22 febrero

Hoy de vuelta al apartamento, me he pasado por la farmacia. Tengo un bote en el bolsillo de mi chaqueta. Nunca antes había estado más nervioso por algo. Es como si tuviera una quemazón por todo el cuerpo, un fuego dulce recorriendo cada uno de mis nervios. Me produce algo de miedo esta sensación tan extraña, pero después recuerdo por qué lo hago y una sonrisa de esperanza se dibuja en mi cara. ¡De esperanza! ¡Pensaba que la había perdido! Pero ahora lo veo todo un poco más claro a pesar de las nubes.

Cierra la puerta y apaga la luz. Quiero estar contigo, sentir tu amor,  tumbarme a tu lado. No puedo ocultar esto aunque lo intente. El corazón me late cada vez más rápido y el tiempo se me escapa. Mis manos temblorosas me tocan la piel, haciendo esto aún más difícil. Y las lágrimas caen por mi rostro. Si solo pudiéramos tener esta vida por un día más, si solo pudiéramos volver atrás en el tiempo... Sabes que sería tu vida, tu voz, tu razón de ser. Mi amor y mi corazón están latiendo por este momento. Espero encontrar con el tiempo las palabras exactas que quiero decirte antes de que me abandones hoy. Cierra la puerta y tira la llave. No quiero ser recordado, no quiero ser visto. No quiero estar sin ti. Mi mente se nubla como el cielo de esta noche. Mis manos son silenciosas, mi voz está entumecida. Trato de gritar a todo pulmón pero eso hace todo esto más difícil. Y las lágrimas caen por mi rostro. Hay flashes en mi mente con los que vuelvo atrás en el tiempo, donde jugábamos en la calle, dando toques con nuestros pies a un balón en Edimburgo. Se me adormece la punta de los pies, cerca de la orilla. Hay una pila de ropa al final de tu cama. Y mientras siento cómo mi cuerpo cae, espero que hagas una broma de todo esto. Porque si pudiéramos tener esta vida un día más, te diría que, de toda mi vida, tú has sido la mejor parte.

Capítulo 47: 8 de abril