
Capítulo 33
POV LOUIS
-¡Vaya coincidencia! Venid, sentaos con nosotros- dijo Ashley con un tono de voz agudo y muy molesto. ¿Por qué coño querría que nos sentáramos con ella? ¿No es obvio que me llevo mal de cojones con su estúpido novio?
-Claro, ¿por qué no?- contestó Trish.
¿Por qué no? ¿En serio? No sé… ¿tal vez porque este tío es un puto gilipollas? Tuvimos que cambiar nuestros abrigos a su mesa que, daba la casualidad, que era de cuatro. Genial. James no paraba de mirarme fijamente. Cómo hiciera algo para provocarme juro que no me haría responsable de mis actos. Quería pegarle una hostia en la cara y que le llegara a su estúpido hermano gemelo. ¿Cómo podía ser tan imbécil? Me apostaba lo que fuera a que sus putos calzoncillos costaban más que mi moto.
-Bueno, y... ¿qué estáis haciendo aquí?- preguntó Ashley animada, con una sonrisa en su cara. ¿Por qué sonreía? ¿Es que no notaba la tensión en el ambiente?
-Comer- respondí, sin importarme lo más mínimo el tono tan frío que usé. Esto tenía que ser una puta broma. No podía estar sentado en este restaurante pijo a punto de comer con la falsa de Ashley, el subnormal de James y mi amiga Trish, a la cual me había follado ayer. No debería estar pensando así de ella pero esto me parecía increíble.
-Muy bueno- Ashley se rió de mi respuesta.
-No era un chiste- mascullé entre diente, mirando para otro lado, y sentí cómo Trish me golpeaba con el codo discretamente para advertirme de que cuidara mis modales. No me hacía falta mirarla para saber qué mirada me estaba echando.
-¿Vosotros dos estáis saliendo o algo?- el puto imbécil preguntó.
-¿Acaso te importa?- espeté.
-No, pero quiero saberlo- contestó. El capullo se daba unos aires de superioridad que ni el mismísimo Primer Ministro. Se estaba ganando una hostia.
-No es de tu incumbencia- respondí lo más educadamente posible. No quería calentarme con este gilipollas y que, encima, Trish se enfadara conmigo.
-¡Venga, Louis! ¡No seas tan enfadica!- intervino Ashley, al parecer, interesada por el tema también. Pero ¿qué se creía? No iba a decir nada. Que se metieran en sus propios asuntos y a nosotros nos dejaran en paz.
-No, no estamos saliendo- habló Trish. La miré perplejo. ¿Por qué cojones tenía que haber abierto la boca? James me miró y vi cómo se aguantaba una sonrisa. Éste hoy quería cobrar.
-Oh, pues Seb iba a venir a buscarnos al salir. Si quieres venirte con nosotros...- la ofreció Ashley.
Estaba de coña ¿no? Tenía que estar de puta coña. No sabía si reírme de la situación o destrozar todo el maldito restaurante. Que no estuviéramos juntos no quería decir que no estuviera interesado en ella y que ella no estuviera interesada en mí. Por el amor de Dios, ¡si es que estaba aquí delante y la hablaban de salir con otro chico mientras pasaban de mí como de comer mierda!
-No- contestó Trish cortante. Parecía ofendida.
-¿Por qué?- preguntó Ashley sin entender.
-Porque estoy aquí con Louis y no está en mis planes irme con otra persona que no sea él- habló sin vacilar, sosteniendo una mirada fría hacia su amiga.
-Vaya, hubiera sido divertido que vinieras- murmuró James-, pero bueno, ya lo dejaremos para otra ocasión.
-No, no lo va a dejar para otra ocasión porque no va a salir a ningún sitio con el imbécil de tu hermano- exclamé. Se había agotado mi paciencia.
-¿Perdón?- se aclaró James la garganta-. ¿Quién eres tú para decidir por ella?- espetó con odio en sus palabras.
-Alguien que me conoce suficientemente bien como para saber lo que quiero, y es exactamente eso- le recriminó Trish antes de que yo pudiera decir nada.
James se quedó paralizado. No esperaba que fuera Trish la que le contestara, se pensaba que ella estaba de su parte, pero no se daba cuenta de que el que tenía todas las papeletas para perder era él.
-¿Sabes qué? Será mejor que nos vayamos. Esto no ha sido buena idea- Trish se levantó de la silla malhumorada y recogió sus cosas a gran velocidad. Yo me levanté y mientras ella se marchaba me quedé para decirle una última cosa a James. Di un puñetazo fuerte sobre la mesa para captar su atención.
-Ni se te ocurra planear algo con ella y tu hermano porque Trish es mía, y como me entere de que andas haciendo de las tuyas ni te pares a pensar porque voy a ir a por ti, capullo de mierda.
Dicho esto, salí corriendo en busca de Trish. La pillé justo saliendo por la puerta.
-¡Trish!- corrí hacia ella y la cogí de la mano al ver que no se giraba.
-¡Lo siento, Louis!- se giró con brusquedad y vi cómo las lágrimas se encontraban al borde de sus ojos, apuntando para salir. Joder-. ¡Nos ofrecieron sentarnos con ellos y no supe cómo decir que no! Siento todo lo que han dicho en esa mesa que haya podido herir tus sentimientos. No sabes cuanto lo siento- comenzó a sollozar y me empecé a estresar porque nunca sabía qué hacer cuando lloraba.
-Shh...- la traje hasta mis brazos y la envolví con ellos.
Sentí como su cuerpo temblaba por el llanto. La acaricié el pelo repetidas veces para calmarla.
-Tranquila... ¿de verdad piensas que unas simples palabras del gilipollas de turno me van a molestar?- sí, claro que te molestaron, capullo, me respondió mi subconsciente.
Vamos a ver, no hirieron mis sentimientos pero sí que me jodieron, eso no iba a negarlo. Los ojos brillantes y acuosos de Trish se movían de un lado a otro mientras me observaba con atención.
-Paso de las palabras que dice un imbécil que no tiene argumentos ni los va a tener nunca. Así que, por favor, no te sientas mal por ello y deja de llorar porque no puedo verte llorando- deposité un suave beso en su frente y le quité las pocas lágrimas que habían caído de sus ojos-. Te quiero- susurré y noté como su cuerpo dejaba de temblar.
-¡Trish!- gritaron y vi que Ashley se acercaba corriendo hacia nosotros. ¿Qué cojones quería ahora?-. Trish, ¿estás bien? Siento todo lo que ha pasado- y ¿ahora venía a disculparse? ¿De verdad se preocupaba? Ashley paró su discurso. Trish se mantenía callada. Creo yo era el motivo de que ninguna de las dos hablara. No pintaba nada allí.
-Voy a ir por la moto. No tardo nada- le indiqué y ella asintió con la cabeza. Miré por última vez a Ashley. Nunca me había preocupado por si me caía bien o mal pero desde que se juntaba con James se había vuelto gilipollas. Me fui caminando a buen paso hacia la moto. No quería dejar a Trish mucho tiempo a solas con Ashley porque a saber qué le metería en la cabeza.
POV TRISH
-Lo siento, de verdad- se disculpó Ashley de nuevo una vez que Louis se hubo ido-. Pensé que sería buena idea charlar un rato pero no esperé que James y Louis se pusieran así.
Yo estaba totalmente absorta por todo lo que había pasado y no era capaz de asimilar las palabras de mi amiga.
-Solo quería pasar un rato contigo porque ya casi no hablamos ni nos vemos y ya sabía que la universidad iba a poner a prueba nuestra amistad, pero no quiero perderte. He vivido demasiados buenos momentos contigo como para que ahora nos distanciemos la una de la otra y no nos volvamos a hablar en la vida.
Tenía un punto en todo lo que había dicho. ¿Hacía cuánto que conocía a Ashley? Demasiado como para recordar cuándo empezó todo. Toda mi adolescencia la había pasado con ella, había sido mi mejor amiga todo este tiempo y si dejaba que estos momentos me alejaran de ella… ¿con quién me quedaba? Exacto. Con nadie. No tenía a nadie más. Nadie más había estado conmigo cuando pasó lo de mi padre, ni cuando me dejó mi primer novio, ni sabe todas las tonterías que hice en el instituto.
-Sé que todo está muy jodido, sobre todo con lo del tema de nuestras madres por en medio, pero eso es problema suyo, no quiero que nos afecte a nosotras. De verdad, Trish, que estos meses que he pasado con James me faltaba una amiga a mi lado- suspiró.
Ese era uno de los problemas. La universidad no había sido lo que nos había separado, porque al principio del curso estábamos bien. Fue desde que empezó a salir con ese chico que la cosa se complicó. Primero que, nada empezar a juntarse con él robaron en nuestra casa y, aún no me fio completamente de él por esa razón. ¿Qué hizo ese día? Ashley ya le había llevado a casa alguna vez y después de eso… ¿nos roban? Es todo muy sospechoso y sigo teniendo esa espina clavada en la garganta, porque encontrarme el piso de esa manera me recordó a las noches en casa con mi padre y me trajo muy malos recuerdos. Además, se llevaron cosas que apreciaba mucho, como el primero trofeo de natación que gané en una competición y más medallas que había conseguido. Eso formaba parte de mi infancia y ahora ya no lo tenía. Me lo habían arrebatado para siempre. Por eso nunca me ha llegado a gustar James. Empezaron a pasar cosas malas en cuanto se relacionó con Ashley y la había convertido en otra persona. Ya no era la misma de antes. Se había convertido en todo lo que habíamos tratado de evitar ser durante el instituto. Una persona arrogante y que se cree superior a los demás por tener dinero. Ella nunca había sido así. Ahora farda de toda la ropa de marca que se compra, de su nuevo iPhone y de todo lo que se compra. Una de las tardes que pasé con ella se la pasó entera contándome qué se había comprado en el centro comercial y, hubiera perdido menos tiempo si hubiera decidido comprarse el centro comercial entero.
-Y, aunque no me lo quieras decir ahora, te conozco lo suficiente para saber que entre tú y Louis pasa algo.
Oh, no. Ese tema sí que no. No estaba dispuesta a hablar de Louis con ella. Tenía razón la relación se había enfriado y ya no confiaba tanto en ella como para contarle todo lo que había pasado con él en este último mes. Ahora mismo prefería decírselo a Harry. Además, hablar de ello suponía meter a Zayn en la conversación y ese era un tema que prefería evitar.
-Siempre habéis tenido un rollito muy raro y, después de cómo acabaste la última vez con mi hermano no quería que sufrieras por alguien como él, por eso te invito siempre a venir con nosotros y Sebastian.
-Entiendo tus intenciones, pero no hace falta que alguien cuide de mí, sé hacerlo yo misma, y si hay alguien que me haga daño en un futuro me tendré que aguantar, pero prefiero sufrir por algo que ha sido decisión mía a por algo que hayan decidido los demás- cada vez que alguien hablaba mal de Louis me ponía a le defensiva y esperaba que captara mi indirecta.
-Lo siento, no era mi intención molestarte, de verdad. Trish, solo… te echo de menos.
-Yo también- dije sin pensar. En realidad y, sintiéndolo mucho, no la echaba de menos. Lo que echaba de menos era una chica con la que hablar de todas mis cosas y que me conociera de antes, pero no a ella.
Ashley se me tiró a los brazos y me dio un fuerte abrazo. Yo se lo devolví, aunque me sintiera un poco incómoda. Justo en ese momento escuché el motor de una moto y vi que Louis se acercaba por la calle. Menos mal.
-Tengo que irme- murmuré soltándola.
-Sí, yo volveré dentro con James… espero verte pronto- expresó mientras yo me ponía el casco y me montaba detrás de Louis. Sentirle cerca me relajaba.
No dije nada más, simplemente asentí con la cabeza a Ashley, ya que el casco me tapaba la boca y Louis no esperó más para arrancar. Me aferré con fuerza a su torso y sentí como aumentábamos de velocidad. Ahora mismo no necesitaba a nadie más en mi vida, tan sólo a él. Condujo por las calles de Cambridge sin saber a dónde me llevaba. Mis manos, pegadas a su camiseta, sentían el calor que trasmitía su cuerpo. Era un insensato por ir conduciendo y llevar la chaqueta abierta en pleno diciembre. Apoyé la cabeza sobre su espalda hasta que decidió aparcar la moto.
-¿Qué hacemos aquí?- le pregunté al ver que nos había traído a su casa.
-Es tarde y se me han quitado las ganas de comer. Gemma preparará algo en un momento- contestó. Con esas pocas palabras no podía saber si estaba enfadado o no, pero muy bien no habían sonado.
Se dispuso a quitarme el casco y después sacó las llaves del conducto. Le seguí cuando caminó hasta la puerta y llamó al timbre.
-¡Louis!- se sorprendió Gemma al verle-. ¿Cómo tú por aquí?- bromeó tras no haberle visto casi durante dos días-. ¡Hola, Trish! Me alegra verte de nuevo- me saludó. Louis pasó de las formalidades y se adentró en la casa sin decir nada.
-No está de muy buen humor- la expliqué, tratando de disculparme por sus malos humos.
-¿Cuándo no lo está?- suspiró. Gemma cerró la puerta una vez que hube pasado y nos fuimos a la cocina, dónde encontramos a Louis cogiéndose una botella de agua.
-Hazle algo de comer- le ordenó a Gemma y me miró. El azul de sus ojos era oscuro. Sería mejor dejarle solo un rato-. Estaré en mi habitación- nos informó y se fue.
-¿Qué ha pasado?- preguntó Gemma preocupada al ver el carácter de Louis. ¿Debería contárselo? ¿Por qué no? Me trasmitía confianza. Además, ella conocía bien las reacciones de Louis.
-Hemos ido a un restaurante y nos hemos encontrado a una amiga y su novio... Louis no se lleva bien con él y bueno, el otro le ha provocado y Louis... ha perdido los papeles. Bueno- rectifiqué-, en realidad no los ha perdido porque no ha hecho nada, pero se ha enfadado y... ahí le tienes.
No sabía que hubiera sido mejor: que le hubiera pegado una paliza a James en medio del restaurante o que ahora estuviera de este humor. No entendía por qué tenía que irse a su habitación en vez de quedarse conmigo. Vale que James le hubiera cabreado, pero yo no tenía la culpa.
Gemma me preparó un bocadillo a petición mía. Ya era bastante que nos hubiéramos presentado sin avisar, no iba a hacer que se pusiera a prepararme un plato elaborado y yo mientras me quedara sentada viéndola cocinar. No era así. Ella insistió en hacerme algo de pasta pero la chantajeé diciendo que si me la hacía me enfadaría con ella. Fue el único modo de que no lo hiciera.
Se quedó charlando conmigo en la cocina mientras me comía el bocadillo. Al parecer, Harry se había ido a la biblioteca nada más después de comer y no me sorprendía lo más mínimo. Yo también tendría que haber hecho lo mismo.
-Voy a subir a ver a Louis- le indiqué dejando el plato en el fregadero.
Subí a su habitación y llamé a la puerta varias veces. Al ver que no abría, decidí entrar. Le vi plantado en medio de la habitación, mirándome.
-¿Qué haces?- le pregunté extrañada.
-Nada. Iba a abrirte la puerta- le observé mientras cerraba la puerta tras de mí. Vi que no se movía y seguía de pie.
-¿Qué tienes ahí detrás?- pregunté curiosa al notar que todo el tiempo había tenido las manos detrás de la espalda.
-Nada- se limitó a decir.
-Sabes que no hay manera de que escondas eso sin que yo lo vea ¿verdad?
-No- parecía nervioso porque descubriera lo que ocultaba y eso solo me daba más curiosidad y más ganas de saber lo que era.
-Louis...- insistí pero él no hizo nada. Intenté pillarle por sorpresa y fui hasta él corriendo. Después de un pequeño forcejeo descubrí qué ocultaba.
-¿Una guitarra?- me extrañé. Louis no me miraba a la cara, estaba cabizbajo y en ese momento todo encajó-. ¿Eres tú el que toca?- le pregunté con el ceño fruncido.
Estaba confusa. Él no me contestó así que lo tomaría como un sí.
-Pero... me dijiste que no sabías quién era y... no puede ser porque... ésto está insonorizado, es imposible que pueda escucharte.
Miles de pensamientos contradictorios cruzaron mi mente y Louis no me aclaraba nada. Se mantenía callado, incluso avengonzado. ¿Cómo podía haber pasado de estar tan cabreado a avergonzado? No había quién le entendiera. Me le quedé mirando, en busca de explicaciones, hasta que se dignó a levantar la vista.
-La guitarra no es mía, es de Harry- explicó.
-Pero ¿eres tú al que he oído tocar o era Harry?- pregunté desquiciada. Él se pasó las manos por el pelo, nervioso. Tiró la guitarra a la cama haciendo que las cuerdas vibraran y sonaran.
-Harry no sabe tocar- dijo.
-Si no sabe tocar, ¿por qué va a tener una guitarra?
-Se la compró. Dijo que quería aprender pero todavía no lo ha hecho.
-Entonces... eras tú- ya no hice más preguntas, era una afirmación simple y clara.
-Joder- se puso a dar vueltas por la habitación-. No sé cómo has podido escucharme. Nunca toco en un sitio que no sea mi habitación. Solo un par de veces he tocado en la de Harry.
O sea, que era él al que había escuchado esas veces. Nunca me lo hubiera imaginado. Podría no tener sentido pero, cada cosa que descubría de él me hacía enamorarme más.
-¿Por qué no me lo dijiste cuándo te pregunté que quién era?
-Porque nadie sabe que toco.
-¿Ni siquiera Harry ni Gemma?- me sorprendí. Él negó co la cabeza-. ¿Por qué?- me atreví a preguntar.
-No sé. Es algo personal. No me gusta compartirlo con nadie. Por eso insonoricé la habitación. A veces le cojo la guitarra a Harry pero no sabe que lo hago.
-¿Tocarías algo para mí?- pregunté. El tardó e contestar.
-No sé.
-¿Ahora?
-Ni de coña, ¿estás loca? No he tocado nunca para nadie, Trish, no es fácil para mí.
-¿Alguna vez lo harás?- pregunté desanimada por sus anteriores contestaciones.
-No lo sé. No me presiones, ¿vale?- me advirtió serio.
-Vale- susurré y me callé. Louis resopló y se frotó las manos por la cara mientras murmuraba algo que no logré comprender.
-Lo siento- se disculpó acercándose a mí y pasando sus brazos por mi cintura. Se había quitado la chaqueta de cuero y llevaba una simple camiseta blanca que transparentaba todos sus tatuajes-. He intentado relajarme por ti, porque no tienes la culpa de mis cabreos, pero aún sigo un poco molesto. Lo siento. Intento controlarme... porque te quiero.
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No sé cuándo podré volver a subir porque tengo las próximas dos semanas repletas de exámenes, así que no os angustiéis si tardo en subir. Os adoro :)
Patri xx
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