Capítulo 3 : Príncipes y Princesas.
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“A veces el amor es tan fuerte que puede herir el corazón de las personas"
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El príncipe del sur caminaba junto a una jovencita llamada Kimmy.
Ambos disfrutaban de un agradable paseo en el castillo de NorthLand.
—Cerca de aquí la he conocido —dijo el príncipe a la chica que iba de su brazo.
—Muy romántico —contestó ella con una sonrisa mientras imaginaba cómo podía haber sido. Luego frunció el ceño al percatarse de algo—. Se supone que el baile fue en las tierras del Este, no aquí.
—Mi querida hermana... En efecto, esa ocasión en el este sirvió para que ambos nos conociéramos... mutuamente, pero eso no significa que antes no la hubiese visto.
—¿Entonces...? —preguntó Kimmy, hermana del príncipe.
—Era el primer reino al que visitaba para asistir al gran baile.
—Tendrías dieciséis años por aquel entonces —interrumpió.
—Así es y ella tendría casi tu edad —contestó con una sonrisa.
—Ella es muy joven para tí —recriminó Kimmy.
El príncipe se sintió ofendido ante las crueles palabras de su hermana.
—Para el amor no hay edades... Además sólo son tres años —terminó con las mejillas de color rojo.
—Sí, sí... Yo no he dicho nada —restó importancia con un ademán de la mano.
Ursfeli sacó su reloj de bolsillo y le dijo a su hermana que era hora de volver para el almuerzo.
De camino al almuerzo se encontraron con el príncipe Milo.
Para Ursfeli, a simple vista, era un joven gallardo de mirada gélida.
Para las mujeres era un joven amable, encantador y valioso en cuanto a su poderío económico y sus habilidades artísticas.
No cruzaron palabra alguna tan sólo una mirada, un movimiento de cabeza en señal de reverencia y siguieron su camino cómo personas ajenas.
—¿Quién era? —preguntó la princesa Kimmy.
—Milo Baker, príncipe de las tierras del Este —respondió tenso.
—¿Qué pasa con ustedes?
Kimmy había notado la extraña atmósfera entre los dos. Aunque no conocía al príncipe Milo, sabía que algo pasaba, su hermano no solía ser tan indiferente y hostil.
—Supongo que es un contrincante —le contestó sin pensarlo tanto —. Tiene sus ojos puestos en ella...
Kimmy podía notar a simple vista que su hermano estaba muy irritado así que decidió no hacer más preguntas ni comentarios y se aferró a su brazo hasta llegar con sus padres.
...
Al llegar la noche el príncipe arribó al salón de baile y lo primero que hizo fue buscar a su princesa.
—Te ves hermosa... — Le dijo al encontrarla.
Ella sonrió con las mejillas ruborizadas.
—¿Has comenzado? —preguntó emocionado. Quería abrazarla pero tenía que contenerse.
—Dioses, han sido días muy ocupados pero lo poco que leí... Me ha encantado, la parte donde ella descubre el secreto de su consorte está muy intensa.
Los ojos del príncipe brillaban de emoción.
—¿En qué sentido? —preguntó curioso.
—La violenta reacción de la princesa y la dolorosa pena por la que pasa su consorte es algo que te eriza la piel y da escalofrío... Bueno no sé cómo explicarlo pero me está gustando mucho.
La emoción que sentían en ese instante era algo mutuo.
Lástima que se vio interrumpida cuando llamaron a la princesa para que regresara a la mesa de su padre pues llegaba el momento de dar un discurso y brindar por la agradable noche.
El príncipe también tuvo que volver a su lugar para brindar junto a sus padres.
Cuando el discurso terminó, él tenía las intenciones de reunirse nuevamente con ella pero a medio camino se topó con un Lord, fanático de sus libros.
Escuchaba atento y agradecido los elogios del buen hombre hasta que en un momento desvió la mirada en busca de su princesa.
La sonrisa se le borró en ese instante, dejó de escuchar la voz de el Lord y sintió una opresión en su pecho.
Su princesa iba del brazo de aquel sujeto hacia la pista de baile.
—[...] Espero con ansias su próximo trabajo, su alteza.
Aún en el estupor, el príncipe le dio la mano para despedirse y le asintió con respecto al próximo libro.
El hombre se fue y él se quedó ahí, viendo como ella bailaba en brazos de aquel artista...
Ambos sonreían y disfrutaban de la pieza.
Tragó saliva con dificultad por el nudo que se había formado en su garganta.
Dolía...
Dio la vuelta y se alejó de la fiesta, llegando a un balcón donde se quedó viendo las estrellas.
Estuvo mucho tiempo ahí, sintiéndose solo y derrotado.
—Creí que estabas ansioso por bailar conmigo —su voz interrumpió el silencio.
Volteó para encararla.
Sus ojos se abrieron un poco más.
De verdad que se veía hermosa...
Pero luego regresó la mirada hacia las estrellas.
—Pues... Ya tenías una pareja de baile así que pensé que podría despejarme un poco aquí y tal vez me llegaban nuevas ideas.
—Uhm... —dijo con poca credulidad —¿Te importa si me quedo tu lado?
El corazón del príncipe dio un vuelco de emoción pero disimuló tranquilidad perfectamente.
—Adelante... —se acomodó para darle espacio.
Se quedaron en silencio, la noche era fresca, el cielo estaba lleno de estrellas y el momento era sólo de ellos.
No sabía que decirle, tenía miedo, la quería pero... Quizás ella no lo quería a él.
—Todavía tenemos tiempo para bailar —dijo ella, una vez más contra el silencio.
Quizás... Había una esperanza, una muy vaga...
¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser difícil querer a alguien? ¿Por qué tenía que ser tan amargo?
El que escribía historias debía saberlo.
La miró a los ojos y luego sus labios...
Quería besarla, la tenía tan cerca y estaban a solas.
—Oye... —le dijo en voz baja.
—Dime.
—Quiero besarte... —pensó y luego negó con la cabeza.
—¿Qué? No, dime —arrugó las cejas.
Ursfeli se paró frente a ella.
Su corazón latía fuerte contra su pecho. Su mirada le daba señales de que no iba a moverse de ahí y que iba a aceptar lo que fuera.
Se acercó un poco más, estaban a dos palmos de distancia.
—Mi... Mi hermana —dijo en lugar de besarla—. Quiere conocerte, mañana, podríamos tomar el desayuno juntos.
Avaly se quedó callada, su rostro denotaba confusión e incredulidad.
—Si no puedes está bien —comenzó a alejarse.
—Sí, si puedo —lo detuvo —. Mañana, en el jardín de las rosas... ¿A las nueve está bien?
—Claro —respondió con ánimo—. Entonces... ¿Aceptas bailar conmigo? —tendió su mano llena de esperanza.
—Por su puesto —respondió ella con una sonrisa tomando su mano.
No iba a besarla con esos sentimientos que dolían. Tal vez no esa noche...
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“A veces el amor noblemente
atraviesa los corazones de las personas”
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Fin del capítulo.
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*Referencias 😏❤
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