Sebastian Bissett había recibido a su mejor amigo y a Aiden en aquella casa. Wesley llevaba entre sus manos una caja de botellas lleno de champagne, y Aiden el presente de Kai que dejo junto a la pila de obsequios.

Nunca habría imaginado que su compañero de clase fuera uno entre los chicos privilegiados en su círculo social.

Quizá por su pinta de moda cyber-gótica y por el hecho de no hablar con nadie salvo Cathrina durante las clases.

—Deja todo eso, necesito hablar contigo sobre algo...

Wesley le mencionó al oído, y eso fue lo que hizo antes de dejarse guiar por él al baño.

—Rayos, no digas que vamos a tener sexo o algo parecido. — Aiden esbozó una mueca de disgusto provocando en Wesley una mueca entre la confusión y la diversión de sus ideas.

—Tengo que hablar contigo en privado y hay muchas personas aquí, solo quiero decirte que me encargare de Catherina yo mismo...

El chico de cabello negro observo a Aiden con aquellos hermosos ojos grises que tanto le gustaban.

Ambos habían asistido a la fiesta con un disfraz de pareja igualmente, un par de "vampiros" que solo usaban chaqueta negra, ojeras y un par de colmillos falsos. Eso y el hecho de que Aiden se pusiera algo de glitter en la piel...

— ¿Qué? Wes, solo quiero olvidarme de todo lo que hemos pasado esta noche yo...

Wesley asintió poniendo un dedo sobre sus labios para callarle. —Lo sé, por eso necesito que entiendas que después de lo que sucedió con Kalena me toca a mí hacer algo por nosotros...

Aiden apartó la vista. —Yo ya estaba comenzando a hacerme cargo por mi cuenta.

Wesley se mantuvo sereno durante un instante y se cruzó de brazos apoyando su espalda en el lava manos. —Bien, sé que ayer me porte como un imbécil, que no debías estar hurgando entre mis cosas y que tampoco debí dejarte marchar...

—Ya te dije que lo siento. — Aiden titubeo.

—Cuando hablamos esta mañana te dije que necesitaba estar bien contigo, que todo lo que hemos pasado debemos afrontarlo juntos. — Wesley ladeó el rostro buscando la mirada de Aiden.

El chico parisino alzo la vista y asintió. —Sí, lo hiciste...

Ambos se miraron en silencio durante un instante...

—Bien, entre los dos debemos cuidarnos, así que voy a confesar algo, y seré breve...

Wesley se llevó una mano a la altura de la nuca esperando que las palabras correctas salieran de sus labios.

No quería que Aiden pensara que él era un psicópata o algo parecido.

—La verdad me tomó segundos dejarte ir, quise seguirte, pero te perdí el paso, y nunca imagine que Sebastian me fuera a invitar a LAVO aquella noche...

Aiden se mantuvo sereno, en realidad no parecía nada curioso al respecto, y no entendía por qué Wesley pensaba que él podría sugerir que era un psicópata.

Así que solo lo dejó continuar...

—Él me dijo que estaría Kai, Cathrina y contigo, así que me animé a ir, al entrar quise acercarme a ustedes, pero pensé que sería mala idea y decidí guardar la distancia...

La noche anterior Wesley Goldman entró al club nocturno y se quedó observando no muy lejos a Aiden y Cathrina conversando.

Fue entonces que decidió sobornar a un mesero para grabar la conversación un poco más cerca, justo en el momento donde la hermana de Virginia se referia a su hermana despectivamente.

—Después de eso decidí irme e investigar un poco acerca de las hermanas Pierce, no fue muy difícil, digo, Virginia tenía todas sus cuentas personales públicas, no fue difícil hackearla.

Weasley se encogió de hombros y suspiró pesaroso.

—De hecho Cathrina ha mentido bastante, ella no tenía una buena relación con su hermana, puesto que le tenía envidia por la vida que Virginia gozaba a pesar de ser adicta.

Aiden arqueo ambas cejas adopto una postura erguida cuando escucho aquella confesión. —Muy bien, continúa...

—De hecho Cathrina solía hacerle bullying por su físico, y por lo que hacía, de hecho encontré conversaciones bastante agresivas, a lo cual me hizo pensar en una buena historia para encubrir su desaparición.

Wesley de pronto parecía la persona más emocionada en el mundo acerca de su propio plan macabro.

—Te escucho. — Aiden le invito a seguir.

—De acuerdo, Virginia sufría depresión y el maltrato psicológico de Cathrina la llevaba a tener arranques, asi que posiblemente desapareció, se suicidó...

Aiden se quedó pensativo durante un instante, no sabía cómo reaccionar realmente, pues sería una pena inculpar a Cathrina y al mismo tiempo no tanto.

—Bien me asusta un poco, pero puede funcionar, así que dejare que te encargues de ella...

Aiden respondió sin nada mejor que ofrecer.

—En cuanto termine el curso voy a graduarme, así que podre invitarte a pasar las fiestas conmigo en Navidad ¿Qué opinas?

Wesley realmente estaba loco. Por un lado estaba a punto de hundir a Cathrina para librar a ambos de los problemas y por otro estaba actuando como cualquier hombre a punto de tener una cita.

Sin embargo, Aiden no podía darse el lujo de rechazarlo, no después de todo lo que el chico de sus sueños estaba haciendo por salvar el cuello de ambos.

—Me parece genial, ahora volvamos a la fiesta, o notaran nuestra ausencia. — Aiden sugirió con una sonrisa antes de abrir el baño y encontrarse con de cara con Cathrina.

— ¿Qué rayos estaban haciendo? — reprendió la chica que realmente causaba horror de tan solo verla.

Al ver que Wesley estaba pasmado, Aiden apartó la vista llevándose el pulgar a la altura del labio inferior. —Lo siento, creí que sería más rápido. — musitó con timidez.

El sexo siempre era una buena cuartada.

—De acuerdo que asco. — Cathrina rodó los ojos y se apresuró a entrar al baño.

La noche se vuelve más fría y la luna sangrienta se posa sobre el cielo estrellado anunciando un mal augurio.

Las máscaras ocultan a las bestias, pero no las intenciones que tengan con sus víctimas.

Solo bastaba ver a los padres de Kai abandonar la fiesta y observar que el reloj marcaba poco para la media noche.

La hora más oscura estaba por avecinarse.