
Capítulo 10
POV TRISH
Mi madre continuó hablándome sobre la nueva línea de ropa, sin darle mucha importancia al pitido de mi móvil, sacándome de mis pensamientos y no fue hasta después de cenar que puede irme a mi habitación y pensar con claridad. Ese último mensaje me había dejado demasiado descolocada, más que nada por el tono que tenía. Parecía profundo, reflexivo, significativo... ¿filosófico? Demasiado filosófico. Cogí el ordenador y busqué las dos frases que me habían enviado. Las letras que aparecían al final correspondían a las siglas de dos nombres y podía hacerme una idea de a quién podía referirse. ¿Cómo no podía haberme dado cuenta antes? ¿Cómo me había creído eso del robo? Mi corazón comenzó a latir a mil por hora mientras escribía las citas en el buscador. La conexión a internet iba lenta y sentí como el tiempo se detuvo cuando leí los resultados. Mis sospechas se hicieron realidad.
Friedrich Wilhelm Nietzsche y David Hume.
Dos filósofos muy influyentes. Y más importante...
Dos ídolos para Louis.
Mi mente se nubló y empecé a atar cabos mientras notaba una fuerte presión en la cabeza. Harry había perdido el móvil. Más bien, se lo habían robado. Un tanto extraño cuando Harry no solía ir a ningún sitio peligroso. Además de que siempre tenía mucho cuidado con sus cosas. Pero Harry iba a menudo a visitar a Louis. Y la cárcel no era un sitio muy seguro. Louis no era una persona de fiar en estos momentos, según me había contado mi amigo, y estaba segura de que habría hecho lo posible para hacerse con un teléfono. Y qué mejor que el de Harry para no levantar sospechas. Por eso no había puesto ninguna denuncia, por eso estaba tan tranquilo, porque sabía que lo tenía él. Por eso no se alarmó de que me llamaran tanto, ni se extrañó cuando le enseñé el mensaje que había recibido. Ahora todo tenía sentido. Tal vez por eso se rompió a llorar la noche anterior, porque había visto lo desesperado y necesitado que estaba su amigo. Y, aunque nunca lo reconociera en voz alta, me rompía el corazón ver cómo Louis se había arriesgado tantísimo para conseguir algo con lo que contactar con el mundo exterior... conmigo.
No sabía qué pensar. No sabía si estaba siendo paranoica o si de verdad todo lo que pensaba era verdad. Cuando llegara de su cita se lo preguntaría. No podía vivir en paz sospechando que Louis había estado hablando conmigo muy discretamente. Tanto, que ni siquiera yo había sido consciente del hecho. La visita de Harry me estaba haciendo pensar en Louis más de lo que debería. Una vez que su recuerdo se instalaba en mi cabeza era muy difícil sacarlo y, tal vez, muy dentro de mí, hubiera algo que no quisiera dejarlo ir. Pero estaba demasiado dentro, encima de él había demasiada mierda que impedía el acceso a cualquier sentimiento.
Bajé al salón para intentar olvidarme del tema. No quería seguir dándole vueltas porque notaba que el dolor de cabeza se aproximaba. Le había dicho a Aden que, pasara lo que pasara, trajera a Harry de vuelta a casa. Mi madre y Matt querían quedarse esperando al chico pero les aconsejé que se fueran a dormir. Tenía la intuición de que llegaría bastante tarde. Y, en efecto, lo hizo. A eso de las tres de la mañana escuché cómo un coche se detenía enfrente de la casa. Las puertas del vehículo se cerraron con fuerza y oí voces hablar en susurros. Pasaron unos minutos hasta que escuché cómo el coche volvía a arrancar y dieron unos suaves golpes en la puerta. Abrí emocionada y me encontré a Harry con las mejillas ligeramente sonrojadas.
-Erm... Hola -balbuceó y entró directamente a la cocina, con las manos en los bolsillos.
-Hola -me extrañé y le seguí.
Sacó un vaso y se lo llenó de agua. Parecía ansioso. Comenzó a bebérselo de golpe.
-Bueno y... ¿Cómo ha ido? -comenté cuando hubo acabado.
-Bien -contestó a secas y volvió a echarse agua. Sabía que solía pasar mucha vergüenza cuando contaba este tipo de cosas pero estaba demasiado tímido. Parecía que le estaba sacando las cosas a la fuerza.
