Fascinante... (Part II)
Pasó como cuatro días desde aquel extraño encuentro con aquellos dos hombres, y aún me sigo preguntando qué ha sido de ellos, ya que no he recibido ninguna llamada sobre el caso de mi primo. Estoy bien respecto a eso, pero... cuando pienso en él me vienen recuerdos de cuando éramos pequeños. Aún así no debo dejar que me afecte... En cuanto a la entrevista... no me han llamado más... Era mi oportunidad, y la perdí. Bueno, la perdí... Más bien me la cancelaron.
Me acabo de levantar de la cama. Son las 9:45 de la mañana y siento que no me quiero despegar de la cama por mucho que haya una guerra, pero debo ponerme a buscar trabajo cuanto antes para pagar el alquiler junto a mi amiga y compañera de piso Sandy. ¡Oh, se me olvidaba! Sí, tengo compañera de piso, pero antes que compañera es siempre amiga. Nos conocimos en el instituto, y desde entonces no nos hemos separado. Parece una de esas típicas películas sobre amistad en las que dos chicas siempre han mantenido una amistad.
-¡Amanda! - me llamó desde el cuarto de baño Sady, quién se estaba dando una ducha.
-¿Qué?
-¿Puedes traerme mi móvil? ¡Está en mi mesita! - pidió.
Fui a su habitación, cogí su teléfono y fui al baño para dárselo.
-Te lo dejo en la pica - le dije antes de salir.
Fui a la cocina, me preparé el desayuno y me lo comí mientras leía el periódico y buscaba trabajo en él.
-¿Por qué no pruebas lavar coches? - apareció Sandy con una toalla puesta - Seguro que tendrías clientes a montones si te vistes como Cameron Díaz en Bad Teacher.
Yo me reí por el comentario y le respondí:
-No, quiero un trabajo donde los tíos no babeen. A lo mejor de cajera, dependienta de una tienda... Ya sabes.
-Puede que te consiga un trabajo en la tienda de ropa donde trabajo.
-¿Hablas en serio? - pregunté sorprendida.
-Claro, solo dame tu curriculum y se lo daré a la dueña a ver qué tal. A demás, creo que piensa en contratar otra dependienta porque el negocio va a más.
-Quién sabe... Pero déjame pensármelo.
-Bueno, peor no te lo pienses demasiado... Te crecerán arrugas - bromeó Sandy.
En aquel momento, mi teléfono, que se encontraba justo a mi lado, comenzó a sonar. Lo miré y era un número desconocido.
-¿Sí? - lo cogí.
-¿Amanda? Soy John, John Watson.
-¡Oh, hola John! - se me hizo extraño llamarlo por su nombre de pila - Dime.
-¿Te importaría que nos viésemos en la cafetería del otro día? Es importante - parecía serio.
-Eh... Sí, sí... Claro... - murmuré - ¿Es sobre James?
-Sí.
-Está bien, ¿a qué hora?
-Ya - respondió rápidamente.
-¿Ya?¿Ahora? E... está bien - acepté sin remedio -. Voy para allá.
-Hasta ahora - y colgó.
-Sandy, debo irme - le dije apresuradamente.
-¿A dónde? - se sorprendió.
-Es sobre James.
-Vale, luego me cuentas... - murmuró apenada, y yo asentí.
* * *
Después de unos minutos de andar, llegué a la cafetería del otro día y, al entrar, vi a Watson llamando mi atención con la mano y de espaldas a aquel hombre de cabellos rizados y carácter extrovertido: Sherlock.
-He venido lo más rápido que he venido - les dije.
En cuanto vi el rostro de Sherlock estuve confusa. Me miró como con sorpresa y... ¿agradable?
-¿Sucede algo? - pregunté intrigada.
-Hemos detenido al asesino - dijo Watson también extrañado por la forma en la que me miró Sherlock.
-¿En serio?¿Quién era? - pregunté sorprendida.
-Era su compañero y pianista número dos. Lo siento, no podemos darte el nombre.
-Lo entiendo... - sonreí.
-Dime, Amanda, ¿no eres una mujer de mucho maquillaje, verdad? - me preguntó de la nada.
-¿Có...cómo dices?
-¡Sherlock! - lo regañó Watson - Disculpalo de nuevo, Amanda. No tienes que responder.
-No, Sherlock, no soy de maquillaje. ¿Por qué? - me atreví a preguntar.
-Te sienta mejor mostrar tu belleza natural - respondió.
Lo sentí. Podía setir mis mejillas rojas. Y si yo lo notaba, el lo habría notado antes que yo...
-Gracias, supongo - intenté parecer normal.
-Dime otra cosa, Amanda, ¿estás buscando trabajo, cierto? - formuló otra pregunta.
-Sí... - bufé.
-No hace falta - sonrió Watson -. Sherlock se las ha arreglado para que tuvieras esa entrevista en la editorial.
Miré perpleja a John y, cuando dirigí la mirada hacia Sherlock, este me miraba a los ojos con una pequeña sonrisa.
-¿Va enserio?
-Por supuesto - sonrió Watson.
En el acto, me levanté y fui a darle un fuerte abrazo a Sherlock.
-Gracias, gracias, gracias, gracias - no para de repetir emocionada.
-¡Watson, Watson...! - pedía ayuda él.
Me separé de él y volví a sentarme en mi sitio.
-Es que... - no pude ni hablar, estaba feliz - Gracias.
-No tienes que agradecerlo, Watson me empujó a hacerlo - se hizo el indiferente.
-Y, ¿para cuando?
-Esta tarde - sonrió Watson -. A las 17:00.
-De verdad, gracias - volví a sonreír emocionada.
Sherlock se levantó de la mesa y Watson también.
-Bueno, pues ya nos veremos Amanda - sonrió Watson.
Yo también me levanté de ahí porque ya no tenía nada que hacer ahí. Los tres salimos de la cafetería, pero nos paramos en la entrada. Comenzó a llover un poco, pero no el dí importancia.
-Adiós, Watson - le sonreí -. Adiós, Sherlock.
-Adiós, Amanda - me dijo estrechando mi mano.
Sherlock no me dijo nada, comenzó a caminar lentamente sin decir ni adiós.
-Eh... Adiós, Amanda. Siento que Sherlock sea... tan Sherlock - fue lo último que oí salir de la boca de Watson.
Yo debía ir en dirección contraria a la de ellos, así que me dispuse a andar, pero sentí que me llamaron.
-¡Amanda! - era Sherlock.
Me giré y lo vi parado junto a Watson unos metros atrás.
-¡No tienes porqué llevar vestidos que no van a tu medida, siendo tú estás más guapa...!
No daba crédito a lo oído. Sonreí levemente y, con la mano, le dije adiós. Me dí la vuelta mientras aún mantenía esa sonrisa atontada.
Narrador externo
Sherlock miró como Amanda se alejaba con una sonrisa, y Watson estaba demasiado confundido, así que, sin pensarlo, le dijo:
-Sherlock, nunca te había visto así. ¡Es más! Nunca te había visto tirarle un piropo a una mujer. Espera, no. ¡Dos!¡Dos piropos!
-Watson...
-¿Sí?
-Cállate.
* * *
Hice la entrevista. ¡Lo hice genial! Me dijeron que me llamarían mañana para darme otra cita y para que viera las oficinas y viera como funcionan. Eran las 19:48. Bastante tarde al terminar una entrevista. Comenzó a llover bastante, lo vi mientras bajaba el ascensor de cristal. Cuando llegué a la planta baja, salí a fuera y me encontré con una sorpresa.
-Sherlock... - murmuré sorprendida - ¿Qué haces aquí?
-Unas calles más allá hay un fish and chips muy bueno - fue lo único que dijo, manteniendo su rostro serio.
-¿Me está invitando a salir, Señor Holmes? - bromeé.
-No. No - frunció el ceño -. No lo sé. Puede.
Sonreí ante su habla peculiar y su rostro confuso.
-Sí, Sherlock. Voy contigo, si es lo que estás insinuando - le dije.
-Veo que no han ido con vestido - murmuró y vi que dejó escapar una corta sonrisa.
-No...
Sherlock se acercó, me ofreció su brazo y dijo:
-¿Me acompaña, Señorita Fresh?
-Sí - sonreí.
-Fascinante...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro