerta. ¿Qué hora era? ¿Tan rápido había pasado el tiempo que Louis ya estaba aquí?
-Mira, Niall tengo que colgar. Otro día hablamos y… gracias por llamar. Ha sido un detalle- le contesté rápido mientras bajaba las escaleras.
-Vale. Cuídate. Adiós.
Colgué el teléfono y me hice un moño, bastante mal hecho, antes de abrir la puerta.
-Hola- me saludó él.
Llevaba la chaqueta abierta completamente, con una camiseta negra debajo y unos pantalones vaqueros. Esto era una novedad. Miré detrás de él, hacia la calle en concreto.
-¿Es que no ves que está nevando?- comenté. Viéndole tal como iba vestido parecía que era verano y no que estuviéramos a punto de celebrar la Navidad.
-¿Te has vuelto a enfadar conmigo por esto y ahora no me vas a dejar entrar?- bromeó con la vista fija en mis brazos los cuales tenía cruzados sobre el pecho. No me había dado ni cuenta de que había hecho eso.
-No, pero vas a coger un resfriado- le contesté dejándole pasar.
-He venido desde mi casa, no es como si hubiera recorrido cinco kilómetros- cerré la puerta después de que entrara y colgó la chaqueta en el perchero. Efectivamente, llevaba una camiseta de manga corta debajo. ¿Para qué se iba a abrigar? Daba igual que estuviera helando fuera. Llevaba una bolsa en las manos.
-Lo que tú digas…- rodé los ojos-. ¿Qué llevas ahí?- dije señalandola bolsa.
-He ido al McDonalds. Me he supuesto que no querrías cocinar. Antes te he visto muy cansada- comentó llevando la bolsa a la cocina. Había comprado dos menús para cada uno con patatas y bebida.
-Sí, no he dormido muy bien…- murmuré, esperando que pillara la indirecta. Él levantó los ojos y me miró con preocupación.
-Lo siento. Sé que ha sido por mi culpa- menos mal que lo reconocía.
-Vale, vamos a cenar que empiezo a tener hambre.
-Tú tienes hambre siempre.
-¡Eso no es verdad!- me quejé-. Es que huele a comida y eso es lo que me da hambre. No te inventes cosas...- le eché una mirada divertida y le aparté de la comida empujándole con la cadera.
-¿Eso quiere decir que me perdonas?
No sabía ni yo misma lo que quería decir. Quería estar bien con él pero no quería perdonarle todavía. ¿Tenía sentido?.... ¡Pues claro que no!, exclamó la voz dentro de mi cabeza.
-Lo tomaré como un sí- respondió él, satisfecho de sí mismo, sonriendo, al ver que no contestaba.
-Las palabras te perdono aún no han salido de mi boca- le advertí.
-Pero saldrán....- me cogió de la cintura y me atrajo hacia él, quedando pecho contra pecho. La repentina proximidad entre ambos ya había hecho que me elevaran las pulsaciones a infinito. Sus ojos azules brillaban con un brillo especial aquella noche. El brillo que siempre tenían cuando se le veía feliz y seguro de sí mismo-... porque la vida es corta- comenzó a decir-, así que rompe las reglas- bajó la mano por debajo de mi cintura con un guiño de ojos-, perdona rápido- me susurró al oído-, besa despacio- junto mis labios con los suyos y el contacto erizó todo el vello de mi piel. Su boca se movía en sincronización lenta y delicadamente con la mía, mientras saboreaba su tacto y el delicioso sabor a fresa de su lengua-, ama sinceramente- murmuró rompiendo el beso, con sus labios aún sobre los míos-, ríe descontroladamente-, me empezó a tocar por la cintura y la tripa y yo no pude evitar retorcerme para que parara porque en eso sitios era muy sensible a las cosquillas y no podía parar de reír-, y nunca- dejó de hacerme cosquillas y me miró a los ojos-, nunca te arrepientas de algo que te hizo sonreír.
Lo dijo justo cuando aún estaba sonriendo. Me quedé contemplando su rostro y la forma en que hoy llevaba el pelo. Cada vez lo tenía más largo.
-Mark Twain- dijimos los dos al unísono.
-¿Lo conoces?- me preguntó sorprendido.
-Pues claro.
-Perdóname, actual estudiante de la prestigiosa universidad de Cambridge- colocó las manos en alto bromeando-, y futura estudiante de Oxford....- susurró.
-Ni se te ocurra sacar ese tema ahora.
-Vale- dijo rápido y se calló.
Cenamos en la barra americana de la cocina. Louis acabó haciendo el tonto intentando meter una patata frita con ketchup en mi boca. Y yo, como otra tonta, le seguí el juego. Acabaron más patatas estampadas en mi cara que otra cosa.
-¡Lo estás haciendo aposta!- exclamé harta de que mi cara pareciera un collage llena de ketchup.
-Te juro que no- Louis se estaba partiendo de risa en mi cara, riéndose de verdad y yo podía sentir como todo mi mundo se relajaba al escuchar su risa, aunque fuera mi aspecto lo que le hiciera tanta gracia.
Al acabar recogimos el desastre y me fui a lavar la cara a arriba. Después fuimos al salón a ver la televisión. Al final no había estudiado en todo el día pero quería relajarme un poco. Sentía que lo necesitaba. Cogí una manta y nos tapé con ella en el sillón. Estaban echando Crazy Stupid Love así que dejé la televisión en ese canal.
-Esta es una de las mejores películas que he visto- comenté llevándome las rodillas al pecho.
-Tienes que estar de coña- me miró desaprobándome.
-¿Podrías dejar alguna vez de meterte con mis gustos en todo?
-Es que son pésimos- se rió.
-¡Claro que no!- me quejé.
-Eres muy adorable cuando te enfadas- dijo en susurro que casi no logré captar.
-¿Qué?- giré la cabeza hacia él pero no contestó. Lo había oído perfectamente pero me pareció dulce que no quisiera repertírmelo.
-Nada, que sabes que si tienes frío puedes venir aquí- abrió sus brazos para me refugiera en ellos.
Se veían tan apetecibles que no me pude resistir a meterme entre ellos y pasar los brazos alrededor de su cuerpo. Él podría estar en manga corta y yo con un jersey de lana pero sus piel estaba sumamente caliente. Vimos la televisión un rato en silencio hasta que volvió a hablar.
-¿Podré quedarme esta noche a dormir contigo?- preguntó con la voz rasgada y grave.
-Si me prometes que me dejarás descansar sí- contesté, aunque estaba más atenta a la película que a su conversación.
-No sé si podré controlarme teniéndote en la misma cama- murmuró seductoramente tratando de captar mi atención.
-Tienes que estar de coña- repetí sus mismas palabras para hacer la gracia, aunque estuviera hablando totalmente en serio.
-Sabes que no- se rió descontroladamente.
-Eres idiota, Louis.
-Lo sé, pero te quiero- por mucho que me dijera esas palabras nunca me iba a acostumbrar a oírlas.
-Yo también te quiero.
-Vayámonos a Oxford, entonces.
Agarré un cojín y se lo estampé en la cara, dejándoselo ahí un rato.
-Valm- habló con ello en la boca y me alegré de que hubiera pillado la indirecta.
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Fast está muy cerca del millón de lecturas y asdfghjklasdfghjkl no me lo creo :') VOTAD Y COMENTAD POR FAVOR ¡os adoro demasiado!
Patri xx
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