-Vale, ¿y adónde te ha llevado? -intenté continuar con la conversación.
-A un restaurante.
-Ah -me dejó totalmente cortada-. ¿Vas a hablarme o voy a tener que llamar a Aden para que me cuente los detalles él?
-¡No quiero hablar de ello! Joder... -exclamó pillándome desprevenida y se pasó las manos por el pelo, nervioso, dándose cuenta de que había levantado demasiado la voz.
-Vale, vale -le frené con las manos, intentando tranquilizarle-. ¿Tan mal ha ido? -alzó las cejas.
-¿Mal? No. Mal no es la palabra. Es peor que eso... Ha ido genial, demasiado bien -bufó con fuerza y se volvió a echar otro vaso de agua. Como siguiera así, iba a estar meándose toda la noche.
-¿Y que haya ido bien es malo? -inquirí confusa. Me estaba perdiendo.
-¡Es lo peor que podría pasarme! -exclamó desesperado intentando mantener la voz baja.
-Creo que estás exagerando.
-No Trish, no estoy exagerando nada -se metió las manos en los bolsillos con fuerza.
-¿Por qué tienes miedo? -murmuré tratando de entender su reacción.
-Yo no tengo miedo -contestó instintivamente, evitando mi mirada.
-Claro que sí. Sé de estas cosas, ¿sabes?
Harry me miró con cierta angustia en sus ojos y le hice un gesto para que nos fuéramos al salón. No sentamos en uno de los sillones y el chico me miró expectante pero yo no tenía nada que decir, era él el que tenía que hablar si quería compartir sus miedos conmigo.
-No lo entiendes, Trish. Aden es algo... más bien alguien, que me supera. Supera todas mis barreras, es territorio desconocido para mí. Es demasiado. Ni siquiera sé explicarlo. Es mucho más de lo que podría llegar a soportar...
-¿A qué tienes miedo? -le corté recordándole la pregunta inicial. Harry agachó la cabeza, entristecido, y susurró.
-A que él sabe tratar a las personas y tengo miedo de no saber tratarle yo a él.
La inseguridad de mi mejor amigo era una de cosas que peor llevaba en esta vida. Lo tenía todo, absolutamente todo para ser seguro de sí mismo y aún así seguía acomplejándose. Sabía que esto iba más allá de unos simples complejos, en su caso era una enfermedad pero me jodía no poder hacer nada al respecto. Nadie debería infravalorarse de esa forma. Cada uno es como es y, si no te gusta, puedes cambiar todas las veces que quieras hasta que encuentres quién quieres ser realmente. No debería importarle una mierda lo que los demás piensen de él. No debería pensar que hay personas mejores que él porque no hay nadie mejor que nosotros mismos. Todos somos iguales. Todos nacemos con lo mismo. Por lo que, todos decidimos nuestro propio destino. Pero la mayoría de las veces éramos demasiado cobardes como para tomar un camino nuevo y desconocido, por eso nos quedábamos encerrados en casa, como hacía él.
-Harry, lo harás bien. Créeme -le alenté.
-No, Trish. Se me da fatal tratar a personas que no conozco. Joder. ¡Es como una tortura!
-No lo digo por ti, lo digo por él. Aden es muy extrovertido. ¡No tienes que preocuparte por nada! Él sabe tirar del carro, lo hará por los dos si hace falta, sabe manejar ese tipo de situaciones. Junto a él notas cómo todo fluye. Siempre lo hace todo más fácil.
-Aún así, Trish -suspiró sin llegar a estar convencido-. Es todo lo contrario a mí. Podía verlo desde fuera y hoy, que le he conocido un poco más por dentro, he descubierto que nuestros mundos son totalmente paralelos. Le gusta salir, se pasa las noches de fiesta en fiesta. Tiene el cuerpo lleno de tatuajes. Tiene más amigos que yo libros, y eso ya es decir, Trish. Le gusta beber y la sensación de emborracharse, y fuma de vez en cuando, lo cual no me gusta pero al salir del restaurante se ha fumado un cigarro de camino al coche y... Dios, ¡es la cosa más sexy que he visto nunca!
Sonreí con ironía. Todo lo que me contaba me sonaba familiar. La historia parecía que se repetía de nuevo. Sólo esperaba que él no sufriera como lo había hecho yo.
-No tienes por qué preocuparte tanto. Quiero decir... No quiero parecer mala amiga pero en unos días tendrás que volver a Inglaterra. Tienes eso claro, ¿no?
-Sí, Trish. Tampoco es como si fuera a dejar la universidad por un estúpido lío amoroso. No soy tú -bromeó y enseguida su cara su volvió pálida-. Quiero decir... ¡Por lo de dejar la universidad! No por lo del lío... Ya sabes... No quería hacer referencia a... Bueno...
-Harry lo he entendido -le aseguré sonriéndole con amabilidad pero él ya se estaba poniendo rojo por la vergüenza.
Imité sus acciones anteriores y me eché agua en un vaso que habíamos usado en la cena mientras él se recostaba contra el respaldo del sillón y suspiraba con fuerza.
-¡Estoy jodido! -exclamó y se tapó la cara con las manos, mirando al techo.
-¿De qué hablas? -me recosté como él.
-Me gusta mucho.
-Ya lo veo -sonreí-. Y, por si no te has dado cuenta, a Aden también le gustas.
No sé quién era más descarado en sus declaraciones de amor, Harry o Aden.
-No, no lo entiendes. Me gusta mucho... mucho, mucho.
-¿Cómo de mucho? -inquirí empezando a preocuparme. La situación no era la adecuada para que le gustara mucho. Él se pasó las manos por los pantalones, creando fricción.
-Pues mucho, Trish. Supongo que como te sentías tú con Louis cuando volviste a Cambridge a vivir con tu madre. Ese tipo de mucho.
Tomé una gran bocanada de aire por la inesperada comparación y rápidamente Harry se llevó las manos a la boca, avergonzado por segunda vez esa noche.
-Lo siento, no quería...
-Dios, sí que es mucho, entonces- le corté pensando en lo complicada que se volvía su situación. Aden vivía en Nueva York y él en Cambridge. Apenas se conocían y lo peor era que no les iba a dar tiempo a conocerse un más porque Harry se marcharía antes de que pudieran tener una tercera cita.
-Lo sé -exhaló tratando de mantener la calma. En verdad, era adorable verle así de nervioso-. Sabes qué? Lo mejor es que nos vayamos a dormir.
-Sí. Y ya mañana me cuentas qué tal os ha ido.
Él esbozó una sonrisa misteriosa que me picó la curiosidad más que antes y pensé en que lo mejor sería dejar el tema de los mensajes para otro momento. Los dos debíamos descansar.
*
Harry me había despertado al sacar ropa de su maleta. Por las pocas palabras que habíamos cruzado, tenía entendido que se acababa de levantar y se iba a la ducha. Ahora el sonido del agua cayendo contra el suelo se escuchaba en el cuarto de al lado. Yo aún seguía en la cama, con los ojos cerrados, tratando de despertarme. Una melodía comenzó a sonar sobresaltándome. Era mi móvil y mi corazón dio un vuelco, despertándome al instante. Mis manos temblaban conforme cogí el aparato de la mesilla. Al leer el nombre en la pantalla me puse aún más tensa. Descolgué y me lo acerqué a la oreja. No dije nada, presa del pánico y el nerviosismo.
-¿Trish? -murmuró. No sabía cómo iba a afrontar esta conversación. La situación era muy incómoda después de todo lo que había pasado.
-William -susurré incapaz de decir nada más.
-¿Qué tal? -sonaba tan incómodo cómo yo. Esta conversación iba a ser de lo más estúpida.
-Eh... Bien. ¿Y tú? -inquirí, tratando de entablar una conversación normal.
-Avergonzado.
Su sinceridad me pillo desprevenida y me dejó sin habla, peor de lo que estaba antes. Mi respiración se mezclaba con la suya mientras los dos nos manteníamos callados, sin saber qué decir.
-No tienes por qué, de verd...
-No, Trish -suspiró. No estaba lo suficientemente despierta para este tipo de conversación-. Supongo que estás al tanto de quién soy y te juro que, si lo hubiera sabido antes nunca... nunca... -parecía no saber expresarse-. Nunca me habría acercado a ti de esa forma -respiré tratando de mantenerme relajada.
-William, lo hecho, hecho está. No le des más vueltas, de verdad. Me alegra saber que todo está bien.
-No. Si te llamo es, precisamente, porque nada está bien.
Me quedé helada. Sabía a dónde se estaba dirigiendo esta conversación y no estaba preparada.
-¿A qué te refieres?
-A Louis.
Me alejé el teléfono de la oreja y suspiré. Definitivamente, no estaba lo suficientemente despierta.
-William, sabes que yo...
-Lo sé. Joder, lo sé muy bien. Pero... No sé qué hacer.
-¿Qué hacer de qué?
-Con él -reconoció-. No nos soportamos, ¿recuerdas? Sé que han pasado muchos meses pero no creo que ese mal rollo sea tan fácil de olvidar.
-Sí, sí, lo recuerdo -dije tratando de sacarme de la cabeza recuerdos de los dos discutiendo. La vida era muy retorcida-. ¿Le sigues sin soportar? -inquirí con cierta curiosidad.
-¿Estás de coña? Es Louis de quién estamos hablando. Es insoportable por naturaleza -masculló.
-De alguien tuvo que sacarlo -bromeé queriendo eliminar la tensión que crecía conforme la conversación avanzaba.
-De mí no, está claro.
Todo esto era muy extraño. Hablar con William sobre Louis era algo que no pensé que tuviera que hacer nunca. Y menos hablando como la ex de su... ¿Hijo? Aún se me hacía muy raro decirlo.
-Oye... -noté cómo volvía a ponerse serio-. Te llamaba porque necesito tu ayuda. Necesito que me ayudes con él.
-¿Para qué? Ya me ha dicho Harry lo perdido que está. Una vez que se pierde en su mente... No hay quién le rescate. Ya lo he intentado, créeme. No funcionó -susurré con una gran sensación de malestar en el cuerpo.
Sentí cómo esa habitación oscura y llena de recuerdos se comenzaba abrir y me llevé la mano al pecho instintivamente, como si eso fuera a detenerla.
-No te llamaría si no creyera que eres la persona que mejor le conoce.
-Él mismo es el único que se conoce realmente. Nadie sabe lo que le pasa por la cabeza, sólo él.
-Pero él te ha contado cosas. ¡Ha tenido que contarte historias! Necesito... Necesito que me ayudes, Trish. Por favor. Sé que no tengo derecho a pedirte nada pero la cagué y necesito tu ayuda.
Sonaba desesperado y me pregunté qué coño había pasado en estos cuatro meses para que William estuviera desesperado por ayudar a Louis.
Todo de lo que había estado huyendo volvía a mí como si de un imán se tratase. Todo lo que quería dejar atrás había tomado carrerilla y me había cogido la delantera para esperarme en la próxima curva. Esta carrera nunca se acabaría hasta que decidiera cortar las raíces de la historia y, por eso, decidí ayudarle.
-¿Qué quieres?
- LA PARTE DE LOUIS LA SUBO MAÑANA - Es que tenía muchas ganas de subir y he cortado el capítulo a la mitad. Es una mierdecilla pero es mi mierdecilla y yo la aprecio :)
Me siento algo mejor y eso es bueno porque puedo volver a escribir *Y tengo que hacer un inciso aquí, vale, os lo tragáis, no será muy largo, porque no sabéis lo bien que me hizo sentir ese hashtag que hicisteis en twitter, de verdad, no tenéis ni idea, sois realmente geniales. Os lo repetiré una y otra vez. Al fin y al cabo no soy nadie, esto es sólo una página web de las muchas que hay en internet y no tendríais por qué preocuparos por nada y aún así me mandasteis tweets con ese hashtag que me llegó al corazón #TuEresNuestroMiercoles y dios, me pongo a temblar por todo lo que me hicisteis sentir. No tengo palabras. No teníais por qué gastar vuestro tiempo en algo así y aún así lo hicisteis. No sé cómo agradeceros eso. Un simple gracias se queda corto pero os quiero decir que os quiero de todo corazón, de verdad*
Espero que la espera no se os haya hecho muy larga. Además, salió el nuevo vídeo y seguro que os habéis olvidado de esto ;P ¿Cuál es vuestra parte favorita? La mía es lo AZULES que se le ven los ojos a Louis DIOS MIO; y cuando Niall está cantando su solo y echan como fragmentos de Liam en las partes en las que le hace los coros idk me parece muy cute vale xd
Os quería decir que si queréis conocerme un poco más, podéis seguirme en mi instagram personal es @patriflyinghigh. Puede que sea absurdo idk, pero ahí lo dejo ;)
Mañana subo la segunda parte del cap. Os quiero mucho xx
twitter: @PatriFlyingHigh
instagram: @fast.fanfic
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro