—Acepte ser mi esposa...  —
Se arrodilló con una sonrisa luego de recitar sus palabras.

Una mirada llena de indiferencia fue la que le mostró Milo a Avaly, provocando que ella sintiera un escalofrío.

—Yo... —intentó hablar.

Ursfeli esperaba con paciencia.

El corazón de Avaly latía tan fuerte porque no sabía qué hacer en ese instante. Estaba tan nerviosa.

Entonces sintió la mano de Milo sobre su espalda, era como si le dijera que no tenía escapatoria.

...

—¿Cuánto vale nuestra relación? —habló de pronto mientras bailaban.

Avaly torció las cejas, no había captado bien lo que él había dicho pues estaba concentrada en la música y en seguir sus pasos.

—He oído que hay un hombre detrás de tu corazón —la miraba a los ojos cómo lo hacía cuando la retrataba.

Avaly se sentía vulnerable ante aquellos ojos.

Sentía que no podía ocultarle nada.

—¿Nuestro compromiso no vale nada?

—No digas eso... Sólo... Él y yo, sólo somos amigos.

—¿Amigos?...

—Sí —mostró una sonrisa nerviosa. Aunque ella tampoco estaba segura de lo que él sentía —. Su alteza —tenía que averiguar— mi padre estaría honrado si usted hablara con él sobre lo nuestro —le dijo y esperó su reacción.

No era cierto que su padre estaba interesado, en realidad el hombre aún consideraba que ella todavía estaba muy joven como para buscarle un marido.

—Pero antes debo estar seguro de que mi futura esposa esté convencida de lo que  siente por mí. Por favor, mi bella dama, aclare sus  sentimientos.

...

—Yo... ya estoy comprometida con el príncipe Milo.

Lentamente la sonrisa del príncipe del Sur fue desvaneciéndose.
Pasó de mirarla a ella a mirar a Milo pero rápidamente volvió a ella.

—¿Y lo nuestro? —inquirió mientras se ponía de pie —. ¿Y nuestras promesas? —añadió muy indignado.

—¿Promesas? —sus ojos se llenaron de asombro y desconcierto; y su ritmo cardíaco aumentó.

Ursfeli chasqueó la lengua, miró  hacia abajo por unos segundos y después, con mucho cuidado desenvainó su espada.

—No lo acepto —dijo entre dientes —. Lloverán fuego y espadas...

Avaly y Milo retrocedieron mientras Kimmy se mantuvo en su lugar con la emoción borboteando en sus entrañas y con la seguridad de que su hermano no le haría daño.

Ursfeli señaló a Milo con su espada y exclamó con voz solemne —Reto a Milo Baker, príncipe del Este, a un duelo por la mano de la princesa Avaly Hazelnut. El vencedor tendrá el honor de quedarse a su lado.

—¡Me niego! —puso su brazo frente a la princesa como si intentara evitar que Ursfeli avanzara hacia ella y continuó con un tono más calmado—. La princesa Avaly no es un objeto o trofeo que pueda ganarse en batalla. Ella debe escoger a su pareja en matrimonio.

Avanzó hacia Ursfeli y se posicionó a su lado.

Kimmy se desbordaba de la emoción que aquella situación le causaba y Avaly estaba apunto de desplomarse; y hasta sería mejor quedar inconsciente en ese instante.

—Asi que... ¿A quien escoge cómo futuro esposo? —preguntó Milo con una sonrisa.

...

—Es posible que no escoja a ninguno —dice Milo en voz baja.

...

No podía escoger entre ellos, los quería a ambos, su corazón se emocionaba de igual manera cuando estaba con ellos.

Ambos eran importantes para ella ¿Por qué tenía que escoger?

—Ya veo... —dijo un decepcionado Ursfeli al ver que la joven princesa era incapaz de tomar una decisión —. Mi querida princesa, me aparto de su camino...

Avaly sólo se puso peor ante aquellas palabras.

—Siendo así el caso, protegedla —le dijo a Milo y se acercó a su hermana quién con una mirada conmovida lo esperaba.

—Con honor la protegeré, hasta que mi cuerpo perezca, pero sólo hasta que ella me dé una respuesta clara.

Avaly tenía que decir algo antes de que el príncipe del Sur se rindiera por completo.

—A Ursfeli —intervino—, lo quiero mucho, sus historias son increíbles, soy feliz al ser parte de su inspiración y de ayudarlo en el largo y emocionante proceso. Siempre me deleita con sus ideas; lleva a mi corazón y a mi mente a mundos lejanos... Es una persona increíble. Y...  Milo... Usted es tan encantador, atento y amable conmigo, sus pinturas son tan bellas, dicen tanto. Usted ha sido capaz de expresar  tanto de mí en aquellos conjuntos de pinceladas, algo que yo misma no podría conseguir... sus palabras siempre me cautivan, soy feliz cuando estoy a su lado. Soy feliz cuando estoy con los dos, con cada uno, así que lo siento... no puedo hacerlo, no puedo tomar una decisión. No puedo elegir a uno y perder al otro.

...

—Si no elige ¿Qué haremos? —pregunta Ursfeli.

...

Milo se acercó a ella y la abrazó.

—Si ahora no puedes tomar una decisión es mejor que él y yo nos marchemos —se separó de ella, tomó su mano y le besó el dorso—. No pierda la tranquilidad por esta despedida, nos volveremos a ver, bella dama.

Soltó su mano y caminó al lado de Ursfeli quien ya había envainado su espada.

Se retiraban junto a la princesa Kimmy, dejando a Avaly con el corazón dividido y atormentado.

No quería perder a ninguno y sentía que los había perdido a ambos... Bajó la cabeza tratando de contener sus lágrimas. No tenía ni el valor para intentar detenerlos.
Sus lágrimas comenzaron a mojar sus mejillas.

De repente escuchó unos pasos que llamaron su atención, levantó la cabeza y se limpió las lágrimas.

—No tienes que elegir a ninguno —dijo Kimmy obsequiandole la rosa que Milo le había regalado cuando se saludaron—. El mundo está lleno de opciones y posibilidades —hizo una pausa mirándola a los ojos—. Hay más que un par de príncipes.

❤

Fin.