...

Acomodó una silla frente al ventanal para dedicarse a observar las estrellas.

Mientras observaba su mente se subió a un tren de pensamientos.

Resultaba decepcionante.
Mucho tiempo creyó que habían posibilidades de que ella correspondiera a su amor pero recién se daba cuenta de que su suerte era escasa.

La intranquilidad en su pecho se lo decía...

De pronto comenzó a hilar ideas en su cabeza; al menos aquel desamor podría servirle de algo.

Luego alguien tocó la puerta.

El príncipe salió de sus cavilaciones y se levantó para abrir la puerta.

Antes de llegar, una nota pasó debajo de la puerta. Leyó el papel y abrió en seguida.

—Oye ¿Qué significa esto?  —le dijo a la muchacha que se alejaba.

Ella se detuvo y le respondió que el recado era de mano del príncipe Milo.
Que la firma era auténtica.

...

Estaban en un jardín, rodeados de arbustos, flores hermosas y un delicioso perfume natural.

—Baja tu espada —dijo con una pose relajada.

—¿A qué me has llamado entonces? —mantuvo su postura desafiante ya que Milo escondía sus manos en la espalda y era posible que tuviera un arma.

El príncipe lo había citado sin explicar el motivo, así que Ursfeli había llevado su estoque consigo.

—Para hablar, por supuesto —avanzó hacia él aún con las manos en la espalda.

Ursfeli afianzó su empuñadura y constriñó las muelas. Le irritaba aquel exceso de confianza.

—Baja tu espada —mostró sus manos, tan sólo estaban enguantadas. Con una de ellas dirigió lentamente la espada hacia abajo.

...

—¿Por qué llevas tu espada?

—Quizas tenga que defenderme —contestó con simpleza.

Estaba parado en el umbral de la puerta, esperando a Kimmy para que asistieran al desayuno con Avaly.

...

—Buenos días.

El saludo del príncipe se vio acompañado por una sonrisa.

—Buenos días —contestó Avaly.

—¿Sería posible desayunar juntos esta mañana?

La princesa se sintió acorralada en ese momento.

—¿O quizás ya tiene algún compromiso?

—No... Bueno... Sí, los príncipes del sur me...

—Perfecto —la interrumpió—. Reunámonos con ellos.

Enseguida le ofreció su brazo para que caminarán a la par.

—Mi padre dice que mantener la amistad entre los cuatro reinos es algo importante —decía Milo mientras caminaban al punto de encuentro.

—Lo es —asintió Avaly.

Parecía que se negaba a hacer contacto visual con él.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del príncipe al recordar el encuentro que había tenido con el sureño.

Ahora estaba decidido en cuanto a sus sentimientos por la princesa.
Ahora sabía que opción tomar.

Siguieron caminando en silencio hasta llegar al jardín de las rosas.

La mesa estaba lista, sólo había que esperar a que llegaran Kimmy y Ursfeli para que se sirviera el desayuno.

...

Los príncipes de SouthLand arribaron al lugar.

Mientras la sonrisa de la princesa Kimmy se mantuvo, la sonrisa del príncipe desapareció.

Avaly, Milo y los dos sirvientes que estaban ahí, reverenciaron con cortesía.

—Permítanme presentar a Kimberly... princesa de las tierras del Sur, mi querida hermana menor —dijo con un tono de voz aristocrático.

Milo avanzó hacia ellos y atesoró entre sus manos la mano de la joven princesa.

—Principe Milo del Este —con un movimiento grácil, casi romántico, besó el dorso de su mano y le dijo—: Es un gusto conocerla, bella dama.

—El gusto es mío —contestó Kimmy con las mejillas sonrojadas.

Entonces tomó la flor que llevaba en su pecho y se la entregó con una sonrisa amable.

Después Avaly se acercó a ella y se saludaron con un beso en la mejilla.

—Es un gusto conocerte al fin, mi hermano me ha hablado tanto de ti.

Avaly y Ursfeli intercambiaron miradas, después le sonrió a Kimmy y le dijo que también le daba gusto conocerla al fin.

Kimberly notó algo en aquella acción.
En aquella fracción de segundos, pudo ver algo en sus ojos.
Sus sentimientos...

—Me hubiera gustado verlos bailando juntos —comentó—.
Creo que se ven maravillosos —dijo mirando a su hermano.

La cara de la princesa Hazelnut  estaba tan roja que tuvo que mirar hacia otro lado.

Milo por su parte se puso serio.

Ursfeli entonces aprovechó la situación y se dirigió a su princesa.

—Si la princesa correspondiera a mis sentimientos y se casara conmigo, podrías vernos bailar una y otra vez, hermana —dijo con ensoñación.

—Deberían —contestó Kimmy con una amplia sonrisa y una emoción genuina.

—Por supuesto. Creo que estamos hechos el uno para el otro... Por eso, mi querida Avaly, si su corazón no pertenece a ningún hombre... Si aún es libre, acepte ser mi esposa...

...
Fin del capítulo.

¿Sobre qué hablaron los príncipes?

A) Avaly.

B) Cosas de hombres.

C) Otra cosa.

😏❤

*Disculpen si hay errores ortográficos o de redacción y gramática, es que muero de sueño*