Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35

POV TRISH

Vale... Quería que descansara.  Vaya, esto era nuevo. Habían sido tan pocas las veces que había tratado de hacer cosas por mí que no estaba acostumbrada.

-Aún así, no eran formas de tratarme. Y tampoco hace falta que te exaltes.

-Pero ¿cómo quieres que no lo haga?- exclamó. Estaba perdiendo los nervios y eran las ocho de la mañana. Todo el mundo dormía en el vecindario.

-Cálmate, Louis- intenté suavizar mi tono de voz lo máximo posible. Él retuvo el aire unos segundos, provocando que se pusiera rojo y expiró con fuerza.

-Mira... siento haber levantado la voz, pero es que no entiendo por qué te pones así- explicó, aún un poco nervioso.

-Louis, puede que trataras de buscar lo mejor para mí pero creo que ya soy lo suficientemente mayor para poder decidirlo yo misma- me miraba atento-. No sé... podías haber hablado conmigo y quedar en que me fuera, no llevarme a rastras como si fuera un saco de escombros inservible. Lo pudiste haber hecho con la mejor intención del mundo pero a mí me estabas haciendo sentir horrible.

Él suspiró. Me quedé callada. No sabía qué más decir. A mí tampoco se me daba bien esto de expresar mis pensamientos. Esperaba que él dijera algo porque si no sería todo muy incómodo y no sabría si irme o esperar a que hablara.

-Joder- volvió a suspirar. Se acercó a mí y me agarró de los brazos, con la cabeza agachada. Al levantarla, sus ojos no miraban a los míos-. Trish, no sé bien lo que tengo que hacer. Hace mucho que no salgo con una persona y no sé qué hacer para que esto funcione. ¡Soy un completo inútil en esto! Y me frustra mucho.

-Louis- le interrumpí y no fue hasta que dije su nombre que me miró-, ni siquiera estamos saliendo- le recordé.

Ese era un pensamiento que trataba de evitar siempre que estaba con él. Nos tratábamos como novios pero no lo éramos. Seguía esperando el momento en que me lo pidiera de nuevo. Puede que antes dudara de ello pero después de este fin de semana noté que él sentía las cosas con la misma fuerza que yo, y me empezaba a sentir incómoda estando con él y no teniendo una relación formal. Louis no reaccionó, se quedó mirándome fijamente. Al poco rato vi cómo se iba esbozando una sonrisa y acabó riéndose.

-¿Ahora qué pasa?- pregunté confudida pero sin poderme aguantar la sonrisa que se hacía paso entre mis labios y que salía siempre que le veía reirse. Últimamente tenía unos cambios de humor muy repentinos.

-Esta es la situación más gilipollas que he vivido en toda mi vida- soltó un par de carcajadas más. Sus ojos se hacían pequeñitos y se llenaban de vitalidad cuando reía y eso hacía que, por un momento, me olvidara de que estaba molesta con él. Juntó nuestras frentes y su risa fue aminorando hasta acabarse-. Yo te quiero y tú me quieres.

-Yo te quiero y tú me quieres- dije en un susurro con un fino hilo de voz, sólo para concienciarme de las palabras.

-Exacto- sonrió colocándome un mechón de pelo detrás de la oreja-. Y sabes que no puedo esperar a que seas mía- murmuró con un tono de voz más bajo de lo normal, de una forma muy sexy, provocando mi delirio. Mis ojos miraban cómo sus labios se movían al hablar. Mis pestañas revoloteaban por la proximidad de nuestros rostros.

-Soy tuya- susurré.

-¿Como novia?- preguntó inseguro.

-Sí- dije las palabras como si fuera lo más claro que hubiera tenido en mi vida.

-Ahora sí. Te prometo que esta vez va a funcionar- sus ojos azules mostraban sinceridad-, aunque me tendrás que enseñar a llevar una relación- bromeó.

-Mientras no seas un capullo todo irá bien- rodeé su cuello con mis brazos.

-Sabes que eso no esmuy fácil para mí- se mordió el labio inferior. Tenía razón. Capullo era su segundo nombre.

-Veremos cómo te las apañas- le di un casto beso en los labios y él me tomó de la cintura.

-¿Recuerdas lo que hicimos el primer día que salimos por primera vez?- claro que lo recordaba. Asentí-. Pues esta noche te volveré a llevar a ver las estrellas al parque.

-No- le interrumpí antes de que siguiera hablando.

-¿Qué? ¿Por qué?- me preguntó con el ceño fruncido. Le había arruinado los planes, por lo que veía.

-No quiero hacer lo mismo que hicimos la primera vez. No quiero que las cosas sean iguales. No quiero acabar igual- le confesé. Puede que sonara un poco supersticiosa.

-Y no vamos a acabar igual, pequeña- me tranquilizó-, porque ahora somos más fuertes y me la suda lo que piensen los demás. Quiero estar contigo y sólo contigo y ahora lo sabes y sé que tú también lo quieres. Esta vez va a funcionar por además... te quiero- se acercó para besar mi frente y yo me sonrojé.

-Te estás acostumbrando mucho a decir esas palabras ¿no?- le pregunté con humor. Desde que me lo había dicho por primera vez no paró de repetirlo.

-Supongo que no puedo evitarlo- se sonrojó también un poco-. Cuando quieres a una persona no puedes parar de decírselo a todo el mundo.

-Anda, deja el mundo y vámonos ya, que al final llegaré tarde.

-¿Y si faltas a clase?- alzó una ceja pícaro.

-¿Y si dejas de incitarme a hacer pellas? Me iría mejor.

-No, porque estarías conmigo- dijo sacándome el casco.

-Me estás llevando al lado oscuro.

-Pillado me has. Eso muy verdad es- dijo imitando a Yoda y yo me reí. Se subió a la moto y me monté detrás-. Cuando sacas tu lado malo te vuelves más sexy- murmuró y arrancó. La moto rugió y, antes de girarse, me guiñó un ojo.

Mi pelo se ondeaba en el viento. Mis manos abrazados al cuerpo de Louis sentían toda la adrenalina que desprendía su cuerpo. Llegamos a la universidad más rápido de lo que había esperado. Dejó la moto justo en frente de la puerta.

-¿Te recojo a la salida?- más que una pregunta había sido una afirmación.

-Puntual, por favor- le demandé bajando de la moto, mientras él me quitaba el casco.

-¿Cuándo no lo soy?- levantó los brazos en forma de exclamación. Le saqué la lengua divertida y me coloqué bien la mochila a la espalda.

-Nos vemos después- me despedí y él me cogió del brazo para acercarme a él y besarme. Sus labios se movieron con deseo sobre los míos. Tuve que parar yo el beso porque él no parecía tener intención de hacerlo-. ¿A qué viene tanta pasión?

-Hay mucho gilipollas por aquí. Quiero que sepan a quién perteneces- su vena posesiva volvió a salir a la luz.

-A nadie- le recordé.

-Bueno... quién es tu novio, ¡me has entendido!- se quejó.

-Adiós, Louis.

-Estudia todas las formas de curar a los psicópatas.

-¡Eso no tiene cura!- exclamé mientras andaba hacia la puerta. Cuando iba a entrar escuché como su moto arrancaba y se marchaba.

Por el pasillo se me unió Collin, un chico con el que coincidía en algunas clases. Poco trabajador, pero muy brillante. Se podía decir que era el gamberro de la clase.

-¡Eh, Trish! Perdona que te pregunte pero, ese era... ¿Louis Tomlinson?- la pregunta me impresionó. No esperaba que fuera algo así.

-Sí.

-Y... ¿qué hacías tú con ese? Sabes lo que dicen de él, ¿no?- me miró con cierta preocupación. Ya sabía que por aquí Louis no tenía la mejor reputación. No estaba muy segura de qué era exactamente lo que la gente pensaba de él pero no era nada bueno. Le veían como un delincuente y alguien que daba mucho miedo. Cada vez que le nombraban parecía que estaban llamando al mismísimo Voldemort. Agaché la cabeza con sutileza para que no viera la sonrisa que se me escapaba al pensar en todo lo que había hecho con él el fin de semana. Alcé la barbilla y me dispuse a contestar a su pregunta.

-Es mi novio- dije orgullosa. Collin se detuvo en medio del pasillo y me miró pasmado. No tenía intención de seguir hablando con él de mis relaciones amorosas porque llegaría tarde a clase, por lo que continué mi camino, dejándole asombrado en medio del corredor.

*

-¿Qué tal el día?- me preguntó Louis. Acababa de salir de clase. Había venido a recogerme a la puerta y me había recibido con un beso. Ahora íbamos de camino a la moto para volver a casa.

-Aburrido. No he hecho nada intetesante- me planteé contarle lo ocurrido con Collin pero decidí olvidarlo por si podía surgir algún conflicto de ahí-. ¿Y tú qué tal?

-Igual. He ido al taller y al salir he venido a buscarte. ¡Ah! Y me he encontrado con tus amigos subnormales. Esos que son iguales...

-¿Qué?- exclamé. Estaba hablando de James y Sebastian-. ¿Qué les has hecho?- me preocupé. Si Louis se ponía de mal humor inclyso cuando yo estaba delante no quería saber qué les había podido hacer estando él solo.

-No he hecho nada, tranquila- desvió su mirada hacia delante-. Tan sólo les he visto pasar. Ni siquiera me han visto- me tranquilicé cuando dijo eso. Noté que el ambiente se había enfriado al meter a los gemelos en la conversación, así que decidí cambiar rápidamente de tema, al primero que se me pasó por la mente.

-¿Pensaste en lo que te dije?

-¿El qué?- volvió a posar sus ojos azules en mí, escuchándome con atención.

-Lo de volver a retomar tus estudios.

-Pensé que estabas de coña- exclamó riéndose-. ¿Va en serio, Trish?- me preguntó esta vez más seriamente.

-¡Pues claro! ¿Acaso vas a trabajar toda tu vida en ese taller?- fuimos aminorando la marcha al andar.

-Pues... no- contestó un tanto confuso.

-¿Entonces?

-No puedo ponerme a estudiar ahora. ¡No sirvo!

-¿Cómo que no sirves? Claro que sirves. Tú mismo me lo dijiste.

-Sí, Trish, pero de eso ha pasado mucho tiempo. Apenas puedo concentrarme cuando estoy arreglando un coche como para ponerme a estudiar una carrera- refunfuñó.

-Así que... ¿eso es lo que vas a hacer toda la vida? Trabajar de sol a sol en un mísero taller, con un sueldo mínimo y sin metas en la vida. ¿Qué vas a hacer cuando Harry y Gemma tengan su propia vida?

-Esperaba que tú estuvieras conmigo- por muy romántico que hubiera sonado no pude evitar reírme.

-No pienses que yo te voy a mantener.

-¿Y qué quieres que haga?- exclamó frustrado consigo mismo. Cada vez hacía más ruido con las botas al andar-. ¿Empezar una carrera? ¿Y cuál? Si no se me da bien nada.

-Dijiste que eras bueno en Filosofía... enonces las letras se te darán bien- supuse. Louis me miró con mala cara-. ¿Profesor? Por ejemplo...- dije.

-No sé qué cojones te ha pasado por la cabeza para que pienses que yo podría llegar alguna vez a ser profesor.

-A ver- suspiré con paciencia-, ¿qué se te daba bien?

-El inglés.

-Pues ya está... profesor.

-Trish, déjalo de una vez. No voy a ser un jodido profesor. Para ya.

-¿Y el alemán? ¿Dabas alemán?

-No, estudiaba francés.

-¡Genial!- exclamé sorprendida. No me imaginaba a Louis hablando francés. Tenía que ser muy sexy-. ¿Y qué tal?

-Pues normal...

-¿Normal como para estudiar Filología francesa?- Louis se quedó parado reflexionando un rato. Alumnos de la universidad pasaban a nuestro lado y algunos se nos quedaban mirando y cuchicheaban. Incluso vi a un par de chicas que se emocionaron al ver a Louis.

-Pero eso va a estar lleno de idiotas- se quejó, o sea, que se lo había planteado.

-Pues demuestra que toda regla tiene su excepción.

-Muy graciosa pero aún así, no es todo tan fácil. No sé si aquí se puede estudiar esa carrera y aunque se pudiera, prefiero otras universidades- explicó. Vaya, parecía entendido del tema y todo.

-¿Como cuáles?- se quedó pensativo antes de mirarme a los ojos un poco asustado y contestar.

-Oxford- murmuró rápido.

-¿Oxford?- exclamé indignada-. ¿Oxford- volví a repetir, incapaz de que me entrara en la cabeza.

Todos sabían que Oxford y Cambridge eran rivales desde tiempos inmemorables, sobre todo en las regatas, y yo, personalmente, no me sentía atraída ellos. Eran dos de las mejores universidades del mundo pero hubo un motivo por el cual elegí a Cambridge y fue porque en Oxford, todos parecen ser caprichosos e indeseables que buscan el éxito sin importarles a quién tengan que pisar para lograrlo. No soportaba la idea de estudiar en Oxford y que Louis quisiera ir allí no me ilusionaba mucho.

-Siempre he querido estudiar allí, pero nunca me creí lo suficientemente bueno como para entrar.

Sinceramente, Oxford me parecía algo demasiado inalcanzable para Louis, me parecía incluso inalcanzable para mí, pero no era quién para juzgarlo cuando no conocía sus verdaderos talentos.

-¿No te gustaría cambiar de aires e irte a estudiar allí?

-Louis... ni siquiera llevo un semestre estudiando aquí. ¿Qué te hace pensar que me iría?- me lo tomé en broma porque no podía estar hablando en serio. Sin embargo, él se puso cabizbajo mientras yo me reía.

-No sé...- susupiró y cerró los ojos-.Por un momento nos he imaginado a los dos en un sitio totalmente distinto a éste, sin problemas de ningún tipo, viviendo en un apartamento decordado a nuestro gusto, cerca de la universidad a la que iríamos juntos todos los días y luego, por la tarde veríamos una serie aburrida en la televisión, pero para mí no sería aburrida porque tú te estarías riendo de las cosas más estúpidas e insignificantes y eso me haría reír a mí, y todas las noches nos acostaríamos en nuestra cama, los dos juntos, abrazados, y así un día detrás de otro...

twitter: @PatriFlyingHigh
instagram: @fast.fanfic

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro