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12: Celos

El tiempo parecía lento las horas posteriores hasta que Dante comenzó a recibir conocidos en la residencia, mientras Mason se mantenía encerrado en la habitación terminaba las primeras tareas del mes.

Y ya pasaban de las 10:00 p.m.

Música electrónica, pizzas y cervezas era lo que había capturado la sorpresa de Kalena y Elise, que esperaban algo más por parte de los anfitriones, pero así es la vida nocturna de Manhattan, alguien pudo haber asistido a un exquisito brunch, o a un loft con piscina, y alguien más pudo haber asistido a algo mucho mejor.

Siempre existen las posibilidades, y estas, pueden elevar las expectativas de otros, o reducirlas hasta el polvo.

— ¡Hey! — Dante recibió a las chicas con un saludo y una sonrisa. — Llegaron al fin...

—Qué suerte. — respondió Kalena mirando a su alrededor. El ambiente parecía tan común cuando sus expectativas se habían elevado hasta las estrellas por la fiesta en el departamento de Sebastian.

— ¿Dónde está Aiden? No hemos sabido nada de él prácticamente todo el día. — intervino Elise con un poco de desconcierto.

—Nosotros tampoco sabemos nada de Weasley pero estoy completamente seguro que estarán bien, y ustedes igual, después de algunas cervezas. — Dante bufó esbozando esa media sonrisa de chico despreocupado que podía deleitar a cualquier chica.

Sus dentadura era perfecta, brillante, y las facciones de su rostro delicadas, pero marcadas, igual que el príncipe azul de todos los cuentos de hadas.

Eso provocó que Elise se ruborizara un poco. —Claro, podrías traernos algunas para Kalena y para mí.

—Por supuesto. — tartamudeo Harper como si hubiera reaccionado acerca de algo que ya era obvio antes de encaminarse a la cocina.

Al mismo tiempo Dante llegaba junto a un par de amigos, Darren, un afroamericano con el cabello crespo y al raz que a jusgar por el físico posiblemente hacia bastantes pesas, y uno un poco obeso de mejillas rosadas y cabello enmarañado y naranja. —Hola chicas ¿Quieren jugar semana inglesa?

—No lo sé. — intervino Kalena ya algo desanimada, pero sin el valor suficiente como para irse y quedar frente a todos como una completa amargada.

—Anímense, necesitamos chicas. — menciono Darren queriendo acaparar la atención de ambas.

—No es tan malo. — Dante sugirió posando la mirada en Elise, ignorando por completo a Kalena, una acción que era bastante obvia para todos, menos para ellos.

—Está bien. — Elise asintió despreocupada antes de que Kalena suspirara pesarosa y se encaminara con Harper quien venía de regreso con un par de cervezas.

—Te gusta Elise ¿Cierto? — la chica alta de piel tostada pregunto directamente al chico bonito a quien le había quitado una bata.

Harper estaba tomando un trago hasta que Kalena le había soltado aquella pregunta como una bomba. — ¿Por qué preguntas? ¿Soy tan obvio al respecto?

—Igual que el resto. — la chica hizo un ademan señalando al frente para que su acompañante volteara en dirección a Dante y a los otros chicos que rodeaban a Elise.

—Pero las relaciones lésbicas no son lo suyo. — Kalena añadió con desdén mirando a Harper de reojo antes de marcharse a cualquier otro punto de la casa para distraerse.

Harper frunció el ceño tomando la indirecta como un insulto personal. Algo en su interior le había revelado que Kalena sabia acerca o sospechaba algo al respecto.

No la culpaba, últimamente era descuidado en todo.

Su teléfono comenzó a sonar, una llamada de Sebastian Bissett se asomaba en la pantalla, antes de sonreír nostálgico y rechazar la llamada.

No podía permitirse una amistad con la persona que más le había lastimado cuando comenzó su transición.

Al menos no hasta que su ex pudiera sanar completamente.

Harper volvió la vista nuevamente hacia Elise y pudo entender los celos de Kalena, culpa del rechazo de o el desplazamiento de algunas personas.

De pronto añoro la vida que tenía cuando era una chica, y lo difícil que se había vuelto desde que se había convertido en un hombre que había encontrado apoyo por parte de su familia y de amigos como Dante o Weasley.

Pero, sin la posibilidad de tener una relación, temiendo siempre que llegara el día en el que tuviese que confrontar su condición durante el sexo.

Su teléfono volvió a vibrar de nuevo, un mensaje de texto por parte de Sebastian le había llegado al buzón.

Sebastian:

"¿Estas ocupado esta noche?"

Harper se recargo sobre la pared y se empino un buen trago de cerveza antes de responder.

Harper:

"Hay una fiesta en mi residencia"

"¿Quieres venir?"

La pregunta parecía algo impulsiva, pero lo cierto es que no tenían mucho de qué hablar después de que su ex se hubiese convertido en una especie de bully personal.

Sebastian:

"De acuerdo, llevare vino blanco, sabes que odio la cerveza"

Ese mensaje le provocó una sonrisa nueva en su semblante, y los veranos que habían compartido en Ensenada, y lo mucho que a él le encantaba visitar los viñedos.

Después de eso, una ola de sentimientos encontrados invadió sus sentidos, apartó la vista del teléfono y termino su lata de cerveza.

Harper:

"No está muy divertido por aquí, mejor vayamos a cualquier otro sitio".

Y sin esperar respuesta, el chico de cabello quebrado y ojos azules se dirigió a su habitación por una cazadora de cuero que se puso bajo un suéter gris claro lleno de pines.

El toque sutil de un perfume con acentos de madera y manzana.

Harper no era un experto en moda, sin embargo, era la clase de chico que se podía ver bien incluso con un estropajo viejo encima.

Sin despedirse solo fue capaz de abandonar el apartamento, cruzando la acera para pedir un uber que lo alejara pronto de ahí.

No tardó más de cinco minutos.

Harper subió al auto justo cuando la silueta de Aiden y Weasley llegar desde el cristal.

El chico parisino venia abrazándolo desde atrás, mientras su amigo aparcaba la Harley al otro lado de la acera.

Aquello no le parecía molesto, pero si desconcertante. Después de todo, Weasley aún mantenía una relación con Irina ¿O no?

Por impulso podemos cometer actos estúpidos, pero cuando estás acostumbrado a ser el centro del problema, tener el poder de detonar un escándalo siempre es tentadora.

Harper alcanzo a tomar una foto cuando el auto comenzó a avanzar, abrió instagram y la envió al inbox a Irina.

Las personas como Dante, Elise, Aiden o incluso Weasley no estaban acostumbradas a desenvolverse en conflictos más allá de una ruptura amorosa o una noche de excesos.

Pero verles retorcerse como gusanos por ello, hacía que las personas como Kalena o él pudieran anestesiar los ratos amargos de su suerte.

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